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🌻Capítulo único🌻


—¡Amor, llegué! —llama a su novio al entrar al departamento que comparten juntos desde hace tres años. Siente que baja corriendo las escaleras y acomoda entre sus manos el regalo que le trae, escondiéndose de paso tras el obsequio, dejando ver solo sus ojos.

—Hola, a… —no puede terminar la oración al quedar asombrado con lo que ve.

—Para ti —le entrega el regalo esbozando una hermosa sonrisa que llega a sus ojos.

—¡Gracias! —lo recibe emocionado, iba a sonreír también cuando una duda lo asaltó—. ¿Es nuestro aniversario? Amor, perdoname, no tengo nada, se me olvidó —dice rápidamente con desesperación y tristeza por haber olvidado una fecha tan importante.

Su novio se acerca a abrazarlo por la cintura y acariciando la mejilla contraria con el dorso de su mano para aliviar cualquier rastro de tristeza que amenace con quitarle la alegría a su bella flor.

—Tranquilo, nuestro aniversario es dentro de dos meses. Solo las vi y me acordé de ti, pues sé que te gustan mucho y quise tener un detalle contigo.

La respuesta derritió el corazón del contrario. Así que se acercó más, inclinando un poco su cabeza, ya que era levemente más alto, para juntar sus labios en un suave y cálido beso como muestra de agradecimiento y de sus sentimientos.

—Gracias, son mis flores favoritas. Las pondré en agua —se dirige a la cocina a buscar el florero para llenarlo con agua fresca—. Las pondré aquí, cerca de la ventana para que contemplen mejor al sol.

—Recuerdo me dijiste la razón de por qué te gustaban, pero se me olvidó —se sienta en el sillón del living a descansar un momento—. Menos mal no olvidé que te gustaban —sonríe.

—Menos mal —le devuelve la sonrisa y se sienta a su lado, acomodándose en su pecho y permitiendo que el otro lo abrace—. Los girasoles me gustan porque tienen un significado de amor profundo y fidelidad, te demuestran que un corazón que ha amado de verdad lo hace hasta el final.

—Eso es muy hermoso.

—Sí —juega con los botones de su camisa—, aunque tienen un origen trágico, según la mitología griega —su voz se apaga un momento. Luego levanta su cabeza para mirarlo a los ojos, que ahora brillan emocionados— ¿Quieres que te la cuente?

—¿Tengo alguna alternativa?

Ambos sonríen, pues saben que la respuesta a esa pregunta es "no" y vuelven a la posición que estaban antes para estar cómodos durante el relato.

En la antigua Grecia, la tierra era gobernada por los Dioses del Olimpo y en ella habitaban innumerables y magníficas criaturas mitológicas, entre ellas, los ninfos.

Los ninfos son deidades menores que acompañan a los dioses; están representadas como hombres y mujeres de extrema belleza en la plenitud de la vida; están ligados a la fertilidad y fecundidad de la madre Naturaleza y viven en los más diversos hábitats. Existen ninfos del bosque y del campo, de la montaña, del océano y de agua dulce; en cada lugar donde hay vida, una ninfa o un ninfo están cuidando su perfecto equilibrio.

Los ninfos a diferencia de los dioses, son criaturas mortales, pero pueden concebir un hijo inmortal con cualquiera de ellos. A cambio de la inmortalidad, tienen el privilegio de la eterna juventud.

Debido a su gran belleza, los ninfos cautivan los corazones de hombres y dioses, enamorándose locamente de ellos. Tal es el caso del Dios Sol y el ninfo Taehyung.

Los titanes son seres inmortales, que debido a su extraordinario poder y tamaño, personifican las fuerzas naturales y los astros. Hoseok es la personificación del Sol y junto a su hermana Selena —la personificación de la Luna— crean el día y la noche.

Para ello, cada mañana, después del canto del gallo, el titán inicia su travesía, subiendo a su carro de fuego, el que es tirado por cuatro poderosos caballos voladores, que corren tras la diosa Aurora, anunciando el nacimiento de un nuevo día.

Desde esa posición, Hoseok tiene una visión privilegiada de todo a su alrededor y  es capaz de ver casi todo lo que sucede durante la luz del día. Es así que observa, cerca de un manantial, a un hermoso ninfo de cabellos dorados, profundos ojos negros y piel ligeramente bronceada por sus rayos, que no duda en ir a su encuentro para saber más de él.

