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John entra lentamente a la tienda dónde trabajaba anteriormente Jungwoo, gracias a su madre pudo saber que se trataba de la famosa tienda que estaba a unas pocas cuadras del Hospital dónde encontraron a Jaehyun sin vida y también de los barrios bajos.
Está en el punto medio dónde Busan se divide de forma notoria. Algo que no le agrada, pero no puede hacer nada. Solo servir en ambas partes.
Sintiéndose terriblemente familiarizado con el olor a vainilla, sonríe tenuemente al recordar la tienda de sus padres en Estados Unidos. Hace tanto tiempo que no los ve, quizás si termina este trabajo con una buena estabilidad mental y emocional, decida irse por unas cuantas semanas a descansar.
— Señor, ¿Se le ofrece algo?— Una voz un poco ronca gracias a los años de dicho hombre, llama la atención de Johnny, el cual fija su vista en él.
Traía una remera de color negra con la marca de la tienda y una gorra que lo hacía ver adorable. Y aquí es donde su mente se encarga de imaginar a Kim Jungwoo de la misma forma.
Le encantaría verlo y no miente.
«¿Aún seguirás con vida, jungwoo? ¿Aún seguirán los siete con vida?»
— Hola, Señor— Haciendo una reverencia de respeto, John vuelve a su postura luego de unos segundos y de su bolsillo saca su placa—. Soy el Oficial John Seo, uno de los encargados de investigar la desaparición de los nueves muchachos. Y uno de ellos trabajaba casualmente aquí, Kim Jungwoo.
La sonrisa del sujeto poco a poco se pierde para demostrar una profunda tristeza en sus facciones, hasta podría decirse que hay lágrimas acumuladas en sus ojos color chocolate. John forma una línea recta con sus labios y se acerca lentamente hasta él.
— Jungwoo, mi pequeño Jungwoo— Susurra con desazón—. Claro que aquí trabaja, desde sus quince años es que está aquí conmigo y mi hija Jieun.
—¿Puede decirme algo con respecto a Jungwoo? Estamos buscando pistas sobre lo que pudo suceder esa noche, o si él mismo le ha dicho algo.
— Venga conmigo, Oficial— Haciendo un ademán de mano, invita a Johnny a seguirlo—. Por cierto, me llamo Jungsoo. Un gusto, lamento las circunstancias en las que nos tenemos que ver las caras por primera vez.
— El gusto es mío y comparto palabras con usted, señor Jungsoo.
Una vez que recorren gran parte de la tienda, John se encarga de observar todo con total atención y por un momento cree ver un rostro conocido entre medio de las góndolas, este parecía buscar algo en específico pero no podía ver bien su rostro gracias a la gran capucha que cubría parte de este.
— Siéntese aquí, Oficial.
Devolviéndose al tiempo y hora, John divisa una silla de plástico blanca y se cerciora de que no muchos clientes estén por esa zona y cuando por fin se sienta, suelta un suspiro cansino. No tuvo ningún descanso desde que llegó al bosque.
De hecho, hace una semana y ¿días? Que no puede tener un descanso, horas de suelos quitadas, su mente yendo a mil por hora y un sinfín de escenarios distintos se presentan frente a sus ojos obligándolo a levantarse a mitad de la madrugada para volver a repasar cada perfil de los muchachos intentando encontrar algo más.
— Bien, como usted me preguntó, ese día en específico Jungwoo se encontraba un poco animado por ir a dicha fiesta ya que sus amigos le insistieron demasiado en que vaya para despejar su mente— Jungsoo comienza a contarle con seriedad y John pone total atención en sus palabras—. Él realmente era un chico muy entusiasta y encontraba la forma de estar bien aunque las cosas en su hogar se vieran desastrozas. ¿Sabe la situación actual de su familia, verdad?
— Su madre desempleada, víctima de violencia de género y su abuela padece de cáncer— Responde—. Sé que Jungwoo dejó sus estudios a muy temprana edad para sustentar a ambas mujeres y que no los desalojarán del pequeño apartamento que comparten.
Jungsoo asiente.
— Hasta hace casi un año atrás, él tenía dos trabajos y poco tiempo tenía para respirar— Murmura—. Siempre se ha valido por si solo, pero supongo que ello lo cansó y un día no apareció a trabajar.
—¿No?— El señor de edad avanzada niega y cruza sus brazos mostrando algunas arrugas en estos—. ¿Recuerda el día?
— Sí, porque ese mismo día es mi cumpleaños. Fue un catorce de Enero. Intenté llamarlo, creyendo que se había quedado dormido, pero cuando el día fue pasando, comencé a preocuparme al pensar que algo malo había sucedido con su madre o abuela— Musita con calma—. Jungwoo no apareció aquí hasta el otro día y créame, se veía abatido y como si la muerte hubiera pasado por su cuerpo.
—¿Tiene idea de lo que pudo pasarle? ¿Algo en específico?
« La última actualización de Jungwoo en sus redes sociales fue un Catorce de Enero ». John recuerda y cree haber visto una cita bastante preocupante, diría que hasta pidiendo ayuda en una frase totalmente disfrazada.
— Solo se limitó a decirme que ocurrió algo personal, más bien familiar pero no le creí para ser sincero— Jungsoo se encoge de hombros.
—¿Y por qué no?
— Porque yo mismo fui ese día hasta el apartamento dónde vive y su madre me dijo que tampoco apareció en toda la noche y menos se encontraba allí.
John acalla por unos momentos. ¿Que es lo que tenía mal a Jungwoo y por qué desaparecer por un día entero sin dar rastros? ¿Y por qué mentir sobre lo que verdaderamente sucedió?
— Yo creo que algo más pudo ocurrirle, algo más grave que problemas familiares Oficial— Jungsoo trae de nuevo a John al momento—. Lo conozco, él siempre encontraba la solución a lo que pasaba con su madre y abuela, pero desde ese momento... Jungwoo cambió rotundamente, estaba depresivo, muchas veces lo encontré llorando en el depósito, maldiciendose y diciendo cuánto deseaba morir.
Bien, eso se estaba tornando raro y bastante tétrico.
— Incluso hubo un tiempo en dónde ignoraba por completo a sus amigos, Jaehyun y Yuta venían a por él y Jungwoo simplemente pasaba por alto de ellos y salía por la puerta trasera evitando cualquier contacto.
— Señor Jungsoo, comienzo a creer en sus palabras y en qué algo más sucedió con Jungwoo y no fueron problemas familiares— Diciendo con total seriedad, a Seo se le escapa un bufido—. ¿Cuánto tiempo estuvo así?
—¿Evitando a sus amigos? Diría que unos dos meses, pero en sus estados de ánimos...— El rostros de Jungsoo ahora adquiere facciones pensativas—. Lo que restó del año pasado, no volvió a ser el mismo. El tierno, adorable y risueño Jungwoo desapareció luego de ese día.
— Seame sincero, Jungsoo— Cruzándose de brazos, John conecta su mirada con la del individuo y pregunta:—¿Le sorprende que ellos tres hayan desaparecido?
Tomándose el tiempo para responder, el hombre luego de unos segundos niega.
— No, Oficial. Este viejo tiene mucha intuición a la hora de sentir que algo más sucedió y créame que ellos tres tenían algo que ocultar, porque no solo Jungwoo cambió, también lo hizo Yuta, no tanto Jaehyun pero podía notarse evidentemente ello con solo verlos.
Realmente a Seo le estaba sorprendiendo la forma en la que Jungsoo se había fijado en el comportamiento de los tres jóvenes.
— Realmente lamento que Jaehyun ya no esté aquí, y deseo que Jungwoo aparezca con vida al igual que Yuta y los restantes muchachos, pero— Frenando sus palabras, remoja sus labios y chasquea su lengua—. A veces la vida puede ser jodida, tanto así, que nos hace pagar actos quizás cometidos en un momento de locura y desesperación.
