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extra: until i found you.

Los primeros momentos de Lisa y Rosé en el sueño eterno, fueron un gran pesar para JiSoo, quien como la Diosa Mayor, siempre se había sentido muy responsable respecto a los Dioses más jóvenes, pero especialmente con aquellas dos, las amantes eternas.

Jennie fue la que le advirtió, que Lisa caería en el Sueño Eterno, junto a su amada, y que no había nada que pudiera evitarlo, así que cuando el día llegó y Jennie se presentó en el cuarto personal de JiSoo, con un asentimiento la Diosa Mayor lo supo.

La mayor paso mucho tiempo en la habitación de aquellas dos, mirando como dormían con toda la paz del mundo, Jennie se quedó a su lado en todo momento, pero incluso cuando JiSoo estaba al borde de las lágrimas no se dejaba consolar.

Jennie sabía que la mayor estaba algo enojada con ella.

—¿Tu sabías que este pasaría? —preguntó JiSoo, rompiendo el silencio de la habitación, fue la primera vez que la miro a los ojos desde que Rosé se había dormido—. Desde antes, me refiero, desde antes de que ocurriera con Rosie, ¿Sabías que las dos terminarían así?

Jennie apretó sus labios, pensando como explicarlo mejor.

—Hay veces en las que... El destino no es claro, el destino no es como un camino, no es una línea recta, es más como... Como una red de cosas, que de va tejiendo y destejiendo dependiendo de lo que se elija hacer —dijo Jennie, intentando hablar claro, por más que era complicado de entender, incluso para ella—. Si yo le decía a Lisa que Rosé caería en el Sueño Eterno ella no iba a aceptar volver con JooHyun... Eso lo pude ver claramente, las catástrofes seguirían hasta que ya no queden humanos y en ese caso el destino de Rosé hubiera sido todavía peor.

>> Tuve que mentirle para poder salvarlas, JiSoo —sus ojitos la miraban con súplica—. Pero no te miento, sé que la última vez que dije que crean en mí si había mentido y eso llevó a esto... Pero en serio, lo mejor está por venir, esto solo es por ahora, solo necesitan tiempo.

JiSoo asintió, sabía que no era la culpa de Jennie, si bien ella las había dirigido en las decisiones que tomaron... El destino era una fuerza mayor, el Oráculo solo lo había leído.

—¿Puedes ver si despertarán?

Jennie dudó unos momentos, luego negó.

—Cuando Lisa estaba despierta aún pude ver que... Si ella aguantaba un poco más, Rosé despertaría —dijo la de mechones plateados, JiSoo quería llorar de nuevo—. Pero era una visión muy leve y borrosa, no había muchas posibilidades de que ella aguantara.

>> Ahora no está claro, pero lo harán, estoy segura, si yo desperté, ellas también podrán... El Sueño Eterno es único y diferente para cada uno, pero ellas pueden lograrlo, solo tienen que esperar... Pero ellas están juntas, están compartiendo el mismo sueño, y estarán bien, JiSoonie.

JiSoo asintió, volvió a quedar en silencio, y sus ojos se apartaron de Jennie, de nuevo, aquella Diosa parecía volver a ignorarla, y eso le dolió a la enamorada Oráculo.

—Las dos se aman mucho. —dijo JiSoo, viendo cómo se abrazaban aún dormidas con tanto amor.

—Sí —Jennie asintió, sonriendo—. Yo ví la llegada de Lisa, y sabía que ella iba a generar un caos, que terminaría con la monarquía de JooHyun... Cuando se le dije eso fue la razón de mi expulsión.

—¿En serio? —preguntó JiSoo, Jennie asintió.

—Se lo dije para ver sí ella... Cambiaba, ella ya estaba advertida, y no lo hizo, incluso creo que se volvió un poco peor.

—No, claro que ella no le haría caso a nadie —JiSoo negó—. JooHyun es muy terca a veces... Era.