—¿Interrumpo? —pregunta al acercarse al joven, quien salta de susto, arrojando la tinaja con agua que llevaba en sus manos—. Lo siento, no era mi intención asustarlo, permítame —se acerca a recoger la tinaja, que llena nuevamente de agua y la deja a sus pies.

—Titán Hoseok, sí, me asustó —estaba sorprendido, nunca creyó que un dios lo visitaría de esa forma.

—Hoseok, dime solo Hoseok —toma su mano sin dejar de mirar sus oscuros iris—. Eres Taehyung, el hijo del rey Namjoon y la ninfa Eunbi ¿cierto? —el hermoso ninfo asiente—. Mucho gusto —besa suavemente el dorso de la mano que sostiene, provocando un leve sonrojo en el joven.

—El gusto mío —sonríe—. Hoseok, perdone mi atrevimiento, pero ¿por qué usted descuida sus labores para venir a saludarme, permitiendo que el día se nuble de este modo? —ambos miran el cielo, viendo que densas nubes lo habían cubierto.

—Es que me deslumbró su belleza y antes que otro ser me lo arrebate, quise venir a hacer acto de presencia y que sepa que estaré dispuesto a hacer lo que sea por ganar su respeto y su amor.

El joven ninfo sabía de la labia de los dioses a la hora de conquistar y de lo que eran capaces de hacer si su capricho no era correspondido, por lo que fue cauteloso en su actuar.

—No tiene porqué ser así, de seguro tiene a candidatos mucho mejores y más hermosos que mi persona, buscando su aprecio y su amor. No pierda el tiempo conmigo.

—Pero qué cosas dice. Usted es realmente hermoso, hasta me atrevería a decir que Jimin envidiaría su atractivo —Taehyung frunce ligeramente el ceño, pues no cree ser digno de ser comparado con el Dios de la belleza y sensualidad—. Por favor, no me tome por uno de esos dioses con bajos instintos primitivos que incluso lo obligaría a saciarlos si no me complace —se vio en la necesidad de agregar—. Créame que pocas veces me permito la libertad de dejar mi puesto, si lo hago es solo por una razón realmente válida y usted, Taehyung, la vale —le sonrió ampliamente mostrando sus hoyuelos. No tenía porqué hacerlo, pero quería dejar una buena impresión.

Algunos ninfos se caracterizan por ser grandes seductores, pero Taehyung no es de esos. Es más bien tímido y cree en el amor eterno, por lo que siempre ha sido reacio a entregar su corazón a cualquiera, quiere dárselo únicamente a la persona que amará por siempre, razón por la cual además aún conserva su pureza; sin embargo, ese titán al sonreír, dejando ver sus hoyuelos, los que desconocía el inmortal poseía, logró cautivar su corazón al punto de hacerlo latir frenéticamente. Esa sonrisa lo cautivó más que el cuerpo tonificado y varonil, más que esa flamante cabellera negra y aquellos dorados ojos, que hacían un perfecto complemento con él.

Luego de charlar un rato más, Hoseok regresó a su carruaje, imponiéndose nuevamente el sol en el cielo, haciendo sonreír a Taehyung por aquel inusual encuentro que marcaría el inicio de un gran amor.


A medida que se conocen, más se enamoran y con ello los días permanecen nublados más seguido también, debido a las ausencias del astro por estar con Taehyung, quien es él único en toda Grecia y sus alrededores que puede disfrutar de la presencia del sol.

Cada mañana, antes del alba, Taehyung se dirige al palacio del titán en Oriente para llevarle vino, carne, uvas y algunos manjares culinarios para su trayecto.

Al marcharse Hoseok, Taehyung sigue sus pasos, con ojos llenos de amor, desde que sale de su palacio por la mañana hasta que llegaba al ocaso por el océano occidental.

—Ven conmigo —le propune un día y Taehyung acepta.

Se sube a aquel carruaje de fuego con la única ilusión de compartir más horas con su amado y termina maravillado de la vista que las alturas le proporciona.

Observa los campos floridos, las montañas rocosas iluminarse, el Olimpo en todo su esplendor, las múltiples islas de la península y la extensión del Mar Mediterráneo. Ama ver en primera fila como el azulado cielo se tiñe de rojo y luego de naranjo y amarillo a medida que bajan al gran océano hasta la aparición de las primeras estrellas de la noche.

Hoseok está feliz por ver iluminada de felicidad la carita de su deidad favorita. Realmente está muy enamorado de él.

