Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

31 de Diciembre, 2017.

                        31 ᴅᴇ ᴅɪᴄɪᴇᴍʙʀᴇ, 2017.

   

—¡Jaemin, esperanos!— Renjun grita cuando ve como el pelinegro camina más rápido que ellos.

—¡Vamos, chicos! — Dándose la vuelta, un sonriente Jaemin los espera de brazos cruzados y juega con su respiración, ya que podía ver perfectamente como esta se mostraba ante la helada noche de Año nuevo—. No podemos llegar tarde.

— No llegaremos tarde, creo que seremos uno de los primeros en asistir— Jisung, comenta entrelazando su brazo con el de Renjun—. Me siento extraño.

—¿Por qué?— Renjun voltea apenas su rostro y debe alzar levemente su vista para observar al menor de ellos.

— Es la primera vez que paso la víspera de Año Nuevo lejos de mi familia— Una pequeña sonrisa se dibuja en los labios del castaño claro y murmura—. Pero la pasaré con ustedes, eso significa mucho también.

— Claro que sí, comenzaremos un nuevo año y todo será diferente porque tenemos nuevas oportunidades y viviremos como lo merecemos.

Renjun y Jisung sonríen por las cálidas palabras de Jaemin, quien ya estaba del lado derecho del menor y aún con sus brazos cruzados, se adecua al ritmo en el que van sus amigos.

—¿Creen que asistan muchas personas?

— Supongo que sí, la Universidad completa fue invitada y no creo que quieran perderse la última fiesta del año— Renjun responde a Jaemin—. Viéndolo así, es la primera vez que Jisung sale con nosotros a un evento como este.

—¡Mi pequeño Jisung!— Nana, como sus amigos acostumbran a llamarle, se lanza sobre él y planta un beso en la mejilla del chico.

—¡No, Jaemin!— Se queja formando un pequeño puchero pero no hace algún acto como para limpiarse—. Ya no estoy para esas muestras de cariño en público.

— Aunque tengas cuarenta años, yo seguiré dándote todos los besos que quiera. ¿Okey? Okey.

Los tres chicos ríen y siguen el camino que los lleva directamente hacia la fiesta que organizaron  estudiantes de la Universidad, en la cual tanto Jaemin como Renjun asisten de igual forma. Si bien tuvieron un poco de dudas sobre ir o no, cuando se lo comentaron a Jisung, este se mostró emocionado ya que le estaba tentando la idea de presentarse junto a sus dos amigos, así que sin más que hacer, los mayores aceptaron llevarlo siempre y cuando, él tenga cuidado con lo que ingiere o en la forma como se comporta, puesto que sus padres le habían encargado encarecidamente que lo cuidarán.

Park Jisung es el pequeño de todos, amado por muchos. Siempre cumple con lo que le piden, jamás se queja de verdad, respeta mucho a sus mayores y cumple el rol del hijo perfecto haciendo que sus padres estén muy orgullosos en cuanto a su crianza. Pero éstos no saben la lucha interna que tiene día a día, hay tantas cosas que él no puede decir por miedo a ser juzgado, que la única salvación que encuentra es refugiarse en dos seres que llegaron a su vida como sus ángeles.  Jisung sufre todo el tiempo, todos los días, cada hora, minuto y segundo. Todo por errores que cometió.     

— Oigan, miren— De repente Renjun señala una casa muy bonita—. Estamos llegando.

Park y Na observan en la dirección que Huang les estaba mostrando y efectivamente les faltaba muy poco para estar donde debían. Sonrisas se implantan en sus labios un poco resecos por la fría noche de Busan.

¡El invierno estaba en su máxima cumbre!

— Esperen— Jisung frena obligando a que sus otros compañeros le den una mirada interrogatoria—¿Cómo me veo? ¿Estoy bien? ¿Mi pelo? ¿Mi ropa? ¿Que tal si me vuelvo y...

Nervioso ante su primera fiesta, el joven comienza a hacer preguntas de aquí para allá sin darle tiempo a Jaemin y Renjun de responder.

— Jisung— Jaemin le llama y se coloca en su frente haciendo que éste lo mire—. Estás bien, no hay nada malo en tu pelo, ni en tu ropa y no volverás a cambiarte. Relájate, disfruta esta noche con nosotros.

