O18. not today.
Jiniret intentaba animar a SeungMin todo lo que podía, pero el dolido Dios solo se quedaba en la cama, el conejo se acurrucaba a él para abrazarlo, pero no estaba funcionando para nada bien, porque solía correrlo.
Por su parte, SeungMin aún sentía algo del aroma de HyunJin en las sábanas, olía como a flores, como a algo rosa, algo bonito y a algo suave, era tan difícil de describir, y le parecía horrible que sólo en ese momento pudo notar aquel aroma del menor, solo cuando estaba ausente podía notar ese detalle.
Un golpe en su puerta, ni siquiera podía mirar.
—SeungMin, soy MinHo...
Asintió, sabía que era él, si ya no tenía a nadie más en aquel mundo.
Antes de HyunJin estaba solo, y ahora, sin él, volvía a ser igual.
Todo parecía haber retrocedido en el tiempo, todo parecía lo mismo, pero todo se sentía tan vacío, y no ayudaba que MinHo intentara hablarle como si las cosas estuvieran bien, ni que Jiniret lo molestara.
—Las Catástrofes terminaron... Los Humanos están a salvo —dijo aquel Dios, SeungMin no respondió—. ¿Necesitas algo?
—Quítame este conejo de encima. —dijo, con su voz ronca, sonó mucho más enojado de lo que estaba.
Jiniret bajó las orejas dolido, él solo quería ayudar, y le había prometido a HyunJin que cuidaría de SeungMin, no sabía que iba a ser tan difícil, poco a poco sentía que no podría hacer nada, que era un inútil.
—Seung, el chiquito solo quiere ayudar.
—¿Por qué duele tanto? —preguntó, MinHo tardó en entender a qué se refería, pero no tenía respuesta—. ¿Tú sabías? —preguntó, por primera vez se levantó ligeramente para mirarlo—. ¿Sabías que se iría no?
—Eso no es el punto, Seung, venía a-...
—Tú le abriste un portal, estoy seguro, tú lo ayudaste, a él y a JiSung... Todo a espaldas mías...
—SeungMin, no entiendes, ¿Qué querías? ¿Que más Humanos siguieran muriendo? —dijo MinHo, enojado—. Dios, eras tú el que tiene que cuidarlos, Seung.
—No entiendes. —se giró para dejar de verlo, volvía a llorar.
—¿Qué no entiendo? Explícame.
—HyunJin... Cuando lo tocaba no sentía dolor, no sentía a mis Humanos, cuando él estaba conmigo era solo él y yo... Desde que llegué aquí he estado sólo, mira el único que viene a verme es el estúpido dueño y creador de este lugar... —MinHo suspiró al escuchar eso sobre él—. Yo estaba sólo, no lo sabía... HyunJin me enseñó.
>> Antes... Yo iba a ver a los Humanos para tener una compañía, aunque sea un rato... Para no sentirme sólo, no sabía que era así.
>> Y cuando HyunJin llegó él... Él vino para abrazarme y calmar todos mis dolores, él me hacía sonreír, me hacía poder descansar y poder estar despierto también, ¿Sabes lo que es eso? Con él... No importa qué hacía, con él podía hacer todo.
>> Él me escuchaba y me preguntaba muchas cosas, pero sería aprender... Aprender a vivir, a ser libre... Él quería ser libre, sólo eso, ¿Por qué todo tiene que ir tan mal por un deseo tan justo como ese? —las lágrimas volvin a caer de sus mejillas, sorbio su nariz, Jiniret se acercó a su espalda y se acurrucó detrás de él, en un intento de apoyarlo un poco, aunque estaba seguro que no serviría de nada—. HyunJin era libre de ir a dónde quería... Y eligió estar conmigo, ¿Sabes lo que es eso? Él me hace sentir como sí... Como si importara.
—SeungMin, eres importante, claro que lo eres. —murmuró MinHo.
—Es distinto a que tú lo digas, a qué alguien lo demuestre —replicó—. ¿No sabes lo que es? Querer ver a alguien, querer abrazarlo, querer tenerlo a tu lado... Querer descubrir el mundo, y poder hablar de lo que sea... Con HyunJin era así... Con él sentía que... Como si encajaramos juntos, perfectamente.
MinHo no podía hablar, SeungMin estaba evidentemente mal.
—Lo siento mucho, Seung —dijo—. Espero que sepas que fue una decisión que él mismo tomó, quizás deberías respetar su deseo. —añadió, el Dios de los Humanos no respondió,, y MinHo se marchó con lentitud y silencio del lugar.
Afuera, JeongIn estaba esperándolo, estaba junto a Felix también, el joven de pelo blanco se encargaba de hacer mimos a su unicornio, de un blanco brillante.
—JeongIn, en verdad confío en tí pero... Parece que las cosas no están bien. —dijo MinHo, el más joven asintió levemente.
—Lo sé, pero... Es cuestión de tiempo, puedo ver qué se resolverá —dijo, tomó la mano del mayor con suavidad—. Por favor, solo necesitamos tiempo.