Cuando se sumergieron en las aguas oceánicas dejan el carruaje para navegar en un barco dorado, forjado por Taemin, hacia el este, en tanto los caballos duermen y descansan para realizar el mismo recorrido al día siguiente.

—Gracias por esto —Taehyung ahora observa la luna. Había sido el mejor viaje de su vida.

—Siempre estaré dispuesto a hacer lo que sea con tal de verte feliz, amado mío.

Lo toma de la cintura y lo atrae a su cuerpo. Se deja envolver por el aroma de su cabello antes de perderse en la oscuridad de sus ojos, que reflejan cada una de las estrellas del firmamento.

Se inclina hacia él y lo besa. Taehyung cierra sus ojos y se deja llevar. Los labios de Hoseok acarician los suyos con suavidad y ternura, pero luego, siente como el titán lo toma de la nuca con su mano libre y lo atrae más a él en un beso necesitado.

Taehyung abre su boca dejando pasar a una curiosa lengua que desea saborearlo por completo. No pasa mucho y él hace lo mismo, en una lucha por sentirse más. Hoseok muerde y tira suavemente de su labio inferior, robándole un gemido.

Hoseok abandona los labios de Taehyung para besar el contorno de su mandíbula, mientras con una mano acaricia su espalda baja y con la otra acaricia su cuello. Taehyung se sostiene de los hombros del titán para no caer por las abrumadoras sensaciones que está sintiendo y hacen sus piernas flaquear, emitiendo uno que otro quejido de placer que lo lleva a echar su cabeza para atrás, momento que aprovecha Hoseok para besar y lamer la piel expuesta de su cuello, sin dejar de acariciar el menudo cuerpo del ninfo.

Hoseok remueve un poco su ropa para desnudar su hombro y besarlo. El calor sube por el cuerpo de Taehyung. El propósito del titán es seguir dejando un camino de besos hacia el sur de su amante para descubrir lo que guarda en las profundidades de su ser, pero antes que el calor nuble la poca razón de Taehyung, este se aleja.

—Lo siento Hoseok, no puedo.

—¿Por qué no? Si lo deseas tanto como yo —vuelve a tomarlo de la cintura, esta vez con ambas manos para atraerlo y hacer fricción con sus cuerpos, mientras le besa el lóbulo de la oreja. Taehyung jadea, preso del deseo, no obstante, vuelve a alejarse.

—Lo deseo, pero no así. Sabes que quiero casarme antes y tampoco puedo hacerlo sin la bendición de mi padre.

Hoseok se acerca nuevamente, posa sus manos en el cuello contrario para besar sus labios con suavidad como al principio. Al separarse junta sus frentes— Te amo tanto que lo haremos a tu manera. Al llegar iré a hablar con Namjoon.

—Padre no está, anda en una misión de los dioses, llega en una semana.

—Entonces en siete días estaré con él para pedir tu mano —Taehyung sonrió satisfecho, al fin su sueño se cumplirá.

El resto del viaje lo pasan abrazados contemplando las estrellas hasta que el sueño los vence.

Al día siguiente la travesía de Hoseok se repete y Taehyung vuelve a contemplar el recorrido del astro rey.

—Nunca te había visto así, Taehyung. Tus ojos tienen una hermosa luz mientras lo observas —repara su hermano al verlo contemplar con devoción el cielo.

—Lo amo, Jungkook. Él es a quien siempre esperé.

—Pero sabes que los dioses acostumbran a tener muchos pretendientes y más de un invitado por día en su lecho. Es imposible que seas el único en su vida ahora o después —Jungkook conocía el ideal de amor de su hermano.

—Quizás así sean todos con quienes has estado tú. Hoseok es diferente. Él me ama —admite con seguridad.

—Alguien tiene que abrirte los ojos Tae, pues desde que lo conoces pareces vivir en una burbuja. De lo contrario, el único perjudicado serás tú.

Taehyung comprende las intenciones de su hermano y por más que cree en el amor que Hoseok le profesa, piensa que no estará de más solicitar un poco de ayuda.

Es así que decide recurrir a SeokJin, el dios del amor y el deseo sexual para que les lance a ambos una flecha de amor devoto, incondicional y recíproco para que estén siempre juntos, ya que no hay poder en el mundo que rompa un hechizo de amor de Jin.


Tres días han pasado desde el viaje con Taehyung. Hoseok ansía que su padre llegué pronto para cumplir su deseo de unirse a él en todas las formas.

