✪Vîgintî quînque✟
Ante la falta de clientes esa noche y gracias a la ausencia de Jackson, NamJoon no supo qué más hacer aparte de tomar su celular para distraerse un poco.
Entró a varias aplicaciones solo para salirse cinco segundos después por no encontrar nada interesante. La última opción, y la menos tentadora, fue revisar su mail.
Ningún correo recibido llamó su atención. Siguió bajando, leyendo puros títulos sin importancia, hasta que finalmente se encontró con uno que sí logró causarle interés.
El hecho de que no tuviera título hizo que le entrara aún más la curiosidad.
Se preguntó seriamente hacía cuánto que no revisaba su mail porque ese correo tenía aproximadamente cuatro meses ahí.
Se metió al correo, frunciendo ligeramente el ceño al ver únicamente un video adjuntado. Volvió a fijarse en la dirección de correo electrónico, notando fácilmente que era uno creado con el objetivo de ser anónimo, pues sólo tenía números y letras sin sentido alguno.
No sabía en qué se metería una vez que abriera el video, por lo que no lo vio en ese mismo instante.
—Oye —llamó a uno de sus compañeros de trabajo—. ¿Me cubres unos minutos? Debo ir al baño.
El chico asintió con la cabeza, dándole la libertad a NamJoon para alejarse de la barra. Cuando llegó a los baños de hombre, se encerró en uno de los cubículos y esta vez sí dejó que el video se reprodujera.
La imagen se veía un poco oscura, mas no lo suficiente como para no notar que se trataba de una pareja teniendo relaciones sexuales. Claro, eso además del sonido.
NamJoon se preguntó seriamente por qué alguien se tomaría la molestia de enviarle una cinta pornográfica casera por medio de un mail. ¿A él qué diablos le interesaba?
No obstante, las cosas iniciaron a tomar sentido rápidamente.
Al inicio no se distinguía muy bien quienes eran las personas involucradas, pero en una parte del video el tipo que estaba arriba, y al cuál nunca se le vio el rostro, se levantó de la cama dejando al otro solo.
NamJoon volvió a fruncir el ceño y acercó un poco más la pantalla. Cuando el chico que aún estaba en la cama se incorporó, NamJoon lo notó: era YoonGi.
—¿Te sientes bien? —preguntó SeokJin una vez que se sentó al lado del menor—. Eres el cumpleañero y parece que estamos más animados nosotros que tú.
—No es eso. La estoy pasando bien —sonrió, bajando la mirada hacia su botella de cerveza—. Solo estoy algo pensativo.
—¿Y exactamente en qué piensas?
YoonGi volvió a subir la mirada, enfocándola en JungKook, quien para ese entonces se encontraba haciéndole compañía a HoSeok mientras bailaban a varios metros de él.
—Tengo algo de temor por iniciar a sentir cosas que no debo.
SeokJin había seguido la línea de dónde YoonGi tenía clavados los ojos, por lo que no le resultó difícil deducir que hablaba del pelinegro.
—Todo fue tan rápido —prosiguió el menor, en voz baja—. Pero siento como si lo conociera desde mucho antes. Es... extraño.
—¿Sientes algo por JungKook?
—Es estúpido, lo sé —suspiró frustrado—. Pero no puedo controlarlo. Cada vez que él está cerca de mí... yo...
—Oye, está bien —intentó animarlo.
—No lo está. Él... —calló por unos segundos—. No puedo sentir cosas por él.
—¿Tienes miedo de sentir cosas por un hombre que no es tu pareja?
—Sabes de sobra que él es más que solo un hombre.
—Tal vez solo estás confundido.
—¿Confundido?
SeokJin se alzó de hombros.
—Pasar por tanta basura y que al fin la vida te haya dado algo bueno... supongo que es normal que lo único que quieras hacer es aferrarte a eso para no regresar a la basura.
YoonGi notó que no lo decía solo por él, SeokJin tenía expresión de haber vivido eso por carne propia. Y pudo deducir que "eso bueno" que llegó a su vida, fue TaeHyung.
—¿Cómo era tu vida antes de conocer a Tae? —no pudo guardarse la pregunta para sí mismo.
