✪Quîndecim✟
Ya eran las 5 de la mañana para ese entonces, la luz del día iniciaba a filtrarse por la ventana. YoonGi pronto tendría que levantarse para alistarse e ir a trabajar, pero en lugar de pensar en eso, él no podía dejar de ver las gasas que cubrían sus heridas mientras que en su mente solo aparecía la persona que había insistido tanto colocárselas.
No podía creer que realmente había recurrido a JungKook la noche anterior, al pensarlo con la cabeza fría aquello no le daba más que vergüenza. Pero aun así menos podía creer que a diferencia de la persona que dormía en su misma cama, JungKook sí se había quedado con él.
Se sentía tan estúpido y avergonzado, en verdad lo estaba, tanto que aunque sonara exagerado ni siquiera quería ir a trabajar para evitar verlo ese último día que trabajarían en el mismo horario.
No sabía por qué, pero JungKook tenía algo que hacía que YoonGi bajara la guardia para decir cosas que no le había dicho a nadie más, no lo pensaba mucho en el momento, solo lo hacía. El pelinegro le brindaba un tipo de confianza que ni siquiera tenía con sus amigos a pesar de que los conocía por más tiempo que a JungKook.
Todo era tan extraño cuando se trataba de él. Incluso algo como un simple abrazo se sentía diferente, se sentía algo parecido a la nostalgia... y eso no tenía sentido pero así era. La noche anterior cuando Luzbel lo abrazó, dos palabras llegaron repentinamente a su cabeza al sentir su calidez, al sentir sus brazos rodeándolo, al sentir su aroma a loción masculina entremezclado con su aroma natural el cual le parecía agradable pero peculiar. Estar tan cerca de él en ese momento era como... estar en casa.
—Entonces —SeokJin sonrió cuando TaeHyung lo calló con un beso que solo duró unos cortos segundos—. ¿Vas a decirme por qué dormimos aquí? —se acomodó de costado en la cama, aún sintiendo algo de sueño.
—Quería tener una noche especial contigo, ¿qué mejor que ir a un buen hotel donde te atienden como rey, te llevan a un spa, te dan una deliciosa cena con vino y una gran habitación? —sonrió—. Además... —mordió su labio inferior—. Te lo debía por haberte hecho pasar un mal rato estos días.
TaeHyung lo había planeado por esa razón, sin embargo no esperaba que tuviera que adelantarse tanto, gracias al hecho de que el suelo de la sala de su casa ahora parecía tener un cráter en medio, y SeokJin ni en un millón de años podía verlo así. Ese día buscaría la manera de reparar todo eso mientras su novio trabajaba.
—No tenías que hacerlo, mucho menos en día de semana —dijo en un suave tono burlón—. Tenemos que ir a trabajar, y eso es una mierda porque no nos deja disfrutar de todo esto —repentinamente el rubio cenizo guardó silencio, viendo a su novio con los ojos entrecerrados, como si estuviera sospechando de algo—. ¿Realmente estamos aquí por eso?
—¿Por qué no me crees?
—No lo sé —se alzó de hombros—. Nunca tenemos este tipo de noches... ya sabes dónde nos vamos a un hotel o cosas así. Tenemos días especiales pero no necesariamente debemos salir de casa o... ¡Oh, santo cielo!
—¿Qué? —soltó un poco espantado por la expresión de su pareja.
—No me digas que le prestaste nuestra casa a tu amigo para llevar alguien ahí —frunció el ceño.
—¿Qué? ¡No! —negó inmediatamente con la cabeza—. No es nada de eso, a él ni siquiera le gustan las personas. En todo caso, sería JungKook quien deba buscar un hotel, no nosotros, nunca prestaría nuestra casa para eso. Somos los únicos que podemos cometer actos pecaminosos ahí.
SeokJin soltó una suave risita ante el último comentario.
—Está bien, te creo —recibió otro beso por parte de su chico—. Oye, ¿a qué te refieres con eso de que no le gustan las personas? —frunció ligeramente el ceño ante su propia duda—. ¿Es asexual o algo así?
—No... No lo sé —se levantó de la cama, iniciando a buscar su ropa limpia dentro de una pequeña maleta—. No quiero hablar sobre la orientación sexual de JungKook.
—Ustedes dos son tan extraños —comentó SeokJin, aún cómodamente acostado mientras veía a su pareja vestirse—. Siempre que están juntos parecen dos personas muy cercanas y muy distantes a la vez.
—No nos hemos visto en mucho tiempo —se defendió.
