43. No dejes que nadie lo arruine.
Dedicado a: cttyr_ ❤️ te quiero millones, gracias❤️
Dedicado a esta chica también:
Una disculpa no alcanza :( luego de un descansooooo, volvemos CON TODOOOOOOOOOO.
—Julie, ¿estás viva? —Peter mueve mi moribundo brazo en busca de alguna respuesta. No quiero abrir mis ojos porque sé lo que se sentirá. Solo quiero dormir... cinco o diez años más. Mi mejor amigo vuelve a insistir a lo que doy como contestación un inentendible balbuceo que traducido a mi estado quiere decir "Déjame". Aunque sonó como una Maldición en árabe.
—Oooooh Julieee...—vuelve a mover mi brazo.
No me interesa la amistad. Juro que lo mataré.
—Jules —llama. ¿Jules? Nadie en el inmenso universo me había llamado "Jules" antes—. ¿Por qué no te llamamos así? Suena bien, ¿eh? —vuelve a picar mi brazo con su dedo.
—Peter, te mataré.
—Oh, hablas español —dice este fingiendo un tono de sorpresa.
¿Quién elige a nuestros mejores amigos? Seguro una fuerza superior que no le quedó otra que juntarme con los idiotas. Hey, hoy estoy rimando y todo.
Abro mis ojos en rendición. En algún momento tenía que levantarme y Peter no iba a detenerse.
Al incorporarme, me doy cuenta lo que duele mi cabeza. Mi garganta se siente seca y tengo un ligero dolor en mis articulaciones. Había olvidado lo que eras, resaca.
Estoy en mi cama y Peter está a mi lado. Esta bien, no era la primera vez que dormíamos juntos. Además, tengo mi ropa puesta. Nada sucedió. Mi virginidad esta intacta.
Observo que estamos casi a oscuras. Por la ventana puedo ver que efectivamente, esta amaneciendo.
—¿Y a ti que mierda te pasa? —exclamó mientras le doy una mirada de esas que congelan—. ¿Qué hora es?
—Seis y media de la mañana —responde luego de fijarse en su reloj.
Suspiro. Gritar hace que mi cabeza quiera partirse en dos. Decido calmarme y volver a acostarme en la cama. Peter pone su brazo en mi cintura y me tira contra el.
—Hemos dormido... Una hora y media —responde.
Maldigo a Cara mentalmente y su loca idea de salir a un bar un jueves por la noche. No recuerdo muy bien que sucedió. Solo nosotros cuatro riéndonos a carcajadas sobre cosas del pasado y luego nos encontramos con... Uhm, no recuerdo. En si, fue una buena noche. Aunque hubiese preferido que sea un viernes o sábado.
—¿Dónde están Cara y Derek? —preguntó.
—Decidieron pasar sus cosas a cuestiones más privadas —responde mi mejor amigo con delicadeza. En otras palabras, se fueron a tener sexo en otro lugar.
—¿Son novios?
—No lo creo. Pero se gustan, eso todo el mundo lo ve.
—¡Genial! Ahora soy la única sin pareja —dicho esto, me levanto de la cama. En poco tiempo deberíamos estar ya en la escuela. Y no, no podía perder clases. Menos con los exámenes a la vuelta de la esquina.
—Y no tiene nada de malo —Peter ha decidido levantarse también. Se encontraba sin camiseta así que se puso la que tenía ayer que se encontraba descansando en el suelo. Cualquiera pensaría que acabamos de volver de una noche agitada, si ya saben a lo que me refiero. Salgo de mi habitación, encontrándome todo en penumbra y absoluto silencio. Lo encontraba algo raro, mamá es de esas personas madrugadoras que se levantan temprano a... Ver crecer el césped, no lo sé.
Bajo las escaleras con cuidado de no caerme. No he dormido ni siquiera un cuarto de lo que acostumbro dormir y me esta jugando en contra.
—Eso te pasa por beber —dice Peter mientras baja saltando escalones queriendo demostrarme que se encontraba en perfecta condiciones.
—¿Qué? ¿por qué estás intacto? —pregunto mientras entrabamos a la cocina, la cual estaba a oscuras.
—Porque Aladin no iba a traerte en su alfombra mágica, mensa —pasa por delante mio, chocando mi hombro a propósito. Maldigo cuando me tambaleo. Juro que no es por lo que creen, simplemente tiene fuerza.