SeulGi y Wendy también venían a verlas a menudo solían hablarles, a veces SeungWan también, pero la rubia cenizo solía quedarse en la puerta, como si tuviera miedo de entrar y solo permanecía en silencio, Jennie solía quedarse sola en aquel cuarto a veces, intentando no sentirse tan mal, esperando ver algo del futuro de ambas.

El tiempo no transcurre igual para los humanos y para los Dioses, lo que pueden ser siglos para los mortales se sienten como minutos para los inmortales, por ello no era fácil saber cuánto tiempo pasaron dormidas aquellas dos amantes infinitas.

JiSoo las encontró reencarnadas en vidas humanas, y con alegría llamo a Jennie, solo para que la Diosa mas alta le dijera que ya lo sabía.

—¿Y por qué no me dijiste?

—Es que... Estabas enojada conmigo así que no quería hablarte de ellas por si llegaba a molestarle.

JiSoo frunció sus labios al escuchar aquello, se acercó a la menor para abrazarla con firmeza, Jennie se dejó abrazar.

—Lamento haberte hecho sentir mal, Jennie —murmuró—. Esas dos son muy importantes para mí, pero sé que... Hiciste lo correcto, siempre he confiado en tí.

Jennie sonrió un poco.

—Te dije que estaban compartiendo el mismo sueño, ellas prometieron ir al mundo de los Humanos juntas y eso están haciendo... Lo están viviendo.

JiSoo velo la existencia de ambas en el mundo humano, e hizo todo lo posible para que ellas sean felices, se encontraran y se amaran de la forma que estaban destinadas a ser amadas.

—Lisa entregó su alma a Rosé antes de marcharse —dijo Jennie, ella también lo había visto—. Es un acto enorme, su alma fue directo hacia ella cuando se rompió, ellas están destinadas a amarse, están más unidas de lo que creen.

—¿Las dos se crearon a partir de una flor de la tierra es verdad? —preguntó JiSoo, ya que había escuchado a Lisa mencionar algo de eso.

—Sí, mismo tipo de flor, son almas gemelas —Jennie sonrió, el saber tantos detalles de la historia de ambas la hacía una romántica empedernida—. Es algo muy único entre los Dioses, no cualquiera tiene a alguien igual a tí... Ellas tenían una conexión que todavía no comprenden, pero la sienten, por ello son tal para cual.

JiSoo miro las vidas de ambas en el mundo de los humanos, Jennie le recordaba que ambas se habían prometido ir a aquella Tierra con aquellos seres que tanto amaban, y una y otra vez, vivieron, se encontraron, amaron, cumplieron sus sueños en cada una de sus vidas, y la Diosa Mayor las ayudaría en cada obstáculo que pudieran encontrar.

El día en que ellas iban a despertar, Jennie lo sabía, pero también necesitaban su espacio, por lo que la Diosa del Destino no le dijo nada a JiSoo, poniendo escusas de que ‹‹no estaba claro›› aunque en realidad, visualizo perfectamente el reencuentro d ambas en aquellas vidas eternas.

La primera en despertar fue Rosé, y al ver a Lisa, sus ojos se entreabrieron con lentitud, aquel sentimiento de pánico, lo último que había sentido antes de dormir, la volvió a inundar.

—Lisa...

Su vista se enfocó en el rostro que tenía a centímetros del suyo, sus ojos cansados y recién despiertos tardaron en verla, su sonrisa apareció con amplitud en su rostro, sus manos fueron a las mejillas siempre sonrosadas de la menor, que estaban frías.