SeokJin dudó un poco, pero estaba al tanto de que YoonGi tampoco había tenido una vida tan fácil como podría decirse. Por esa razón tuvo la confianza para responder, porque lejos de poder sentirse juzgado, tenía la sensación que de alguna forma el menor podría entenderlo y quizá hasta cierto punto, sentirse algo identificado.
—¿Sabes, YoonGi? —acomodó su brazo sobre el respaldar de la butaca—. Mi vida no ha sido tan linda como hubiese deseado. Jamás conocí a mis padres biológicos, mi padres adoptivos me echaron de su casa al descubrir que me gustan los hombres, la única persona que realmente amé y sentí como mi verdadera familia fue asesinada, jamás tuve una pareja estable. Y con el paso del tiempo mis inseguridades se fueron haciendo más grandes. ¿Por qué todas las personas por las que yo iniciaba a sentir afecto, se iban, me abandonaban o el destino me las arrebataba? ¿Qué, acaso no valía la pena como hijo, como amante, como amigo, como persona? —suspiró—. Pues llegó un punto en que lo creí de verdad. Y para intentar olvidarme de la soledad y ese dolor constante, me volví adicto a los fármacos... —la expresión de sorpresa en el rostro de su amigo no había pasado por alto. SeokJin estaba consciente de que habían muchas cosas sobre su pasado que sus amigos desconocían. Y esta era la primera vez que se las revelaba a uno de ellos—. TaeHyung fue la luz en mi oscuridad.
—¿Él te ayudó a superar todo eso?
—Él me alentó a querer buscar ayuda. Me hizo comprender que acudir a un profesional no era malo, dañar tu cuerpo y luego fingir que todo estaba bien, sí lo era... claro, aún estoy trabajando con algunas de esas inseguridades, pero supongo que se trata de eso, avanzar aunque sea poco a poco.
YoonGi bajó la mirada hacia la pulsera que JungKook le había regalado. El pelinegro jamás le mencionó a YoonGi acudir a algún profesional tan explícitamente, pero sabía que a eso se refería cada vez que le decía alguna de sus tantas frases de aliento, como el "solo es un comienzo" de cuando le dio la pulsera.
Días atrás Luzbel le había sugerido que hablara con SeokJin respecto a ese tema, YoonGi no estaba seguro si hacerlo o no, y se preguntaba por qué exactamente tenía que ser SeokJin. No es que no confiara en él, solo no le gustaba hablar de ese tema porque no era algo de lo que se sentía orgulloso. Y si se lo decía a alguien, aparte de avergonzado también probablemente se sentiría juzgado. Él no quería sentirse así y mucho menos con sus amigos.
Sin embargo, ahora entendía por qué tenía que ser precisamente SeokJin. Él había pasado por algo similar, y aunque YoonGi no habló de su situación a detalle, estaba entendiendo el mensaje que SeokJin emitía y no sabía que YoonGi necesitaba escuchar.
—Entonces tú... ¿también te sentías confundido al inicio?
SeokJin esbozó una suave sonrisa.
—TaeHyung fue el primero en confesar lo que sentía. Y sí, me sentí confundido porque no sabía por qué un chico como él quería estar con alguien como yo, que para ese entonces seguía siendo un desastre. Al inicio pensé que lo hacía por lástima, quizá una apuesta con sus amigos o solo para divertirse un poco. Y aun teniendo todo eso en mente, lo acepté. Si él estaba jugando conmigo, no me importaba. Me aferré a él a pesar de que sabía que podía llegar un momento en que él soltaría mi mano y se iría sin decir nada... Pero mientras los días iban pasando, y con eso los meses, me di cuenta de que no era nada de lo que alguna vez pensé. Sus sentimientos eran sinceros al igual que los míos. Nuestra relación no fue tan fácil al inicio, gracias a mis mismas inseguridades, pero hemos logrado superar la mayoría.
—Entiendo —asintió—. Pero eso es muy diferente a lo que siento por JungKook. Y al menos ustedes acabaron con un felices por siempre. En cambio, yo...
—Lo sé, tu situación es diferente. Cuando te dije que tal vez estabas confundido me refería a que quizá ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te sentiste especial para alguien. JungKook está, literalmente, en este mundo por ti. Te sientes importante para él, eso te gusta y lo estás confundiendo con amor o atracción.
El menor posó su mirada en el espacio de la butaca que había entre SeokJin y él, mostrándose pensativo.
—Puede ser —susurró.
—En cualquier caso, tienes tiempo para pensarlo y aclarar todo lo que hay en esa cabecita —volvió a revolverle el cabello, ganándose una pequeña sonrisa por parte de YoonGi.
Antes de que siguieran conversando, los chicos voltearon hacia al frente cuando cierto pelinegro caminó hacia ellos con las manos tras su espalda.
—Oh, mira —dijo SeokJin, divertido—. Hablando del diablo.
JungKook se detuvo frente a YoonGi, con una suave sonrisa y extendiéndole su mano derecha.
—¿Quieres bailar?
—Oh, no. Yo no... —avergonzado, posó su mirada en SeokJin fugazmente antes de regresar al pelinegro. Quiso negarse pero al ver los ojos brillantes del contrario y esa sonrisa tan encantadora, terminó tomando su mano.
En el trayecto no dejaba de repetirse que SeokJin tenía razón. Solamente estaba confundido. Todo lo que sentía únicamente con el contacto de sus manos estaba siendo malinterpretado. A él no le gustaba JungKook, le gustaba cómo le hacía sentir.
Eso no era amor, así que a la mierda con todo. No iba a estar complicándose por algo que jamás resultaría.
Llegaron a donde estaban la demás personas bailando. No estaba atestado de clientes, por lo que todos tenían su propio espacio sin preocuparse de chocar con otras personas.
YoonGi sonrió. Estaban de pie, sin hacer ninguna clase de movimiento, como si ambos estuviera esperando a que el otro iniciara para luego seguirle.
JungKook estaba por decir algo, hasta que las manos de YoonGi fueron a parar detrás de su cuello. Relamió sus labios, nervioso. Cuando bailó con HoSeok no hubo contacto alguno de sus cuerpos, y por esa razón pensaba que con YoonGi iba a ser igual.
Se sorprendió al sentir tanta cercanía, mas no dijo nada. Volteó hacia sus costados, notando que había alguna que otra pareja bailando de la misma manera, por lo que se animó a colocar sus manos en la cintura del menor.
—Ahora entiendo por qué querías que hablara con él —dijo YoonGi de una manera en la que solo el pelinegro pudiera escucharle—. Pudiste habérmelo dicho directamente, que vaya a terapia.
—No quería que te negaras sin siquiera pensarlo antes —exhaló—. Muchas cosas que yo digo, tú las malinterpretas y luego actúas a la defensiva.
—Eso no es cierto —frunció el ceño—. Bueno... —relajó su semblante luego de pensarlo mejor—. Tal vez un poco... a veces —admitió.
—Y aparte de eso —continuó JungKook—. Estaba seguro de que SeokJin lo haría mejor que yo. Sé que no han pasado exactamente por las mismas cosas, pero también sé que ninguno la ha tenido fácil. Pensé que si hablabas con él notarías su evolución como persona y tal vez eso te animaría a hacer lo mismo. Además, quería que supieras que en algún caso que ya no podamos vernos más, tienes a alguien en quien puedes confiar totalmente y acudir cuando no te sientas bien.
—¿Planeas irte de nuevo? —preguntó con pesar.
—YoonGi, yo no pertenezco aquí.
—TaeHyung tampoco, pero ha hecho una vida aquí.
—Él no tiene tantas responsabilidades en el infierno como yo. No es tan fácil como cederle mi puesto a alguien más y listo. Las cosas no funcionan así, no en mi mundo.
Por supuesto que no, por esa misma razón de vez en cuando visitaba el infierno, para asegurarse de que todo siguiera en orden y Lilith no estuviera haciendo otra de las suyas a espaldas de él.
Luzbel era quien ponía todo en equilibrio allá abajo, de lo contrario las cosas serían un completo desastre.
—Sí, entiendo —asintió con la cabeza para muy a su pesar—. Hablando de eso... Yo... lo siento, todo es mi culpa. No solo te he hecho las cosas más difíciles respecto a tus deberes en el más allá, sino que también arruiné tu relación con Tae.
—No digas eso. Y no te preocupes por lo de Semyazza, tenemos toda la eternidad para volver a reconciliarnos —sonrió.