— El famoso Karma, ¿verdad?— Jungsoo da una afirmación silenciosa— Comienzo a creer que es así.
¿Que hicieron estos nueve chicos como para terminar desapareciendo de forma repentina?
— Señor Jungsoo, muchas gracias por su testimonio. No le quitaré más tiempo, pero ¿Puedo pedirle un favor?
— El que usted desee, Oficial— Mientras ambos se levantan del lugar donde se encontraban, a los pocos segundos comienzan a caminar en dirección a la entrada y salida de la tienda.
— Si recuerda algo más o cree que hay una pequeña conexión con algún acontecimiento sucedido en esa misma fecha o cerca de ella, ¿Podría usted llamarme?— Tendiendole una tarjeta con su número personal, John pide con total urgencia.
— No lo dude ni un segu-
—¡Oiga, señor Jungsoo!— Alguien los interrumpe obligando a ambos adultos darse la vuelta.
Y para la sorpresa de Johnny, se encuentra con una cara conocida y por mucho que él no haya hablado con cierto individuo que tenía en su frente, si conocía su rostro gracias a Doyoung.
Zhong Chenle estaba parado frente suyo con gran variedad de galletas, agua y un poco de pan.
— Oh, Chenle. ¿Que necesitas?
— Lo siento por interrumpir, pero necesito saber hasta qué hora estará abierto hoy, pues leí en el periódico que comenzarán a cerrar un poco más temprano que lo habitual— Con una sonrisa inocente, el chico que tiene su cabello de color verde menta, dice y luego mira a John, el cual lo está observando fijamente—¿Nos conocemos?
—¿Enserio lo preguntas, Chenle?— Alzando su ceja, John pone sus manos en ambos lados de su cadera.
Chenle por otra parte lo inspecciona por unos cuantos segundos y luego chasquea sus dedos con la única mano que tiene libre gracias al canasto lleno de comida que lleva en la otra.
— Oficial John Seo, sí. Lo recuerdo— Ahora asiente—. Lo siento, es que tengo más presente al Oficial Kim que a usted. ¿Que hace por aquí?
— Algo que no te interesa, Chenle.
— Ay, que amargado— Chenle murmura y abulta sus labios.
— Chenle— John gruñe entre dientes—. Más bien, ¿Que haces tú por aquí? Por lo que sé, vives en casi al otro lado de la ciudad.
—¿Revisó los datos que el Oficial Kim me pidió?— Ahora es el turno de Chenle de enarcar una de sus cejas y suelta una risita—. Bien, si lo quiere saber no tengo problema alguno— Encogiéndose de hombros, pronuncia—. Tengo familiares por aquí, cada tanto vengo a ayudar a mis tíos con sus quehaceres ya que ellos no pueden y pues por eso estoy haciendo las compras necesarias. Puede preguntarle al señor Jungsoo, él le dirá si estoy mintiendo o no.
El hombre que se había mantenido en silencio, posa su mano en el hombro de John y cuando obtiene su visión asiente dándole la derecha al chico.
— Es así Oficial Seo. El muchacho viene aquí seguido y es mandado por sus familiares, lo sé porque los conozco.
John vuelve a mirar a Chenle el cual mantiene una sonrisa triunfadora.
—¿Lo ve, Oficial? — Pasando por al lado del hombre, se frena y se queja:—. Por favor, si quiere interrogarme nuevamente hágalo en la comisaría, no en plena tienda que muchas personas pueden escucharnos.
— Deja esa actitud chulesca, Zhong.
Pero nuevamente Chenle puede sonreír mostrando sus perfectos dientes.
—¿Podría cobrarme, señor Jungsoo? Es que debo irme cuánto antes, aún no terminé algunos asuntos y mis tíos no están de muy buen humor.
— Claro— Jungsoo se dirige hasta la caja registradora que hasta hace unos pocos segundos la estaba ocupando Jieun, pero dejó de hacerlo cuando Chenle apareció allí—. Mi hija y su costumbre de irse cuando tú llegas.