Como Don Juan en su casa, Peter abre la heladera y saca cualquier tipo de cosas que podrías imaginarte. No me quejo, yo también moría de hambre. Antes que todo, me aseguro de beber aunque sea un litro de agua. Mi garganta lo pedía a gritos.
Terminamos desayunando... Bueno, nada muy exótico ya que mi mejor amigo da asco en la cocina y yo apenas podía mantener mis ojos abiertos. Concluyendo, nuestro desayuno se basó en simples tostadas con huevos revueltos que salieron algo quemados y café. Mucho café.
—Buenos días —dice mamá entrando a la cocina. Subo la vista y la veo, tan radiante como siempre. Siempre me pregunto que demonios hace para verse así. A ella nunca la verás desayunar en pijamas, siempre debe estar vestida y presentable no como nosotros dos que parecemos zombies. Tiene sus zapatos de tacón como siempre, unos jeans que se amoldan a su figura, una blusa delicada color blanco y un blazer de un rosa potente que supongo que es nuevo, porque nunca lo había visto antes.
—Hola —balbuceo.
—Hola, Grace —saluda Peter tan cortés como siempre. Como si hace unos minutos no estuviese soltando maldiciones sobre el partido de fútbol que jugó ayer.
—¡Peter, querido, tanto tiempo! —mamá percata de su existencia y los dos se abrazan. Pf, la hija aquí soy yo. Deja un beso en mi cabeza antes de ir a prepararse su café.
Nos hace más típicas preguntas. "¿A donde fueron?", "¿Se cuidaron?", "¿Quienes fueron?". Todas las respondíamos sin muchas ganas. Peter, quien era el más lúcido hablaba: yo agregaba algo de vez en cuando para que no se de cuenta la resaca que llevo.
Cuando los tres terminamos, finalizamos la amena charla y con el estomago contento Pet y yo nos dirigíamos a el patio trasero.
—Julie, no te asustes pero mañana es tu cumpleaños —dice este de repente cuando nos sentamos en el suelo dejando que los rayos de sol nos den directo a la cara.
Parpadeo un par de veces. ¿Mañana ya es 27 de abril? Me quedo estática en mi lugar. ¿Cómo es posible que hubiese olvidado mi cumpleaños? Siempre suele ser una fecha importante para mí.
—¿Qué? —musitó.
—¿Acaso te has olvidado?
Había olvidado que mañana cumpliría dieciocho años. Vaya desastre de persona. Siento como un vacío en mi se rellena, algo inexplicable. Es como si acabaran de darme noticias.
—Lo olvidé por completo.
Y como todo, el contrato tiene una parte mala. Y la parte mala de esto es que no solo es mi cumpleaños. Es el de Hunter y Hunter solo me trae malos recuerdos.
[....]
—¡Arriba, idiota! —alguien —persona muy molesta, cabe aclarar— pone sus manos en mi cuerpo y comienza a sacudirme como si fuese una especie de bolsa de papas.
Gruño e intentó zafarme de las inquietas insistencias de Cara. A mi mejor amiga la puedo reconocer en todos lados. La oigo suspirar con pesadez para luego desaparecer. Lleva zapatos de tacón a juzgar por el sonido de el taco resonando con la madera.
¿Qué? ¿Por qué diablos tiene tacones?
Pero no se preocupen, no dejo que eso me carcoma la cabeza y me dedico a seguir durmiendo. Últimamente parecía que era lo único que me salía bien.
Me hundo en las almohadas y doy un respiro profundo. Pero este termina atascado.
—¡Aaaaaaahh! —grito cuando siento agua helada corriendo por todo mi cuerpo. Me levanto de golpe, completamente mojada y observo hacia todos lados furiosa.
Iba a correr sangre.
Cara se encontraba de brazos cruzados a mi lado. Una cubeta de color rojo ahora vacía estaba a su par.
—¿¡ESTAS LOCA?! —exclamó con odio.
Me mira como si la vida le importara un trasero plano y se alza de hombros.
—Vamos, a ducharte —dice comenzando a caminar hacia mi closet.
Observo la hora en mi reloj. Son las ocho de la noche. ¿Tanto había dormido? Recuerdo vagamente haber llegado a casa luego de un largo y tedioso día de escuela donde tuve que soportar a ver a Hunter y a Becky juntos. Llegué a casa, vi una película algo así y volví a dormir.
—¿Qué se supone que estás haciendo? —protestó algo adormilada. Siento como si hubiese despertado en otro año. Mejor, en otra galaxia.
—¿Qué, qué? —pone énfasis en el último "qué" y asoma su cabellera castaña por la puerta del vestidor—. ¡Tu fiesta de cumpleaños!
Ge-nial.
Mi fiesta de cumpleaños. ¿Cómo olvidarlo? Aunque bueno, si somos sinceros creo que soy capaz de olvidarlo. Gruño para lanzarme de nuevo a la cama. Nunca me habían gustado estas fiestas. ¿Razón? Podría enumerarte una docena, pero la más importante y principal era la siguiente:
También es la fiesta de Hunter.
Y creanme, no quería verlo ni pintado. Al recordarme esto, mis ganas decaen como montaña rusa y tengo ganas de ahogarme en helado. Pero tengo una mejor amiga que no piensa como yo.
-No puedo creer que no hayas comprado nada -la oigo protestar mientras seguramente da vueltas mi habitación-. ¡Juliette, tú madre se pasó semanas organizando esta fiesta!
Mamá.
Últimamente estaba siendo como mi talón de Aquiles. Era mi punto débil. No podía decirle que no. Es como si todos mis principios se cayeran en una fuerte sacudida cada vez que su nombre entraba en juego.
Me siento en el borde de la cama y observo con la mirada perdida el suelo. Últimamente lo estaba haciendo demasiado. Esa mirada de agravamiento y ese vacío inexplicable en el pecho eran cosas de todos los días y luego esa, esa pregunta que siempre da vueltas en mi cabeza: ¿Qué haré ahora?
Cara aparece en mi campo de visión con varios vestidos, todos de color blanco. Claro, la tradición "la cumpleañera debe ir de blanco" pero que estupidez. Hago una mueca viendolos, pero a juzgar por la furtiva mirada de mi mejor amiga, me conviene ponerme uno.
Dos largas horas después me encuentro lista, en un vestido blanco que llega hasta la mitad de mis muslos y es suelto, cosa aliviadora, no tenia ganas de parecer un embutido. Los zapatos los elegí yo. Son unos de tacon altos, pero blancos. Siempre blanco. Voy a parecer un maldito malvavisco, no estoy bromeando. Como no hace frío, al abrigo lo dejamos olvidado y pasamos al tema "decoración". El año pasado, recuerdo que mamá contrato un estilista para que hiciera todas estas cosas. Creo que juzgo mi estado de animo y entendió que con Cara me sirve y sobra.
El maquillaje fue simple, a mi pedido. Claramente, Cara quería algo extravagante para presumir sus habilidades con las brochas y sombras, pero la convencí con "es todo blanco". Es como jugar con un niño. Al instante, lo capto y ahora llevo algo ligero y normal que resalta mis ojos celestes. Prosiguió a ponerme colgantes y brazaletes. Luego, hizo algo que juro estoy cien por cien en desacuerdo. Lleno parte de mi cuerpo con brillo. Se siente pegajoso y no creo que quede muy sofisticado, pero Cara lo hace. ¿Cómo era que lo llamó? Ah, sí. El último grito de la moda.
Una vez que ella termino de retocarse su maquillaje, salimos. No sé a quien esperaba encontrarme, sinceramente. Me sorprendo al ver a Acacia. Estaba ahí, como intentando pasar desapercibida cerca de mamá. Lleva un vestido azul y en diferentes tonos que le llega hasta la mitad de los muslos y es pegado al cuerpo. Unos tacones color gris y su pelo esta desordenado, pero de una forma que queda atractivo.
Me quedo mirándola en el pie de la escalera, no sabiendo como reaccionar. Es insólito como vivimos en la misma casa pero no la veo hace semanas. O cuando lo hago es apenas verla pasar caminando. Eleva la mirada y las dos hacemos contacto visual. Se siente como si no la hubiese visto hace años.
Mama corta nuestro encuentro con uno de sus tantos gritos de alegría.
—¡Julie, esas preciosa! —se apresura a venir a mi encuentro y enrollarme con sus brazos como si fuese un osito de felpa. Apartó a Acacia de mis pensamientos y abrazo a mamá, oliendo su fragancia y sosteniendo su cuerpo entre mis brazos. Extrañaría esta sensación.
—¿Ves, Grace? Te dije que la dejaría preciosa —Cara sonríe, ganando un poco de crédito a la situación. No me quejo, ella debería llevárselo todo.
Mamá le agradece a mi amiga y en cuestión de minutos, las cuatro nos vemos en el auto que el chofer de la empresa maneja. En el camino, Cara y Grace hablan de que tal quedo todo, quien decoró —seguro alguien importantísimo—, a quien está el catering, entre muchas cosas que solían interesarme. Mi hermana se sentó lo más lejos de mi como sea posible. Esta con la mirada en la ventanilla y sin decir ni "mu".
Definitivamente había dejado que la situación se me vaya de las manos. ¿En que momento pasamos de amarnos a parecer dos desconocidas? Me duele, me duele muchísimo. Verla alejarse así y sentir que no puedo hacer nada. Es que de verdad, no tengo fuerzas para hacer algo.
Luego de alrededor de veinte minutos de viaje en auto, la camioneta se detiene frente una mansión enorme. Abro mis ojos como platos al ver la inmensidad del lugar. ¿Cómo carajos? Me quedo totalmente embobada ante la estructura que tengo al frente. Si bien había estado en varias casas así para distintos tipos de eventos, nunca una que me gustara tanto como esta.
Tenía un amplio y largo piso de piedra en donde la camioneta y muchos autos más habían estacionado. La majestuosa entrada, es de techo lago y angosto que se sostiene con cuatro grandes pilares que tranquilamente podrían encontrarse en la Grecia Antigua. La estructura se extiende equitativamente por ambos lados y tiene un aspecto viejo pero también, moderno.
No podía escuchar nada viniendo de la casa, pero si el armonioso sonido del vaivén de las olas en el mar. Me giro para ver a mamá, que estaba mirándome a mí. Supongo que fui la única embobada con la casa. Sonríe mientras lo hace.
—¿Como? —logró musitar acercándome a ella—. Mamá, ¿estás loca? Eso debió costar una fortuna...
Niega rápidamente con la cabeza como si hubiese tocado un tema que quiere evitar. Se acerca rápidamente a mi y me toma de las manos las cuales seguro temblaban de la emoción.
—No te preocupes por el dinero —su sonrisa maternal que siempre me transmite que todo estará bien, ni interesa si el mundo está cayéndose a pedazos, aparece. Suelta una mano de la mía y la pasa por mi cabello—. Quiero que disfrutes. Sé por todo lo que estás pasando. Y no haré preguntas, pero quiero que esta noche lo olvides. Y te ames a ti misma.
Una lágrima se me escapa. Podía ser muy sentimental cuando quería. Esbozó una pequeña sonrisa temblorosa, encontrándome al punto de largarme a llorar con ganas. Mamá me abraza antes de que lo haga.
—No quieras arruinar ese precioso maquillaje que Cara te hizo —dice con un tono de diversión.
—Me matará —digo intentando no llorar.
Se ríe en voz baja y se separa de mi. Con su pulgar, quita suavemente la lágrima y deja un beso en mi frente.
—Ahora, a disfrutar —pellizca mi mejilla derecha y me toma de la mano. Juntas, caminamos hacia la entrada de la elegante mansión. Lo hago mirando hacia todos lados, totalmente maravillada con el lugar.
No iba a dejar que nadie me arruine la noche.
Alguien nos abre la puerta una vez que estamos cerca. Por lo poco que puedo ver del interior, ya me quedó maravillada. Hay dos guardias en la puerta. A uno lo conozco de toda la vida, es Hank. Me guiña un ojo cuando paso y lo saludo con un gesto con la mano.
Pasamos el hall de entrada que tenía un techo altísimo y decoraciones que probablemente valían un montón. Observo todo mi alrededor con fascinación.
Definitivamente le atine cuando llegó al salón principal sin perderme. Generalmente, este tipo de casas tienen como corazón una gran sala. No me había equivocado con esta.
Sintiéndome como en una película, tomó las grandes manijas de la puerta. ¿Qué me encontraré del otro lado? Mejor dicho, ¿a quien me encontraré? Un cosquilleo recorre mi cuerpo. Pero por alguna razón, no soy capaz de abrir la puerta. Y no precisamente porque esta cediera.