—Y aun así tuviste la confianza suficiente como para dejar que viviera en nuestra casa un tiempo, le presentaste a tus amigos y estás pendiente de él —recalcó—. Sin embargo, aunque dicen que se conocen hace mucho, no parecen conocerse en verdad.
—Se puede decir que tuvimos un pasado un poco complicado, pero lo estamos resolviendo —una vez que terminó de vestirse se acercó a SeokJin para depositar un suave beso en su frente—. Cariño, podemos hablar de esto luego. Debes alistarte para bajar a desayunar.
—Quédate aquí y pide servicio a la habitación —pidió desganado.
—Vamos, es un lindo día como para comer encerrados en la habitación, además, el restaurante tiene una buena vista a la piscina —sonrió con algo de burla—. Anda, levántate.
—Bien —suspiró resignado—. Ve bajando, te alcanzaré en unos diez minutos.
—Tardas diez minutos en solo bañarte.
—Entonces dame quince.
Esta vez fue TaeHyung quien asintió resignado. Se inclinó, apoyando sus brazos sobre el colchón para dejar un beso en la mejilla de su novio.
—Quítate esa pereza de una vez —dijo en voz baja, dándole una nalgada y recibiendo solo un gruñido por parte del contrario.
TaeHyung salió de la habitación y bajó hasta el primer nivel, caminando en dirección a donde estaba el restaurante del hotel. La mayoría de las personas con las que se cruzaba notablemente eran extranjeros. Y entre todas las personas que estaban en el restaurante, pudo distinguir a una casi de inmediato. Caminó directamente hacia esa mesa en específico y tomó asiento frente a donde estaba Luzbel.
—SeokJin bajará en quince minutos —comentó, manteniendo su mirada en sus manos, que se encontraban descansando en la superficie de la mesa—. No sabe que estás aquí.
—Mientras más rápido hables, más rápido me iré.
TaeHyung suspiró, volteando hacia otro lado que no fuera a su hermano, hasta luego de unos segundos que carraspeó para iniciar a hablar.
—No puedes estar cerca de YoonGi.
Le daban nervios hablar sobre eso, pero tenía que hacerlo. No sabía cómo había podido ser tan idiota y no haberlo notado antes. No podía creer que el "eslabón perdido" había estado todo el tiempo frente a él, y menos podía creer que había permitido que JungKook se acercara tanto a él.
Quería torturarse a sí mismo por haber sido tan descuidado. Pero lo hecho, hecho estaba, y lo único que quedaba era decirle la verdad a Luzbel para que él actuara por el bien de todos.
—Eso ya me lo dijiste, pero no me dijiste el porqué... ¿Qué es lo que me ocultas, Semyazza?
El ángel caído cerró los ojos por un momento, antes de volver a conectar su mirada con la del pelinegro.
—Hay... hay algo así como una profecía.
—¿Una profecía? —preguntó con interés—. ¿A qué te refieres?
—Sabes que nadie habla directamente con nuestro padre, él se comunica con nosotros a través de visiones o señales que nosotros debemos descifrar —mordió sutilmente su labio inferior—. Y creo que hay algo que todos sabemos, menos tú.
—Semyazza.
—No es reciente —negó con la cabeza, sin escuchar a su hermano—. Estuvo tantos eones que parecía solo ser algo al aire porque nada sucedía, que al final terminó siendo más como un cuento.
—Semyazza.
—Pero ya no es más un cuento. Es real. Y no puedo creer que pude haberlo evitado... yo pude haberlo detenido y en lugar de hacer eso, solo lo arruiné todo.
—¡Semyazza! —se apoyó sobre la mesa, queriendo acercarse más a su hermano cuando al fin este pareció prestarle atención—. Ve al punto.
—Hay un ángel —inició a explicar—. El ángel más poderoso, el ángel más fuerte, el ángel más noble, el más inteligente... un ángel que estaba lleno de amor por la humanidad —le vio directo a los ojos—. Este ángel quiso darle a los humanos todos sus conocimientos como muestra del amor que sentía hacia ellos, a pesar de que sabía que eso no estaba permitido —notó fácilmente que la expresión de su hermano estaba cambiando a una totalmente diferente a la que tenía antes, pero eso no lo hizo detenerse—. Ese ángel tuvo el poder y la audacia para ayudar al humano y darle la capacidad de razonar, de pensar, de tener la inteligencia necesaria para que con el paso del tiempo se fuera desarrollando hasta el humano que es ahora... —relamió sus labios—. Lo que trato de decir es... que si tuvo el poder para formar al hombre, también tiene el poder para destruirlo... y... ese ángel, Luzbel, eres tú.
