La identidad de Jocelyn
Nos habíamos reunido en un elegante restaurante del centro de la ciudad, cerrado solo para nosotros, casi siempre los humanos estaban contentos de aceptar nuestro dinero por cosas tan simples como apartar un concurrido lugar toda una noche. Había otros humanos que vendían su sangre o su fuerza vital para las criaturas que se alimentaban de ellos, era como una nueva especie de prostitución.
La Tribu estaba reunida allí, les había presentado a Darion. Todos, en efecto, se habían quedado impresionado y le habían hecho infinidad de preguntas, desde su vida humana hasta sus hábitos alimenticios. Darion contestó todas las preguntas con calma, y al final fue aceptado bajo mi tutela pues, a pesar de todo, hubo algunos que no estaban del todo seguros.
-¿Cómo podemos estar seguros de que nos atacará? ¿O de que no creará un ejército para aniquilarnos?- preguntaba Jill en ese momento.
-Te aseguro que ese no es mi intención. Mi único interés es la investigación, quiero saber qué clase de mutación me ha creado o ha mantenido mi cordura cuando, al resto de mi especie, se la quita.- contestó Darion pausadamente
-Además de que estará constantemente vigilado.- comenté yo. Ya le había explicado que, además de la desconfianza que nacería en los otros, sus experimentos podrían resultar peligrosos así que debía ser vigilado de cerca.
-Así es, y son condiciones con las que estoy totalmente de acuerdo.- volvió a intervenir Darion.
-Tengo que admitir que eres bastante interesante e inusual. Y creo que Valezca tiene la fortaleza para aniquilarlo si se sale de control. Así que yo estoy totalmente de acuerdo con su aceptación- Dijo Aisha con su habitual tacto.
-Muchas gracias señorita.- comentó Darion con un guiño. Yo seguía maquillándome con su naturaleza. Fácilmente podría ser uno de nosotros y quería que lo fuera pues, como el único racional de su especie temía que se sintiera demasiado solitario.
-Pues, si no hay alguna otra objeción creo que este asunto queda sanjado. Darion pasará a formar parte de la Tribu para hacerse cargo de todos los asuntos con necrófagos y cosas por el estilo. Estará bajo mi tutela y protección. Ya después podrán preguntarle lo que quieran.- dije en voz alta. Todos asintieron. -El siguiente punto es la chica.- hice un gesto a Ila para que se levantara.
-Se llama Jocelyn, acudió a mi pues tiene una naturaleza dormida y desconocida. Nadie en el mundo subterráneo pudo definirla.- comentó él. Hice un gesto con la mano y uno de los camareros humanos trajo a la chica.
Ya estaba despierta, se había puesto un largo vestido dorado y su cabello, lacio y corto, lucía aceitado y brilloso. Intentaba aparentar seguridad, aunque sus ojos la delataban, así como los rápidos latidos de su corazón. Se acercó al centro de la estancia y permaneció parada en la cabecera de la mesa donde todos estábamos sentados, frente a donde Morgan y yo estábamos sentados.
-Bue...- se aclaró la garganta. -Buenas noches.- nos miró por unos momentos antes de clavar su vista en Ila, seguramente para darse más valor, aunque ya era de reconocer que se presentara ante un grupo de las criaturas sobrenaturales más fuertes del país sin temblar ni dudar.
-Buenas noches Jocelyn, tengo entendido que tienes una petición para nosotros.- dije de la manera más tranquilizadora posible.
-Sí. Yo... mi madre me ha dicho que tengo una sangre especial corriendo por mis venas, pero no me ha dicho nada más. Me lo dijo en un trance por lo que no recuerda nada... Siempre me he sentido diferente al resto pero nunca estuve segura hasta que mi madre me lo dijo.-
-¿Y no te dio ningún indicio o pista de lo que podría ser?- preguntó Morgan.
-No, ella solo dijo eso "sangre antigua y especial" nada más.-
-Antigua y especial... ¿Podría tratarse de un anciano?- preguntó Alyosha, los ancianos eran criaturas que surgían cada cierto tiempo para mantener el equilibrio de la naturaleza.
-Creo que, si así fuera, ya lo hubiéramos sentido. Los ancianos suelen tener una magia muy marcada y peculiar.- contesto Jill, que ya había tenido contacto con uno.
-Muy bien Joce, te ayudaremos en lo que podamos. Veras, cada criatura aquí no solo es poderosa en su especie, sino que conocen muy bien la esencia de su especie y especies aledañas. Cada uno buscará e tu interior, sin hacerte ningún daño pues solo será con su energía. Ven, empezaré yo.- Le hice un gesto con la mano y ella rodeó la mesa para acercarse a mí.
-Tranquila, sentirás algo frió recorriéndote, solo es mi fuerza. Como ya dije, no te haré daño.- La tomé por los hombros, cerré los ojos y dejé que mi esencia entrara a través de mis manos. -Intenta no resistirte, será más fácil.- le dije pues me costaba algo de trabajo mover la esencia por su cuerpo.
Conforme avanzaba me topé con la misma energía que había sentido antes, era pura y fuerte, pero no logré identificarla, no había ninguna oscuridad que respondiera a mi llamada así que no era una criatura de la oscuridad ni nada por el estilo. Suspiré y abrí los ojos mientras la soltaba.
