Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

✪Vîgintî septem✟

Al despertar, lo primero que hizo fue tomar su celular para saber qué hora era. Soltó un pequeño gruñido al darse cuenta de que eran las 8 de la mañana.

Sentía que no había dormido casi nada, pero eso ya no importaba porque una vez que abría los ojos, ya no podía volver a cerrarlos. Se incorporó sobre la cama, siendo consciente hasta ese momento de que no estaba en la habitación de siempre.

Claro, había olvidado que estaba en la habitación de JungKook, en el apartamento que compartía con HoSeok. Recordó entonces que la noche anterior tuvieron otra pequeña y boba discusión donde JungKook le decía que durmiera en su cama mientras YoonGi estaba decidido en dormir en el sofá. Y evidentemente el pelinegro ganó, por segunda vez.

YoonGi esbozó una pequeña sonrisa al pensar en eso. No obstante, esta poco a poco se fue borrando mientras recordaba todo lo demás que ocurrió la noche anterior. Llevó inconscientemente su mano hacia su pómulo lastimado, teniendo sentimientos encontrados.

Volteó hacia la puerta de la habitación al escuchar un par de voces que provenían del exterior, probablemente desde la sala o la cocina.

Se puso de pie, bajando las mangas de la camisa para dormir hasta prácticamente ocultar sus manos en ellas. La noche anterior el pelinegro le había prestado algo de ropa para que pudiera descansar mejor, y ciertamente le resultó cómodo que esta fuera un poco más grande que la que él normalmente usaba.

Llegó a la cocina, encontrándose con JungKook sentado en el desayunador y la chica desconocida tendiéndole una taza blanca con café. Parecían haber estado platicando animadamente hasta que él los interrumpió sin querer.

—Oh, YoonGi—JungKook sonrió al verlo—. ¿Has dormido bien?

—Supongo —respondió en voz baja y con algo de timidez repentina, desviando cada tanto su mirada hacia la chica que se paseaba con un albornoz por toda la cocina.

—YoonGi, ella es JiSoo —dijo JungKook.

—Mucho gusto, YoonGi —la chica sonrió—. ¿Quieres café?

—Ahm... sí. Gracias.

—Ven, siéntate —le animó el pelinegro, palmeando la silla que estaba a su lado.

YoonGi así lo hizo. Se sentó al lado de Luzbel, manteniendo la mirada en las mangas de la camisa mientras sus dedos jugueteaban con el borde.

—¿Te sientes bien? —habló en voz baja.

—No lo sé —respondió sin voltear a verlo—. Ayer me sentía bien, pero hoy... me siento un poco extraño. Despertar y no ver a NamJoon conmigo es extraño.

—Estuvieron mucho tiempo juntos, supongo que ha de ser normal que te sientas así. Pero escucha —puso su mano en el antebrazo izquierdo de YoonGi, logrando que dejada de jugar con la tela de la camisa y esta vez sí posara su mirada en él—. No vayas a caer, ¿de acuerdo? No se te ocurra correr hacia él otra vez. Has dado un enorme paso hacia adelante, no retrocedas.

—Aquí tienes —JiSoo llegó donde ellos, interrumpiendo su conversación sin haberlo notado. Colocó otra taza blanca delante de YoonGi.

—Gracias —susurró.

—Me ofrecería a prepararles el desayuno, pero para su desgracia y la mía, no puedo cocinar —soltó un pequeño suspiro.

Claro, desgracia para los chicos porque no tendrían desayuno de cortesía, y desgracia para ella porque vivir sola y no saber cocinar era una de las peores cosas que podían pasar.

—Yo puedo —dijo YoonGi, poniéndose de pie para entrar a la cocina.

—Oh, vaya —JiSoo sonrió—. Un hombre que sabe cocinar... has de atraer a muchas chicas con solo mencionar eso.

—No, en realidad no —soltó una baja risita.

—¿Oh, en serio? —sonrió divertida—. Si no fuera porque he salido de la habitación de HoSeok, estaría intentando coquetearte ahora mismo.

—Hablando de él, ¿dónde está? —se volteó un segundo hacia donde estaba el par de personas antes de regresar en lo que estaba, buscando qué tomar del refrigerador.

—Cuando salí de la habitación seguía durmiendo, pero iré a ver si ya despertó.

JiSoo sirvió otra taza con café y con ella en manos de dirigió hacia la habitación de HoSeok, dejando a JungKook y YoonGi solos.

El pelinegro se puso de pie. Se acercó a YoonGi mientras este colocaba la caja de huevos sobre la encimera.

