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Siendo sincero, él no podía creerlo. Ni siquiera intentaba hacerlo, sus sentidos se fueron en el mismo momento que pisaron el bosque. Todo esto le parecía irreal, casi como una película que pareciera nunca acabar y lo único que hace su director es reírse en sus caras mientras lleva a cabo los actos más ilícitos y crudos.

John solo mantiene su vista fija en el lago, donde aún hay buzos trabajando en busca de algún que otro cuerpo, porque, ¿quién sabe? Ya a estas alturas no podían descartar nada.

No era pesimismo, es la realidad que los estaba golpeando crudamente como si fuera un tsunami de constantes malas noticias.

— Efectivamente se trata de Qian Kun— Escucha como Doyoung murmura a su lado—. Es él.

En sus manos yacía una foto de Kun, él estaba sonriendo mostrando su perfecta dentadura, sus ojos brillaban mucho y desprendía un aura tan genuina que lo hacía todo más doloroso e insoportable.

El contraste era horrible, pero los traía a la realidad.

Kun dejó de sonreír, sus ojos permanecen abiertos pero no hay brillos en éstos, su bonito rostro ahora está manchado de sangre y golpes, su cuerpo entero está mojado y hay un orificio en su frente. Una bala que acabó con su vida.

—¿Dónde lo encontraron? ¿En qué ubicación?— Johnny toma la palabra después de mucho tiempo en silencio.

— Lo encontraron a unos doscientos metros de aquí, Oficial— Sungchan responde y mantiene su vista fija en el lago—. Su cuerpo quedó estancado en unos troncos y los buzos pudieron detectarlo, sino posiblemente la corriente lo hubiese seguido llevando.

John observa el gran y bonito lago que ahora, se encontraba manchado de sangre. Una sangre perteneciente al joven de veintitrés años que fue arrojado allí.

— A simple vista puedo decir que la causa de su muerte es el disparo que recibió en su cabeza— Naeun, la mujer que también está ayudándolos en el caso, murmura al lado de ellos obteniendo toda su atención—. Sin embargo, la autopsia les dirá concretamente todo lo que necesitan saber, porque Kun tiene múltiples heridas en su cuerpo.

— El o los malnacidos que están haciendo esto saben muy bien como, porque no hay ni una sola pista de los muchachos— Doyoung ruge y contiene las lágrimas. Porque sí, siente mucha impotencia—. No quiero llegar al final de esto y que cierren la causa por falta de pruebas.

— Ya hemos revisado el bosque y no hay nada, solo encontramos esa pequeña tela que es perteneciente a YangYang— La mujer de apellido Oh, responde con cierto enfado.

— El bosque es malditamente gigante, hay zonas que aún no fueron revisadas— John repone molesto—. Si hace falta, yo mismo vendré a hacerlo. Pero esto no puede quedar así, ya son dos de ellos. ¿Acaso debemos esperar para encontrar más muertos? ¿Con qué cara le diremos a sus familiares que sus hijos, hermanos, primos, sobrinos, están siendo asesinados a sangre fría?

Doyoung baja su rostro ante las palabras de Seo. Pues no puede decir nada ya que él comparte el mismo pensamiento.

— John, dejemos que los peritos hagan sus respectivos informes y cuando decidan llevarse a Kun a la morgue, le avisaremos a su familia— Repentinamente, la voz de Doyoung se quiebra a lo último—. Vamos.

Tomándolo del brazo, lo obliga a retroceder unos pasos. Sin embargo, ninguno puede despegar su vista de Qian Kun, el cual yace depositado en el suelo muy bien protegido para que su cuerpo no se contamine de algún que otro resto de basura que hay allí.

En el mismo momento que los peritos llegan por fin al lugar, a John se le retuerce su estómago y por unos momentos la imagen de Kun llegando junto a Guanheng y YangYang a la fiesta lo aborda.

— Suéltame, Doyoung— Pide y prontamente su brazo es liberado.

Dándose la vuelta para poder caminar de frente, el hombre se saca sus guantes de látex y los mete en el bolsillo de su campera de abrigo.

— Necesitamos comunicarnos con Sion, él debe saber de esto— Musita con pesadez.

Y como si el mismísimo Sion supiera que hay algo mal en Busan, el celular perteneciente a Doyoung comienza a sonar indicándole que alguien lo estaba llamando, por lo que cuando ve el remitente, siente escalofríos.

—¿Si, Sion?— Atendiéndole, obtiene la atención de John también quien deja de caminar y frena para mirarlo a la cara.

Doyoung, acabo de terminar una reunión con los profesores de Park Jisung, he recolectado un poco de información sobre el muchacho— Sion sonaba entusiasmado por ello, algo muy raro—. Estudiaba aquí desde sus inicios, siempre ha sido muy retraído y bastante conservador, tengo sus informes y...

—Sion— Doyoung lo detiene y sin pensarlo, suena brusco—. Hay algo que debes saber.

Un silencio casi eterno se forma entre Sion y Doyoung, el segundo nombrado siente una tensión horrible en todo su cuerpo y debe soltar un profundo suspiro para lo que debe de decir.

—¿Que es? Habla— Por fin Sion se digna a tomar la palabra y pide con urgencia—¿Encontraron algo sospechoso en Zhong Chenle o Lee Jeno? ¿Confesaron algo relativamente importante? ¿O...?

—Sion, encontraron el cuerpo de Qian Kun.

De sopetón, sin poder aguantarse más tiempo, Kim le dice y allí siente nuevamente ese nudo en su garganta. 

La imagen de Jaehyun aún perdura en su mente.

Y ahora es Kun quien lo acompaña.

¿Qué?

— Lo que escuchas, estaba haciéndole unas preguntas más a Zhong Chenle y de repente suena mi celular. Era Luhan, rápidamente me notificó que encontraron a Kun, estamos aquí, lo identificamos para cerciorarnos que se trataba de él y...— Sin poder seguir diciendo algo, su voz se quiebra.

Tomaré el primer tren a Seul ahora mismo, Doyoung. Posiblemente tarde casi noche este allí.

Y sin más que decir, Sion cuelga la llamada dejando a un Doyoung confundido por sus palabras, porque literalmente, no pudo entenderle debido a lo rápido que soltó estas.

—¿Que te ha dicho?— Johnny lo saca de su asombro con su pregunta.

— Que vendrá cuanto antes.

El silencio vuelve a inundarlos a ambos. John no puede despegar su vista de aquella escena que está siendo fotografiada, investigada y examinada con sumo cuidado.

« Lo lamento, Jaehyun y Kun ». Piensa para sus adentros.

—¿Doyoung?

—¿Si?— El chico que también tenía su vista pérdida en aquella escena, vuelve a mirar a Johnny.

— Debo de llamar a Stella, yo...— Sin encontrar una excusa perfecta, solo se limita a negar—. Ya vuelvo, solo llámame si sucede algo.

Fijando su vista en John, Doyoung lo examina por unos cuantos segundos y lo ve tan afectado que solo puede asentir sin negarse. Le daría su espacio, lo necesitaba.

Hace tiempo no ve a Johnny así, no desde que Seungwoo se suicidó.

Quizás teme que el próximo sea Na Jaemin, o que nunca pueda encontrarlo. Ni a él ni a los demás chicos.

— Ve. Te llamaré si algo sucede.

Agradeciéndole con una leve reverencia, John sale de allí con sus manos temblando notoriamente. Necesitaba descargar su furia, molestia y rabia con algo.

Saliéndose del camino que los conducía al lago, él toma la decisión de fumar un poco para aliviar su estrés.

Sí, no era sano. Pero necesitaba algo, necesitaba hacer algo porque sino terminaría explotando en un ataque de nervios.

Sacando la cajetilla de cigarrillos, John siente como si estuviese siendo observado puesto que sus sentidos se alertaron de repente.

Frunciendo su ceño, alza mostrando sus ojos color chocolate y parpadea varias veces intentando guiarse bien, ya que jura ver una sombra entre los frondosos árboles.

—¿Qué carajos?— Susurra y olvidándose de su necesidad de fumar, comienza a caminar en la dirección que creyó ver la sombra.

El día se encontraba nublado, podría decirse que estaba a punto de llover y no era raro ya que en estás épocas las lloviznas eran muy comunes. Sintiéndose repentinamente con una adrenalina increíble, John lleva su mano lentamente hasta su arma que siempre carga en el cinturón de su pantalón y sigue caminando lentamente. Allí se encuentra ya dentro de los grandes árboles y el olor a humedad llegar hasta sus narices, solo podía oír sus pisadas y el crujir de las pequeñas ramas secas.

Estando en máxima alerta, Seo siente una ventisca recorrer su cuerpo entero y el correr de alguien casi detrás suyo, así que dándose vuelta con rapidez, se encuentra con nada.

Nada.

No. Él muy bien jura haber visto algo esconderse entre los árboles, no estaba ciego y mucho menos alucinaba.

Queriendo seguir a su instinto, intenta cambiar más allá pero una voz lo detiene por completo.

—¡Oficial John! ¡Kim Doyoung lo necesita!— Sungchan grita por él.

Maldiciendo en voz baja, Johnny da una última mirada por el lugar y sin bajar la guardia vuelve al lugar donde lo necesitan.

Y sin pensarlo, había dos par de ojos observándolo desde lo más profundo del bosque. Sonrisas maliciosas en sus rostros y dos navajas cerca del cuello de dos chicos.

—¿No les da felicidad como los están buscando como unos locos— Susurra cerca del oído de uno de los chicos. Éste se encontraba con su boca sellada por una cinta.

Lágrimas caen de sus ojos y estas le producen un ardor medianamente aceptable en las raspaduras que tiene en su rostro.

— Míralos bien, Jaemin— Apretando su agarre al cabello ya sucio de Na Jaemin, lo hace soltar un quejido que rápidamente es callado por un golpe en su estómago—. Mira como buscan por ustedes, mira y tan solo disfruta el momento de fama que están teniendo en toda la ciudad.

Los ojos marrones de Jaemin siguen desprendiendo lágrimas, hay tanta desesperación en su cuerpo que comienza a temblar y quiere gritar pero está seguro que ya no tiene voz alguna, sus cuerdas vocales se encuentran más que destrozadas.

« Vuelvan, aún estamos vivos. Vuelvan ».

Estaban viviendo un calvario, la muerte los rozaba cada vez más cerca, los gritos de quiénes estaban con ellos eran una tortura, puñetazos, patadas, golpes con fierros, agua helada, armas corto punzantes arremetiendo contra sus cuerpos...

Jaemin se mueve e intenta soltarse, pero sus cabellos son tirados aún con más fuerzas, sus manos se entierran en el húmedo suelo y siente como una rama con espinas se clava en la palma de la derecha y sangre cae levemente.

—¿Que se siente atesorar el bonito paisaje del bosque, Nana? ¿Que sientes vivir? ¿Cómo pudiste hacerlo tan tranquilamente durante tanto tiempo?

Y lo próximo que siente Jaemin es una bofetada en su mejilla izquierda que lo hace chillar por sus heridas abiertas y frescas.

— Eres una puta risa, Na.

« Por favor, vuelvan. Aquí estoy, aquí estamos. No nos abandonen. »

— Llévatelo, déjame a solas con este idiota— El otro le pide a quien sostiene a Jaemin—. Ya sabes que hacer cuando llegues.

— Como si no lo supiera.

Obligando a qué Jaemin se pusiera de pie, tapa sus ojos y lo empuja hasta hacerlo perder el equilibrio, allí el chico cae de bruces golpeando su nariz la cual sangra y rápidamente hay una risita ahogada del tipo.

— Veamos, ¿Que tal la vista, uh?— Sin darle caso a quien llevaba a Na, el otro individuo le habla al chico que sostiene de su cuello y lo aprieta con un poco de fuerzas— El día está un poco feo. Pero tranquilo, si puedo, te dejaré ver el sol en algún momento de tu patética vida, claro...— Haciendo un breve silencio—. Si vives hasta ese momento.

