Pasaron los días, las semanas y los meses y Terremoto se desarrollaba en un ambiente maravilloso, cada mañana hacia una gracia diferente, lo cual llenaba de amor y alegría la familia hasta el extremo que el perro se convirtió en un icono de referencia en la vecindad.

Al pasar el tiempo Terremoto se convirtió en un perro adulto, fuerte, diligente en el cuidado de la casa, celoso y en especial de Doña Mercedes. Una noche el señor Gutierrez observó un comportamiento extraño de Terremoto en la habitación, momentos después de él haber hecho el amor con su esposa, pero no le dio importancia, ya que pensó que era indisposición de Terremoto.

Después de ese episodio transcurrieron meses y el seño Gutierrez advirtió que Terremoto lo miraba con desprecio y recelos, con una aptitud casi agresiva, Cuando el Señor le llamaba y trataba de acariciarlo Terremoto se comportaba apático, dejando salir respiraciones profundas como diciendo —Este si jode—.

Un sábado en la madruga el señor Gutierrez se había tomado unos tragos y recordando sus mejores momentos con doña Mercedes comenzaron un juego erótico en forma profunda y exquisita, el la hacia sexo oral de una forma tan sublime que la doña quedaba jadeante y llegando a la gloria sin subir al cielo gritaba de amor a plenitud, cuando el fuego de ese amor profundo llego a su clímax quedaron exausto los dos cuerpos.

Pasaron los minutos y cuando el señor Gutierrez recobró el aliento estaba Terremoto en forma jadeante con la lengua extendida y los ojos rojos de una rabia inmensa, sabrá Dios que pensaba ese animal, se dijo Gutierrez en su interior, el canino le dirigió una mirada de ira salio de la habilidad sin mas, el pobre Gutierrez se preguntaba ¿Que pasa con este perro ? ¿Que pensara está animal? Y luego se sumió en un sueño profundo.

Nota: Historia Narrada por mi abuelo.