Colocando ambas manos en los hombros de Jisung, aprieta estos levemente y sonríe transmitiendole la confianza necesaria.

Na Jaemin, el carismático chico de actitud contagiosa que ayuda en todo momento a sus amigos y allegados, odia ver a los demás tristes y no le importa hacer el ridículo con tal de hacer feliz a quien se encuentra decaído. Ama con intensidad, demuestra ser fuerte por su mamá  y aunque a veces caiga, siempre encuentra la forma de levantarse. Su sonrisa disfraza muchas cosas. Pero nadie lo sabe.

— Nana tiene razón, no hay nada de malo en ti. Solo disfruta y verás que mañana tendremos un montón de anécdotas que contar— Renjun se une a Jaemin para darle ánimos al pequeño—. Tranquilo, cuidaremos de ti.

Huang Renjun, un chico que demuestra lo que siente y expresa sus opiniones sin temor a nada. Proveniente de China que reside en Corea desde hace siete años, tuvo que aprender por si solo el idioma y fue allí cuando conoció a sus dos únicos amigos, los cuales siempre estuvieron en sus momentos más difíciles. Incluso, cuando perdió a su padre en un trágico accidente. De allí, sacó fuerzas para sostenerse y no caer en el abismo, trabaja, estudia y cuida a su madre que está en una profunda depresión luego del siniestro que se llevó a su esposo. Adora, cuida y protege a sus pocos seres cercanos.

Tres jóvenes con distintas historias, personalidades, vidas y acontecimientos son amigos hasta considerarse hermanos.

— Está bien, ya dejaré de lado mi paraonia— Soltando una pequeña risa, Jisung se dedica a seguir caminando junto a sus dos amigos—.

El silencio reinó por unos cuantos segundos mientras ellos seguían caminando, iban en sus mundos, pensando en cualquier cosa o tal vez en nada, Renjun observaba las luces que provenían de aquella casa en dónde estaba dándose la fiesta, Jisung mantenía su vista fija en sus zapatillas color blancas y Jaemin tenía la mirada fija en las calles donde los coches pasaban sin dar tregua alguna.

Una noche muy concurrida.

— Muchachos— El llamado del pelinegro, devuelve a Park y Huang al momento y hora en el que se encontraban—. Hoy es una noche en dónde podemos prometernos comenzar de nuevo. 

Las sonrisas complacientes de sus dos mejores amigos no tardaron en llegar y cuando éstos asintieron, Jaemin pudo percibir una paz inundar su cuerpo entero.

Debía ser su año, debían vivir felices.

— Vamos, ya estamos llegando.

— No se separen, ¿bien?— Renjun les advierte antes de entrar y no ser escuchado por la fuerte música. Jaemin y Jisung sueltan pequeños sonidos de aceptaciones.

Y sin más que decir, los tres se encaminan hacia la entrada de la fiesta y se pierden entre la multitud.

<...>

La música golpea cada rincón de la casa, muchos estudiantes pululan por esta entre risas y bromas. Aún faltaba para que sean las doce y un nuevo Año comenzará para recargar energías, volver a reencontrarse y por sobre todo; curar toda herida causada por malos tratos y hábitos que tuvieron a lo largo de éste.

— Se siente tan bien no pensar en nada— Murmura Jungwoo observando con diversión a unos chicos reír con ganas—. Creo que hoy estoy bien.

—¿Crees?— Yuta llega de su lado y le entrega un vaso de soda. Pues Jungwoo no era alguien de beber—. Lo estás, amigo. Se te nota en la cara y me alegra saber que puedo, al menos, hacerte despejar.

— Oye— Un tercero se queja—. Yo también ayudo, eh.

Jungwoo ríe por la tonta discusión que estaba por formarse entre sus dos mejores amigos. Jaehyun y Yuta son la fuente de su fuerza para no decaer.

— Ambos ayudan, dejen las peleas que estamos frente a un buen puñado de personas y no quiero ser el centro de atención— Suelta en un leve quejido—.

—¿No quieres ser el centro de atención, dices?— Jaehyun eleva una de sus cejas perfiladas y ríe— JungWoo, has atraído la mirada de varias chicas en lo que estamos aquí.

El castaño solo rueda los ojos y voltea su rostro impidiendo que sus amigos vean el sonrojo que hay en sus mejillas, pero es muy tarde ya que Yuta suelta una risita y lo abraza sin importar lo que la gente pueda llegar a decir.