—¿Quieres que te ayude? —se detuvo a su costado derecho.

—No, estoy bien —elevó las comisuras de sus labios, en una sonrisa un tanto desganada—. Solo ayúdame a saber dónde tienen las cosas.

JungKook asintió. Le ayudó a ubicar dónde guardaban las ollas para cocinar y algunos ingredientes extra para poder hacer un omelette al estilo japonés.

—¿Sabes? —habló el menor, un tanto dubitativo. No estaba seguro si mencionarlo o no aunque realmente le daba curiosidad—. Es la primera vez que te veo cerca de una mujer joven y no te siento incómodo.

—Es una buena chica —respondió, sin darle tanta importancia al asunto. Estaba más concentrado en cómo cocinaba el contrario—. Ella es... interesante y linda.

—¿Linda?

—No me refiero a su físico, sino a su persona. No me hace sentir incómodo, todo lo contrario. Además... no me mira de la forma en la que sabes que no me gusta.

—Entiendo —asintió, sin apartar la mirada del sartén.

—Por cierto... ¿qué tienes pensado hacer ahora?

—Mm... —aguardó unos segundos. Sabía que esa pregunta iba respecto a lo que había sucedido tan solo un par de horas antes de que se fueran a dormir. Y sinceramente un "¿y ahora qué?" No se le había pasado por la cabeza hasta que Luzbel se lo preguntó—. Ahora... les serviré la comida, me daré una ducha, y después me iré a buscar un nuevo lugar para vivir.

—¿Crees poder encontrar uno? —preguntó con sincera preocupación—. Sé que tú y tu exnovio pagaban las cuentas juntando el dinero de ambos.

—Así era, pero... no lo sé —se alzó de hombros—. Si busco bien, tal vez tenga suerte.

—Sabes que yo puedo ayudarte con eso, ¿no? Solo tienes que pedírmelo y te ayudaré a alquilar el mejor lugar.

—No, no quiero que me ayudes con eso.

—¿Por qué no?

YoonGi no respondió al momento. Se enfocó en terminar de cocinar, y una vez que los cuatro platos estuvieron servidos, JungKook le ayudó a llevarlos al comedor de madera.

El menor suspiró, volteándose hacia JungKook, quien después de tantos minutos ya se había resignado a no obtener una respuesta.

—No quiero que me ayudes porque no quiero acostumbrarme a que seas tú quien resuelva mis problemas siempre. Yo no soy así... además... —mordió sutilmente su labio inferior—. Si eso pasa, luego no sabré qué hacer cuando ya no estés aquí.

—YoonGi, todavía no me voy.

—No, pero lo harás. Y quiero irme preparando para eso —no quiso verlo a los ojos, en cambio se enfocó en ir dejando un par de palillos a un costado de cada plato.

—No seas dramático —sonrió, acercándose más a él.

—No soy dramático. Solo estoy siendo sincero. Yo... —se volteó tras colocar el último par de palillos, queriendo ir de nuevo hacia la cocina. Sin embargo, ni siquiera pudo terminar de dar el primer paso cuando chocó contra el cuerpo del pelinegro.

YoonGi cerró los ojos, mas no se movió de donde estaba. Bajó la cabeza por un par de segundos y relamió sus labios. Tener a JungKook a esa distancia lo ponía levemente nervioso, podía disimularlo un poco pero se sentía extraño. Extraño porque de alguna forma le gustaba y a la vez le hacía sentir mal.

¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué con él?

Se había dicho la noche anterior que no valía la pena martirizarse con eso, pero es que a veces le era imposible no pensar en ese tipo de cosas.

Sentirse confundido en un momento así era estúpido. A penas venía saliendo de una relación. Una muy mala relación... Lo menos que debería estar haciendo era pensar en alguien más.

Sabía que necesitaba tiempo para recuperarse de todo eso, para enfocarse en sí mismo y poder recuperarse de sus otros problemas. Sin embargo, llevaba años de estar al lado de alguien y ese alguien estando al lado suyo, que aunque no fuera de la mejor manera, YoonGi de cierta forma ya estaba acostumbrado a la compañía.

No le gustaba la idea de saber que ahora estaba solo. Tal vez por eso a pesar de las circunstancias su mente seguía jugando con él, haciéndole creer que sentía algo por JungKook cuando en realidad no era así.

Su mente estaba siendo un completo caos, que ya ni siquiera quería esforzarse en seguir pensando en esas cosas.

Se hizo a un lado para continuar con su camino, pero nuevamente fue detenido cuando Luzbel lo tomó de la muñeca.