—Lils... Buenos días~ —su mente aún aturdida por tanto tiempo dormida no podía procesar aún que aquello no había sido una siesta, sus ojitos vieron aquella habitación blanca y sin ninguna pertenencia con confusión, poco a poco su mente empezó a unir cabos y se dió cuenta de que Lisa no estaba simplemente dormida, que esa no era su cama, y que aquel lugar no era su humilde cabaña—. Lisa, Lils, despierta... —sus manos fueron hacia el rostro de la menor, que seguía sin reaccionar—, Lils... Vamos, amor, despierta —las lágrimas subieron a sus ojitos de nuevo, abrazó el cuerpo dormido de su amada con más fuerza de la que debería—. Lisa, vamos Lisa... Despierta, p-por favor —poco a poco comenzó a recordar, las últimas imágenes de ella misma, buscando a Lisa, extrañándola tanto, lo que comprendió que había sido una alucinación antes de caer dormida, y entendió que ella también había pasado por aquello que tanto temía, y que Lisa se había dormida luego de ella—. Oh, mi Dios, cuánto lo siento...

Escuchó un leve murmuró contra la piel de su cuello, se separó para verla, apoyándose sobre sus codos para no aplastarla, mirando desde arriba de ella como sus pestañas se agitaban, y sus ojitos llenos de estrellas volvían a mirarla, una sonrisa surcaban sus labios perfectos.

—Rosie... —aquel apodo susurrado con la voz más perfecta de todas, Rosé sonrió, sintió su corazón revivir, con una risa fue a abrazarla—. Rosé... Estás despierta...

—Amor, tú estás despierta —dijo Rosé, para besar todo su rostro, sus narices quedaron tan cerca que se acariciaban en un beso esquimal—. Lisa... Creí que no te vería otra vez.

—Rosie... —las manos de Lisa fueron hacia el rostro de la Diosa, acariciaron sus mejillas, notó la humedad de estás debido a las lágrimas—. Tardé mucho en regresar, amor... Lo siento tanto, cuando volví ya te habías dormido y y-yo... Nunca te lo dije, pero ahora ya podemos estar juntas, lo prometo, y esta vez sí lo voy a cumplir.

—Lils... Mi Diosa hermosa de todo lo Bello —Rosé dejó un beso sobre su frente, sus manos sujetaban la nuca de la menor con delicadeza—, al final, estamos aquí, tú y yo ¿No? Mi Diosa, eso ya pasó, por favor no te preocupes por ello... —notó las lágrimas en los brillantes ojitos de la menor, y aquel ceño fruncido.

—Rosie yo no... Yo no soy una Diosa —murmuró Lisa, con algo de dolor por las palabras que aún recordaba, aquellas palabras frías y asquerosas provenientes de su creadora—. JooHyun me lo dijo cuando volví, ella solo me creó para usarme, pero como ya lo había hecho contigo, ella ya no me quería —explicó, su labio inferior tembló al recordarlo, le hacía sentir mal, un objeto, algo que solo servía para un deseo carnal e impuro, su existencia era una mentira y su razón de ser le daba asco—, no soy la Diosa de lo Bello... Eso no existe, solo soy-... —no podía decirlo, se mordió el labio para no romper en llanto.

—Pues... Yo te veo, y te siento —murmuró Rosé, su sonrisa estaba en su máxima expresión en su rostro, era el mayor consuelo para Lisa, la mayor dejó besos en sus mejillas—. Para mí eres lo más real de todos los mundos, y eres mucho más de lo que JooHyun alguna vez creo, y las dos lo sabemos, mi amor, no eres nada de lo que ella planeó alguna vez... Tu eres Lisa, y eres libre —le recordó, la castaña asintió—. Y siempre serás mi Diosa, eres la única a la cual me pondría de rodillas para venerar.

El rubor subió rápidamente a las mejillas de Lisa, una sonrisa se dibujó en su rostro, y se inclinó hacia ella para el encuentro tan esperado de sus labios, el beso más hermoso de su vida.

Con aquel contacto las vidas humanas que habían compartido pasaron frente a sus ojos, cumpliendo una promesa que ambas habían hecho mucho tiempo atrás, en el beso, sonrieron al recordarlo todo lo vivido.

