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05✓

    
6:30 AM.
Cuatro de Enero.

Doyoung se encontraba durmiendo algo incómodo en la silla perteneciente a la oficina de Sion, pues decidió pasar toda la noche intentando investigar un poco más allá.

Revisó nuevamente las redes sociales de los chicos, encontrándose, con cosas simples, fotos de su día a día, de sus aventuras, no mucho en realidad.

Quiso ver si Renjun tenía a Jeno en sus seguidores, pero tampoco funcionó. Entonces creyó en que sí, solo se trataban de forma cordial y por puro compañerismo.

De hecho, lo que más le dolió ver fue como sus familiares posteaban a cada hora una foto de sus hijos, pidiendo información, paradero, datos o si alguien los había visto en circunstancias peligrosas.

El mellizo de Qian Kun puso una foto junto con una frase bastante triste.

« Sin mi otra mitad siento que me falta la vida. Por favor, vuelve a nosotros, Kun ».

Maldición. Si tan solo pudieran devolvérselos a sus familiares, lo harían cuanto antes.

Removiendose en su lugar, Doyoung de repente siente su celular resonar en la oficina obligándolo a despertar de su—corto— sueño. Soltando un gruñido, ni siquiera es capaz de fijarse el remitente, solo atiende y ya.

—¿Hola?— Murmura algo ronco e intenta estabilizarse en su lugar.

¡Doyoung!— Del otro lado, un agitado y nervioso Sion le llama.

—¿Sion, qué sucede?

¿Dónde estás, Doyoung?— Esquivando su pregunta, hace otra y ahora sí que tenía la atención completa del muchacho.

— En la comisaría, en tu oficina precisamente. Te dije que me quedaría aquí toda la noche busc...— Pero sus palabras son interrumpidas.

Estoy en la estación de tren, quería irme a Seul pero no podré hacerlo— Eso hace que Kim frunza su ceño—. Hicieron una denuncia hace cinco minutos, Doyoung.

Escuchar la palabra «denuncia» lo alertó por completo y como si su cuerpo supiese lo que estaba por venir, se levanta de golpe ocasionándole un pequeño mareo, el cual lo obliga a sostenerse del escritorio.

—¿Que clase de denuncia?— Agarrando su chaqueta, Doyoung está dispuesto a ir dónde la Oficial encargada se encuentra y preguntarle.

Una mujer que trabaja en la limpieza del Hospital Público salió a tirar la basura y cuando llegó al conteiner, se encontró con una bolsa negra lo suficientemente grande e hizo la denuncia teniendo en cuenta que algo más que simples desechos estén allí...

—¿Tú crees que...?— Algo nervioso, intenta apaciguarse e incluso, intentar decirse a él mismo que «no». Que no pensara en ello.

No lo sé— Sion lo vuelve a interrumpir en un tono tajante—. Iré directo hacia el lugar, pídele a Hyunmin que te pase la dirección y llega con el equipo necesario.

—¿Y John?

Está en camino— Informa—. Date prisa, Doyoung.

— Estaré allí cuanto antes, nos vemos.

Y sin más que decir, cuelga la llamada, sin darse cuenta de la situación en la que se encontraba, Doyoung expulsa todo el aire retenido y sale de la Oficina dispuesto a ir dónde Hyunmin se encuentra. Así que agilizando sus pasos, trota en dirección a la mujer de unos cuarenta años, saludando rápidamente a quiénes lo hacían para con él, cuando está en el final del pasillo, sus ojos se desvían hacia la fría noche que envuelve a Busan en esos momentos.

Podía jurar que algo le gritaba que este día no sería el mejor de todos, que debía de tomar fuerzas y afrontar lo que sea que venga a partir de ahora.

—¿Oficial Kim?— Una voz fémina lo saca de su ensueño y él voltea a la dirección en dónde creyó escuchar el llamado.

Allí mismo ve como Hyunmin lo está observando entre intrigada y preocupada. ¿Cuánto tiempo pasó mirando hacia las afueras? ¡No tenía que perder ni un minuto más ni un minuto menos!

— Hyunmin, hola— Procede a acercarse a ella y hace una leve reverencia—. Estuve hablando con Sion, él me notificó sobre una denuncia que hizo una mujer sobre un objeto sospecho dentro de un conteiner...

No quería dar tantos detalles porque su cabeza estaba trabajando a cinco mil por segundos e imágenes perturbadoras pasaban y pasaban como hojas de un libro dispuesto a que lo lea.

Y no. No quería.

No quería leer ese maldito libro si se trataba de ellos.

Oh sí, de hecho fui yo quien le llamó al Oficial Sion para decirle ya que tengo la orden de que sí se presenta algún caso así, se lo diga ya que puede estar relacionado con la búsqueda de los niños— Ella murmura y suelta una pequeña sonrisa triste—. Quise decirle a usted también, pero Sion se negó diciéndome que él se encargaría de hacerlo.

— Sí, eso hizo...— Doyoung carraspea un poco y luego dice:—¿Tienes la dirección? Necesitamos llegar con urgencia, al menos, nosotros.

— Sí, oficial. Aquí está.

Hyunmin le entrega a Doyoung la dirección y este no demora ni un segundo en decir:—. Gracias, Hyunmin. Por favor, si alguien vuelve a llamar, está vez no dudes en avisarme a mí.

Y sin más que decir, sale de allí sin importarle llevar otro abrigo de más para la ventisca que está dándose en la ciudad. La adrenalina del momento puede más que cualquier otra cosa.

Corriendo hasta su coche, lo abre y rápidamente se mete dentro y cuando lo enciende, su móvil otra vez está sonando por lo que no tiene más remedio que atender mientras conduce.

—¿Sí, John?

¿Ya estás llegando, Doyoung?— El muchacho del otro lado de la línea le pregunta y a lo lejos se escuchan murmullos— Yo estoy dentro del Hospital buscando a la mujer que hizo la denuncia.

— Estoy en camino, Sion también. Así que por favor, espéranos y no actúes por ti mismo— Le pide con suma urgencia.

No lo haré, solo agilizaré este pequeño procedimiento y cuando ustedes estén aquí, iremos directo dónde ella nos indique.

John le corta la llamada llevándose una maldición por parte de Doyoung, el cual tira su móvil al asiento de copiloto y se dedica a seguir conduciendo para llegar lo más rápido posible al Hospital Público, el único que conoce en Busan.

<...>

— Joder, me tiemblan las putas manos— John bufa y traga con fuerzas cuando está siendo dirigido por la mujer que denunció.

Los tres ya se encontraban en el lugar y cuando tuvieron la oportunidad y tranquilizaron a la mujer ya que ésta parecía tener bastante miedo, le pidieron encarecidamente que los dirija a la zona donde encontró dicha bolsa.

El lugar no estaba muy alejado del Hospital, de hecho era un especie de callejón que tenía salida hacia otra de las cuantiosas calles transitadas. Muchas veces, los vehículos pasaban tomándolo como un atajo de forma ilegal.

— En ese conteiner, Oficiales— Ella señala con su mano totalmente temblorosa.

Los tres muchachos se miran entre sí y al mismo tiempo caminan hasta dejar sus ojos fijos en el interior. Y es cierto, parecía ser algo muy grande como para que pasará desapercibida.

— Sion, alumbra— John le pide mientras se coloca sus guantes de látex—. Señora, le pido por favor que se mantenga alejada, es por su bien.

Doyoung por fin está de acuerdo en algo que dice John y le hace una seña de amabilidad a la mujer que lentamente se aleja sin dejar de temblar por los nervios del momento. Puesto que desde que lo vio, supo que tenía que notificarlo a la justicia.

Mientras Sion le alumbraba con su linterna, John llevaba sus manos con total cautela hasta la bolsa negra y antes de romper un poco esta, en su interior dijo: « Por favor que no sea lo que estoy pensando y déjame seguir esta búsqueda en paz».

Segundos después, John comienza a romper la bolsa, que no era una sola, sino dos. Ejerciendo un poco más de fuerza, logró romperlas por igual y cuando sus ojos se encontraron con aquella imagen, tragó saliva e inmediatamente su alma pareció abandonar su cuerpo.

— Maldita sea— Sion murmuró entre dientes.

Los ojos de Doyoung se abrieron tanto cómo pudieron y ahogó un jadeo de impresión.

—¿Hay alguien más aquí aparte de nosotros, Sion?— Sin despegar su vista de dicha escena, John pregunta.

— Hace poco llegó Sungchan junto a Luhan.

— Que coloquen cintas en ambos lados del callejón, aquí dentro hay un cuerpo y necesitamos a los peritos para que hagan sus observaciones— Musita y lentamente aleja sus manos.

Si bien no podía ver el rostro, puesto que aparte de tener dos bolsas cubriéndolo, también unas sábanas blancas manchadas en su totalidad con sangre.

Efectivamente se trataba de un cuerpo.

—¿E-es uno de los chicos que desaparecieron, Oficial?— La mujer solloza angustiada al escuchar las palabras de John.

Ninguno responde porque verdaderamente no lo saben, o no quieren creerlo.

— Señora, creo que es mejor que me acompañe.

Doyoung al verla tan afectada, prefiere llevársela nuevamente al Hospital e intentar que ésta se calme antes de que tenga alguna crisis nerviosa.

— Llamaré a Naeun y su equipo, muchachos— Dice y los mira uno por uno.

Luego lo hace con aquel cuerpo que encontraron y una angustia grande crece en su interior, porque sea quien sea, perdió la vida y parece ser de una forma bastante horrible.

Sin embargo, no dice nada y sale de allí con la señora siendo sostenida de sus hombros por él. Dejando así a John y Sion solos.

— Luego de que los especialistas hagan su trabajo, llevarán el cuerpo a la morgue y...— Sion ni siquiera es capaz de continuar.

— Llamaremos a sus padres.

— Exacto.

Llegó uno de los momentos que más detestaban. Si no resultaba ser alguno de ellos, tendrían que pedirle a otro de los Investigadores que buscará a los familiares/conocidos de dicha persona.

Volviendo a mirar dentro del conteiner, Sion y John guardan silencio por unos cuantos minutos dándole el respeto necesario a la situación. 

<...>

—¡No, no, no! ¡No es justo, no lo es! ¡No es él! ¡No!

Sus gritos podían escucharse claramente al igual que su llanto desconsolado.

¡No es! ¡Tiene que ser una broma! ¡Mi hijo prometió volver! ¡Mi hijo no le hizo daño a nadie!

Doyoung y John bajaron sus cabezas al escucharla.

Lo que más temían, estaba ocurriendo frente sus narices. Siendo las 10:45 AM, se esclareció el deceso de uno de los nueves muchachos desaparecidos.

Es Jung Jaehyun— Con dolor, John susurra y observa las fotos que tenía en sus manos.

Si el haberles avisado que debían asistir a la morgue porque encontraron un cuerpo fue una tarea difícil, el incentivarlos a que entren para que intenten reconocer el cuerpo fue mucho peor.

La primera que pasó fue la madre de Huang Renjun, la cual salió rápidamente al no conocer el cuerpo de la víctima.

Los segundos fueron el hermano de Qian Kun y su padre, los cuales también salieron rápidamente y el chico con lágrimas en sus ojos por haber visto tremenda atrocidad.

Los terceros fueron los padres de Nakamoto Yuta. Ellos tuvieron una reacción distinta, de hecho, eso le dio un indicio a Sion de lo que estaba por suceder.

Pues sus rostros se descompusieron y claramente conocían a la víctima, la cual no era su hijo, entonces tenían dos opciones, Kim JungWoo o Jung Jaehyun.

Entonces fue allí donde entraron los padres de Jaehyun y todo el caos se desató. Los restantes que quedaban por intentar reconocer el cuerpo soltaron jadeos y gemidos de angustia porque también supieron que ya habían encontrado a uno de los nueve desaparecidos.

Lamentablemente, sin vida.

— Doyoung, intenta calmar a la mujer, por favor— Sion le pide en un susurro roto.

— Con su permiso.

Siendo víctima de varios pares de ojos mirarle, Doyoung se encaminó hasta la puerta que los separaba de aquel lugar tan triste y tocó dos veces antes de entrar. Por lo que cuando estuvo a sintonía con la situación, sus ojos rápidamente se llenaron de lágrimas.

El padre de Jaehyun sostenía a su mujer, la cual se encontraba llorando desconsoladamente y se aferraba a su marido en busca de dejar de sentir tanto dolor y angustia.

Sus ojos lentamente pasan al cuerpo y allí ve a Jaehyun... Su rostro presentaba signos de golpes, su cuello tenía heridas profundas y podía apostar que más allá de aquella limpia sábana blanca que ahora lo cubría tenía más contusiones.

— Señores...— Los llamo en un intento de calmarlos.

Sin embargo, la madre de Jaehyun cuando lo vio, corrió hasta él y lo tomo de sus hombros para zarandearlo con algo de fuerzas.

—¡Dígame qué no es mi hijo, dígamelo!— Pide gritando hasta quedarse sin voz—¡Jaehyun no tuvo la culpa de nada! ¡Me quitaron a mi único hijo!

Sus palabras se clavaban como dagas en el corazón de Kim. Más no podía moverse, estaba inmovilizado por la situación.

—¡Me quitaron la razón de mi vivir!— Y ella cae de rodillas siendo ayudada rápidamente por Doyoung y su marido.

—¿Esto es lo que va a pasar con los demás, Oficial?— Por primera vez, Doyoung escucha al padre de Jaehyun dirigirle la palabra—¿Sus padres pasarán por la misma situación que nosotros? ¿Tendrán que venir a reconocer si sus hijos están recostados en aquella camilla?

No. Él no quería eso, él necesitaba encontrarlos vivos.

— Estamos haciendo lo imposible por buscarlos— Se atreve a hablar—. Prometo que haré justicia por Jaehyun. Lo prometo, aún así eso me cueste la vida, señores.

Los progenitores del bonito Jung Jaehyun se abrazan con fuerzas mientras siguen llorando la pérdida tan abrupta, dolorosa y desgarradora que acababan de tener.

Esas pocas esperanzas de volver a verlo con vida se fueron en cuanto les levantaron la tela con la que cubría un cuerpo y supieron que se trataba de Jaehyun.

¿Ahora que harían sin su inconfundible risa? ¿Sin sus berrinches de niño pequeño?

¿Cómo harían para levantarse cada mañana y no escucharlo andar por la casa haciendo algo? ¿Cómo podrían vivir sin la personita que les trajo felicidad absoluta cuando llegó al mundo como un precioso regalo?

¿Por qué arrebataron a Jaehyun de sus vidas?

— No quiero vivir sin mi niño— Susurra su madre volviendo a descomponerse en llanto—. Sin mi pequeño no quiero vivir.

Por otro lado el padre comparte una pequeña mirada con Doyoung y sigue abrazándola con fuerzas, permitiéndose llorar, porque perdió a su compañero de todos los Domingos en dónde preparaban ricas comidas para poder estar a gusto con toda la familia.

A Jaehyun le quitaron la vida de una forma violenta, pero al juicio de quién lo hizo, eso estaba bien.

Porque todo error se paga, nadie se va de esta vida sin haber sufrido por haber causado daño.








Me duele esto :'(. Ayuda, espero que todo dolor valga la pena para lo que tengo planeado con el fic, jajajaja. (río para no llorar)

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