-En efecto, hay una energía sobrenatural dentro de ti, pero no puedo identificarla. Veamos si alguien más puede, de lo contrario buscaremos otra forma.-
Morgan se puso de pie y le tendió una mano para que se acercara, Joce pasó detrás de mi y la tomó. Morgan la atrajo hasta abrazarla, puso una mano en la cabeza de la chica, que terminó descansando en su pecho y la otra en su hombro. Sentí como su energía luminosa comenzaba a recorrerla. Después de unos momentos se separaron.
-Tampoco es de una especie luminosa.- Morgan le dedicó una sonrisa tranquilizadora y volvió a sentarse.
-Tal vez desciendas de alguna criatura carnal, como suele ocurrir algunas veces. Said, intenta buscar en ella, pero recuerda que tienes terminantemente prohibido dañarla.- No era que no confiara en Said, pero era aún un neófito y podría dejarse llevar, y por la mirada de Ila, supuse que eso conllevaría muchos problemas.
Joce se acercó mientras él se ponía de pie, la tomó por los hombros pero pude notar que su energía no entraba en ella. Después de unos segundos de intentarlo se inclinó para tomar su barbilla y besarla. Ella se sobresalto pero eso fue suficiente para que bajara la guardia y la energía de Said la recorriera. suspiré, a fin de cuentas él era una criatura carnal así que necesitaba algo por el estilo para poder vincularse. Se separaron después de unos instantes con iguales resultados.
Durante su inspección, ni Aisha ni Nael encontraron nada que reconocieran. Jill no hizo nada alegando que, si Morgan no había encontrado luminosidad en ella él tampoco lo haría
Alyosha fue el último en inspeccionarla. Posó sus manos a ambos lados de la cara de Joce y su energía entró a través de sus ojos. Tardó varios minutos en salir del trance y se volvió hacia nosotros.
-Puedo sentirlo, es algo entre natural y subterráneo, solo existe una criatura con esa combinación pero han estado extintas desde hace muchas generaciones, demasiadas.- comentó pensativo. -Creo que la única forma de asegurarnos es despertándola-
-¿A qué se refieren con despertarla?- preguntó Joce, por primera vez algo insegura.
-Despertar la esencia oculta en tu interior equivaldría a transformarte en una criatura, como nosotros. Por supuesto que solo tú puedes decidir si quieres hacerlo o no.-
-¿Y... cómo lo haría?-
-No es difícil, uno de nosotros influiría su energía en ti, pero esta vez de forma permanente, de manera que la esencia sobrenatural en tu interior tomara esa fuerza y saliera a la superficie.-
Ella lo pensó unos momentos y volvió a clavar sus ojos en Ila, él le devolvió la mirada impasible.
-Esta bien, quiero hacerlo.- dijo ella con voz baja.
-Si estás segura, yo recomendaría que fuera Alexandro o Ilyusha quienes lo hicieran dado que la esencia se parece será un poco más sencillo.-
-Yo lo haré.- dijo Ila intempestivamente.
-¿Estás de acuerdo Joce? ¿Esto es lo que deseas?-
-Sí- dijo con firmeza.
-Adelante entonces-
Una Joce temblorosa se acercó a Ila, que había tomado su forma taurina al dejar salir su esencia, él la rodeo con los brazos con ternura y poco a poco fue influyendo su esencia. En efecto la energía de Joce despertó con fuerza y su cuerpo comenzó a temblar por el cambio.
-Mis piernas... duelen...- jadeo ella contra el musculoso pecho de Ila, él le susurraba palabras tranquilizantes sin dejar de hacer su trabajo y sin soltarla.
Al principio sus piernas se tornaron color verde y se cubrieron de escamas esmeraldas, después comenzaron a unirse y a alargarse hasta convertirse en una gran cola de serpiente.
-¿Una lamia? Es imposible- solté, sorprendida.
-Así que era verdad.- dijo Alyosha desde el otro lado. Todos mirábamos atentamente hasta que la conversión se terminó.
-¿Qué es... esto?-Joce se detenía de los brazos mientras intentaba mantener el equilibrio con su nueva forma.
-Eres una lamia, o al menos eso parece. No se tiene registro de nuevas lamias desde hace por lo menos cuatro siglos. Ninguno aquí habíamos visto una, es por eso que no podíamos reconocerlo. ¿Cómo te sientes?-
-Esto es... extraño. No me puedo parar.- comentó.
-Tranquila, tus instintos te diran como moverte.-
-No te soltaré- le dijo Ila. -Así que no tengas miedo y solo concéntrate en lo que sientes.-
Después de un rato Joce lograba mantenerse erguida aunque aún no controlaba el poder moverse. Tardó dos días para dominar por completo su nueva forma, pero cuando lo hizo se veía feliz. Ila no se había separado de ella en todo ese tiempo, así que no me sorprendió cuando anunciaron que eran compañeros de vida, por el contrario me alegre por ellos.
Ambos pasaron a representar al mundo subterráneo, pues las criaturas la adoraban y la seguían, los pocos que no lo hacían por ella si obedecían por temor a la fuerza de Ila.
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