—YoonGi...

—Solo... ayúdame con los vasos, ¿sí?

—¿Quieres que te acompañe a buscar un nuevo apartamento? —ignoró lo anteriormente dicho por el menor.

Al escuchar esa pregunta YoonGi suspiró, olvidándose completamente de sus nervios, y terminó regresando sus pasos hacia el pelinegro.

—No hace falta, no te preocupes —soltó en voz baja. Desvió la mirada por unos segundos, pensativo, antes de volver a él—. Bueno...

—¿Sí?

—Tengo que ir por mis cosas a mi antiguo apartamento. Iré cuando Nam esté trabajando, pero aun así no quiero ir solo.

—No digas más, iré contigo —esbozó una pequeña sonrisa.

—Gracias —exhaló, aliviado.

—Ahora sí, te ayudaré con los vasos —avisó, iniciando a caminar hacia la cocina.

—Bien, ahm... por mientras, iré a decirle a los chicos que el desayuno está listo.

—Bien.

Mientras YoonGi se dirigía hacia la habitación de HoSeok, JungKook sacó de la refrigeradora una jarra que contenía jugo de naranja. Iba a comenzar a servir vaso por vaso, hasta que vio a YoonGi regresar de aquel pequeño pasillo que guiaba hacia las habitaciones.

—Lo hiciste muy rápido —comentó el pelinegro.

—No lo hice —soltó algo incómodo—. Será mejor que nos vayamos adelantando, ellos están algo... ocupados.

—Esto es más difícil de lo que pensé —se quejó Lilith, llevando los dedos índice y medio de ambas manos a masajear sus sienes.

Al inicio era divertido torturar todas las almas nuevas que llegaban ahí. Sin embargo ahora iniciaba a parecerle agotador. ¿Cómo Luzbel pudo haber estado haciendo eso durante tanto tiempo?

—Estás muy atrasada —le dijo Yekun—. Almas nuevas siguen llegando y tú ni siquiera has pensado en los castigos de las que llegaron anteriormente.

—Ya lo sé, ya lo sé —soltó de mala gana—. Todo sería mucho más rápido si ustedes me ayudaran a pensar.

—Luzbel no necesitaba que lo ayudaran a pensar —masculló.

Kesabel, quien iba al lado de Yekun a un par de pasos atrás de Lilith, esbozó una media sonrisa cuando la mujer se detuvo, se volteó solo para fulminarlos con la mirada y luego siguió caminando.

Lilith no era del agrado de muchos ángeles caídos. Ellos la consideraban algo vanidosa y nunca sabían realmente si estaba del lado de Luzbel o si se traía algo entre manos y solo estaba aparentando.

No es que ellos estuvieran muy contentos con Luzbel después de todo lo ocurrido, aunque actualmente ya no estaban del lado de nadie, ni del cielo ni del infierno. Sin embargo, si alguien tenía que hacerse cargo del infierno, preferían que ese fuera Luzbel.

No obstante, también debían admitir que se estaban divirtiendo un poco con la situación. Lilith siempre quiso tener el poder que Luzbel tenía en el mundo de los muertos. Y ahora que parte de él le había sido otorgado, le estaba yendo bastante mal.

Hacerse cargo del infierno requería de mucha responsabilidad, y Lilith no era alguien a quien le gustara mucho el compromiso. Al inicio era notorio que lo disfrutaba, pero ahora parecía ser otra de esas almas que estaban siendo castigadas.

Y eso, por supuesto, era de lo más cómico para todos los ángeles que se encontraban en ese lugar.

Desgraciadamente su momento de diversión no duró tanto como hubiesen querido.

Kesabel borró su sonrisa y se detuvo abruptamente cuando divisó algo a lo lejos. No fue el único que lo notó, Yekun y Lilith también habían detenido el paso.

Estaban en medio de un campo cubierto por nieve, no había nada más alrededor, por lo que no fue muy difícil distinguirlo.

Su armadura y sus enormes alas blancas no podían pasar desapercibido para ninguno de los tres.

Definitivamente era él y estaba ahí.

El que estaba al mando del ejército celestial.

El ser que personalmente los desterró del cielo y cortó sus alas:

Mikhael.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

Mikhael está en hebreo, traducido es el Arcángel Miguel. No lo dejé traducido porque, no sé, sentía que no pegaba xd

Btw, les voy a dejar una imagen de los personajes cuya apariencia no he mostrado aún.

Yekun

Kesabel

Mikhael


Gracias por leer, comentar y votar 💜✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro