O2O. i need you.
Con una bocanada de aire, sus rodillas chocaron contra el suelo, mientras respiraba de forma desesperada, el rápido golpeteo de su corazón era lo que lo hacía sentir vivo, pero el gran temor que sentía en su pecho, le daba la idea de que estaba a punto de morir.
—Ey, niño, HyunJin... —apenas reconoció al rubio que se acercó a él y lo tomó de los hombros, Felix lo recostó sobre el suelo—. Tranquilo, pasará, estás entrando en pánico.
Sentía un gran nudo en su garganta y estaba seguro que estaba llorando, pero necesitaba aire, quería gritar, correr, hacer algo... Se abrazó a sí mismo, y el dolor en su pecho no pasaba.
—S-Seung... —respiró, pero sonaba como un chillido, intentó levantarse, pero parecía que su cuerpo no respondía y casi cae de cara al suelo, pero Felix lo sostuvo.
—SeungMin te está esperando, pero no puedes ir ahora, cálmate primero —dijo el rubio cenizo, HyunJin asintió de forma automática, pero en realidad, quería ir hacia su amor igual, no le importaba como estaba, no le importaba él mismo, quería verlo de nuevo.
Abrazarlo, decirle que había vuelto, que está vez nada los iba a separar, que está vez podía quedarse y que podía amarlo mejor, porque ya no le iba a causar dolor alguno.
Quería decirle que lo amaba de nuevo.
Que nunca lo iba a volver a dejar sólo.
JeongIn le había dicho que iba a estar bien, que SeungMin estaría bien... Pero, ¿Por qué esa horrible sensación en el pecho no lo dejaba?
No sabe cuánto tiempo pasó así, concentrándose solo en respirar, porque no podía hacer otra cosa, pero incluso MinHo regresó, acompañado de JeongIn, estaba tan feliz de verlo, el mayor lo ayudó a levantarse y lo abrazó con fuerza.
—Christopher decía que ya no existías, que no estabas aquí... Por todos los Dioses, fue tan difícil. —el mayor temblaba, le había costado tanto volver a ver a su hermano luego de tanto tiempo, y en verdad, no creía que iba a funcionar, pero debía darle crédito a JeongIn por alentarlo.
Tal como JeongIn había dicho que pasaría, Christopher estaba totalmente agotado, él podría decirle un par de verdades, y el Dios terminaría en el Sueño Eterno.
En parte le dolía que tuviera que ser así, creía que podría tratar con su hermano de otra forma, podría hablar de manera civilizada, podía hacerlo cambiar, terminar sus diferencias como los los seres maduros, omnipotentes, y eternos que eran.
HyunJin sonrió al verlo, su rostro estaba bastante pálido, y le costaba mantenerse en pie, por más que le insistían en que debía descansar, no podía seguir esperando.
—Tengo que ir con SeungMin. —dijo apenas con un hilo de voz.
—Está bien, no estamos lejos —dijo el mayor, pensaba cargar al castaño hasta allá para que no hiciera sobresfuerzos—. Vamos.
—No sé si... Deberían —dijo JeongIm, se acercó a HyunJin para tomarlo suavemente de los hombros—. Quizás puedes descansar y-...
—Puedo descansar cuando esté con SeungMin. —dijo el castaño seriamente, JeongIn solo pasó su mirada de HyunJin hacia MinHo.
—JeongIn, ¿Pasa algo? —preguntó el mayor, el Dios de cabello plateado no respondió, pero el silencio fue suficiente para HyunJin.
—Por todos los Dioses, mentiroso...
Debía haberle hecho caso a su corazón, debería haber ido mucho antes hacia SeungMin.
Corrió hacia donde su corazón siempre lo había guiado, igual que el día en que lo fue a buscar luego de su llegada, su corazón siempre iba hacia donde estaba él, siempre buscando su amor, incluso mucho antes de que lo llamara de esa forma.
Estaba unido a él, lo sabía, nunca lo había cuestionado, de alguna forma al encontrarse con él ya lo sentía, como encajaba el mundo entre sus brazos, cómo es que juntos no tenían dolor, ninguno de los dos, cómo es que lo había encontrar aún en la inmensidad de un mundo desconocido.
Vió la cabaña a lo lejos, su corazón latía apresurado, y esa presión en el pecho que crecía y crecía, haciéndose cada vez más pesada.
—¡SeungMin! —HyunJin corría todo lo que sus piernas le permitían, sus pulmones ardían mientras su corazón lo guiaba hacia donde su lindo Dios lo esperaba, pero cada vez ese llamado se hacía más frío, más lejano, y unas inmensas ganas de llorar lo abrumaban, aún así, siguió corriendo, incluso cuando ya no sintió nada, incluso cuando de alguna manera lo vió desde dentro de su corazón, incluso cuando el llanto era tan grande que su garganta se cerraba, y ya no sentía esa unión que siempre lo llevaba a SeungMin, en cambio, había un vacío—. No... No, Seung...
