La tierna basquetbolista (6.2)
Nayeon se encontraba acostada en la cama y Tzuyu tenía su cabeza en el pecho de la omega.
Los sollozos de Tzuyu eran lo único que se escuchaba en la habitación, una de las manos de Im se encontraba acariciando los cabellos azabaches de la alfa.
— Lo siento, NayNay — murmuró la alfa.
— ¿Por qué? — preguntó confundida.
— Por todo, por no ser una alfa valiente y por dejar que te golpearan — ocultó su rostro en el cuello de la contraria para disfrutar del aroma de Nayeon, chocolate con fresas.
— Claro que eres valiente, Tzu, y tú no tienes la culpa de que me golpearan, tú no me mandaste a pelear con esos alfas — besó la cabellera de la azabache — Soy yo quien tiene que disculparse contigo, por mi culpa nuestros padres nos advirtieron, pero te prometo que cambiaré — Tzuyu salió de su escondite.
Chou negó con la cabeza, ¿Por qué Nayeon, tenía que cambiar solo por ella? Ella sabía que a Nayeon le gustaba pelear, aunque lo hacía cuando la situación lo ameritaba, pero cambiar su actitud solo por ella no le parecía justo.
— No, no quiero que cambies solo por culpa de nuestros padres — la miró a los ojos — Podemos tener peleas en el ring — era el único lugar donde ellas estarían bien.
— Pero tú nunca me golpeas, solo esquivas mis golpes — susurró — Mejor voy a seguir practicando y me voy a concentrar más en la universidad — comentó.
Tzuyu hizo una mueca, pero solo asintió, ella no tenía derecho a decidir por Im.
— Lo único importante aquí es que estemos juntas — volvió a hablar la omega — Tenemos muchos planes a futuro y no quiero que nadie se interponga en nuestros planes — la alfa solo asintió.
— ¿Podemos dormir un rato, omega? — preguntó Chou.
— Claro, vamos a dormir por ahora, después nos preocupamos por lo demás — se acomodaron en la cama, Tzuyu abrazó la cintura de la contraria y recargo su cabeza en el pecho de la omega.
…
Nayeon no sabía cuánto tiempo había pasado, pero sabe que no pasó ni una hora, se paró de la cama y caminó hacia el piso de abajo, donde se encontraban sus padres y los señores Chou.
— Padres — los llamó y todos los presentes voltearon a verla.
— ¿Quieres decirnos algo? — preguntó la señora Im al ver a su pequeña impaciente.
La omega asintió — Les prometo que cambiará mi forma de ser, ya no me meteré en más peleas y solo me concentraré en los estudios y en mi relación que son lo más importante — les regaló una sonrisa.
— Nayeon — su padre la llamó.
— Solo por favor no vuelvan a mencionar nada de separarme de Tzuyu — sus ojos se cristalizaron — No quiero verla otra vez llorando y que sea por mi culpa, por mi comportamiento, les prometo que mejoraré — hizo una pausa — Si vuelve a hacer algo mal por favor solo díganme a mí y yo me encargaré de mejorarlo — dicho eso regresó a la habitación y se acostó al lado de Tzuyu.
Cerró los ojos dispuesta a dormir de una vez, pero se sorprendió cuando Tzuyu murmuró:
— Si quieres llorar, está bien, estoy aquí contigo, mi amor — no necesitaba más para que Nayeon llorara sobre el pecho de su alfa.
La culpa estaba presente en Nayeon y solo imaginarse estar sin Tzuyu le aterraba.
Nayeon no sabría qué hacer si la alfa no estuviera en su vida.
En la sala se encontraban los padres de las jóvenes y la señora Im miró con preocupación a su esposo.
— ¿No crees que esto fue muy lejos? — preguntó con enojo.
— Es por su bien — respondió — No me gusta verla con golpes en su rostro y ella sabía que tenía prohibido pelear con las personas — se cruzó de brazos.
— Pero no teníamos por qué mencionar sobre separarlas, todo esto fue muy lejos — soltó un suspiro — No solo las estás lastimando a ellas, sino también a sus lobas.
— Solo hay que darles tiempo — soltó la señora Chou con una sonrisa triste.
Algunos padres no se dan cuenta de que sus actos llegan a lastimar a sus hijos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro