travesía 23: reverencias malditas
Desperté en un lugar extraño, pues estaba en el fondo del mar, en la ciudad de la envidia al parecer, lo último que recuerdo es como mi cuerpo colapso y mi alma fue arrebatada por un extraño demonio que no conocía del todo.
Me senté en la cama pues aunque haya dormido un par de horas mi cuerpo se sentía igual de cansado.
Busque en mis bolsillos una cajetilla de cigarros para fumar un poco, lo prendí y lo introduci en mi boca. Me sentía relajada, amo y a la vez odio está sensación.
Antes de irme le quite una caja a belcebu.
—tengo una nueva misión que hacer...mierda, no tendré tiempo para mí misma en demasiado tiempo, quienes se creen para hacerme encargos ami aunque de una manera me puedan beneficiar....Es cansado, me causan un gran agotamiento mental, mi cordura está en peligro, más no puedo rechazar nada, en el momento no me salen las palabras para decir que no quiero hacerlo,
Ya estoy cansada —suelto el humo del cigarro.
—ya dejaste de hablar.....espera ¿no habías dejado de fumar?.
Volteo aún lado para ver aún demonio que no me había dado cuenta que ahí estaba, este de llamaba Bather, si les soy sincera desconozco sus habilidades o si es capaz de usar la magia.
—deje de fumar desde que ellos, los príncipes por diversión pusieron todo tipo de tentación en mi alma.....no se lo que planeaban, si es que intentaban corromper mi alma o simplemente reírse con mi desgracia aunque debo de admitirlo, disfrute de ciertas tentaciones como lo fueron la lujuria y la gula —tomo de la cajetilla el último cigarro que tenía.
Empeze a atentar mi cuerpo, pues sentía todavía varía heridas junto con cortadas y varios moretones, las fracturas ya no las sentía tanto.
—Bather ¿Cuánto tiempo quedé inconciente? Está vez no tuve ningún sueño, me da miedo soñar —cuestiono.
—no estuviste inconciente por mucho tiempo sino si mucho una hora y media, tal vez menos tiempo, quien sabe, Leviathan me mandó hace no mucho —contesta de una manera desagradable a mi pregunta.
Eso explicaba del porque mis heridas no habían sanado del todo, estaba cómoda en la cama pues no me daban ganas de moverme más debía regresar con los chicos para partir de aquí hacia Roma, sino estoy mal para haya vamos, de paso iré aún cementerio para ver si tenían tumbas viejas y después si no encuentro nada tendré que ir a España.
—en Inglaterra podría ir también, es una ciudad muy antigua....planeaba ir a algún país de América más no es tan vieja para tener dichas tumbas mmmm bueno solo a países del antiguo continente, europa....lastima tenía ganas de ir México o algún país del sur, ahí en México veneran con gran regosigo a la deidad de la muerte —murmuro.
—no entiendo que tienen con ser venerados ustedes las deidades infernales, no son más que viles demonios que no deberían ser venerados como si fueran dioses ¡No lo son! Simplemente somos un cáncer —expresa Bather.
Solo me quedé callada, compartía hasta cierto punto su opinión.
Me levanté de la cama y salí del gran hogar de la señora Leviathan.
Aunque estuviera en estos momentos debajo del mar había una gigantesca cúpula de aire la cual evitaba al menos yo me ahogara.....no, no había ninguna cúpula sino un conjuro que hacía el agua respirable para los seres habitantes de aquí, habían demonios con características de peces nadando, eso le daba validación a mi conclusión final aunque puedo estar fácilmente equivocada.
Un gran rugido estremecía mi cuerpo, mis extremidades estaban totalmente paralizadas, en mis alrededor sentía un gran frío, sentía una gran inquietud mezclado con el miedo y el pánico el cual sentía dentro de mi ser, el miedo que tenía mi alma.
No podía ver al mounstro que me hacía sentir de esa manera más si era un ser vivo era evidente que tenía un alma dentro del cuerpo, cerré mis ojos y apunté a los cuatro puntos cardinales para abrir el conjuro de persepeción del alma.
Me sorprendió, era algo que nunca había visto pues yo pensaba que no podía existir un ser vivo con más de un alma.
No podía ver la forma más era portadora de siete almas demoniacas, era imposible que fueran siete seres.
Frente a mi aparicio el portador de todas aquellas almas.
La gran bestia de los mares, el demonio que va a ser liberado para acabar con la humanidad, la bestia primordial y la creación que nunca tuvo que existir, el Leviathan en su forma bestial.