Al llegar lo vió, en el suelo, con lágrimas en sus mejillas, abrazándose a sí mismo, se veía roto y frágil, parecía que podía romperlo si lo tocaba, pero allí estaba, dormido.
—S-SeungMin... SeungMin, reacciona, despierta —se arrodilló a su lado para tomarlo por los hombros y sacudirlo, primero suave, luego con más fuerza, su inerte cuerpo permaneció flojo y se sacudía sin vida ante sus movimientos—. Seung, Seung-g...
Tomó sus mejillas, aún estaban calientes, incluso sus lágrimas seguían tibias, su pecho se movía levemente por su suave respiración, pero sabía que SeungMin estaba lejos de responderle.
—SeungMin... Volví —murmuró, el llanto apenas lo dejaba hablar, juntó sus frentes con él, en un intento de sentirlo más cerca, estaba a su lado pero aún así parecía a un mundo de distancia, sus brazos lo envolvieron en un abrazo que no tenía respuesta—. Volví por tí, amor, mi dulce Dios... Yo estoy-y... Estoy aquí, estoy contigo de nuevo...
Deseaba que le respondiera, que lo abrazara, que lo miras con aquellos oscuros ojos y le dijera que lo amaba, de nuevo, escuchar su voz grave que hacía a su alma temblar.
—Lo siento... L-lo siento tan-tanto... —quebró en llanto, abrazando el inconsciente Dios de los Humanos, escondiendo el rostro en su cuello para consolarse con su aroma de nuevo, aunque quizás con el sueño todo parecía distanciarse y no podía sentirlo.
Quería dormir abrazado a él, hasta despertar en otro mundo, dónde pudieran amarse sin más.
—¡HyunJin! —escuchó a MinHo llamarlo a la distancia, se abrazó con más fuerza al cuerpo de Seung, no quería que nadie se le acercara—. No... ¡SeungMin!
El mayor se arrodilló a su lado, HyunJin no dejó que lo tocara, pero de solo verlo lo sabía, el como su cabeza caía hacia atrás, el tono pálido de su piel, y aquel abrazo que no podía responder.
—JeongIn, no dijiste que esto pasaría. —MinHo miró al joven Dios de cabello plateado, sentía su corazón traicionado y dolido, se alejó de él unos pasos.
—MinHo, no entiendes, es que-...
—¡Dijiste que estaría bien! —gritó HyunJin, mirándolo con odio—. Me dijiste que estaría bien... Hice todo esto solo porque él estaría bien...
—Lo sé, es qué-...
—¿Qué? Mentiste... —HyunJin se acercó aún más a Seung, acomodando su cabeza sobre su hombro, como siempre hacía.
—Es que no lo harías si te decía —dijo JeongIn, por lo bajo—. Pero él está bien, él estará bien, HyunJin, solo-...
—Él estaba esperándome... —dijo, mientras frías lágrimas corrían por sus mejillas—. Él estaba asustado, cansado y me necesitaba, y está dormido porque no había nadie... Ni siquiera estaba yo para él... Cuando más me necesitaba... Él me necesitaba, y y-yo lo necesito...
—HyunJin, HyunJinnie... —MinHo tomó su rostro para que lo mirara, corrió su cabello castaño bastante largo y limpió sus mejillas, el joven solo pudo seguir llorando, así que el mayor solo se acercó a él para abrazarlo también, junto con el dormido Dios de los Humanos entre ambos.
MinHo los llevó hacia su templo, y consiguió una habitación privada para SeungMin, igual a la que HyunJin había entrado cuando conoció a JeongIn, todo era muy blanco y había mucha luz, el lugar solo tenía una cama y una silla, que estaba allí especialmente para HyunJin, quien se quedó mucho tiempo junto a Seung, tomando su mano, acomodando su cabello, aunque siempre estuviera en el mismo lugar.
Luego de que SeungMin llegara a las ‹‹salas de descanso›› tal como le decía MinHo, el mayor le contó lo que había pasado.
Christopher también estaba en el Sueño Eterno, y ahora, sólo estaba él como único Dios Mayor.
—¿Y qué vas a hacer al respecto? — preguntó el castaño en un murmullo, MinHo se notaba algo incómodo al respecto, se encogió de hombros.
—No sé, supongo que voy a dejar que los Dioses hagan su trabajo, ellos saben cómo hacerlo, no tengo que mandarlos —dijo con simpleza—. Lo único que hice fue abrir las fronteras entre los Mundos, así que cada uno puede ir hacia donde quiera.
>> Y eso hace que los Dioses que Christopher desterró puedan volver a su mando también. Incluso SeungMin.
HyunJin hizo silencio, mirando al dormido Dios, sus manos estaban unidas, como siempre.
—A SeungMin le hubiera gustado visitar a sus Humanos de nuevo —dijo el castaño, el mayor no supo qué decir, así que se quedó callado—. ¿Y Christopher?