Otra risa perfora la audición de Yuta.

Éste solo se mantiene apacible, su cuerpo parecía estar volando. Ni siquiera estaba en sus cinco sentidos, de lo único que podía estar seguro es que, sus costillas le duelen como el infierno y su pierna izquierda también está con graves heridas.

« Mamá, papá... Los extraño tanto, ¿ustedes piensan en mí? Yo los pienso todo el tiempo »

— Dime, Nakamoto...— Acercando sus labios al japonés, deposita un morboso beso en ésta obligándolo a intentar alejarse—¿Extrañas a Jaehyun? Hace días no lo escuchas, ¿verdad?

Los ojos bonitos de Yuta se abren de repente y sin temor alguno, lo enfrenta endureciendo su cansada mirada.

— Oye, no me mires así. Eres muy bonito como para poner una cara tan fea— Mofándose en sus narices, sonríe burlón—. Si tan solo hubieran hecho las cosas bien...

«¿Dónde está Jaehyun? ¿Dónde estamos? ¿Por qué siento que estoy en un sueño?»

Él realmente no podía fijarse muy bien en donde se encontraba, porque siempre lo mantenían con sus ojos vendados y amordazados.

Pero eso no significa que no se hayan visto, porque sí, lograron verse por unas cuantas horas.

Intentaron escapar, gritaron, pidieron auxilio, golpearon e incluso, se defendieron con uñas y dientes.

No fue lo suficiente.

Los terminaron reduciendo uno por uno golpeándolos fuertemente, obligándolos a caer en un suelo frío lleno de vidrios rotos que los lastimaban si se movían, los vendaron, los amordazaron.

Les estaban prohibiendo vivir.

— ¿Sabes?— Jugando con un mechón rebelde de Yuta, el tipo sonríe mostrando su perfecta dentadura y suspira— Jaehyun se encuentra en un lugar mejor, ¿sabes dónde es eso?

A Yuta le daba temor aquella respuesta que estaba por recibir.

— En el infierno.

«¡No! Jaehyun no. Él no».

Comenzando a negar con violencia, Yuta intenta levantarse de dónde se encuentra y por un momento lo logra de no ser porque su pierna otra vez fue presa de una gran patada obligándolo a caer golpeando su cabeza con una roca.

Su vista se vuelve casi borrosa, aún así, ve como un pie se hunde en su estómago causandole un chillido de dolor.

— Eres tan incrédulo si piensas que vas a poder llamar la atención de estos tipos que los buscan— Chasqueando su lengua, lo levanta de sus cabellos—. Están tan mal informados que pasaran hasta años intentando encontrarlos...

« Hijos de puta, ojalá y puedan pagar por esto ».

Las lágrimas de Yuta se vuelven aún más espesas.

Quiere ver a sus padres por última vez, desea sentirse libre nuevamente. Lo desea con toda su alma. Quiere volver a vivir.

No sabe cuánto tiempo ha pasado...

¿Y si jamás siente la dulce brisa del viento?

Una corazonada lo hace querer gritar, lo hace en medio de un llanto abrasador, quiere llamar la atención pero su voz está tan apagada que no sabe si podrá ser escuchado.

Quien lo mira con desdén, solo rueda sus ojos y lo golpea nuevamente en sus costillas. Luego de eso, se agacha hasta quedar frente a frente con el bonito Nakamoto Yuta y de su bolsillo saca una venda para colocarla en sus ojos dispuesto a llevárselo de allí y volver dónde nadie los puede encontrar.

— Oh, Yuta— Canturrea—¿Quien será el próximo? ¿Quizás tú? Me gusta jugar con eso.

El joven de veintitrés años intenta pararse mientras es arrastrado, quiere golpearlo hasta dejarlo inconsciente. Quiere liberarse e ir con la policía para salvar a los demás.

¿En qué momento él terminó así? Si en la Fiesta todo parecía estar bien...



















Primera aparición de dos de ellos.

¿Les va gustando la historia? Espero que sí y que no sea tan aburrida, porque a veces la siento así.

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