Al principio no lo entendía, como podía tener tantas almas pues antes, nunca había presenciado a esta bestia con mi percepción del alma, era algo que volaba mi cabeza, una novedad más tenía una serie de preguntas como, ¿para que tantas almas posee?.
No me dió tiempo de reaccionar pues con una gran velocidad se acerco a mí y me trago, simplemente al verla acercase cerré mis ojos más al abrirlos apareci en lo que se podría decir que es su cabeza.
Más lo sorprendente era ver a Leviathan en su forma física a mi lado.
—por que te sorprendes mi reina, querida Muerte, mi alma se puede fragmentar en siete partes y con cada fragmento puedo hacer distintas cosas como clonar mi cuerpo y darle un alma.
—es raro simplemente eso, nunca lo había presenciado, es nuevo para mi —pongo una pequeña sonrisa —sobre lo que me hablaste cuando estábamos en la superficie, el ciclo de la maldad, no lo conozco muy bien ¿De qué se compone el ciclo de la maldad?.
—mmm está bien te lo diré...de ciclo de la maldad también conocido como el ciclo de la dualidad del bien y del mal son dos energías distintas más al mismo tiempo iguales que se encuentran en la gran mayoría de seres vivos más uno puede tener más al lado de la luz u de la maldad, por eso los demonios poseen la energía oscura y los angeles la luz, estl conlleva a la reencarnación de nosotros pues no puede existir el bien sin el mal o al revés, son fuerzas que mantienen el equilibrio de la humanidad y del cielo e infierno, si uno desaparece se alteraría dicho orden en la naturaleza tanto como el la sociedad pues si desaparece el bien....la sociedad ya establecida durante años los llevaría a un estado anárquico —suspira un poco Leviathan.
—mas...¿Que pasaría si fuera al revés? Si destruimos el mal para crear un mundo lleno de energía positiva ¿Por ende debería crear una sociedad perfecta?.
—solo te diré una cosa....eso mas no es posible que alguien lo destruya al menos eso tengo entendido pues todos los seres son malos por naturaleza.
—yo no creo eso Leviathan, la maldad es parte ellos más uno le enseña a ser malo, no se nacen, la malevolencia la trajeron los demonios a la humanidad, Lilith la primera humana que desafío a dios con ello creando a Eva más no fue mejor que Lilith pues ella comió el fruto prohibido que Lucifer le dió a probar y dondosela a Adán, el fruto es quien los contaminó de la maldad —aclaro con un todo de enojo.
Más Leviathan solo sonríe y al poco tiempo empezó a reirse, al principio no entendia del porque más no tarde mucho en descubrir la razón pues parecía que dije una broma al demonio, no encontraba más razón de su risa, tomo a burla mis palabras.
—Querida si así fuera porque Lilith se reveló contra Dios, porque Eva fue tentada a comer el fruto que prohibido por el creador, porque Adán asedio a comerlo, gracias a Lilith existen los nefilim, una raza cruza de angeles y humanos aborrecida por dios.
—no sabría decir el porque...más que les dieron emociones y sentimientos junto con el libre albedrío, más así condenaron a toda su raza al pecado eterno —mi voz se escucha apagada y mis ojos llorosos estaban.
—bajo esa frialdad que intentas aparentar se sigue encontrando mi quedará niña.
En mi rostro se dibuja una pequeña sonrisa.
Le dimos una vuelta al gran reino de las profundidades de los mares.
En otro punto del mundo estaba se iba a dar una reunión con el principe del orgullo.
Todos nos estábamos preparando para que el señor del infierno hiciera su presencia aquí en la tierra.
Aunque yo no creo muchas cosas que el señor nos cuenta, la magia es real pero la existencia de los demonios y angeles me parece algo patética, son solo una fantasía inventada por los humanos para explicar la existencia de la magia, pues actualmente no se tiene un porque de su existencia y el mundo en general a perdido las creencias en la magia.
Estaba afueras del gran castillo junto con José hablando de cosas triviales de poca importancia, no estaba interesada en nada de lo demoniaco más no me podía ir de con el señor pues el me cuido en mi infancia, mis padres fueron asesinados cuando yo tenía apenas 6 años de vida, viví un tiempo en la calle, sobreviví a base de los desperdicios y miserias de las personas.
Otra de las razones por lo que lo sigo es porque creo en el, pues yo conozco la maldad humana y se merecen lo peor.
—Reichel....¿estás bien?, Te veo demasiado pensativa, bueno más de lo usual.
—si estoy bien, solo estoy pensando un poco, recuerdos que quiero olvidar —dijo al poner una pequeña sonrisa.
