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31. Es algo tarde.

Agradezco estar en Mexico 😊👏🏻❤ Todavía es Sábado 😏

Disfruten!




—Entonces... ¿Cuál diseño te gusta más? —interroga mamá mientras eleva los dos bocetos, uno en cada mano.

La pregunta hace que vuelva mi atención a ella. Observo los dos tipos de vestidos con detenimiento. O al menos, todo el detenimiento que puedo permitirme estos días.

Claramente no estoy en mis mejores momentos. Pero de todas formas, hago un esfuerzo al ver la cara de ilusión que carga mamá.

—El de la derecha. El de la izquierda tiene esa cosa horrorosa colgando el brazo —arrugo mi nariz.

—Pero...—

—Mira, combinalos. El vestido con mangas con esa cosa que cuelga, no sé qué es. Pero ponla mas abajo —sugiero alzándome de hombros. Dudo que tome mi sugerencia, solo quiero que vea que estoy haciendo un esfuerzo por ayudar... Por más que mi sugerencia sí me gusta.

Frunce el ceño y gira hacia ella los diseños. Los observa un rato con mucho detenimiento. Pasa su mirada de uno al otro, como si intentara proyectar lo que anteriormente le había sugerido.

—Tienes razón —dice y rápidamente se gira a su escritorio.

¿Tengo razón?

Intento sonreír, pero solo sale una mueca que rápidamente quito. Últimamente ando llena de sonrisas fallidas. Me ha pedido que sea fuerte, que deje de llorar y que disfrutemos juntas. ¿Pero cómo cree que podría "disfrutar" sabiendo que son mis últimos meses con ella?

Si es que sucede, ¿qué pasará luego?

Me aterra tan solo pensarlo.

¿Cómo haré para levantarme todas las mañanas sabiendo que no está más conmigo?

Eso hace que quiera volver a llorar otra vez como una niña perdida. Respiro hondo y me contengo.

Observo con la determinación que corrige los bocetos con su lápiz. Creo que no se ha dado cuenta de que tiene uno en su oreja. Y creo que tampoco se ha dado cuenta que no tiene puesto sus lentes y que los tiene por encima de su cabeza.

Sonrío un poco. Y por primera vez, no es una sonrisa fallida.

La voy a echar de menos. Nunca he perdido a nadie. ¿Cómo se sentirá? ¿Se pueden superar este tipo de cosas?

—¿Cómo vas con la línea masculina? —pregunto intentando ahuyentar mis pensamientos. Aclaro mi garganta.  Además, tengo curiosidad.

—Bastante bien —contesta sin mirarme, aún trabajando con el lápiz—. A fin de mes tendremos los primeros modelos para poder publicitarlos.

Publicitarlos con Hunter. Antes sonaba terrible, ahora me parece que será divertido.

—Qué bueno —murmuro.

El silencio vuelve a inundarnos hasta que ella lo rompe.

—¿Ya sabes que harás para tu cumpleaños? —pregunta mamá.

Me quedo en blanco. Parpadeo.

Cierto, mi cumpleaños. Lo había olvidado por completo. Es en un mes. 27 de abril. Y para ser más precisos, mi cumpleaños y el de Hunter.  ¿Un cumpleaños llevándonos bien? Uhm, muero de ganas de ver eso. Y no creo ser la única.

—No, pero supongo que Theresa y tú ya lo saben —pongo mis cartas sobre la mesa mientras la observo.

Desde que éramos pequeños, aprovechando que habíamos nacido el mismo día a dos habitaciones de distancia en el hospital, con tres horas de diferencia, habían hecho de las suyas y nos han festejado siempre juntos.

Friendship goals, ¿quién?

Una vez cumplimos tres años y trajeron a una banda. A los tres años quería enterrar mi rostro en el primer pastel que vea, no escuchar una banda.

El año pasado fue una fiesta de piscina. La pasé peleando con Hunter. Cuando llegó el pastel, hice que cayera encima de él y con las velas, se incendió una tumbona. Tuvimos que evacuar el lugar. Buenos tiempos.

Pero este año será diferente, lo sé. Lo presiento.

—¡Cumplirán dieciocho! —exclama como niña emocionada. Me gusta verla así—. No todos los años sucede.

—Claramente —bufo con sarcasmo.