John, quién había tomado su móvil para marcar a Taeil se queda en su lugar y finge buscar algo que llevar.
— Pues supongo que aún tiene vergüenza por mi confesión de hace unas semanas— Chenle se carcajea—. Pero puede quedarse tranquilo, señor Jungsoo... Entiendo cuando no quieren algo, no la hostigaré. Solo dejaré que se le pase la vergüenza.
Quizás y habían pasado unos cinco minutos y a Johnny ya se le estaban acabando las opciones de papas y alguna que otra bebida, pero cuando estaba por darse por vencido, Chenle terminó con su compra y él pudo acercarse hasta Jungsoo para pagar lo que se obligó a comprar.
—¿Esto solo, Oficial?
— Sí, señor.
Jungsoo suelta una pequeña risa y niega.
— Sé que quiso escuchar a Chenle, tranquilo. No diré nada y lo llamaré si algo más sucede o si puedo recordar una que otra cosa.
— Gracias por ello, que tenga buenas tardes.
Dedicándole otra reverencia, John sale de allí con apresuro y cuando se encuentra a las afueras siendo recibido por un viento totalmente frío y duro, gira su rostro hacia la derecha encontrándose como Chenle está siendo acompañado por alguien más y de la misma forma que el peli verde viste, este se encontraba igual. Diría que es la mismísima ropa. Parecen hablar con apresuro y en un descuido, Zhong mira hacía atrás encontrándose con los ojos chocolates de Johnny y sonríe causandole un apretón en el estómago al Oficial.
¿Por qué Chenle no le inspiraba confianza? Bueno, ni siquiera Jeno lo hacía. Y eso que el Señor Min se había encargado de decirle que el chico casi no salía de su hogar a más no ser por compras, con su madre y las clases en su Universidad. O eso creía ya que lo veía salir con una mochila y varias personas de su edad entrar a su hogar por varias horas.
Joder. Necesitaba hablar con sus dos compañeros y saber si encontraron algo más.
<...>
Jaemin camina con temor mientras es llevado hacía arriba dónde muy pocas veces estuvieron, su cuerpo entero tiembla y casi podría decirse que quiere llorar por los nervios.
Dos de los tipos que los tienen cautivos lo llevan de un brazo cada uno y gracias a eso causa que se tropiece varias veces.
Él ya se encontraba totalmente débil, no tenía fuerza alguna y no sabía si era mejor morir de hambre o ser torturado. Porque ya no aguantaba ninguna de las dos.
—¿Dónde me llevan?— Se atreve a preguntar.
— Cállate y sigue caminando, idiota— Uno de los atacantes, golpea su cabeza haciéndolo quejar y ellos ríen.
Realmente les tiene un odio insoportable. Se reían en sus caras, muchas veces se burlaban de cosas innecesarias y hasta disfrutaban verlos sufrir.
Pero dicen que todo en la vida se paga, él no quería creer que eso podía suceder... Sin embargo, estaba pasando.
Primero Jisung, porque sí, aceptó que a Jisung lo asesinaron cuando él no volvió.
Jisung no volvió, el amigo de Yuta llamado Jungwoo tampoco lo hizo y mucho menos YangYang, pues el chico llamado Guanheng no paraba de preguntar por él y lo único que recibía era un golpe.
¿Renjun? Renjun se mantenía relativamente tranquilo, parecía estar en una especie de trance cada vez que hacían algo contra él.
— Bien, supongo que ahora puedes ver.
De repente su cuerpo entero cae sobre una superficie dura y puede identificarlo como una silla. Su rostro arde gracias a la fuerza implementada que ejercieron para sacarle la tela negra que cubría sus ojos. Él no hace más que quejarse y esta vez, recibe un golpe fuerte en su nuca.
Quiere gritar o aullar del dolor, sin embargo, se abstiene de hacerlo ya que no quería ser golpeado nuevamente. O peor, torturado.
Luego de unos segundos, sus ojos buscan acostumbrarse a la luz que hay allí y su nariz siente un fuerte olor a productos de... ¿Limpieza? No. Era otra cosa. Pero no puede identificarlo.
— Hey, Jaemin— Una voz conocida llama a por él.
Y cuando el pelinegro voltea con fuerzas hacía donde cree que está, sus ojos se abren de par en par ocasionando que su boca también lo haga, un jadeo de impresión e incredulidad lo toma por sorpresa.
—¿Q-que?
—¿No es bueno verme, querido Jae?— Hay una sonrisa mórbida en sus labios y puede jurar que está disfrutando verlo en ese estado— Tiempo sin vernos.
—¿Qu-e q-que es esto?— Buscando una explicación un poco más coherente que esas estúpidas palabras, Jaemin intenta levantarse pero dos manos se colocan en sus hombros impidiéndole hacerlo.
—¿Que es esto?— La persona que se encuentra en su frente solo puede cruzarse de brazos y suspirar pesadamente—. Digamos que es una visita exprés que estoy haciéndote, deberías sentirte afortunado. Tus otros compañeros no tienen el privilegio que tienes tú.
— Deja las putas bromas y s-sacanos de aquí.
—¿Sacarlos de aquí?— Una sonora carcajada ocupa todo el espacio de aquella cosa que les prohibía la libertad—. Pero si es aquí donde deben estar, después de todo... Es lo que merecen.
— Tú no sabes nada sobre lo que sucedió— Jaemin gruñe con molestia y decepción a la vez—. Tú dij-
— Sé lo que dije, pero has sido tan ingenuo en creerme. De hecho, siempre fuiste ingenuo y demasiado blando con aquellos que se hacían llamar tus amigos y te arrastraron con ellos a la mierda.
Na solo puede guardar silencio y baja su rostro. Bien, no entendía nada de lo que estaba pasando y realmente ello estaba a punto de hacerlo vomitar. Pues sentía unas náuseas horribles.
— Verás Jaemin, siempre he creído en las vueltas de la vida y que todos pagamos por nuestros errores. Ya sean los más atroces o más pequeños que hayamos hecho. ¿Y adivina qué?— Levantándose de su lugar, se dirige hasta donde se encuentra el joven—. Ustedes están pagando con su propia vida esto. Pero quizás puedas salir beneficiado de esta mierda, claro si cooperas.
—¿De qué hablas?
— De que le digas la verdad, que digas de quién fue ese maldito y sucio plan— El tipo que lo traía junto al otro, toma la palabra ocasionándole un escalofrío brutal—. Si dices quien fue, sales de aquí con vida.
¿Con vida? Claramente eso no lo creía en lo absoluto. Él no tenía oportunidad de salir con vida de allí, ni siquiera podía imaginarlo.
— Eso es mentira, ¿Acaso piensan que soy lo suficientemente idiota como para creer que me dejaran salir con vida de esto? ¿De verdad?
— Puedes salir con vida de aquí, pero todo tiene un costo y ese es el que saldrás de aquí y no volverás a pisar Busan por lo que te quede de vida. O hablas con la policía para entregarte y claro está, pasar años y años en la cárcel.
Jaemin traga con fuerzas cuando hace contacto visual con la persona que menos creyó que vería en esas condiciones.
— Tú decides, Na.
—¿Quién fue el que ideó el plan?
«¿Decirlo o no?»
—¿Jisung dónde está?
— Déjame y te lo muestro. ¿Quieres ver a los demás? —Alejándose de Jaemin, toma el móvil que le tiende uno de ellos y cuando ve una de las cuantas fotos, chasquea su lengua y posa el aparato frente a los ojos del chico.
Jaemin siente su corazón acelerarse y rápidamente sus ojos se llenan de lágrimas que no piensa retener y un sollozo de desesperación lo aplasta como una ola.
Jisung se encontraba muerto. Murió asfixiado, tenía marcas en su rostro, lo golpearon hasta desfigurar su cara, tiene varios cortes y al parecer lo enterraron por algún lado.
El mismo lugar donde ellos estuvieron hace casi un año atrás.
— Mira que coincidencia, ¿no? Tu amigo fue a parar en el mismo lugar.
—¡Son unos malditos hijos de puta!— Exclama furioso e intenta atacar pero un golpe en su espalda malheridas lo hace caer al suelo—¡Van a pagar por esto!
— Oh, pero esto es apenas el principio. Aún falta sacar dos cadáveres más, quizás un tercero también— Agachándose hasta donde Jaemin se encuentra, guiña su ojo derecho—¿Quién crees que será el próximo? ¿Renjun, Yuta o Guanheng?
— Ojalá y seas tú— Masculla entre dientes—. Te odio.
— El sentimiento es mutuo. Pero dime, ¿Quién fue el que ideó el plan? ¿Jisung o Renjun?
—Aunque lo diga, no saldré de aquí. ¿Y sabes por qué?— Acercándose lo más que puede, susurra:—. Porque se encuentra muerto, maldita sea.
—¿Vieron muchachos? Acertaron en llevarse primero al idiota de Park— Sonriendo con alegría, ve como esos dos chocan sus manos—¿Quieres irte de aquí o no?
— Quiero que mueras, ¿Es mucho pedir?
— Voy a morir, pero no antes que tú— Volviendo a erguirse, patea en el estómago a Jaemin—. Llevenselo, tiene un día para pensarlo. Si quiere salir de aquí, tendrá que dar detalles, hasta el más mínimo.
Jaemin intenta forcejear para que no lo vuelvan a tocar, pero como sus fuerzas eran inferiores a la de dos de ellos, nuevamente se encuentra con sus ojos vendados y siendo llevado casi a las rastras por uno solo.
Cuando dicha persona ve como el pelinegro vuelve a donde estaba escondido. Observa al chico de su lado y sonríe autosuficiente.
—¿Por qué tardaste tanto en traerme hasta aquí?
— Ocurrieron algunas cosas, pero ya lo viste y eso es lo que importa, ¿No?— Usando un tono desinteresado, observa fijamente al individuo que tiene en su lado.
— Como sea, creo que es tiempo de que se deshagan de Kim JungWoo y Liu YangYang.
— Aún no encontraron a Park.
— Tampoco lo hicieron rápidamente con Qian Kun. Así que dudo que puedan hacerlo con esos dos, la Policía de Corea es un asco, así que si todo sale como lo planeamos, este caso se cerrará pronto.
—¿Planeamos dices?— Soltando una carcajada, se cruza de brazos y murmura:—. Solo aportaste cosas insignificantes, pero que sirvieron un poco.
— Eres un idiota— Rodando sus ojos, traga con fuerzas y cuando escucha un grito de dolor no perteneciente a Jaemin, sino a otro, sonríe nuevamente—. Saben qué hacer ahora. Yo me voy, hagan el trabajo sucio.
— Como siempre.
Sin responder nada más, se da la vuelta y con suma disposición sale de allí con total sigilo para no llamar la atención de nadie. Mientras que el tipo solo puede suspirar y cojer el arma que tenía en la mesa e ir dónde estaban los cuatro restantes.
Luego se encargarían de sacar a Jungwoo y YangYang de aquella habitación. Quién sabe donde los dejarían.
Holaaaaa, el fic está a punto de llegar a sus casi 2k y no saben lo feliz que me hace sentir ya que creo que voy por buen camino y eso es algo que me alegra mucho. Gracias, gracias, gracias. Cada vista, cada voto y comentario me hacen muy feliz y me sacan del mundo real.💚
Saben que si tienen teorías, pueden dejarlas aquí o compartirlas sin temor alguno, jamás me reiría de lo que ponen ya que me parecen sumamente interesantes. 💚💚💚
¡Gracias!
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