—Estás mal —soltó de inmediato, sin siquiera tener la necesidad de procesar bien todo lo que su hermano había dicho—. Estás muy mal —mientras más molesto se iba sintiendo, más arrugaba su entrecejo y sus ojos adquirían una mirada más penetrante—. ¿Cómo tienes el atrevimiento de decir eso? ¡Yo jamás le haría daño a un humano! —le reclamó en voz baja para que las mesas cercanas no los escucharan—. ¿Y esto qué tiene que ver con...
—Por supuesto que no lo harías... al menos no solo.
—¿Qué?
TaeHyung sonrió a pesar de que la situación no le daba gracia alguna.
—Hay una pieza faltante, algo o alguien que te hará ver todo de una manera tan diferente a como has visto todo siempre. Ese algo o ese alguien sacará lo peor de ti y ahí es cuando el desastre va a desatarse.
—Te refieres a que ese alguien...
—Es YoonGi —terminó por él—. Por eso te sentías tan atraído hacia él desde un inicio. La pieza faltante, la persona por la cual destruirás todo a tu alrededor ni siquiera es una persona como tal, es mitad humano y mitad demonio, pero eso ya lo sabes, ¿no? YoonGi es el único nieto que existe de Lilith.
YoonGi estaba detrás de la caja registradora de la tienda. Aún no había ningún cliente que pudiera atender, por lo que se encontraba muy perdido en su propio mundo, acariciando las gasas que cubrían sus heridas, que a pesar de que esas eran nuevas porque se las había cambiado antes de salir, no podía dejar de pensar en JungKook al colocarle las primeras.
Volvió a poner los pies en la tierra justo cuando el pelinegro entró por la puerta de cristal, YoonGi quizá no lo había notado antes pero en ese momento se dio cuenta de que en realidad había estado como perro esperando a su dueño. Estaba seguro de que si tuviera cola, la estaría moviendo al ver a Luzbel ahí y ni siquiera estaba muy seguro del por qué.
Hizo ademán de caminar a donde estaba él, pero se detuvo cuando JungKook volteó en su dirección.
Pudo notar fácilmente que su mirada era diferente a todas las anteriores que le había dedicado. Y sus ánimos fueron decayendo poco a poco cuando se dio cuenta de que Luzbel estaba actuando diferente. En cualquier otro momento se hubiese acercado para saludarlo, sonreírle y buscar algún tipo de conversación mientras se ofrecía a ayudarlo con lo que sea que estuviera haciendo, pero en lugar de eso solo estaba de pie frente a la puerta, viéndolo desde algunos metros de distancia, con ojos que parecían no mostrar vida alguna y un rostro completamente inexpresivo.
No supo cuánto tiempo pasó hasta que al fin el silencio fue cortado.
—¿Has visto a la señora Lee? —preguntó el pelinegro.
—Sí —respondió en voz baja y como si estuviera metido en algún tipo de estado de trance—. Está en la bodega con uno de los proveedores.
JungKook asintió levemente con la cabeza antes de caminar en dirección a la bodega.
—Oye —llamó YoonGi—. Yo, ahm... yo... lamento mucho lo de anoche. Me siento muy avergonzado de ello.
Vio al pelinegro elevar las comisuras de sus labios de una forma casi imperceptible, en un gesto como queriendo decirle que todo estaba bien. Y luego de eso continuó con su camino.
YoonGi se sintió un tanto extraño. Era la primera vez que JungKook prácticamente lo ignoraba de esa forma, su actitud no era la misma y eso le hacía deducir que algo no parecía ir bien.
Y por supuesto que algo no iba bien, JungKook había salido abrumado de aquel hotel al terminar de hablar con su hermano. Él no creía tener el poder para acabar con el mundo, y si lo tenía, no se creía capaz de hacerlo. Era verdad que últimamente habían algunos humanos que él despreciaba, como las personas corruptas que actuaban solo por maldad o codicia, o como el novio de YoonGi y el tipo que lo chantajeó para acostarse con él. En ese momento incluso despreciaba a Lilith por haberle ocultado que uno de sus hijos había adquirido consciencia (cuando ningún demonio la tenía) y había embarazado a una mujer humana, por haber permitido que sus hijos salieran del infierno sin que él lo supiera. A pesar de todo eso, él no se atrevería a actuar en contra de los humanos, solo dejaría que todo tomara su curso como hasta ahora.
Y si era verdad todo lo que TaeHyung le había dicho, si YoonGi iba a ser su detonante, entonces lo mejor era alejarse de él.
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Muy tarde, pero feliz Año Nuevo 🎆 ✨xD
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