Es que todo estaba siendo tan maravillosamente perfecto que temía verlo y que todo se caiga a pedazos. Porque era así. Tan dependiente de Hunter me había vuelto que, casualmente depende de él mi felicidad. Y sé, sé perfectamente que eso está mal pero son mis sentimientos. Mis estupidos sensibles sentimientos y no tenía la menor idea de cómo pararlos.
Siento que una mano se pone encima de la mía, haciéndome sobresaltar. Acacia está ahí. Parpadeo un par de veces, completamente sorprendida. Me da una cálida sonrisa que hace que mi cuerpo se llene de vida. Le devuelvo la sonrisa sin poder contenerlo.
Quizás, después de todo algo si este yendo bien.
Con un simple empujón, abre la puerta. Estas quedan de par en par. Entrelazo mi brazo con el de Acacia y con una seguridad que juro no sé de dónde salió, entramos.
La sala es enorme, tal como lo esperaba . No obstante, no pierde su toque que la vuelve elegante. Hay varias mesas distribuidas por todo el lugar. Y claro, no podía faltar la gente. Veo desde amigos de mamá, hasta compañeros de clase, gente de la empresa y muchas otras personas que había conocido a lo largo de mi vida. Esto no tiene absolutamente nada que ver con la fiesta del año pasado. Era un gran grupo de adolescentes en trajes de baño, luces de colores, pintura y mucho alcohol. Esto parece sacado de cuento.
No termino de apreciar todo cuando tengo a todo el mundo encima mio. Peter es el primero que se abre espacio hasta mis brazos. Me abraza como si no nos hubiésemos visto en años, me levanta del suelo y repite "Feliz cumpleaños, feliz cumpleaños". Luego sigue Derek y algunos familiares. Mi mirada seguía en esas personas que saludaba, era como si tuviese miedo de mirar a los costados y verlo.
Estaba comportando como una estúpida, y lo sabía.
Los saludos se terminan más rápido de lo que esperaba y me veo obligada a caminar hacia mi mesa. Y es ahí es cuando lo veo, estaba mirándome fijo y parecía que desde hace rato. Estaba más guapo de que costumbre, llevaba una simple camisa blanca, como siempre doblada hasta casi los codos y un pantalón color beige. Sabía de sobra que mi lugar era a su lado, siempre habia sido asi desde que eramos pequeños y jugábamos a los empujones cuando en realidad debíamos "comportarnos".
No perdemos el contacto visual hasta que llego a la mesa. Me obligó a quitar la mirada. Pero esta cae en Becky. Me sonreía como si todo estuviese bien en el mundo. Inmediatamente giro para buscar mi lugar. Cara estaba por sentarse a mi otro lado, pero rápidamente tiró de su brazo y la obligo a sentarse en el que suponia que debia ser mi lugar, entre Hunter y yo.
Esta noche quiero distancias.
Nota:
Ya no sé con que cara subir JAJAJAJAJ. Lamento muchísimo haberlos tenido esperando así. Tenía que resolver unas cosas conmigo misma antes de poder seguir adelante. Pero se acabaron los parones.
JURO QUE LA SIGO HASTA QUE SE TERMINE.
jejejejejejejjejejejejejejeejejejejejjesoyjejejejejconocidajajjajajajporjajajajajnojajajajcumplirjajajajajajjamisjajajajajajjapromesasjajajajaja.
sinceramente, no tengo una explicación concreta. Paso que estuve una semana enferma, otra de viaje, otra con depresión post-viaje, otra no se que paso, otra estuve viendo prison break, otra también y no se si fueron tantas semanas...
Además, ya ni yo tengo un pedo de idea de lo que estoy escribiendo, seamos honestos.
Así que hasta que termine con las tres mil palabras de verseo, se hizo larga la espera.
Aun así, quiero agradecerles a los que ME ESPERARON. Los amo con toda, gracias por bancarme, se merecen el cielo y las estrellas ♥
Y GRACIAS POR LOS 400K!!!!!!!!!!! ESTAMOS CRECIENDO CADA VEZ MAS Y ME PONE SUPER FELIIIIIIZ.
SOLO AVISARLES, SE VIENE EL SALSEEEEEEEEEO. EL PROXIMO CAPITULO VA A ESTAR ON FIREEEEE #Hulie
nos vemos en poco,
cande.
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