MinHo asintió, el Oráculo tenía un plan, uno que estaba siguiendo ciegamente, JeongIn no tanto porque él lo había visto, al futuro, y según él, todo estaría bien.
El tiempo seguía corriendo, lo sabía, sentía como si sus pies estuvieran enterrados en la arena de un reloj, pero junto con él estaban tanto SeungMin como HyunJin, tenía que salvarlos.
Pero ahora venía una parte del plan que no le gustaba para nada.
Estaban de viaje, rumbo al Mundo de los Humanos, todo para hacer algo que él había evitado desde el principio de los tiempos.
Enfrentar a su hermano.
—¿Seguro que estás bien? —preguntó JiSung a ChangBin, quien apenas se había puesto de pie después de mucho tiempo, sus piernas aún estaban débiles.
—Si, si... HyunJin no va esperar por siempre. —dijo el pelinegro, sabía que podía aguantar un poco más.
Aún sosteniendose de JiSung, fueron hacia el templo del Creador, que poco a poco estaba siendo rondado por otros Dioses que no sabían qué estaba pasando, al ver a JiSung de regreso muchos se sorprendieron, el rubio apenas los saludó levemente.
Sus ojos se enfocaron en unas luciérnagas, que escapaban del lugar, pronto cada vez eran más y más, y supo que algo estaba mal.
—HyunJin...
Las puertas dobles se abrieron de golpe, y solo Christopher salió de allí, evidentemente enojado, pero por su forma de caminar, arrastrando sus pies, supo que estaba muy cansado, quizás solo estaba siendo movido por su furia interna que aún perduraba, el silencio reinó en el mundo, y las miradas confundidas y asustadas acompañaron.
—¿Dónde está HyunJin? —preguntó ChangBin por lo bajo, pero Christopher pudo escucharlo.
—HyunJin ya no existe —dijo, fríamente, aunque dentro de sí sabía que era una mentira—. Y en cualquier momento no va a ser el único que tenga que ser destruido.
Aquellos ojos intimidantes se posaron sobre el rubio.
—JiSung, Dios del Sol... Has pasado mucho tiempo en el Inframundo —dijo—. No deberías estar aquí de nuevo, ¿Qué clases de cosas podrías haber visto que puedan ser amenazas para los Mundos que me pertenecen?
JiSung estaba por estallar de furia, estaba cansado de tener miedo, venía planeando en su mente tantas cosas que quería decirle.
—Dijiste que podría volver si traía a HyunJin conmigo. —se defendió.
—No te dije que te quedarías —dijo, acercándose a él—. Te dije que si no cambiaba de opinión... Y lo hice, ¿Qué me da la certeza de que no eres igual de rebelde que él? ¿Qué me puede decir que no eres la misma porquería?
JiSung apretaba la mandíbula, ChangBin se afirmaba a su brazo con fuerza, como si así pudiera evitar que Christopher le hiciera algo, apenas había regresado después de tanto tiempo, no podía perderlo de nuevo.
Antes le hubiera hecho caso, antes hubiera callado y suplicar por quedarse, antes hubiera seguido convenciendose que aquello no estaba mal, pero ahora no, hoy no, hoy iba a pelear.
—Yo te lo puedo decir —dijo el rubio—. Lo soy, si es lo que quieres escuchar, pero la verdadera porquería aquí eres tú.
>> Manejas el orden usando el miedo, porque estás aterrado de que nosotros te asustemos primero, porque sabes que nosotros tenemos más poder de lo que nos quieres hacer creer.
>> ¿Crees que te necesitamos? —JiSung abrió sus brazos, abarcando a todos los Dioses—. Tú nos necesitas más que nosotros a tí, para hacerte creer a tí mismo que tienes el poder sobre algo.
—JiSung... —ChangBin tomó su brazo en un intento a que de calmara.
—¡No! ¿Sabes qué, Christopher? —nunca llamaban al Creador por su nombre, e incluso, muchos Dioses no sabían cuál era—. MinHo es mejor líder que tú.
Se hizo un gran silencio, el Creador estaba apretando sus puños con fuerza, al igual que su mandíbula, su rostro estaba rojo.
—Y él está viniendo hacia aquí para demostrártelo. —finalizó el Dios del Sol, y eso hizo la expresión del mayor cambiar, a una de completa sorpresa y algo de desesperación.
Como si lo hubiera sentido llegar, el Creador abrió rápidamente un portal hacia la Tierra de los Humanos, aquella que estaba entre ambos mundos de ambos hermanos, separados por miles de años.
JiSung quiso seguirlo, pero la ventana se cerró frente a él, ChangBin lo seguía abrazando con fuerza, no quería perderlo otra vez.
—¿Era parte de tu plan? —preguntó el pelinegro.
—Algo así... El Dios del Destino me dijo qué hacer... Dijo que le dijera lo más hiriente que se me pudiera ocurrir —murmuró—. Pero no me dijo nada de HyunJin... —sus ojos estaban vacíos, al igual que el templo.
En verdad, HyunJin ya no estaba, no en ese mundo, y dudaba si estaba en otro.
Después de todo, Christopher tenía el poder de crear, y destruir.
¡Gracias por leer!
—☁️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro