HANNAH

Última llamada para el vuelo número 0511 con destino a Boston. Última llamada...

Agarro mi mochila y mi equipaje de mano y me pongo en la cola. Tomo mi pasaporte y el billete de avión mientras espero a que avance la gente que tengo delante, mirando a todas partes y preguntándome si tomé la decisión correcta o no.

No fue fácil. Tuve que elegir mi felicidad por encima de todo lo demás y, por más simple y estúpido que parezca, les puedo asegurar que no lo fue.

Estos dos últimos años fueron una carga. Podría decir que fueron los peores años de mi vida y también los mejores, porque me enseñaron cosas que se me quedarán grabadas hasta el día de mi muerte.

La fila avanza muy lentamente, pero no tengo prisa. He esperado más de diez años para empezar una nueva vida, para empezar de cero; creo que puedo esperar un par de minutos más.

Saco el teléfono del bolsillo de mis jeans y miro fijamente la pantalla negra, pensando en Casy y en todo lo que pasó estos dos últimos años. Hemos pasado por tantas cosas... y creo que también hemos crecido mucho. Me siento más segura y madura que nunca y eso, aunque duela admitirlo, es gracias a ella.

Pulso la tecla de encendido y la pantalla se ilumina. No hay mensajes, no hay llamadas, no hay nada. A nadie le importa que me mude a otro país, ni siquiera a ella. Quizá sea lo mejor. Sé que, si me llama, me bajaré del avión inmediatamente y... no puedo hacer eso. No puedo permitirme hacer eso.

No importa cuánto ame a Casy, sé que arruiné todo. Y esta vez es de verdad. No es como cuando empezamos a salir y a conocernos, cuando ella era la culpable de todas nuestras peleas; esta vez soy yo quien estropeó todo. Soy yo quien hizo que nuestra relación se fuera a la mierda y soy yo quien... alejó a Casy de mí lado.

La cola se acorta y estoy a tres personas de atravesar la manga que lleva al avión. Ya está: a tres personas de empezar mi nueva vida en otro país, con la única persona en la que puedo confiar ahora mismo.

El anciano que tengo delante entrega su billete a la azafata. Ella le desea un buen viaje y él desaparece por la manga. La azafata se vuelve hacia mí y me sonríe. Le entrego mi pasaporte y mi billete. Ella le echa un vistazo y me desea un buen viaje.

Miro hacia atrás y respiro hondo. Me hubiera gustado que estuviera aquí para despedirme, pero eché todo a perder. Ahora está enojada conmigo y no quiere ni siquiera verme...

Sonrío a la azafata y pongo un pie en la manga. En ese mismo momento oigo que alguien grita Hannah por detrás. Me doy la vuelta y la miro. Se me congela todo el cuerpo y durante unos minutos todo queda en silencio; ni siquiera oigo a los niños gritar y jugar a los videojuegos a mi alrededor y ya ni siquiera oigo llorar a los bebés en brazos de sus padres esperando ingresar al avión. Inmediatamente se me llenan los ojos de lágrimas y me cuesta mucho no volver para abrazarla con fuerza.

Aparto la mirada y me limpio los ojos. Me giro y camino rápidamente por la manda para entrar al avión o más rápido posible. Cuando entro, me acomodo en el minúsculo asiento y rompo a llorar, deseando estar con ella ahora mismo. Deseando tenerla a mi lado en este mismo avión como alguna vez estuvimos... Pero, sobre todo, deseando haber hecho las cosas de otra manera.