Capítulo III.
"Ratas..."
De esa forma pasaron los días, estos convirtiéndose en meses y luego en años, los celos de nuestro omega cada vez eran peores, lo único bueno era, sin darse cuenta, que en cada misión que tenía que hacer con su destinado se fue haciendo de alguna que otra prenda, con las cuales, sin saber qué hacía, empezó a fabricar un "nido", ya habiendo pasado alrededor de tres años de su encuentro a la organización se integró un compañero de Rei de la policía secreta de Japón, bajo el seudónimo de Scoth.
-Esto es un completo desastre.- dijo el omega viendo su habitación.
-Rei-nii, ya está servido el almuerzo.- dijo la menor de ahora 14 años.
-Ya bajo Shiho.-dijo desganado.
-¿Por qué tan bajoneado Rei-nii?
-Muchas cosas pequeña.- dijo revolviéndole el cabello.- vamos que se enfría la comida.
-Rei, te ha llegado otra misión.- hablo la rubia cuando vio a los menores llegar al comedor.
-¿Es en solitario o tengo compañía?
-Lamentablemente para ti tienes compañía, Rye es tu compañero.- dijo dramáticamente y divertida la mayor.
-Que, ¿debes estar bromeando?.- dijo escéptico
-No, toma compruébalo tú mismo.- dijo extendiéndole un sobre.
-¿Por qué la vida es tan mala conmigo, que le he hecho?.- dijo dramático.
-Ya, ya, ahora a comer y luego tu empiezas a arreglar tus cosas para la misión.- dicho esto empezaron a comer.
...
Desde el momento que la pequeña Shiho nació Rei se juró protegerla, sobretodo del mundo en el que los padres de la pequeña se habían metido, sin siquiera saber que era, cuando se dieron cuenta fue muy tarde, cuando la pequeña cumplía sus seis añitos un "accidente" ocurrió en donde sus padres trabajaban matándolos en ese instante, la pequeña a su corta edad era un prodigio en el área de la ciencia solo por ese motivo la mantuvieron dentro, ganándose el apodo de Sherry, la mejor investigadora de la organización, continuando los proyectos de sus difuntos padres. A pesar de su debut como omega, el tener a su destinada la ha salvado en muchas ocasiones, al igual que su Rei-nii. El deceso temprano de sus padres provoco que la pequeña fuera retraída con el mundo, se abría solo con su Rei-nii y su hermana Akemi, más tarde se añadió al grupo Vermouth, su destinada.
...
-Eliminar unas ratas, no podían haber mandado a alguien más...- suspiro agotado.- Lo peor es que estas malditas ratas están dispersas...
-Después de todo son ratas, para evitar que las descubran tratan de no estar en manada, de lo contrario sería mucho más simple eliminarlas de raíz.-dijo sonriendo sádicamente el peli-negro.
Los días pasaban y la lista de ratas descendía con la misma velocidad que avanzaba el tiempo, ya habían eliminado a varios agentes de diversos países entre ellos los más destacados eran agentes de Rusia, Alemania, México, Canadá, Italia, Francia, Inglaterra, Israel, España, Republica Checa, China; llegando al que menos quería llegar el moreno, Japón en específico a Scotch, aun no entendía cómo habían descubierto a su compañero, solo esperaba poder salvar a su colega...
...
Rye sentía como aquel calor subía de una manera tortuosa por su cuerpo, tan lentamente que era delicioso. El sudor comenzó a hacerse presente, sus caninos se hicieron más pronunciados y su miembro se estaba despertando demasiado rápido.
Ese dolor se sentía tan bien, tan doloroso y excitante. Su instinto Alfa ya estaba más que presente, hace tiempo que dejo de ser el mismo. Quería un Omega, quería follarse a uno, meter su pene hasta lo más profundo de su ser.
Taladrarlo.
−Oye tu bastardo de mierda, ¿Quién te crees para inundar el lugar con tus apestosas y asquerosas feromonas? −un reclamo se escuchó de repente, pertenecía a un Omega.
Se enderezo, mostrando aquel porte que caracterizaba a los Alfas, sonrió mostrando sus caninos. Su paso lento y tortuoso fue un mal indicio.
−Omega −las palabras que brotaron de su boca solamente pudo confirmar el mayor temor de Bourbon.
Alfa en celo.
¡¿Cuándo fue que lo tomo en brazos?! Su prominente erección se estaba pegando a su abdomen, comenzó a frotar su pene con la intención de despertar suyo. Olio su cabello mientras su mano libre comenzaba a amasar su trasero.
−Mierda −el miedo se reflejaba en sus ojos. Un Alfa del tamaño de Rye podía devorarlo en segundos. De esta saldría con un horrible dolor de culo, estaba seguro.
El Alfa ni rápido ni perezoso comenzó a olisquear su cuello, mientras que la mano que reposaba en el trasero del contrario se aferró de su cadera. El pene del Alfa estaba cada vez más duro, pero poco le podía importar al Omega ese Alfa pretendía abusar de él.
Y no tenía muchas oportunidades para defenderse. Un Alfa en celo era peor que un grupo de asalto.
¡¿Cuándo lo había levantado?! Poco importaba como llego a esa situación. El Alfa lo lanzo a la cama, y no precisamente con intenciones sanas. Él ya estaba encima del Omega y comenzó a frotar su prominente pene contra la entrada virgen del Omega. Un gruñido escapo de sus labios con satisfacción, finalmente entrara a ese agujero que tanto necesita.