Se queda en silencio. Estoy tan acostumbrada a que haga un comentario sobre lo mal educado que suena usar sarcasmo. Así que lo espero. Sin embargo, nunca llega. Mantiene su vista clavada en el suelo.

—Puede que sea el último cumpleaños que pase contigo... —murmura finalmente.

Esas palabras me caen como una estaca al corazón.

Mierda.

Por un segundo había olvidado eso.

—Mamá... —murmuro. El aire me falta y estoy a punto de echarme a llorar.

— Lo siento —murmura ella y noto que sus ojos se están cristalizando—. No quería...

—No, no. Está bien —rápidamente salto de mi silla y me coloco al frente de ella—. Está bien.

La abrazo y la siento llorar en mi hombro. Lo hago también sin poder evitarlo.

Repito, ¿cómo superaré esto?

***


Termino mi tarea de matemáticas y cierro el libro con fuerzas. Esto me pasa por no ir a la escuela toda la semana. ¿Cómo iba a saber que la profesora iba a dejar todo esto de tarea? Es simplemente, inhumano.

Me recuesto en mi silla y giro, mirando mi cama con deseo. Muero por dormir, pero tengo un informe de literatura para redactar. Al parecer, al profesor se le quebró el corazón conmigo y en vez de darme la tarea normal, me pidió una redacción de unas cuatro mil palabras. Tampoco es divertido, pero al menos podría elegir un tema que me interese de las opciones que me dijo.

Enciendo mi laptop y me pongo a vagar por Internet un rato antes de empezar para despejarme la mente. Estoy leyendo un artículo interesante que encontré en Facebook cuando de repente, unos golpecitos contra el vidrio de mi ventana me sobresaltan. Joder, el silencio ya era demasiado.

Giro sobre la silla y veo a Hunter del otro lado.  Me levanto y me apresuro a quitarle el seguro para abrirle.

Salta del árbol hacia mi ventana.

—Galletita, deberías dejar de ponerle seguro a tu ventana —dice mientras entra.

—¿Y dejar que chicos como tú entren? —bromeo. Al parecer, Hunter ha logrado cambiar mi humor. Cosa que me resulta un poco increíble, antes me ponía de malas apenas le veía el rostro y ahora, pff, creo que es mi mejor parte del día.

—Soy el único —declarar y se acerca a mí. Me sorprendo un poco cuando deja un suave beso en mis labios. ¿Debería acostumbrarme?

Sonrío estúpidamente.

Aun así, decido profundizar el beso, nuestro segundo beso para ser exactos. Hunter parece entender a dónde quiero llegar porque me toma de la cintura y me abraza, haciendo que mi cuerpo choque contra el suyo. Coloco mis manos sobre su pecho y puedo sentir su corazón latir frenéticamente. Eso me tiene dando piruetas en mi cabeza. Yo estoy provocando todo eso.

No creo poder cansarme de los labios de Hunter.

Cuando nos separamos, no puedo evitar mirarle como estúpida. Seguro mi rostro lo dice todo. Las mejillas sonrosadas y mi sonrisa tonta.

—Tus besos son adictivos, Galletita —murmura.

Y por primera vez, no me molesta que me llame "Galletita".

Me río nerviosa.

—¿Por qué has venido? —le pregunto.

—Debemos hablar —dice sin despegar su agarre de mi cintura. No me gusta como suena eso.

—¿De qué?

—No de qué, de quienes —responde y respira hondo—. Cameron y Acacia.

Reprimo mis ganas soltar un suspiro de alivio. No quería hablar de nosotros, no aún.

—Uhm sí, también quería hablarte de eso –digo recordando el mar de pensamientos que fui ayer por la noche. Cameron vino a buscar a Cas y luego de verlos besarse, no pude dejar de pensar en ellos. Era como si me encontrara en una posición completamente diferente a la cual estuve cuando me enteré que empezaron a salir.

Hunter deshace el agarre en mi cintura y me toma de la mano para llevarme al sofá de mi habitación. Se sienta y cuando me quiero sentar al lado de él, jala de mi con fuerza y termino encima de su regazo.

Entrecierro mis ojos y él solo sonríe con inocencia.

—Dime.

—Creo que hay que dejarlos —empiezo, intentando no ponerme nerviosa al estar encima de Hunter—. Se quieren, y tenemos que superarlo. Fuimos bastante inmaduros al prohibirles salir. Y a pesar de todo lo que les hemos arrojado, se han vuelto a levantar y siguen juntos. ¿No crees?

