NamJoon, cegado por la furia, se posicionó sobre YoonGi cuando este cayó al suelo. El menor estaba tan sorprendido que no pudo reaccionar ni siquiera para tratar de defenderse o incluso cubrirse cuando el puño de su novio volvió a impactar contra su rostro.

—¡Eres un malnacido!

YoonGi no lograba comprender por qué estaba tan enojado. ¿Acaso era porque no estaba cuando NamJoon llegó de trabajar? Porque sino, ¿qué más podría ser?

No estaba entendiendo nada.

Cerró los ojos con fuerza al ver el puño de su novio volver a elevarse para golpearlo una vez más. No obstante, JungKook lo detuvo y le obligó a levantarse.

—Debes tranquilizarte un poco.

NamJoon se volteó hacia el pelinegro, reparando en su presencia hasta ese momento.

Y el enojo solo aumentó con eso.

Estampó a JungKook contra la pared y con brusquedad lo tomó del cuello de la camisa.

—Eres tú, ¿cierto? —lo haló de la camisa y volvió a impactar su espalda contra la pared—. ¡Tú, imbécil, eres el que se estaba cogiendo a mi novio en ese video!

YoonGi, quien se había incorporado para ponerse de pie, quedó inmóvil al escuchar eso.

—No sé de qué me hablas —respondió JungKook—. YoonGi y yo...

El solo hecho de que mencionara su nombre enfureció aún más a NamJoon, si es que eso era posible. Y los golpes que JungKook evitó que YoonGi recibiera, los recibió él a cambio.

No fue uno, ni dos, ni tres. NamJoon tenía la mente nublada y parecía importarle una mierda si los nudillos le dolían o si mataba a alguien a golpes. Solo quería dejar escapar todo ese enojo y, a la vez, desquitarse con ese par que le había visto la cara por quién sabe cuánto tiempo.

YoonGi se sorprendió al saber que había un video suyo, mas no tuvo que pensarlo demasiado para saber quién lo había grabado. Pues no era de analizarlo mucho, solo había estado con dos personas en su vida. Era imposible que el de ese video fuera alguien más aparte de JongIn. Tampoco lo dudó, el tipo tenía cara y actitud de ser capaz de hacer algo como eso.

Se puso de pie y rápidamente se acercó a NamJoon, intentando separarlo de JungKook, quien parecía estar dispuesto a recibir cada puñetazo sin mover un solo dedo para defenderse.

—¡Basta! ¡Ya basta! —un último empujón hizo que finalmente se alejara del pelinegro—. ¡No fue él, idiota! ¡Fue JongIn! Tu maldito amigo me chantajeó para acostarme con él.

NamJoon quedó totalmente desconcertado al escuchar eso, tanto que su enojo poco a poco se fue evaporando y en cambio frunció el ceño ante la confusión. ¿De verdad había escuchado bien?

—¿Qué has dicho?

—Debías tener un mejor trabajo, ¿no? —dijo con más calma, pero su semblante era gélido.

Volteó hacia JungKook, y sujetó su rostro con sumo cuidado para ver qué tan herido estaba. Soltó una maldición por lo bajo, asustado por la sangre que había salido de su nariz y su boca

—Estoy bien —susurró el pelinegro, sujetando la muñeca derecha del menor para apartarla gentilmente de su rostro.

—No te ves bien.

—Estoy bien —repitió.

—Necesito llevarte a un hospital —le tomó del brazo, animándolo a caminar.

—YoonGi —NamJoon lo detuvo—. ¿Qué crees qué haces? Aún no hemos terminado.

—Yo creo que sí —volteó hacia él—. Y no me refiero solo a esta "conversación". Estoy cansado de esto y no creo ser capaz de soportarlo un día más, así que tú y yo hemos terminado. Es definitivo —la seguridad con la que habló fue tal, que ni siquiera Luzbel podía creerlo. YoonGi dio un par de pasos más junto al pelinegro. Sin embargo, se detuvo para voltearse hacia NamJoon nuevamente—. No se te ocurra seguirnos. Y si vuelves a tocarlo a él o a mí, ten por seguro que no dudaré en llamar a la policía.

La rabia volvió a crecer dentro de NamJoon mientras veía a esos dos alejarse. Tuvo el impulso de alcanzarlos, pero la amenaza de YoonGi no parecía ser un juego, por lo que se mantuvo en el mismo lugar.

—Ya te dije que estoy bien.

—¡No estás bien! Lo dices porque no puedes ver cómo tienes el rostro.

—¡Solo es sangre!

—Oh, claro. Debería preocuparme menos, porque hay sangre en tu rostro de lugares donde normalmente no debería salir —dijo con ironía.

Ambos siguieron discutiendo. YoonGi insistiendo en ir a un hospital y JungKook insistiendo en que no se preocupara, que estaba bien y mejor se quedaran en el apartamento.

Entraron a dicho lugar, sin preocuparse en saber si HoSeok ya estaba ahí o no, aunque para su fortuna resultó que no.

Como sea, en ese momento a YoonGi no le interesaba nada más que dedicarse a sanar las heridas de JungKook. Y le exasperaba que fuera tan terco como para negarse a algo como eso.

—¡Bien! —se detuvieron cuando pasaron por el comedor—. No iremos a un hospital, tú ganas —suspiró.

—Gracias —dijo JungKook, sentándose en una de las sillas altas del desayunador.

—Pero dime dónde tienen el botiquín.

—¡YoonGi!

—¡Él botiquín, JungKook!

Volvieron a discutir sobre lo mismo por un par de minutos más. Al final el pelinegro fue quien se cansó de ello y quiso tranquilizar al menor. Sin embargo, este estaba ensimismado en seguir discutiendo.

—Ven aquí —pidió JungKook con voz serena, pero YoonGi no le escuchó por seguir hablando—. YoonGi, ven aquí —al no hacerle caso, lo tomó de las muñecas y lo haló hacia él, dejándolo de pie en medio de sus piernas. Ese hecho ocasionó que esta vez el menor sí guardara silencio—. ¿Vas a escucharme?

YoonGi tragó saliva y asintió torpemente con la cabeza, volviendo a tener esa sensación extraña en su estómago.

—¿Recuerdas lo que te dije? Nada puede herirme.

—Pero... la sangre...

—Solo fue en el instante. Las heridas sanan por sí mismas tan solo unos segundos después, así que no tienes por qué preocuparte.

—¿En serio? —cuestionó preocupado—. Porque allá pareció que te rompió la nariz.

—Mm, de hecho lo hizo... pero ya estoy bien, lo prometo.

—¿Seguro?

—Seguro —elevó las comisuras de sus labios.

—Bien... —asintió con la cabeza—. Al menos déjame limpiarte, ¿sí?

El pelinegro asintió. Parecía que YoonGi no iba a estar satisfecho hasta que lo dejara hacer por lo menos eso. Y es que YoonGi se sentía culpable, gracias a él NamJoon lo había golpeado.

Tal vez hubiese sido mejor no aceptar que lo llevara hasta su apartamento. Pero para ser sincero consigo mismo, en una parte también agradecía que hubiese sido así, porque de lo contrario quizá jamás se hubiese atrevido a terminar con NamJoon.

Todavía seguía sin creerlo. Después de tantos años al fin lo había hecho. Y de alguna forma le hacía sentir como si un enorme peso se le hubiese quitado de encima.

JungKook tuvo razón desde el día que se lo dijo; él no amaba a NamJoon... o al menos no al de ahora. Él se aferraba a la idea de que el NamJoon de antes aún seguía dentro de él y que YoonGi podía hacerlo regresar, como si fuese una mala película romántica de bajo presupuesto.

Pero lamentablemente la vida no era así, las personas cambiaban, y los demás a su alrededor tenían dos opciones: aceptarlo e intentar adaptarse a eso o simplemente irse. YoonGi escogió la decisión equivocada.

Aunque no culpaba solo a NamJoon, porque él también había cambiado. Ahora era consciente de que los dos juntos simplemente eran una mala combinación. Ambos se hacían daño.

Tomó una pequeña toalla del baño y la empapó con agua. Con eso, YoonGi limpió cuidadosamente el rostro de JungKook. Aún no se acostumbraba a que el pelinegro realmente no pudiera sufrir algún daño en el cuerpo. Por esa razón lo hacía con tanto cuidado, tenía miedo de que realmente no fuera así y terminara lastimándolo.

—¿Estás seguro de que no te duele? —preguntó en voz baja.

—YoonGi, estoy seguro.

A JungKook le enternecía la forma en la que el menor se preocupaba por él. De hecho YoonGi parecía sentir el dolor de sus "heridas" más que él mismo.

Se mantuvieron en silencio durante un tiempo. YoonGi sujetaba el mentón del pelinegro con una mano y la otra la ocupaba para limpiar su rostro. Estaba tan concentrado en eso, que no notó que JungKook no le quitaba los ojos de encima, observando a detalle todas sus facciones. Y la cercanía que mantenían le hacía apreciarlas aún más.

—Lo lamento —el menor rompió con el silencio del lugar.

—No tienes que hacerlo. Prefiero haber recibido yo estos golpes a que tú lo hicieras.

—No tenías por qué hacerlo. Al menos yo estoy más o menos acostumbrado a esto.

—No es algo a lo que debes estar acostumbrado, ¿sabes?

—¿Por qué no te defendiste? —soltó en un reproche—. Eres más fuerte que él, pudiste haberlo detenido y evitar estar así.

—Tienes razón, soy más fuerte que él... justo por eso no lo hice —suspiró—. ¿Tienes una idea de lo grave que sería si me hubiera defendido? —negó con la cabeza—. Jamás llegaría a ese extremo.

—Bien. Lo entiendo —suspiró con pesadez. No es que quisiera que dañara a NamJoon, pero tampoco le gustaba el estar limpiando sangre de su rostro. Sin embargo lo hecho, hecho estaba y ahora, le gustara o no, tenía que estar concentrándose en lo segundo.

Cuando YoonGi terminó de limpiarlo, realmente se sorprendió al ver su rostro intacto, como si aquellos puñetazos jamás hubiesen impactado contra él.

Pero se sorprendió aún más cuando, sin decir nada, JungKook colocó las manos sobre su cuello y lo acercó a él. La distancia era tan corta que sus manos tuvieron que apoyarse sobre el borde del desayunador para no caer encima del pelinegro.

Logró ignorar eso, pero le fue imposible ignorar el hecho de que podía sentir los muslos de JungKook presionándose contra sus costados, pues aún seguía en medio de sus piernas.

JungKook bajó un poco la mirada y vio a YoonGi subir y bajar su nuez de Adán al tragar saliva. Volvió a enfocarse en su rostro y no pudo pasar por alto el que estuviera tan tenso.

—¿Por qué estás nervioso?

—No estoy nervioso —respondió de inmediato, fingiendo la peor sonrisa natural que podía existir.

JungKook asintió lentamente con la cabeza. Era evidente que le estaba mintiendo pero no quiso obligarle a responder, en cambio, continuó con lo que estaba. Sujetó las mejillas del menor y con cierta delicadeza pasó su pulgar por el pómulo inflamado, ocasionando que YoonGi soltara un pequeño quejido. Había estado tan concentrado en JungKook, que había olvidado los golpes que él mismo recibió.

—Tu novio es fuerte —comentó el pelinegro, sin dejar de ver el golpe en el rostro de YoonGi.

—Exnovio.

—Exnovio —se corrigió. Presionó sus labios para intentar no sonreír y no mostrar lo orgulloso que se sentía por eso. Una mala relación era una de las principales razones por las que YoonGi se mantenía hundido en el mismo lugar. Ahora que ya no había algo que le hiciera sentirse amarrado o limitado, las cosas para él podían mejorar considerablemente—. Necesitarás ponerte algo de...

JungKook no pudo terminar su oración, ya que la puerta de la entrada se abrió, dejando pasar a HoSeok y a una chica que ellos desconocían. Ella reía mientras que el pelinaranja hablaba de quién sabe qué. No obstante, ambos guardaron silencio cuando vieron a la otra pareja cerca del desayunador.

YoonGi apartó las manos del pelinegro y se enderezó inmediatamente, como si lo hubieran descubierto haciendo algo malo. JungKook no dijo nada, solo permaneció en el mismo lugar.

—¡YoonGi! —soltó HoSeok con algo de sorpresa—. ¿Qué haces aquí? Creí que te habías ido a tu apartamento.

—Es... una larga historia —volteó hacia el pelinegro y luego hacia su amigo y la chica desconocida—. Pero no importa, yo... ya me iba.

—Espera, espera —JungKook se puso de pie rápidamente y lo tomó del brazo, evitando que siguiera caminando hacia la salida—. ¿Qué haces? ¿Adónde vas? —le vio, preocupado.

—No lo sé —respondió en voz baja—. Buscaré un hostal o algo por el estilo. Como sea, estaré bien —se soltó del agarre para seguir caminando.

—Espera —volvió a tomarlo del brazo—. No es necesario que te vayas, puedes quedarte aquí.

—¿Estás... seguro de eso? —preguntó avergonzado, no quería molestar más de lo que ya lo había hecho esa noche.

—Por supuesto que sí. A HoSeok no le importa, ¿cierto, Ho... —su pregunta quedó en el aire cuando volteó hacia el pelinaranja y notó que este ya iba en camino a su habitación junto con aquella chica. Negó con la cabeza y regresó su mirada a YoonGi—. A HoSeok no le importa —literalmente. Pensó.

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Amé este fanart 🥺💜✨

Btw, YoonGi ha terminado su relación, al fin un buen avance, ¿no? UwU