—¿No crees que todo esto es egoísta de mi parte?... No me refiero solo a lo de tu hermano, hablo de que no quiero que te alejes de mí a pesar de saber las posibles consecuencias —su cuerpo se pegó más al del contrario y recostó su cabeza en su hombro izquierdo, ignorando la fuerza con la que latía su estúpido corazón confundido.
Aunque a decir verdad, no era el único. El corazón de JungKook latía con la misma fuerza, y eso le desquiciaba porque solo pasaba cuando YoonGi estaba con él. Le desquiciaba no entender de qué se trataba porque jamás había sentido algo como eso.
Pero al igual que YoonGi, trató de ignorarlo y solo se abrazó a la cintura del menor mientras una de sus mejillas descansaba sobre los cabellos rojizos de este.
—Tal vez alguien que lo vea desde afuera te diga que sí —susurró—. Pero las cosas son más complicadas de lo que parecen o se muestran a simple vista.
YoonGi no volvió a responder. No quiso hablar de nada y no quiso pensar en nada más que el hombre al que estaba abrazado. Apreciando tanto su compañía como si le hubiese dicho que esa misma noche tendría que irse para no regresar más.
Y es que la sola idea le ocasionaba malestar.
Por un momento solo fueron ellos dos, como si estuvieran solos en ese lugar y como si la música estuviera para que solo ellos dos la escucharan.
Perdieron la cuenta de cuánto tiempo estuvieron así. E incluso HoSeok, JiMin y EunWoo se sorprendieron, pues no era como si YoonGi fuera de esa manera con todos ellos.
—¿Soy yo o parece que realmente hay algo entre esos dos? —preguntó JiMin, sin despegar los ojos de aquellos que parecían estar metidos en su propia burbuja, lejos de todos a su alrededor.
—¿Soy yo o te estás metiendo donde no debes? —respondió SeokJin antes de darle un leve empujón para distraerlo de la pareja—. Anda, hay que ir por más cervezas.
...
Cuando la celebración terminó, a los chicos se les había ocurrido ir a un restaurante que estuviera abierto las 24 horas. No obstante, YoonGi se negó porque tenía que regresar a casa.
Seguramente NamJoon estaría molesto por no verlo cuando llegó y eso llevaría a una gran discusión. No quería empeorarlo aún más, aunque le pareció extraño no tener ninguna llamada o algún mensaje suyo.
JungKook se ofreció para acompañarlo y el menor aceptó. Agradeció por todo, le pidió a SeokJin guardar sus regalos temporalmente, y se despidió de sus amigos para después terminar retirándose con el pelinegro.
El trayecto se hizo corto gracias a sus varios temas de conversación, tanto que cuando se dieron cuenta ya estaban caminando uno al lado del otro sobre la acera, a tan solo metros del complejo de apartamentos donde YoonGi vivía.
—Por cierto, ¿desde cuándo me dices "Yoonie"? —preguntó el menor con una pequeña sonrisa.
—Bueno, he notado que es una forma de decir tu nombre de manera cariñosa —se alzó de hombros—. ¿Por qué? ¿No te gusta?
—No he dicho eso. En realidad... suena lindo —asintió para sí mismo—. Solo me sorprendió que tú lo hicieras.
—¿Entonces puedo seguirte llamando así?
Antes de que YoonGi pudiera responder, este se detuvo abruptamente y su sonrisa se borró tan rápido como los nervios iniciaron a recorrer su cuerpo.
JungKook no supo qué sucedía hasta que siguió su mirada y se encontró con alguien sentado en las gradas que guiaban hacia los apartamentos.
—Nam —dijo el menor en voz baja, completamente sorprendido al verlo ahí. ¿Lo estaba esperando desde la entrada del edificio? Él jamás hacía eso.
Lo vio ponerse de pie y caminar hacia él sin haber dicho una sola palabra. Ese hecho ocasionó que iniciara a hablar torpe y apresuradamente, queriendo explicar el por qué había llegado hasta esa hora.
—Yo no... yo... iba a llamarte pero...
Antes de que pudiera decir algo más, su novio llegó donde él y le propinó un puñetazo en el pómulo izquierdo, haciéndole perder el equilibrio.
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Mil disculpas si hay algún error unu
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