Me giro para verle. Se muerde el labio. Nunca hace eso. Al menos que...

—¿Qué sucede? —pregunto.

—Es algo tarde.

—¿Tarde para qué? —inquiero con el ceño fruncido.

—Cameron se va a Francia dentro de unas semanas.





NARRA HUNTER.

Becky parlotea sobre la fiesta que está por organizar. Nombra algo sobre unas luces violetas y empiezo a arrepentirme por haberle dicho que sí.

Dejo de prestarle atención.  Por alguna estúpida razón, no puedo dejar de pensar en Acacia y Cameron.

La parejita del millón.

Mierda.

No puedo creer que de tanto escuchar a Juliette llamarlos así, haya terminado contagiándome. ¿Qué estás haciendo conmigo?

En fin, le conté hoy mi plan B a Galletita. Pero debo hacerlo solo, ella no va a ser de mucha ayuda después de todo. Y tengo miedo de que su brújula moral empiece a funcionar e interrumpa mis planes.

Así que ahora, solo tengo que buscar una forma para que mamá quiera tanto que mi hermanito se vaya a Francia.

No por ese estúpido capricho de Juliette para que nuestros hermanos se separen. Admito que al principio fue divertido jugar con Juliette y armar una tregua, pero ahora es diferente. Me enteré de las cosas horribles que hace mi "inocente" hermanito menor. Esa es la diferencia entre nosotros. Yo no oculto ser un imbécil. Cameron está haciendo un trabajo muy bueno en ocultarlo. Me atrevo a decir que es peor que yo.

Para empezar, lo obvio, Acacia es una apuesta. Lo sé, lo supe desde un poco antes de que Julie escuchara su conversación con Mike, un amigo de Cameron. Al principio no me interesó. Luego me enteré que no era solo quitarle la virginidad, cosa que ya hizo, si no humillarla enfrente de todos.

Si fuese una chica cualquiera, no me interesaría. Pero es Acacia. Mientras su hermana me odia a muerte, Acacia es como mi hermanita menor. Ya casi ni nos hablábamos por el simple hecho de que ella creció y dejó de hablarme. Al parecer ya no soy tan "cool" como cuando éramos niños.

Y bueno, tengo que admitir que es lógico que no me quiera cerca. Siempre ahuyentaba a todos los niños que se le acercaban y esas cosas de hermano mayor.

No iba a permitir que el idiota de mi hermano la ridiculice así. Y por supuesto, Acacia probó estar tan ciega y no querer admitir la verdad que nunca va creer lo que le diga. Tampoco que Juliette y yo le demos muchas razones para que nos crea.

Y... no nos olvidemos del hecho de que Cameron está engañando a Acacia.

Esto es de locos, mi hermano es peor que yo y actúa mejor que yo.

Un día lo seguí a una fiesta —admito que no fue uno de mis mejores momentos espiar a mi hermanito—. En esa fiesta vi como se enrolla con chica tras chica como si no tuviera novia.

—Bebé —ronronea Becky y se sienta encima de mí. Eso es suficiente para despejarme un poco la cabeza. Le sonrío, ignorando mis pensamientos.

—¿Sí?

No me gusta como suena el "bebé" viniendo de ella.

—¿Te parece lo de la fiesta? —pregunta.

¿Qué fiesta? No estaba escuchándola.

—Claro —digo intentando parecer seguro. Ella sonríe mas y sé que le he acertado.

—Perfecto, entonces dinero.

Intento no ahogarme con mi propia saliva.

—¿Qué? —logro musitar.

—Pero me has escuchado, ¿verdad? —pregunta con esas miradas que matan.

¿A dónde se fue la Becky que era mi mejor amiga? La chica buena, comprensible, cariñosa. A mi me gusta esa Becky, no esta versión que tengo encima de mi. Fantaseé tantas veces estar así con ella, pero ahora solo quiero que se quite y deje de hablarme porque la desconozco.

Suspiro cansado.

—Saca lo que necesites de mi billetera—digo sin más. El dinero es lo de menos con tal que se vaya a comprar las cosas para la fiesta y me deje pensar tranquilo.

Chilla de emoción y se quita de encima. La oigo hacer algo en mi mesita de luz pero no la miro, sostengo mi mirada en el techo. Oigo la puerta cerrarse y una oleada de alivio me recorre el cuerpo.