—tu falsedad no funciona conmigo, se sincera, no estás feliz, aunque sonrías recuerda que puedo ver tu alma atrás vez de tus ojos que son la ventana a tus verdaderos sentimientos —me pica la frente con su dedo índice.
—nuestra magia no es tan poderosa al no contar con un grimorio, tus habilidades del alma no son tan potentes, no puedes ver mis sentimientos actuales con tanta profundidad como lo harías con el grimorio en tus manos —con apatía me expreso.
Seguimos caminando un rato más pero no por mucho tiempo pues ya se acercaba la hora de la gran junta que iba a tener el mago con las entidades demoniacas, pues yo quería estar ahí para ver las iluciones de mi padre adoptivo caer....solo por diversión.
Volvimos a entrar, subir las escaleras hasta llegar al último piso, cuando entramos al lugar de la junta todavía no había llegado nadie como lo pensaba
Más al poco tiempo un gran portal energio, del cual tres entidades al parecer demoniacas más tenían aparencia humana, una mujer muy hermosa también salió del portal y al final un señor aunque tenía una aparencia joven y elegante apareció y se encargó de cerrar el portal.
Los tres demonios se inclinaron ante el señor apuesto he igual el mago.
—yo el juez de la muerte, minos les doy la bienvenida al príncipe del orgullo y Lilith la primera humana a la tierra.
Los otros dos decidieron presentarse ante nosotros por señal de respeto
—yo soy Radamantis juez del alma.
—al final quedé yo pero bueno soy el juez final, Aiacos juez de la condena.
Sentía terror al verlos, mi cuerpo se llenó de este sentimiento, sentía una gran oscuridad al estar frente a ellos, parecía ser cierto, eran demonios.
Mi cuerpo sentía una gran pesadez y la audición estaba nublada, no escuchaba nada más veía al mago gritarme más no sabía que me quería decir.
Ví como lucifer invoco su grimorio y lo tomo con su mano derecha y apunto con la mano izquierda donde yo estaba.
Quería gritar pero parecía que mis cuerdas vocales estaban opstruidas.
De repente mi cuerpo se persibia ligero de nuevo, podía escuchar y hablar de nuevo.
Parece que Lucifer me lanzó un conjuro un hechizo hacia mi más no comprendía el porque de dicha acción.
Caí sobre mis rodillas y empecé a recuperar el aire más mi rostro se llenos más de horror he insertidumble, para que mi padre quería aún ser de inmenso poder, ¿para que lo necesita?.
—que juguete tan resistente —escuchaba la risas del principe del orgullo.
Paso el tiempo y nos sentamos en la mesa.
—entonces para que me necesitabas...no quiero que solo me hagas perder el tiempo Aaron —con apatía exclama el principe.
El mago suspira profundo, cierra sus ojos al parecer estaba analizando bien sus palabras para no decir alguna estupidez o algo fuera de lugar que para mí es básicamente lo mismo.
—va a hablar o aquí mismo los asesino a todos, no creas que tratar conmigo es un simple juego de niños...recuerde que soy el demonio más poderoso de todo el infierno y nadie va a poder contra mi —una voz sin emociones y algo inquietante usaba lucifer.
—mire....mi plan es destruir toda la tecnología moderna y llevar a la sociedad aún nuevo mundo de oscuridad y caos, sin internet, sin inteligencias artificiales, siento que la humanidad se va alejando poco a poco de los que los hacían ellos mismos, quieren acercarse más y más aún mundo sintético sin una pizca de humanidad....yo solo quiero liberar a la humanidad del control de las máquinas más no puedo solo yo, necesito encontrar un artefacto sagrado conocido como la arca de la alianza, se dice que con ello podré someter a la humanidad pero este grimorio parece tener un mapa incompleto —se explalla el mago.
—comprendo más sabes que yo soy un ser imparcial y me importa una mierda lo que pase con la tierra y a ti...bueno tampoco es como que yo sepa dónde se encuentra el arca de la alianza más no es necesaria si sabes con qué demonios aliarte.
—hablas de mi lucifer ¿acaso? —un demonio con un brazo metálico hace presencia frente a nosotros y con ello destrozando la mesa.
—¿no te había asesinado Muerte?.
—maldito...Muerte no me asesino más si me causo este daño.
Al parecer este era paimon uno de los demonios más poderosos del infierno más tiene un característica única que es no poseer magia propia, sino puede robar magia de otras personas y usarlas en su contra, por eso llegó a ser el considerado un príncipe.
—no es el único que ha venido, también yo Buer, marqués de mi señor Mammon que se interesó en el proyecto gracias a Paimon —exclamo Buer.
Parece que el sueño del mago se harán realidad pues un príncipe se interesó en su causa.
La tensión en el lugar empezaba aumentar con la presencia de excesivos demonios.
No ayudaba en nada la hostilidad que presentaba Paimon y Buer, lucifer y su apatía hacia los demás aunque note una leve sonrisa discreta en el rostro del señor del orgullo.
—nosotros te ayudaremos con tus objetivos sin embargo Mammon pide algo a cambio que es la cabeza de Muerte y su alma —aclara Buer.
—¿Porque quieren asesinar a Muerte? No entiendo su obsesión con lastimarlo —reclama Lilith.
—Muerte causará una guerra entre el cielo y El infierno sin antes destruirnos, si recupera sus recuerdos dividirá el infierno causando nuestra futura caída.
Las palabras de Buer de cierta manera eran coherentes más ellos mismos podrían causar su propio fin.
—esta bien más yo seré su verdugo —el mago suelta el aire.
—okey....con que ya esto está resuelto, solo que para lograr encontrar el arca de la alianza necesitas los grimorios de los siete pecados aparte de otros 3 libros — se levanta de la mesa y les da la espalda a los demonios.
Más cada uno invoca un arma y las apuntan al soberbia sin embargo por la espalda los jueces se ponen de pie con lanzas en sus manos.
—atrevance a atacar al gran soberano del infierno y van a morir por nuestras manos, nosotros no nos tentamos el corazón ante nadie y nadie —con una voz imponente se escucha Aiacos al aplicar energía en la punta de la lanza con su mano desnuda.
—no te tengo miedo, ni a lucifer —blande su espada Paimon al también aplicar energía en el filo de la espada.
Comienza el enfrentamiento de estos dos seres de la oscuridad.
Paimon ataca con gran agresividad a Aiacos más este esquivaba cada no de los ataques tan feroces del principe goetia.
Los cortes del goetia iba con gran velocidad y ferocidad que la energía oscura salía disparada como ondas expansivas.
El juez no remaba ni una gota de sudor ni siquiera su respiración se escuchaba agitada.
Paimon entra en desesperación y corre hacia el y salta para dar dos patadas las cuales son bloqueadas con la lanza del juez, mas este último solo le vasto con girar la lanza y darle un golpe en el rostro para causarle daño.
Cayó directo en el suelo, limpia su sangre del rostro y levanta su espada, con lo que le quedaba de fuerza la Za un gran ataque blandiendo el sable en diagonal, una gran onda en forma de corte fue dirigida al príncipe más abre su grimorio y abre dos portales uno frente a el y uno a su espalda.
Así fue como el castillo fue partido desde una parte del suelo hasta el techo.
Aiacos invoca su grimorio y junta sus palmas, recita un conjuro que no alcanzo a escuchar de lo bajo que hablaba, la palma izquierda la eleva a su rostro y la derecha en posición horizontal.
Paimon intentaba moverse pero sus pies parecían estar anclados al suelo, todo su demás cuerpo parecía moverse libremente más no sus pies.
Podría ser el conjuro que estaba aplicando Aiacos.
A espaldas del demonio, se desprendió la pared.
—ahora toca desprender tu alma y mandarla a una tortura eterna, un eterno sufrimiento —relaja su voz a tal punto de ser cálida.
La mano derecha apunta directo a Paimon, desprendiendola del cuerpo y con la izquierda dando el golpe a la tortura eterna.
Paimon vio frente a el un alma llena de maldad cubierta de una extraña sensación de bienestar.
Lilith se presentó frente a ellos para detener el maleficio aplicado por Condena.
—fue suficiente, no lo necesitamos muerto todavía necesita Sandar cuentas con mi hija y tú hechicero...se que posees la reliquia de Muerte ¿Porque tienes el amuleto para absorber almas? —con una hostilidad observa al hechicero .
—pues me sirve para absorber todas las almas que he robado y poderlas usarlas para los hechizos más poderosos de Muerte y así poderla matarla —sonrie al abrir el grimorio con la mano izquierda.
La mano derecha la puso en la parte baja del pecho y con el ante brazo al descubierto , el puño cerrado para posteriormente hacer la mano cornuda.
A su alrededor almas son liberadas y abre la palma hace rotar las almas para crear una esfera.
—enserio.....¿creen que con eso nos van a derrotar? —exclama Lilith al acercar su pecho hacia el mago.
No se podía mover pues la reina sucubo paralizó su cuerpo con un hechizo.
Las almas son dispersas y el hechicero caí al suelo
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