—¡Yuta!

— Shhh, calla. Déjame darte amor.

— No necesito tu amor.

— Yo sé que sí— Y lo apretuja. JungWoo se queja de nuevo y aunque intenta fingir que no le gusta, no puede evitar sentirse querido—.

— Lamento romper la atmósfera de amor y ternura, pero, ¿cómo está tu mamá y tu abuela, Woo?

Aquella pregunta hecha por Jaehyun rompe el momento que Nakamoto se encargó de formar para el más pequeño de su grupo, así que se suelta lentamente para obtener una mejor visión del rostro de JungWoo, quien intenta volver a sonreír pero es imposible.

— Mamá está bien y mi abuela también— Su voz sale casi en un susurro que sus dos amigos tuvieron que hacer un esfuerzo sobrehumano para escucharlo—. Aunque quise quedarme, me dijeron que salga y me divierta, después de todo, soy un joven que debe de disfrutar de momentos así.

— Ellas tienen razón, mereces darte un descanso. Trabajas duro— Jaehyun revuelve sus cabellos en un acto cariñoso para con Kim—. Eres su orgullo.

— Y el nuestro también— Yuta agrega.

Kim JungWoo solo puede bajar su vista y no decir nada por unos cuantos segundos. El chico de sonrisita bonita y que todo el mundo parecía adorar cuando lo podía conocer a profundidad, llevaba consigo una carga muy pesada en su mente, desde pequeño tuvo que aprender a valerse por sí solo en cuanto sus padres se divorciaron gracias a que su progenitor entró en grandes adicciones como la droga y el alcohol. Lamentablemente su madre fue víctima de muchos abusos, los cuales, aún siguen atormentandola. Por otro lado, también velaba por su abuela que padece de Cáncer. Él se sintió responsable por ambas mujeres y decidió dejar de estudiar para trabajar. A lo largo de sus cortos años, cometió muchos errores, sin embargo, tuvo a dos personas a su lado que lo ayudaron en todo.

— No me siento orgulloso de lo que soy, de lo que hice de...

— Ya, JungWoo— Jaehyun lo frena en cuanto se da cuenta a dónde quiere llegar—. Son errores del pasado que no debemos traer al presente. ¿Bien?

— Jaehyun tiene razón, no hay que volver al pasado— Yuta apoya a su amigo—. Hemos salido de ello, no hay que volver a caer.

— Pero...

— JungWoo, no sigas atormentandote. Es peor y prometiste no pensar en nada por lo que resta de la noche, quiero confiar en que será así— Jung murmura soltando un suspiro.

Jung Jaehyun, un chico que a simple vista podía parecer serio y bastante distante, pero en realidad era el tesoro más preciado que su familia tenía. Él aparentaba ser algo afuera en la sociedad para que nada ni nadie vuelva a lastimarlo. Disfrazaba su dulce personalidad dispuesto a salvarse él y a sus amigos. Por eso nunca dudaba en llevar a cabo actos que muchos pueden juzgar, pero a su juicio, estaba bien. Él solo era una máscara.

— Venga, JungWoo. ¿Que te parece si en ves de quedarnos aquí parados, vamos a dar vueltas y quizás poder socializar con alguien más?— Yuta toma su brazo y lo jala llevándose también a Jaehyun—. Seguramente y mañana estaremos juntos al atardecer para ver cómo el sol se esconde en el primer día del 2018.

— Como desde el primer Año Nuevo que pasaste con nosotros— Jaehyun recuerda con melancolía—. ¿Lo recuerdas, JungWoo?

El nombrado asiente y observa como Yuta coloca una sonrisa mezclada de tristeza y añoranza. Sabía cuánto extrañaba a sus padres.

— Apenas llegue a casa, llamaré a mis padres.

Nakamoto Yuta, un extranjero que llegó a Corea a sus quince años en busca de explorar un nuevo mundo para él. Siguiendo sus sueños de ser un bailarín profesional, cuando obtuvo una beca no dudó ni un segundo en aceptarla, con el apoyo de sus padres, a las pocas semanas de ser seleccionado, llegó a Busan, en un atardecer de ese Año Nuevo, conoció a Jaehyun y JungWoo, aún recuerda sus cálidas palabras y aunque no les haya entendido mucho ya que apenas estaba aprendiendo el idioma, supo que serían buenos amigos. Amigos que lo acompañan hasta en sus peores momentos, porque cuando se siente solo, siempre tiene un hombro para apoyarse, porque los tres juntos se apoyan mutuamente en lo que sea que se vean envueltos.

¿JungWoo, Jaehyun?— Llamándolos de repente, frena su caminar y se da vuelta para enfrentarlos—. Está noche olvidaremos lo que fuimos en un pasado y seremos nuestra mejor versión.

Ambos jóvenes asienten conmovidos por dichas palabras. Sí, están seguros de que pueden lograrlo.

Y ellos también se pierden en el caos de la fiesta.

<...>

¡Kun, mira a YangYang!— Hendery se queja cuando el menor de ellos no le permite salir del baño.

— Vamos YangYang, déjalo en paz— Kun, el mayor de ellos llega hasta donde los dos se encuentra y saca al chico de la puerta dejándole el paso a Hendery—. ¿Pueden comportarse una vez en sus vidas?

— Ay, le quitas lo divertido a todo, Kun— YangYang dice con fastidio—. Solo estaba jugando.

— Hacía cinco minutos que intentaba salir del baño, Yang— Hendery protesta y recibe un golpe en su brazo por parte del menor—. Mocos—

— Basta ya, chicos— Un poco cansado, Kun les da una mirada de advertencia a sus dos amigos y éstos se llaman al silencio—. Gracias.

— Ni que te fuera hacer caso por mucho tiempo— Liu le saca la lengua—. ¿Cuánto falta para el Año Nuevo?

— Minutos— Responde Hendery mientras bajan las escaleras algo pobladas de gente—. Wow, se siente tan raro no estar en casa con mis padres y hermanas.

— Mis padres aplaudieron que saliera, creo que ya no me soportan— YangYang hace un pequeño puchero que es divisado por Kun y cuando se da cuenta de su acción, lo borra al instante—. Pero lo bueno de esto es que recibiremos también el cumpleaños de nuestro amigo.

Kun sonríe a lo grande cuando siente las manos del menor en sus hombros, exacto. Su cumpleaños caía el Primero de Enero, así como el de su hermano mellizo.

— Es la primera vez que paso mi cumpleaños alejado de MinLing, pero supongo que un poco de aires nuevo no nos viene mal— Dice y cuando llega por fin a planta baja, su cuerpo choca con otro de forma brusca—. Lo lamento, lo lamento.

Haciendo varias reverencias, se encuentra con un rostro algo familiar o que creyó ver en algún lado. Este poseía facciones varoniles, ojos grandes y parecía haber sido sacado de un anime.

Seguramente y es de la misma Universidad, pues después de todo, había estudiantes de todos los años. Incluso, gente que no pertenecía pero que fue invitada de igual forma.

— Tranquilo, fui yo el descuidado— Y a juzgar por su acento, también era extranjero como ellos tres—. Feliz Año Nuevo.

Sin dejar que él responda, el chico toma la mano de uno de sus acompañantes y desaparecen de su vista.

—¿Kun?— Hendery lo llama algo desconcertado al verlo parado allí sin hacer nada—. Oye.

Y recibe un pequeño manotazo en su cuello obligándolo volver a órbita. Pero claro está, no puede no darle una mirada mortífera al de cabellos rosas, el cual sonríe divertido.

— Relaja la cara, parece que he salido con mi mamá en vez de con mi amigo— YangYang refuta.

— Eso debería decir yo, porque parece que he salido con dos niños y no con dos jóvenes decentes.

Hendery y YangYang ríen por la respuesta tan ofendida que les dió Kun.

Qian Kun, un joven que desde pequeño tuvo que salirse de China por temas laborales de su padre, el cual casi nunca estaba en casa y él se quedaba a solas con su hermano, MinLing. Se criaron como pudieron, intentaron hacerlo de la mejor forma posible, y por mucho que intentó salvarse, la etapa de la escuela fue lo peor para él, pues siempre recibía burlas de su aspecto físico, su nacionalidad y su pronunciación en un idioma extranjero. Aún recuerda cuando sus compañeros estaban golpeándolo hasta el punto de sentir que podía morir, y cuando creyó que ya estaba en sus últimos minutos, las patadas, los puñetazos e insultos cesaron de repente.
Allí vió como dos jóvenes lo estaban defendiendo, suponía que eran de grados menores, pues jamás los había visto. Esos dos eran YangYang y Hendery, los cuales se presentaron en su vida dándole un nuevo inicio a su vivir.