Tengo que terminar con Becky uno de estos días.

Quito a la rubia de mis pensamientos y comienzo a pensar en Cameron. Tiene que haber algo...

Luego de unos minutos de divagar absolutamente todo, termino pensando en lo mismo de siempre.

Juliette.

Es increíble. Puedo estar cualquier cosa pero mis pensamientos siempre me traicionan y termino pensando en ella. Ahora más que nunca. Soy un imbécil. Me había prometido controlarme. Y luego pasó lo de la playa, después en su habitación.

Soy un idiota, no son noticias nuevas.

Después de pensar en posibilidades por mucho tiempo, termino con una idea. Al parecer, pensar en Juliette si tiene algo positivo. Pienso en esa vez que intentamos inculpar  a  Cameron con ropa interior, cosa que claramente no funciono.

Esta vez haré algo diferente, y funcionará.

Rápidamente, saco mi celular de mis bolsillos y busco en mis contactos a James.

—¿Hola? —responde tras el tercer tono.

—James, tanto tiempo.

—Hunter. Tanto tiempo. ¿Ahora está de moda desaparecer?

No puedo evitar reírme.

—Sí, lo sé. Voy a pasarme uno de estos días —le prometo. Mentira, no voy a pasarme—. Mira, necesito un favor.

—Dime.

Resoplo antes de decirlo.

—Necesito esa mierda que toman en tus fiestas.

—¿Alcohol? —inquiere en un tono divertido.

Ya quisiera.

—Algo más pesado...

—No. ¿Para que quieres drogas? —pregunta algo enojado.

—No son para mí.

Le oigo bufar.

—Esos dicen todos.

—James, créeme, nadie tomará las pastillas, solo las necesito —le prometo y sé lo poco convincente que suena.

—Lo siento, Hunter. No te daré nada —mantiene firme su postura.

—Esta bien —bufo. Tendré que conseguirlas de otra manera.

—Ni se te ocurra pedirle a nadie, Thompson. Esa mierda ya es demasiado. Mantente alejado.

—Que sí, papá —bufo molesto.

—Muérete —responde como la persona madura que es—. Ahora, ¿quieres venir a una fiesta hoy?

Debo admitirlo, las fiestas de Delta Sigma son muy buenas. Siempre me divierto. Es bueno el cambio de aire. Yo llevo a mi lista de contactos —modelos de la agencia— y ellos... Son ellos.

—Nah, paso —respondo—. Pero mañana hay una fiesta en mi casa. Pueden pasarse si quieren.

—Una fiesta con niños... ahí estaré. Llevo a Ben y a Kyle también. Pero no llevaré drogas, Thompson. Juro que si me llego a enterar que las has conseguido, te dejaré sin descendencia.

—Uh, y yo que quería tener hijos contigo —bromeo.

—Púdrete. Seguro que a tu chica no le gustará, ¿cómo era que le dices? ¿Galle...?

—¡Adiós! —exclamo interrumpiéndolo y corto la llamada.

Bufo con frustración y lanzo mi teléfono a mi lado, este rebota en mi cama y vuelve a caer.

Conseguir drogas es bastante fácil. Demasiado fácil hoy en día, pero no conozco a nadie en mi círculo que me pueda dar pastillas y sea discreto. Tanner de vez en cuando fuma un porro, pero eso es todo. Y no es suficiente.

Las necesito para inculpar a Cameron.

Voy a ir por la opción rápida. Si no las voy a conseguir, al menos que lo aparenten. Y pensándolo mejor, que no haya drogas de verdad cerca de mi hermano.





Esa misma tarde paso por una lugar donde venden dulces. Muy maduro, ya sé.

Luego de conseguir unas pastillas que se asimilen, las pongo en una pequeña bolsa transparente. Las dejo en el cajón de su mesita de luz. Ahora, llega la parte de la sutileza.

Voy hasta la habitación de mi madre y busco su antifaz para dormir. Siempre me ha parecido una estupidez mundial eso de taparse los ojos para dormir, pero bueno, ¿quién soy yo para juzgar? Lo tomo y vuelvo a hurtadillas a la habitación de Cameron. Lo pongo en su cajón al lado de los caramelos que parecen droga.

Eso es, Hunter. Buen trabajo.

Satisfecho de mi mismo, bajo las escaleras.

Esto va a funcionar.

.

.




















-Mamá Problems out🖤🌸

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