Esa mañana sale a hacer su recorrido como cualquier otra, pero al poco andar, observa algo que no puede dejar pasar. Ve a Jimin serle infiel a Taemin, su marido, el dios de fuego, al encontrarlo en su lecho desnudo junto a Yoongi, el flamante dios de la guerra.

Hoseok al ser el dios que todo lo ve, es a quien acuden para pedir ayuda, como ocurrió con la diosa de la fertilidad, Jisoo, cuando su hermano Minho, dios de los Infiernos, se enamoró de su hija, Jennie, y la raptó, llevándola al inframundo lejos de ella. En esta ocasión no esperó a que fueran a solicitársela, sino que fue directamente a advertirle a Taemin de aquel desafortunado suceso.

—Gracias, Hoseok, es lo que necesitaba para hacer pagar a mi querido esposo de todas sus infidelidades.

Taemin teje una red de oro irrompible casi invisible con la que atrapa en la cama a los amantes, luego llama a los demás dioses olímpicos para que se burlen de la pareja de infieles. Gracias a eso Taemin puede vengarse de Jimin y de Yoongi, su hermano.

Jimin se enoja tanto con Hoseok, al fin y al cabo era culpa de él que haya sufrido aquella humillación por su infidelidad ante los dioses, que decide castigarlo, acudiendo a su hijo.

—Jin, necesito que me ayudes a castigar a Hoseok por sus intromisiones —dijo enfadado.

—¿Qué quieres que haga, padre? —preguntó el joven dios, mientras pule sus lanzas.

—Que sufra por amor, ese infeliz no merece ser amado por nadie.

Entonces Seokjin recuerda lo que había ido a decirle Taehyung días antes.

—Tengo el plan perfecto.

Seokjin alza su flecha hacia el Sol para despertarle un amor incontrolable y carnal por un joven ninfo que no lo amará jamás de la forma que él lo hará, pues solo sentirá lujuria por él, pero desatará la desgracia. Seokjin lanzó su flecha para que Hoseok ame a Jungkook en lugar de Taehyung, a quien la flecha lo golpeó en un amor más devoto para con el titán.

Hoseok está haciendo su recorrido por los cielos cuando siente la necesidad de ver al joven ninfo, el que encontra cuidando un hermoso bosque.

—¡Aquí estás! —jala a Jungkook del brazo, atrayéndolo a sí para hablarle muy cerca de sus labios, dejándose envolver por su dulce aliento.

Jungkook acaricia el hombro descubierto del intruso, mordiendo su labio en el proceso y mirando con lascivia al Titán. La cercanía de sus cuerpos lo abruma al punto de nublar sus pensamientos, por lo que no responde, en su lugar ataca los labios del dios con desesperación y una urgente necesidad que lo lleva a entregarse a él, olvidando por completo a su hermano.

Los encuentros pasionales con Jungkook se repiten cada día. Cada vez Hoseok muere más de amor por él, al punto de ignorar al resto de sus pretendientes y amantes, lo cual no había hecho del todo cuando salía con Taehyung, pues ante la castidad que el ninfo lo sometía se veía en la obligación de satisfacer sus deseos carnales con otros. En cambio con Jungkook todo era diferente, para Hoseok solo existe él y nadie más que él.

Lamentablemente ese rechazo era también para Taehyung, quien sigue yendo todas las mañanas al alba a su palacio a dejarle la merienda para su viaje, la que es recibida con gusto por Hoseok, sin embargo, ya no hay palabras bonitas ni caricias o besos de por medio como muestras de agradecimiento.

Taehyung justificaba el cambio de actitud de Hoseok aludiendo a las muchas obligaciones que el titán debe cumplir como dios de los cielos. Además su padre ya ha regresado de su viaje y pronto Hoseok estará en su casa pidiendo su mano. Eso lo mantiene tranquilo.

Taehyung nota además a su hermano distinto y por el brillo en sus ojos sabe que se debe a un nuevo amor.

—¿Me vas a decir quién es el afortunado? —ambos se encuentran cuidando el bosque. Jungkook se encarga de los árboles y flores, Taehyung de los cauces de agua a su alrededor.

