(QUE ME HACE HACERME CACA)

UNA SEMANA ATRÁS.

Fionn Whitehead, quien se encontraba sobre el sofá de la sala en el hogar de su mejor amigo Muerte, y su archienemigo, el Diablo, estaba tan aburrido que podría caer dormido. Estaba a punto de anochecer, por lo cual, ambos seres sobrenaturales no tardarían en regresar de sus trabajos, y él debía continuar con el suyo como Parca.

Para su suerte, no se sentía cansado, ni tampoco aburrido en su trabajo. Le tomó tiempo acostumbrarse, pero no le daba tanta impresión recolectar almas de cadáveres en mal estado y, además, había muchas Parcas, por lo que no era un trabajo agotador.

Cuidar a sus sobrinos era lo más entretenido. Amaba a esos niños con su alma, y haría lo que fuese por ellos, al igual que por Harry.

Pero Louis...

Ese diablillo era su pesadilla.

No es que realmente le aterraba —bueno, a veces sí—, pero debido a que el arcángel se encontraba haciendo una vida totalmente diferente a la que acostumbraba, había perdido su forma de divertirse y la manera que tenía para lidiar con eso, era molestar a Fionn, de manera inocente... pero molesta.

Como aquella tarde, cuando apareció en la sala, a tan sólo centímetros de su rostro, murmurando un "Boo" con un tono de voz lo suficientemente grave, para provocar que la Parca, prácticamente, volase del sofá.

—¡Mierda! —se alejó rápidamente del Diablo, quien lo observaba con una expresión completamente neutra—. ¡¿Por qué haces eso?! ¡Dios mío! ... tus hijos están durmiendo, ve a verlos.

Quiso dirigirse hacia otro sitio donde pudiese descansar, incluso no se encontraba agotado, pero cuando volteó sobre sus talones, tuvo al Diablo frente a sí, con sus ojos color bordó abiertos de par en par.

—No me gusta que nombres a ese ser repugnante en la casa donde vive mi familia.

—¡A mí no me gusta que me asustes!

—A mí me da igual.

—¡Bueno, a mí no! —La Parca se encontraba indignada ante la apatía de aquella maligna entidad—. ¿Por qué lo haces?

—Porque quiero y puedo —respondió inmediatamente el Diablo, sin ningún tipo de expresión o tono maligno en su voz, aunque su vibra despedía crueldad—. Voy a ver a mis hijos.

Y, mientras se dirigía hacia el pasillo que lo llevaría a las habitaciones, Fionn quiso hacerse el rudo. —Pues ten cuidado, porque yo también puedo ser aterrador.

Louis detuvo sus pasos abruptamente, permaneciendo de espaldas y manteniendo silencio por unos minutos.

—Eso lo veremos —murmuró y, a pesar de que la Parca no era capaz de ver su rostro, sabía que estaba sonriendo con crueldad.

2002

Halloween

—¿Y sólo por eso le tienes miedo? —preguntó Harry, aunque, a pesar de lucir como si le restase importancia a la situación, alzó la mirada hacia su esposo observándolo seriamente, y advirtiéndole con la mirada que no volviese a hacerlo.

Louis lo comprendió inmediatamente, pero le restó importancia. ¡Tan solo eran sustos! La menor maldad que había realizado en su eternidad.

—¡No! Le tengo miedo porque hoy, cuando me puse el disfraz de Halloween de los niños, me escondí detrás de la cortina para asustarte, y cuando salí, me prendió fuego la tela —se quejó la Parca, quien se encogió un poco en su sitio—. Tuve que quitármela rápidamente o me iba a hacer cenizas. Te diría que te separes, pero ya es muy tarde: tienes hijos y hace un rato lloraste porque lo amabas.

—Papi —Dean trepó el sofá con ayuda del arcángel, abrazó a su padre y lo observó con preocupación—. ¿Por qué eso? Al tío Fi.

—Me asustó —mintió Louis agitando la cabeza, simulando haber pasado por un momento terrible.

—¡Vil mentiroso!, con razón eres el Diablo — refunfuñó Fionn y Harry no pudo evitar reír por la travesura de su amado y aún más cuando vio cómo sus hijos se le iban encima a su adorado esposo, intentando consolarlo mientras éste sonreía con picardía hacia la Parca—. En serio, Harry. ¡Nunca te cases!

Muerte tan sólo sonrió con suavidad, observando hacia otra parte de la habitación para que no se notase que, claramente, estaba ocultando algo. Se había unido a Louis en una ceremonia secreta y ni su mejor amigo se había enterado.

—Bueno, ahora sigo yo —dijo, animado. Tanto Víktor como Dean y Louis lo observaron con curiosidad—. Tengo una historia de terror, también.

—¡Cuenta, cuenta! —festejó Dean aún abrazado al cuello del Diablo, quien sostenía el cuerpo de su hijo con su mano sobre la espalda de éste.

—Bueno —Harry se enderezó en su lugar, apartándose un poco de Louis, para poder ver mejor a toda su familia en la habitación. Víktor aprovechó la ausencia en el sitio donde anteriormente se encontraba su padre, para sentarse allí, pegado al cálido cuerpo del rey del inframundo—. Donde papá trabaja hay muchos libros. Son libros...diferentes —No podía explicar con exactitud acerca de los universos alternativos, sería un lío para dos niños de cinco años—. Y he leído uno. Es sobre un humano y un demonio...

—¿Te lo estás inventando? —preguntó Fionn, recibiendo una negación de parte de su mejor amigo—. ¿Por qué nunca me has contado sobre esto?

—Esta es una gran oportunidad, Fi —le sonrió con dulzura a la Parca antes de regresar su mirada hacia sus hijos, quienes lucían verdaderamente interesados—. Esta historia se llama... "Paralelo".