— Así y todo nos quieres, no lo niegues— Hendery se colgó de su cuello e intentó darle un beso pero Kun se negó—. Déjate querer, Qian.

— Me dejo querer, solo que no quiero tanta intensidad— Kun se burla pero ello no dura mucho ya que YangYang del otro lado le propina un beso en su mejilla—¡Liu YangYang!

—¡Solo es un besito!— Y vuelve a darle otro para molestarlo.

—¡Molestos!— Se queja.

YangYang suelta una risita y se aleja un poco para seguir el camino que sus mayores hacían en aquella gigantesca y bonita casa perteneciente a un estudiante de la Universidad que asistían Kun y Hendery.

Liu YangYang, él estuvo por muchos lados en el mundo, debido a la demanda de trabajo que sus padres tenían, nunca pudo quedarse en un lugar fijo y echar «raíces» por así decirlo. Por lo que siempre, se mantuvo alejado de las personas para evitar encariñarse y luego tener una despedida triste. Odiaba las despedidas. Por lo que, cuando llegó a Corea, él insistió en hacer lo mismo, pero un chico bastante hiperactivo, risueño y divertido se acercó y jamás se separó. Lo conoció como Hendery. Su amistad no tardó en crecer hasta que conocieron también a Kun, lo ayudaron y desde ese momento, los tres se prometieron ser el respaldo del otro sin importar las circunstancias, ni los acontecimientos. Su vida de mierda se veía de colores gracias a ellos, por eso siempre estaría dispuesto a todo con tal de no perderlos, porque los encontró y ya no volvería a sentirse solo.

—¡Oigan! Ya casi van a ser las doce, salgamos afuera, apuesto que todos estarán mirando los fuegos artificiales— De repente Hendery exclama con emoción y tironea de sus amigos—. Muevan sus culos, ¡Vamos!

— Tranquilo, intenta no dejarme sin brazos— Sin poner resistencia, Kun se deja llevar y comparte una mirada divertida con YangYang, quién se encontraba en la misma situación.

Huang Guanheng, mejor conocido como Hendery es un chico apasionado por todo lo que hace, ama sin importar qué y es el consentido de su familia, muchas veces es hasta mimado en lo más mínimo. Su personalidad es rebosante, divertida, carismática y dulce. Siempre desea hacer sentir bien a los demás, no importa si su mundo se viene abajo, la felicidad de sus preciados es más importante que la suya, aunque muchos demonios intenten llevarse su esencia, él lucha contra éstos en silencio. Por eso, cuando alguno de sus dos amigos está siendo afectado por algo, no duda en salir a defenderlos y hasta poner la cara por ellos. Esa es su manera de enfrentarse también a sus miedos y pesadillas, sí, quizás cometieron muchos errores juntos, uno peor que otro, pero siempre juraron ir a todos lados codo a codo. Y una promesa se cumple, eso es esencial para Dery. No importa que tan mal esté, él quiere vivir por los demás. Porque hace tiempo dejó de hacerlo para él.

—¡Vamos, vamos!

Los tres jóvenes salieron afuera como casi todos los asistidos a la fiesta, el conteo inició, y cuando dieron las doce justo, silbidos y gritos se escucharon recibiendo así el Año Nuevo.

Prontamente fuegos artificiales iluminaron el cielo creando una bonita escena para todos allí.

Kun sonrió porque estaba cumpliendo otro año de vida. Otro nuevo año comenzaría.

— Muchachos, ¿Por qué no perdonarnos y avanzar? Será un nuevo año lleno de esperanzas y oportunidades para nosotros— Hendery y Yang Yang no dudaron en abrazarlo.

Inconscientemente, los tres grupos conformados por Jaemin, Renjun, Jisung, Yuta, Jaehyun, JungWoo, Kun, Hendery y YangYang, estaban uno al lado del otro admirando aquella belleza descomunal que les ofrecían los fuegos artificiales.

Y al unísono dijeron:— Feliz Año Nuevo.

¿Quién diría que esa sería la última vez que lograron verlos?

   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro