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La tirana de Siberia

Gente, después de mucho tiempo, les traigo un nuevo cuento del baúl del tío SilentDrago, esta vez basado en una leyenda de mi país. Eso sí, los detalles los dejaré para después.


Durante una de las batallas más violentas entre las fuerzas del principado de Moscovia y los invasores tártaros, tres de los personajes más importantes del primer territorio fueron capturados por sus enemigos, junto con varias de sus tropas. Dichos personajes eran el mismísimo príncipe y sus hijas, las condesas Eli y Alisa, quienes serían utilizados como moneda de cambio para la rendición de su patria. Encadenados y agotados, los rehenes eran llevados a tierras tártaras, con pronóstico incierto.

Sin embargo, y a pesar de que los tártaros creían que ya tenían ganada la guerra, la condesa Alisa consiguió fugarse días después, aprovechando un descuido. Junto con ella pudieron escapar unos cuantos soldados, lo que daba indicios de una futura rebelión. El príncipe y algunos guerreros intentaron hacer lo mismo posteriormente, pero los tártaros los descubrieron y los ajusticiaron, todo ello frente a la propia Eli.

La chica huyó a los pocos días, junto con los soldados sobrevivientes. Lograron establecerse en la taiga siberiana, en donde la condesa se convirtió en la líder militar, ama y señora, eliminando a cuanto tártaro y extranjero cayera en sus manos. La fama de su crueldad traspasó las fronteras, por lo que muchos evitaban enfrentarla.

Enterada de eso, aunque no asustada, estaba Nozomi, una viajera de oriente que deseaba explorar aquellas tierras. Para su desgracia, se metió sin saberlo en el área controlada por Eli, por lo que fue capturada por los soldados en cuanto la descubrieron y llevada de inmediato ante la señora.

La reacción de la rubia en cuanto vio a la foránea fue inesperada.

«No pensé que me traerían a una prisionera tan bonita».

De inmediato se sintió atraída por ella y les ordenó a sus hombres que la llevaran a su cabaña. No obstante, estos protestaron; de acuerdo a sus propias leyes, los extranjeros debían morir nada más pisar aquellas tierras.

—¡Ya hablé! ¡La extranjera estará en mi cabaña hasta que yo lo diga!

Nozomi se convirtió en la huésped de Eli, quien la trató con gran amabilidad, atendiendo cada una de sus necesidades. Esta agradeció la deferencia para con ella, pero estaba al tanto de que pronto tendría que morir; así estaba determinado y lo aceptó con resignación.

—Descuida, me encargaré de retrasar la ejecución lo más posible.

—Pero... no deberías hacer excepciones con nadie. Quién sabe lo que podría pasar si no se lleva a cabo.

—Soy la señora de estas tierras. Ya solucionaré el problema.

Eli se las arregló para agendar la ejecución de Nozomi hasta el cuarto plenilunio. En el entretiempo, las chicas aprovecharon de aprender más la una de la otra, dándose cuenta la oriental de la persona detrás de la tirana de aquellas tierras, a la vez que la rubia conoció el alma aventurera de la forastera, quedando cautivada. De hecho, intentó al principio que Nozomi abrazara su ideología de violencia, pero ocurrió lo contrario: fue ella quien adoptó pensamientos pacifistas, cosa que fue del agrado de la pelimorada, pero causó resquemor en los soldados.

—¿En serio crees que podremos dialogar con los tártaros?

—Quiero creer eso. Las armas solo causan más dolor; solo piensa en lo que te pasó a ti. Sería mejor reservarlas como último recurso.

—Y... ¿me ayudarías con eso? Estoy segura de que no me recibirían con los brazos abiertos.

—Por supuesto que sí, Elicchi. He visto un cambio en ti; ya no eres la tirana sanguinaria de la que habla la gente. Ahora debes demostrarle eso a todos los demás. Descuida, no te dejaré sola en ningún momento.

—Muchas gracias, Nozomi.

Poco antes de la cuarta luna llena, las jóvenes se casaron en una improvisada ceremonia, nada oficial. Para ese entonces, lo último en la lista de prioridades de Eli era la guerra; había descuidado tanto el frente de batalla que los tártaros cada vez se estaban acercando más a aquellas tierras. Ese hecho derivó en que, con una mezcla de miedo y resentimiento, las fuerzas de la señora del área se reunieran en secreto durante los días previos para conspirar contra ella; no querían caer en manos enemigas.

La sorprendieron en plena boda con Nozomi, en medio del beso que las unía; aquello fue demasiado para ellos.

—¡Ahora!

Comenzó una lluvia de flechas desde todas direcciones, flechas cargadas de odio. Ninguna de ellas alcanzó a reaccionar para evitar el ataque. El traje blanco que vestía Nozomi se tiñó de rojo; la chica dio su último aliento en los brazos de Eli. Por su parte, esta alcanzó a vivir unos momentos más, gritando por su amor perdido en medio de su propio dolor. Malherida y agonizante, la rubia se disculpó con sus tropas por haberles fallado en el último tiempo, pidiéndoles una última cosa antes de perecer:

—Por... favor..., sepúltennos... juntas...

Los pensamientos finales de la condesa fueron sobre las muertes de Nozomi y de su padre; sus ojos azules se cerraron segundos después.

Aún con el rencor de los guerreros, decidieron cumplir la voluntad de su antigua señora. Ella y su pareja fueron enterradas una al lado de la otra, con unas rústicas cruces de madera sobre las tumbas; todavía le tenían algo de respeto a pesar de ultimarla.

Varios siglos han pasado desde entonces. Nadie ha puesto un pie en esas tierras tras las guerras entre moscovitas y tártaros, aunque igualmente corren rumores de perturbaciones espirituales en la zona. Eso sí, como ninguna persona ha sido lo suficientemente valiente para comprobarlo, no se puede afirmar aquello.


Ahora sí puedo hablar de las inspiraciones. Esta obra se basa en la leyenda de la tirana del Tamarugal, que era una ñusta (princesa inca) que luchó contra los españoles hasta que se enamoró de un minero portugués. En las tierras que gobernó según la historia, se construyó el pueblo de La Tirana, y en el sitio de la tumba, la iglesia. Ese detalle es el que más cambió con respecto al fic, pues nada ocurrió con el sepulcro de Eli y Nozomi.

Actualmente, cada 16 de julio se celebra la fiesta de La Tirana, de carácter religioso con elementos andinos. Tuve la oportunidad de visitar el pueblo hace mucho tiempo: la plaza frente a la iglesia es enorme, ideal para los bailes y el carnaval (no fui en época festiva, eso sí).

https://youtu.be/g5VOSp3jJy0

Hay un detalle cuanto menos curioso: el NozoEli ha sido protagonista de los dos cuentos del tío SilentDrago basados en leyendas chilenas (el otro es La laguna de la miko). Además, en ambas historias hay elementos incas y ambas terminan en tragedia. No es que me guste matar a Nozomi y a Eli, es que calzan con los roles. ¿Coincidencia? En este caso, sí.

Una última cosa antes de terminar, esta vez saliéndome un poco del fic y siendo más serio. Aunque la historia original (que por cierto, me gusta) tiene un componente religioso, yo no lo soy y discrepo mucho de las religiones en general. Ahora mismo, por causa de las malas interpretaciones de la fe, un país está sufriendo nuevamente y su futuro es incierto. Ojalá, a pesar de lo negro que se ve todo, la gente de Afganistán pueda salir de su situación actual.

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