—para ti tengo planes magníficos para de una vez por todas acabar con Lucifer y que el mal caiga....aunque hayas muerto te utilizaré como una marioneta, todos antes mis ojos son marionetas, cualquier angel por debajo de mi, no es más que un simple objeto —exclame con una gran arrogancia.

Al poco tiempo entran Ariel, Haniel y Jofiel con grandes heridas en sus cuerpos, apunto de morir si no fuera que usaron un poco de su energía bendita para curar sus heridas.

—!maldito¡ Porque no nos digistes que el señor de las moscas estaba en la tierra, estuvimos a punto de morir si no fuera que éramos tres contra uno, si seguíamos más tiempo nos habría asesinado —grita Ariel con gran furor.

Cada palabra que salía de su boca ardía con gran intencidad.

—perdon...no lo sabia pero que bueno que sobrevivieron a su pequeño encuentro con un insignificante demonio —dijo sin ninguna exprecion en su voz.

—subestimas el poder de belcebu, eres un idiota si crees que es débil, otra cosa que se tome las cosas a juego y por eso parezca débil....no lo es para nada, ya dinos que tienes entre tus manos Miguel, ¿Que planeas? Porque tienes tanta interés en Muerte —exclame

—!cállate Ariel! Hablas demasiado, está bien les diré mi interés con Muerte —decembaino un cuchillo y lo pone frente suyo.

—!Muerte va a causar el fin de los tiempos, si la dejamos vivir va a causar un desbalance en el ciclo del bien y mal, si colisionada será nuestro fin !por algo la mandé a asesinar! Más sus recuerdos solo fueron sellados, su alma no, tenía que acabar igual que los demás jinetes —grite al extender sus brazos y mostrar una expresión siniestra.

—el balance no puede destruirse tan fácil como usted cree, el mal no puede existir si el bien se extingue —aclara Haniel.

—eso creen todos, el mal no debería existir y yo acabaré con el.

—no creo que te interese tanto el ciclo dual, tu tienes otros planes, unos planes egoístas, tu solo vez por ti mismo —replica Ariel

—si no sabes....mejor no hables maldito —mi voz cambia a un tono sombrio.

Desembaino su espada y guarda el cuchillo, se desplazo con gran rapidez, empuja a los lados de sus amigos para tomar una postura defensiva más el impacto recibido fue demasiado fuerte para soportarlo, salio disparado hacia atrás dándose varios golpes contra el suelo, rompiéndose levemente el craneo.

La sangre brotaba y su cuerpo ya no se movía, iba hacia Ariel, solo podía rezar por su alma pues yo lo iba a matar.

Ya estaba frente de el para reclamar su penosa alma, cerro fuerte sus ojos para no ver cómo iba a acabar con el, más en ningún momento sintio el corte final, al contrario escucho como golpeaba algo de acero.

—¿Enserio Miguel? No puedes matar a los angeles a tu placer...tampoco es necesario ser tan cruel, son los chicos —reclama un arcángel que puso su mano derecha para detener el golpe.

Abrío los ojos para ver a la figura del arcángel mensajero de dios, Gabriel.
Su hermosa armadura plateada con líneas rojas contrastaban con la gran armadura dorada con líneas azules de Miguel.

Cabello largo y de un color negro, sujetado en una cola de caballo más en la parte del frentes estaba suelto, ojos de un color rojo sangre y una gran cicatriz que empezaba en el comienzo de la ceja y terminaba en la parte baja de la mandíbula.

—si quieres pelear...estoy preparado para ello, nunca huyó de un combate sin importar quién sea, ¡soy destrucción! —pone ambas manos frente a su rostro con las palmas abiertas y aparentemente sin armas.

Ambos dimos un salto para atrás, Me puse en posición de ataque más son interrumpidos antes de comenzar.

—no van a pelear ahorita, hay gente grave, no quiero que estos chicos mueran —dice el último angel de la gran Trinidad.

Rafael se hace presente en la escena para cargar a Haniel y Jofiel junto Ariel, pues es el arcángel de la medicina y de la salud.

—ustedes dos no se les puede dejar solos sino se van a matar, su forma de pensar es de un maldito niño —reclama Rafael al ver las heridas de Haniel —flamas del señor de las moscas ¡mierda! Las flamas más débiles entre todas en lo que se trata en el daño físico pero las más potentes al quemas angeles y dañar hasta el alma, más no como el fuego azul de Baphometh.....tengo que llevarla a urgencias.

Paso el tiempo y los llevaron al hospital para curar sus heridas más a Haniel fue directo a urgencias por las graves quemaduras.

Por otro lado Rafael, Gabriel me estaban esperando.

—¿Que es lo que quieren? —me limpio el oído derecho.

—se te olvidó verdad....era de esperarse, tienes junta con los serafines —explica gabriel.

—porque tengo que tener juntas con ellos, yo estoy por encima de todos los angeles.....—no pude acabar de hablar sin que me interrumpieran.

—si pero los serafines en la jerarquía son más poderosos entre todos nosotros, son la clase de angeles que son los más cercanos a dios, de hecho son los guardianes que custorian el gran trono de la divinidad —Gabriel me lo recuerda algo que ya sabía.

—¿los ofanims no hacen eso?bueno.

—si y no, ellos tienen otras tareas pero son los que cargan el trono de Dios.

—ellos tendrían que hacerme caso Ami, debería estar por encima de ellos, yo derrote aún serafín y no a cualquiera !yo derrote a Lucifer¡.

—si si lo que digas pero eso no significa nada, los serafines son los angeles más cercanos al señor y por ende más poderosos y sin contar que derrotaste a lucifer con ayuda, no solo como dices —aclara Gabriel.

Seguimos caminando por el gran puente arcoiris, seguí viendo a mis alrededores más no había mucho que pudiera decir, habían demasiados caminos más todos apuntaban a la misma parte sin contar que estaban totalmente solos, pues se suponía que cada camino deberia estar repleto de alma que fueron aceptadas en el cielo y en la corte de los serafines, se les otorgaba la vida eterna y un lugar para el descanso eterno prometido por Dios.

Grandes ojos se mostraron ante nosotros, creía que habíamos llegado al palacio de Dios sin embargo y por suerte eran los ofanims que cargaban el palacio de los serafines.

—que aburrido es asistir a juntas con los serafines, y lo peor que no recuerdo para que nos necesitaban si ellos están por encima de la jerarquía de los angeles como si ellos se lo merecieran, no hicieron nada revelante en la segunda guerra celestial.

—Miguel ya relajate por favor, son nuestros superiores, ten un poco de respeto por ellos —susurra Gabriel.

Fuimos teletransportados a la corte angelical de manera instantánea, sin pleno aviso de ello.

No voy a mentir, sentí como se me iba el corazón, sentía que dios me iba a pulverizar junto en este momento dónde no estoy a la defensiva.

Al ser transportado sentí como mi cuerpo era desintegrado por un gran golpe de luz, mi alma ardía, se quemó parte del alma.

Caímos en una plataforma dorada, mi respiración se agitaba al más no poder, la sensación de mi alma desapareció, no estaba quemada.

—para que era la junta....para que nos necesitan —dicen al unisono Gabriel y Rafael.

Ambos arcángeles se postraron frente a los serafines Más yo me levanté como si nada.

Ambos arcángeles se levantaron y me tomaron de la cabeza y la bajaron de golpe contra el suelo.

Levanté la mirara para mirar a los tres bastardos que nos llamaron, tres serafines solamente, metatron no se hizo presente a la reunión.

Seraphiel, camael y simiel, los líderes de la corte de los serafines por debajo de metatron.

Quería matarlos a los tres insolentes que solo saben molestar, ni siquiera son ángeles guerreros como yo, ni han de saber pelear.

—sueltenlo porfavor, si intenta hacer algo yo lo mataré aquí mismo o lo mandaré al infierno, que será peor para ti arcángel Miguel —dice un serafín al subirse a sobre su banca, me miraba directamente a los ojos.
Este serafín tiene un tono particular en su voz, tanta tranquilidad me estresa.

Odio sus repulsivos ojos dorados.

Era camael el serafin juez.

—tienes envidia porque una mujer está por encima tuyo que patético —dice entre burlas camael.

Gabriel y Rafael lo soltaron como su superior lo pidió.

Me levante rápido y iba a desembainar mi arma para cortarle la cabeza a la maldita pero dos pulceras aparecieron en mis muñecas sin darme cuenta y estás crearon dos redes de electricidad que se encadenaban en el suelo.

—crees que no teníamos planeado que ibas a intentar asesinarnos, vaya ingenuo, primero a lo que vinieron....mejor dicho para lo que los llamamos a hablar —dice el serafin llamaro seraphiel.

—les llamamos hablar porque queremos saber los avances en los planes para acabar con Muerte antes de que venga al cielo por a liberar sus recuerdos y con ello a los jinetes restantes, que vas a hacer para ello, aquí no la podemos matar, tenemos prohibido matarla en zona celestial —dice simiel.

—Tenía planeado pedírselo a Azrael que acabada con ella o sino que los mismos pecados acaben con ella, voy a bajar para ver si me hacen ese pequeño trabajo.

—¿y crees que lucifer te acepte la petición?.

—hablare con los 7 pecados haber quien lo hace, aprovechando que van a tener una reunión dentro de poco.

—perfecto, todo sea por el bien de la humanidad sin que se desate otra guerra....mejor dicho detener la guerra celestial.

—para que pase eso tendremos que eliminar a la maldad desde la rais —grita Miguel.

—no vamos a asesinar a los pecados Miguel entiende eso....causada problemas en el equilibrio...entre el bien y el mal, eres demasiado extremista.

—Camiel....tu no te intrometas, algún día verán porque debemos exterminar a los demonios —grito directo hacia los serafines.

—como dijo camiel, no mataremos a los pecados, por algo existen, cumplen el trabajo que los angeles no podemos llevar, no tenemos permitido castigar a los humanos ni intervenir en sus vidas como lo hacen los demonios, solo en casos especiales —aclara simiel al quitarme las cadenas de rayos.

—ahora si podemos pelearnos....odio a está maldita, soy su maldita burla...que seas mayor que yo no te da méritos para tenerme bajo tus pies -desembaina su espada y la apunta.

—Las peleas entre ángeles sin importar el rango están prohibidas al menos que ambas partes estén a favor o haya un motivo aparente....tu has violado esa regla aunque creo que el querubín estaba recuerdo entonces se te pasa, nunca recibimos una queja de el entonces, le veo el visto bueno a qué se intenten matar —explica samiel con una voz de decepcion.

La mirara de camiel se vuelve filosa y su sonrisa se vuelve tambien mostrando sus afilados dientes.

Camiel extiende sus tres pares de alas.

En sus brazos aparecen rayos negros, rayos creados con energía demoniaca.