—No, pero es el amante perfecto. ¡No sabes cómo se mueve! —el calor se apodera de él al recordar lo bien que siente al ser tomado por el dios Sol. Desde aquel primer encuentro todo se volvió una explosión de sensaciones nuevas y cada día cuenta los minutos para volver a tenerlo entre sus piernas—. Promete que no le dirás a padre. Si lo sabe me mata, pues con eso de que "debemos casarnos virgen" —simula comillas para la última frase imitando la voz de Namjoon— sería su deshonra. No sé cómo tú aguantas.

—Tengo un amor esperando por mí y pronto estaremos juntos —la ilusión en sus ojos es tan evidente que hasta un suspiro se le escapa—. Hoseok me ama igual que yo a él —Jungkook se tensa, sabe del amor de su hermano por su amante, no obstante, cuando lo tiene junto a él, todo lo demás se le olvida y solo existe el deseo.

Esa noche Jungkook pensó en su hermano y cuando el titán llegó disfrazado de su madre para pasar desapercibido por los pasillos de su palacio, quiso decirle que esto tenía que parar. Pero al ver el cuerpo desnudo del dios no pudo negarse y entregarse de nuevo a sus brazos.

Taehyung pasa por fuera de la habitación de su hermano para preguntarle si ha tomado su túnica favorita para sorprender al alba a su amado, cuando escucha gemidos. Por curiosidad se acerca a observar, encontrando a su hermano ser embestido fuertemente por alguien, cuyo dorso llama su atención por lo bronceado y brillante de su piel como si desprendiera rayos de luz. De pronto Jungkook es dado vuelta y subido a horcajadas al cuerpo de su amante donde danza gustoso sobre su miembro, jadeando y gimiendo. Pero aquello no sorprende tanto a Taehyung como lo es descubrir al responsable del goce de su hermano. Es su adorado Hoseok. El mundo se le vino encima como un balde de agua fría.

Las lágrimas se apoderan de él al sentir la traición de Hoseok. Llora toda la noche en su dormitorio a la luz de la luna. A medida que la noche avanzaba la decepción y los celos de ver cómo su hermano le quita lo que más ama es que toma la decisión de decirle a su padre lo sucedido.

Al llegar la mañana, Taehyung no fue como siempre a saludar Hoseok, sino que esperó a que su padre despertara.
Cuando su padre llegó le contó lo visto la noche anterior.

Namjoon fue furioso a la habitación de Jungkook encontrándolo durmiendo completamente desnudo, sumado a la evidencia de sus ropas tiradas y el desorden de la cama, le dijeron a Namjoon que Taehyung no mentía, a pesar de encontrarlo solo sin su acompañante.

Namjoon no soporta que uno de sus hijos deshonrase su nombre de ese modo, menos dentro de su hogar, por lo que saca a Jungkook de la cama y lo castiga.

Sin embargo, el castigo ninguno de sus hijos lo imaginó. Taehyung está cegado por los celos y no puede evitar lo sucedido a su hermano, y Jungkook estaba cegado por el deseo que no pudo evitar traicionarlo pagando con su vida su pecado, pues Namjoon lo entierra vivo.

Hoseok ve lo sucedido mas no puede evitar el desenlace. Su amado Jungkook muere por culpa de Taehyung, causándole una profunda herida en su corazón y un intenso desprecio por el culpable de su desgracia.

Pese a todo, Taehyung sigue insistiendo en recuperar el amor de Hoseok, aún con sus malos tratos. El hechizo lanzado por Seokjin es tan fuerte en Taehyung que no le importan los rechazos del dueño de su corazón. Su adoración es tanta que deja de comer y beber para seguir el recorrido diario del sol en el cielo.

Ya nada tiene sentido para él, solo quiere a su amor otra vez a su lado.

Nueve días resistió de ese modo.

Los dioses se apiadaron de Taehyung y convirtieron su cuerpo en raíces y sus cabellos dorados en los pétalos de una flor, cuyo centro era negro como sus ojos. Su último aliento fue dedicado en ver al sol caer al poniente.

Dado el amor devoto e incondicional de Taehyung, nació el girasol, pues mientras se convertía nunca dejó de mirar a su querido sol.

—Tienes razón. Es demasiado triste. Su amor fue condenado por un dios.

— Quiero creer que después de tantas vidas logró encontrarlo, así como yo te encontré a ti —abrazó a su novio—. Que eres mi sol.

—Y tú, mi más hermosa flor —tomó su labios para besarlo.

Ambos se sentían afortunados, quizás después de tantas vidas, Taehyung y Hoseok sí habían logrado vencer el malicioso hechizo de Seokjin y hoy se aman como siempre debió ser.

FIN

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