−Maldito bastardo, suéltame −los reclamos del Omega no se hicieron, estaba lejos de estar excitado, lo sentía en su aroma. Enfureciendo al Alfa debido a esto, su destinado estaba rechazando su cortejo.
La agresividad domino el cuerpo del Alfa. ¿Cómo mierdas ese Omega lo estaba rechazando?
Sin cuidado comenzó a arrancarle la ropa con agresividad mientras clavaba sus uñas en la carne virgen, su boca se acercó a uno de sus pezones y lo desgarro con sus caninos mientras las zarpas que tenía por uñas se arrastraban por toda la piel blanca. Aun dentro de ella.
Dolía. Dolía. Dolía. Dolía. ¡Dolía como el maldito infierno!
Bourbon tenía sus ojos cristalinos debidos a las lágrimas, al igual que hinchados debido a la irritación. Ese Alfa no estaba siendo delicado en lo más mínimo con su cuerpo.
La sangre estaba fluyendo entre las manos del Alfa. Por alguna razón, eso lo éxito. Su miembro cada vez estaba más grande y le estaba comenzando a doler. Pero no de una manera agradable. Soltó un gruñido y arranco el pantalón de su Omega, ya era momento de que ese agujerito rosado lo satisficiera.
Metió su pene hasta el fondo. Se sentía jodidamente bien. Las paredes calientes, la sangre que servía de lubricante ya que el Omega no había mojado nada y la estrechez. Los vírgenes siempre eran los mejores.
Se mordió la lengua. Aguantando el grito que termino ahogándose en su garganta, sentía el sabor metálico de sangre en su boca, las lágrimas comenzaron a escurrir por sus tersas mejillas. No se iba a humillar gritando, no le daría ese placer. Pudo sentir como su entrada se desgarraba al igual que su pezón. Pero esta dolía más.
No gimió, solo lloro en silencio. Mientras mordía su lengua y contenía sus gritos en su garganta. Sabía que si pronunciaba una palabra se quebraría más. Aquel afecto de su Omega interior por su destinado se fue desboronando, al igual que su orgullo.
¡Maldita sea! ¡¿Por qué todo le pasaba a él?! ¿Por qué solamente a él?
−Tan apretado −gimió el Alfa. La estrechez de ese Omega lo estaba volviendo loco de una manera inigualable.
Malditas feromonas de mierda. Ellas causaron esto.
Sentía asco. Asco por sí mismo. Asco a su lado Omega que a pesar de ir perdiendo su afecto al Alfa lo estaba disfrutando. Asco a ser Omega. Asco a todo.
Odiaba su naturaleza más que nada en esos momentos. Por ser tan frágil. Tan lamentable. Y ser humillado de esta manera.
−Te odio −fue una de las pocas palabras que pudo pronunciar mientras sufría aquel calvario.
Te odio. Te odio. Te odio
El Alfa no le presta ni la más mínima atención a sus palabras. Soltó una risa llena de amargura mientras tapaba sus ojos con su antebrazo.
El Alfa no dejo de taladrar en su persona hasta que estuvo saciado. Pero nunca gimió, se éxito ni se movió. Era una muñeca de sus acciones.
Él ya se había dormido. El bastardo se había dormido el odio en su mirada no se comparaba con nada. Con un esfuerzo nunca antes visto en él se levantó, con todos los rastros de semen del Alfa. Su pene de Omega nunca se éxito. Es decir que nada de ese semen le pertenecía. Estaba otra vez asqueado. Quería vomitar.
En cama había una mancha húmeda. Era su orina.
Maldición. Que maldita humillación. Con su último aliento termino de levantarse. Recogiendo en el proceso una de las prendas del Alfa para cubrir su desnudez. Saliendo a duras penas de la habitación.
-Vermouth?.- pregunto algo desorientado al teléfono.
-No Rei-nii, soy Shiho, ¿Qué pasa?.- pregunto la joven.
-Solo vengan, lo más rápido que puedan Por favor.- suplico el moreno.
-Está bien, ¿cuál es tu ubicación?
-Vermouth sabe, rápido, necesito que vengan por favor.- sollozo el omega.
...
-Chris, Rei-nii acaba de llamar, quiere que lo vayamos a buscar, sonaba como si estuviera llorando- conto la menor preocupada.
-Agarra una de mis chaquetas, creo que la necesitaremos, al igual del perfume de emergencias.-hablo la mayor.
...
-Ya llegamos, sal luego.- hablo por teléfono la rubia.
-¡¿Qué mierda te paso?!.-exclamo la rubia.
-En la casa te cuento, por favor vámonos rápido...- suplico el moreno.
...
-Ahora si me tienes que decir lo que paso.- ordeno la alpha.
Ambos se encontraban en aquella habitación especial del omega.
-El entro en celo-murmuro con algo de pena.- no le pude hacer frente.- dijo al borde de las lágrimas.
-Ya tranquilo, nada de lo que haya pasado ha sido tu culpa, descansa.- hablo con dulzura la mayor.
...
-Y ¿Qué le ha pasado a Rei-nii?.- hablo preocupada la joven omega.
-Han abusado de él, le va a costar poder salir adelante, amor, más encima quien ha sido el culpable es su destinado, imagina el dolor que debe sentir en estos momentos.- hablo de forma maternal.
...
Aquí Ai~chan♥, bueno todo el limón es obra y gracia de la gran Nerfepitou. Aki~chan gracias a ti se logro este maravilloso capítulo, ya que Ai~chan♥ se había trabado... Así que Ai~chan♥ te da las Súper gracias ♥
(\_(\
(。 •ᴗ•) ❤
o_(“)(“) ♡thank you♡
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