—Cree un Mundo sólo para él —MinHo suspiró de forma cansada, en verdad, crear otra dimensión solo para su hermano lo había agotado bastante, pero se estaba recuperando bien—. Y allí no tiene acceso a nada, ni nadie, solo yo puedo ir, así que no va a poder escapar de allí.
>> Se podría decir que son libres, todos, tú también.
HyunJin asintió levemente, desde hacía un tiempo que la palabra ‹‹libertad›› no tenía un efecto en él, contrario a lo que esperaba.
Su libertad era SeungMin, y sin él, no se sentía libre.
Como un pájaro al que le abren su jaula, pero ya no tiene energías para volar.
Hablaba muy poco en aquel lugar, y no salía de allí, normalmente era MinHo quien traía comida para él, a veces Felix si estaba ocupado, no hablaba con JeongIn, por más que el Dios de cabello plateado solía ir a verlo seguido.
Se sentía muy solo, incluso extrañaba a Jiniret, su protector, su conejito molesto, Felix le había contado que el conejito no había dudado en sacrificar su existencia para que él tuviera un alma completa.
Nunca pensó que extrañaría a aquel molesto conejo, pero ahora quizás, podría hacerle algo de compañía.
Incluso, quizás si Jiniret se hubiera quedado con Seung, él no estaría dormido.
Solo una vez le había dirigido la palabra a JeongIn, cuando ya estaba muy cansado y necesitaba una respuesta para su corazón.
—¿Qué se siente? —preguntó de la nada—. Estar dormido, ¿Cómo es?
JeongIn lo pensó un momento.
—No recuerdo mucho qué pasaba pero... Se siente muy tranquilo en realidad, es como un sueño, pero más real, vas a un mejor lugar —dijo—. No sientes nada, pero no estás preocupado, no tienes miedo, ni nada... Creo que es diferente para cada uno, porque Felix no vió lo mismo que yo, pero ambos coincidimos en que era un lugar muy lindo.
>> Y sé que es duro de ver si es a alguien que quieres tanto-...
—Yo lo amo. —corrigió HyunJin, JeongIn asistió.
—Lo sé. Cómo decía... El Sueño Eterno es un descanso que necesitamos a veces, más cuando... Estamos muy agotados, es necesario, y es un mejor lugar del que estamos en ese momento —dijo lentamente, calculando sus palabras para no ofenderlo—. Piensa que él estaba muy cansado, y muy estresado, y ahora ya no, ahora está bien, está mejor.
>> Y cuando despierte estará en un Mundo mejor también, ahora es solo un momento, pero todo va a estar bien.
HyunJin no hizo ningún gesto, tenía ganas de llorar otra vez.
—¿Tu puedes ver si despertará? —preguntó.
JeongIn ladeó su cabeza, haciendo un mohín con sus labios.
—Yo puedo ver el futuro, pero a veces no puedo ver demasiado... Si es muy lejano, no lo sé. —respondió.
—Eso significa que no va a despertar pronto. —murmuró HyunJin.
—Algo así, HyunJinnie, es que... Depende de muchas decisiones, y en este momento no está claro. —intentó explicarse el Dios del Destino, en vano, porque no hizo que las cosas estuvieran mejor.
HyunJin asintió sin más, y volvió a ignorar a aquel Dios el resto de su visita, que no duró mucho más.
—Bueno, SeungMinnie — le habló cierto día, hacia bastante que no comía nada, y ya no tenía energías para ponerse en pie, el castaño hizo un espacio en la cama del otro, para acurrucarse contra su pecho, escuchando sus latidos, a veces creía que estos se aceleraba cuando él estaba a su lado—. Las cosas al final terminaron bien... Algo así.
>> Los Humanos están recuperándose de nuevo, Seung, ellos son fuertes, lo sabes... Y ya pueden vivir en paz en su mundo, sé que estarías muy orgullosos de ellos... Yo lo estoy.
>> ¿No te gustaría ir al Mundo de los Humanos conmigo?
>> Para que me muestres las cosas de ellos mejor que nadie, para descubrir el mundo juntos... Sería muy lindo, más si es contigo, cualquier lugar contigo es un lindo lugar, Seunggie.
Sintió sus párpados pesados, se acurrucó más sobre el cuerpo de su amado, sintiendo algo de frío, mientras poco a poco su cuerpo se adormecía junto con su mente, apenas podía entender lo que estaba pasando, pero no le parecía algo malo ya, hasta sonrió.
—Quizás allí podamos estar juntos... Y podemos ser felices.
Bostezo ampliamente, refugió su rostro en el cuello del otro, mientras cerraba sus ojitos para acompañarlo.
—Te amo, SeungMin. —murmuró, antes de dormirse junto a él.
࣪. ݁ 𓂃 FIN 𓂃 ࣪. ݁
¡Gracias por leer!
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