travesía 3: Infierno
Aparecimos en un lugar totalmente oscuro, no se lograba ver nada hasta que empezamos a caminar para llegar a una zona con luz.
dentro del bosque donde nos encontramos vimos como los árboles retorcidos, estos eran árboles con una madera más oscura de lo normal y un color rojo sangre en las hojas.
Estos árboles poseen el tronco torcido es por algo que tienen ese nombre.
Cada árbol también tienen la particularidad que se alimentan de la sangre pues como no hay agua tuvieron que adaptarse aún clima caliente aunque no es extremo pero sí una temperatura mayor que la tierra más específico unos treinta grados centígrados, la sangre tiñe las hojas del árbol.
No sabría decir si produce un fruto, por el simple hecho que nunca he estado en épocas donde tal vez debería dar su fruto pero para que lo daría si nosotros no nos alimentamos de ningún alimento físico pues no los necesitamos.
Hay demonios que necesitan alimentarse pero no de comida, sino del temor de los seres vivos.
Bueno....tal vez si den frutos porque en el castillo del señor Lucifer hay constantes banquetes, sin contar que Belcebu es la gula y por ello representa el hambre.
El suelo al menos donde estamos es suave y húmedo, las constantes lluvias de sangre si han hecho efecto en el crecimiento de estas plantas.
Y el clima aunque no lo parezca es cálido y no con un calor infernal como cuentan en las escrituras pero sí alto como ya había dicho.
Si cálido para mi es estar a treinta grados centígrados.
—¿Te extrañará por todos los siglos en donde no viniste al infierno?.
—el movimiento por el plano astral no me dejaba ver todo eso, se siente extraño Belcebú, me sorprende estos lugares extraños, de la misma forma no he visitado el cielo.
Salimos del bosque retorcido, a lo lejos se veía una gran puerta negra, con en ella grabada los rostros de los príncipes infernales y en cada una veían una palabra en hebreo, por ejemplo en Lucifer decía ángel caído, rey y señor de los demonios.
En Belcebú decía: el devorador de tierras.
Y en Amon que era el pecado de la ira: todos caerán por la ira de aquel demonio que hizo temblar hasta a los ángeles más poderosos.
Abrimos las puertas del infierno para toparnos al Cerberos, el perro de tres cabezas.
Mas era inofensivo con nosotros, él ya sabía que éramos habitantes de aquí y pues solo defiende las puertas de seres vivos....¿pero nosotros estamos vivos?
Solo los seres vivos poseen un alma y nosotros la tenemos.
Bueno eso no importa, ya habíamos pasado.
Más para delante se encontraba la ciudad de la perdición, lo posee la lujuria cual príncipe es Asmodeo.
Bueno dejen les explico, hubo un antiguo escritor conocido como Dante que relato el libro de la divina comedia, en el cual que cuenta en un viaje que hizo por el infierno y el cielo.
En el cual representa al infierno por nueve anillos, cada uno con el nombre de un pecado en su mayoría.
Primer círculo conocido como el anillo de el limbo aunque no es cierto porque no existe, este anillo es el plano espiritual ya que es el lugar donde las almas se dejan.
Segundo anillo donde gobierna Asmodeo, ahí son castigados aquellos pecadores que cometieron este pecado llamado lujuria.
Tercer anillo donde Belcebu gobierna. Aquellos que cometen la gula son castigados por su ira.
El Cuarto anillo de la avaricia lo controla Mammón, los reyes y personas con dinero que causaron el mal en sus naciones, son castigados por él.
El quinto anillo lo gobierna Belfegor la Pereza, aquí son castigadas las almas que han cometido el pecado de la pereza, los cuales acabarán robando por no querer trabajar y poner un poco de su esfuerzo entre otras cosas.
El sexto anillo de el de la herejía que también lo gobierna Belcebú, son castigados políticos y religiosos extremistas.
El séptimo anillo de la violencia que lo gobierna Amon la ira, este anillo se puede decir que es el más peligroso entre los 9 aunque los últimos dos no se salvan de ellos.
El octavo y noveno anillos son el rey del infierno Lucifer, el pecado de la soberbia.
Se han de estar preguntando y la envidia que gobierna...pues ella no gobierna en el infierno, su reino está bajo los mares de la tierra...su nombre es Leviathan, la gran bestia marina que saldrá de los mares en el final de los tiempos.
Y pues....ahí están los 7 pecados capitales, se les llama así porque son los principales pecados que la humanidad puede tener y por ello cometer más y más pecado...así dañando la posibilidad de ir al paraíso.
Pero...también los demonios somos tentados por el pecado.
Yo fui tentada por los pecados en el pasado.
No pasó mucho tiempo para que viera el río que te llevaba al segundo anillo
La puerta a la que habíamos ido era algo parecido como un cartel de bienvenida el cual los cerberos cuidaban para que ningún vivo pasara o que ningún alma escapara de la misma manera.
Estaba desolado el lugar, ningún demonio se lograba ver y tampoco había árboles cercas. Parecía un desierto en los cuales parece no haber vida alguna.
Un río de sangre nos encontramos al poco tiempo.
Este se llamaba el río Aqueronte el cual tomaban las almas para pasar por él, todo se hunde excepto el barco de Caronte, el llevaba las almas a las puertas del segundo anillo.
—bienvenidos, señora Muerte y lord Belcebú —se inclina Caronte.
—levántese por favor...oiga nos puede llevar directo al octavo anillo? —me inclino.
—lo siento mi señora Muerte, solo esos caminos los tomo para las almas, el rey Lucifer se enoja, ustedes tienen que tomar todo el camino por los anillos.
—¿Y no puede hacer una excepción por ser nosotros? —con dulzura le digo.
—no...nadie puedo hacerlo, ni los príncipes infernales pueden...¿o miento Belcebú? —Caronte se levanta
—cierto...pero pensé que ella haría una excepción.
—bueno....no importa Caronte, no te quiero causar ningún problema.
Nos subimos al barco y Belcebu le pagó con una moneda de oro.
Se le tiene que dar un pago a Caronte para poder pasar, a los muertos se les entierra con una pequeña ofrenda y si no es el caso las almas se quedan toda su vida en el primer anillo, sin dudas yo en algún momento les doy una moneda de plata para que pasen y no se queden estancados en ese lugar.
Bueno esto es en las antiguas tradiciones, actualmente ya son tiempos modernos y las ofrendas de ese tipo se han dejado atrás, las ofrendas hoy en día puede ser cómo se comportan los seres en vida.
—las almas me han contado que eres gentil con ellos...te mandan agradecimientos que por ti pudieron pasar, al despertar en el plano espiritual no tenían ofrendas pero con tu bondad les dabas con que pudieran pasar....aunque ya no sea importante.
Solamente me pongo roja.
—La muerte es gentil con los humanos —dice Belcebu al introducir una mano en el río de sangre.
—《Me sorprende que ya de muertos las personas hablen de mí de una buena manera pero en vida me maltrataban bueno al menos en aquella aldea...tengo fe que hallare una persona que hable de mí como en realidad yo soy》—pienso
Mis heridas ya no se lograban ver con una gran facilidad.
Introducí el brazo a la sangre también, se sentía muy fría pero al mismo tiempo algo cálida, es raro.
En teoría todo este lugar es raro pues no es como el sitio que conocen las personas o mejor dicho como en las escrituras se cuenta pues tiene algo de realidad sin embargo en su gran mayoría es algo falso.
—Bael, préstame tu grimorio.
Belcebú me entrega su grimorio sin decir nada.
No me tomo el tiempo para leerlo, solo lo embullo con mi magia.
Y lo desaparezco.
—ahora podré usarlo también...mínimo para ser de ayuda en algo.
—esta bien Muerte, de todas formas te lo debía...si no hubiera vendido tu libro ya no hubieras visitado nuestro hogar.
—Este no es mi hogar...yo vivía en el cielo.
Belcebu se ríe.
—todos vivíamos en el cielo.
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