Las manos de ambas se entrelazaban, los abrazos no eran suficientes, los besos tampoco, el encuentro más esperado del amor en toda la eternidad estaba sucediendo finalmente, con ambas felices de estar juntas otra vez, está vez para toda la eternidad.

Su beso fue interrumpido por el estruendoso sonido de la puerta al abrirse y golpear la pared de la habitación.

—¡JiSoo, dales privacidad! —escucharon la aguda voz de Jennie gritar, la Diosa Mayor las miró y sonrió, una gran carcajada surgió de sus labios y luego se abalanzó sobre ambas para abarcar a la pareja en un solo abrazo, grande y apretado.

Oh, están devuelta, mis tortolitas favoritos... Los ví todo el tiempo, todo el tiempo, en la Tierra de los Humanos pero las estaba extrañando tanto-...

—JiSoo, no me estás dejando respirar —se quejó Rosé, la Diosa Mayor se apartó de ambas para que volvieran a tomar aire, la sonrisa que tenía en el rostro también era imposible de borrar.

—Ahora son libres, chicas, pueden amarse tanto como quieren, no hay más JooHyun para impedirlo.

—Lo sé —dijo Lisa, Rosé loa miró con sorpresa, eso ella no lo sabía, la castaña se volteó hacia su amor de nuevo—. JiSoo la enfrentó, JooHyun está dormida, ahora ella es la jefa de todos los mundos, y no hay barreras entre las Tierras, todos somos libres de nuevo... Podemos visitar a los humanos tanto como quieras, amor.

—Eso es... Excelente —Rosé sonrió ampliamente—. Ya hemos pasado bastante tiempo con los humanos, necesito ver a Wendy... Y quizás romperle la cara un poco.

—No, no —Lisa negó, sabía por qué lo decía, podía suponerlo—. Wendy no me entregó... Yo lo hice, ella me acompañó para salvar a SeulGi, no la golpees, ella es muy buena.

Rosé no podía negarle a los ojitos de ciervo triste de Lisa, y solo suspiró para volver a asentir.

JiSoo se apartó de arriba de ambas, para dejarlas que se levantaran, algo tambaleantes, la mayor las ayudó a estar de pie, cuando la mayor no estaba a la vista ambas vieron a Jennie, que estaba con una sonrisa penosa, las saludó haciendo una reverencia.

—Hola, estoy muy feliz de que hayan despertado, las estábamos esperando. —Lisa hizo una mueca, Rosé lo notó, y supuso que había algo mal.

—Lisa, lo ocurrido no fue culpa de Jennie, ella me explicó que pasaría si no te lo hubiera dicho y créeme que fue la mejor decisión. —dijo JiSoo, la mayor se colocó junto a Jennie y tomó su mano con firmeza, entrelazando sus dedos, ambas lo vieron.

—¿Qué pasó qué? —preguntó Rosé, su vista iba hacia Jennie y luego hacia Lisa.

—Yo sabía que caerías en el Sueño Eterno, y no se lo comuniqué a Lisa porque si se lo decía ella no se entregaría a JooHyun y el plan no funcionaría —dijo la Dios del Destino—. Y si ella no aceptaba hacerlo JooHyun continuaría con las catástrofes hasta que no haya ni un solo Humano vivo, y eso haría que tú, Rosé, cómo su Diosa, desaparezcas con ellos.

—¿En serio? —preguntó Rosé, con sus ojos muy abiertos, Lisa también se sorprendió, sintió su corazón desbocar.

Comprendió que al final sólo había tenido dos opciones, una mala y otra peor, y Jennie había sido responsable de elegir una o la otra, pero solo pensando en el bienestar mejor.

—No se puede ser Dios de algo que no existe, Rosé —explicó Jennie—. Lamento haberte engañado, Lisa, pero era la única opción.

Lisa la miró con el ceño fruncido, finalmente asintió, cómo diciendo que estaba bien, para su sorpresa la Diosa con mechones platinados fue a abrazarla con emoción al ser perdonada.

Rosé rió por aquello, ella también tenía ganas de abrazar a Lisa.

—Wendy y SeulGi vienen hacia aquí. —dijo Jennie, aún abrazando a la castaña, se separó para señalar al umbral y tal como lo predijo, una rubia bajita apareció en la puerta, de la mano de la pelinegra, una gran sonrisa estaba en el rostro de ambas, respiraban agitadas por correr hacia allí luego de recibir la noticia.

—¡Lisa! ¡Rosé! —la rubia fue la primera en ir a abrazarlas—. Por todos los Dioses que alegría que estén de vuelta.

—Wendy —Lisa la abrazó con una sonrisa—. ¿Cómo está SeulGi? ¿Ella estaba bien? —miró a la pelinegra, que esperó su turno para abrazarla también.

—Llegó justo a tiempo —dijo la Diosa de la Noche—. Pero eso fue mucho tiempo atrás, Lisa, no te preocupes por mí. —añadió, se notaba mucho más sonriente y tranquila que antes, la libertad las había hecho mucho más felices.

—Cuando llegamos quisimos ir a ayudarte pero ya era tarde —dijo la mas baja—, lo sentimos mucho.

—Tenías algo más importante que cuidar, Wendy, yo hubiera hecho lo mismo. —admitió la castaña, su mano se aferraba a la de Rosé, no la soltaría nunca.

Pasaron el día juntas, SeungWan también llegó a saludarla, seguía luciendo igual de terrorífica que antes, pero SeulGi había bromeando de que se parecía a Wendy y que solo era una versión más oscura y con cabello mas claro, cosa que las había hecho reír, luego ya no podían verla con el mismo temor.

Luego de un gran banquete para todas a modo de celebración, JiSoo le dió un nuevo título a Lisa.

—Diosa de la Valentía —dijo, mirándola directamente a los ojos—. Ojalá que todos los seres, mortales e inmortales, encuentren en tí la fuerza para seguir sus deseos más puros provenientes de un corazón tan digno como el tuyo, eres muy admirable y serás recordada como tal por mucho tiempo —añadió, Lisa estaba muy ruborizada, la mayor le sonrió con un gran orgullo—. Salud, por Lisa. —finalizó, alzando una copa de vino, las demás presentes la imitaron.

—¡Por Lisa! —repitieron las demás presentes.

—Por ti, amor, mi Lili, mi Diosa valiente y bonita —murmuró Rosé en su oído, luego de tomar un sorbo de vino, los ojitos de ciervo de la menor la vieron con admiración, a veces se le olvidaba lo bella que era la Diosa de los Humanos, no sé cansaría de verla nunca—, se me olvido decirte algo importante, mi vida. —Rosé se puso muy seria, sus ojos oscuros parecían penetrar su alma.

¿Eh? ¿El qué? —Lisa sonó preocupada, Rosé mantuvo el drama unos momentos, mirándolo con aquella expresión seria e indescifrable que tenía a veces.

—Te amo.

Lisa se sintió como una tonta al caer con algo tan simple, su sonrisa volvió a aparecer, aquella que Rosé tanto amaba y podría ver por siempre, Rosé también rió con ella, amaba poder reír juntas de nuevo.

Lisa la besó con lentitud, nunca se cansaría de aquellos labios, los sentía tan suyos, dulces por el vino, embriagados de su amor, se dejaron llevar por el beso hasta que las presentes comenzaron a aplaudirles, escuchó comentarios molestos como que debían invitar, y que se consigan un cuarto, con vergüenza se alejaron, y con el rubor en su rostro por el alcohol, Lisa le volvió a corresponder, hablando al oído de la mayor, roja como un tomate:

—También te amo, mi amor.

¡Gracias por leer!

🌷

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