Capítulo 2
☆Narradora☆
Sonia observaba aquel cartel con asombro y desdén, esa desaparición era lo más inesperado, o al menos para ella. ¿Cómo puede desaparecer alguien que tiene a todo el mundo de hijo? ¡Por favor! Primero fue Sonic, ¿y ahora Manic también? Más que preocupación, Sonia estaba shockeada. Y ahora comenzaba a dudar de su teoría de las mafias en el Edificio #111, ninguna se atrevería a secuestrar a Manic por su reputación de ser el "rey de los ladrones".
Con más preguntas que respuestas, Sonia decidió seguir con su camino, pasando cerca del Edificio #111. Algo la impulsó a doblar la esquina y dirigirse directo allí, miró hacia arriba y ahí, como siempre, estaba el humo blanco. La atmósfera del entorno se tornó más fría y desolada, siendo cada vez más aterrador entrar en ese lugar. Eran las 7:35pm y el sol ya se había ido.
Pero ya estaba ahí, no podía rendirse ahora. Al rato de animarse a entrar, comenzó a oír leves susurros que decían su nombre, incentivándola a subir por las escaleras hasta lo alto. Sonia pensó que se trataba de una broma de mal gusto por parte de unos niños, así que, sólo decidió seguirles el "juego".
En cuanto subió un escalón escuchó un ligero crujido que rompía el enorme silencio de aquel edificio tan abandonado. Las grietas en las paredes y en el suelo amenazaban con derrumbarlo tarde o temprano. Por alguna razón, aún se mantenía en pie, seguía con la fuerza necesaria para no convertirse en escombros.
Sonia subía y subía las escaleras, el eco de sus pasos se escuchaban por todo el lugar, haciendo que Sonia estuviera alerta ante todo. Se detuvo en el anteúltimo piso, pues comenzó a sentirse algo mareada y con náuseas. Sacudió la cabeza y continuó subiendo mientras cubría su boca con la mano.
Al final llegó a una puerta oxidada y desgastada, estaba cerrada. Se acercó y la empujó levemente para abrirla, y en cuanto lo hizo el humo blanco comenzó a ingresar al edificio con velocidad. Era espeso, no se podía ver bien, y olía como si fuera el polvo de dos meses. Una vez en la terraza, Sonia movió el brazo de un lado a otro en un fallido intento por disipar el humo. Tosió un poco.
El humo se fue un poco, no del todo, pero lo suficiente para que se pudiera ver algo. Sonia caminó por el lugar, y una voz volvió a llamarla. Era una voz grave y áspera, que se convirtió en una aguda y suave. Decidió ignorar el llamado y exploró con la vista esa oscura terraza, en una esquina se podía ver algo en el suelo. Estuvo apunto de ir por él, pero escuchó una voz otra vez, detrás de ella.
\- ¿Qué es lo que deseas? -preguntó la suave voz femenina, Sonia volteó rápidamente.
El espíritu del Edificio #111 estaba, ahora, frente a ella. Flotaba a pocos centímetros del suelo como una figura brillante y traslúcida. Apenas y se podía destinguir su corto cabello rojo perfectamente peinado sobre su cabeza.
Más que sólo un espíritu, ella parecía haber sido una chica normal como Amy y Sonia, tenía una cara bastante bonita. Sus ojos brillaban como diamantes en bruto, de un hermoso destello celeste que desprendía toda su aura.
En sus pies tenía unas largas botas de un azul marino con una hebilla negra en el centro. Unos brazaletes celestes en sus muñecas, un chaleco del mismo color y short negro eran casi impersceptibles bajo el intenso brillo del espíritu.
El lugar se comenzó a sentir algo frío, el humo blanco aún rondaba cerca del espíritu, parecía cubrirle ligeramente la mitad inferior del cuerpo, aún se veía, pero estaba cubierto. Aun así, el espíritu tenía una gentil sonrisa, aunque se veía algo cansada.
\- ¿Quién eres tú? -preguntó Sonia al espíritu, creando un paralelismo con cada una de las víctimas desaparecidas de aquel lugar tan misterioso, pues todas decían lo mismo al espíritu.
El espíritu de la terraza, por primera vez, se paró en el suelo y se acercó a la esquina cerca del objeto qur vio Sonia, la susodicha la siguió y se quedó junto a ella.
\- No es importante quién sea yo, sólo quiero saber cuál es tu deseo... Por favor -pidió la espíritu, juntando las palmas de las manos.
Sonia se quedó confundida por el extraño comportamiento del espíritu, parecía esconder algo trágico de lo que no podía hablar. Era como si alguien tuviera su alma aprisionada sin poder revelar nada. No podía pedir ayuda con palabras, pero lo daba entender con su mirada tan melancólica.
\- ¿Por qué dices eso? ¿Está todo bien? -cuestionó Sonia, se notaba algo preocupada, algo en aquel espíritu le intrigaba.
Algo no andaba bien con ella, y Sonia podía percibirlo. Era como si fuera a ser torturada si decía algo fuera de lo común. El espíritu miró el objeto en el suelo, era un cuaderno de tapa verde con una etiqueta.
\- El cuaderno... -susurró el espíritu, la de púas moradas miró donde el espíritu señalaba con la mirada.
\- ¿Un cuaderno? -en cuanto formuló esa pregunta, el humo blanco poco a poco volvía a espesarse, ya casi era medianoche.
El espíritu se horrorizó, sabía lo que eso significaba, y no se permitiría cometer el mismo error que la última vez que alguien la visitó. Rápidamente, se posicionó frente al humo blanco, volviendo a flotar. Al parecer intentaba dejarle vía libre a Sonia a la puerta de la terraza para que pudiera escapar.
\- ¡No hay tiempo! Sal de aquí, ¡ahora! Y, por favor, llévate ese cuaderno, lo necesitarás -dijo el espíritu, que seguidamente comenzó a hacer rodeada por el humo blanco.
\- ¿Pero por qué? ¿Qué ocurre? -interrogó Sonia, tomando el cuaderno y aferrándose a él.
\- ¡Te lo explicaré luego, ahora vete! -ordenó el espíritu, algo histérica y bastante ansiosa.
Sonia seguía incrédula al respecto, pero acató la orden y fue rápidamente a la puerta y se apresuró a salir del edificio. Su vista comenzó a nublarse mientras más se acercaba a la salida, y sus fuerzas disminuían de forma considerable. Cada vez se le hacía más difícil seguir corriendo, pero no iba a rendirse e hizo un último esfuerzo por llegar a la salida, de fondo se podían escuchar ruidos extraños provenientes de la terraza, como gruñidos o gritos.
Al final, Sonia no logró resistir y cayó inconsciente justo en la puerta, quedando parte de ella fuera el edificio, mientras la otra permanecía afuera.
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Pasó toda una noche desde que Sonia se desmayó, ya había amanecido, y ahora se encontraba en su habitación, recostada en la cama, aún inconsiente. Amy estaba ahí, la madre de Sonia le avisó que estaba dormida y fue a verla.
Amy estaba preocupada por su amiga, pero cuando vio que, efectivamente, dormía, desvió su vista hacia la mesita de noche de la de ojos azules. Allí, divisó el cuaderno previamente mencionado y, curiosa, se acercó y lo tomó.
\- ¿"Cinos Greenlight"? -leyó Amy en un susurro, bastante confundida y expectante.
Lo que Amelia no sabía, y tampoco notó, es que alguien desconocido de brillantes ojos azules la observaba desde afuera de la ventana, al parecer tramaba algo. Dicho alguien desapareció entre las sombras, amenazando con regresar muy pronto, más pronto de lo que Amelia o Sonia pudieran imaginar.
To be continued...
¡Hellouder, Wolves! ¿Cómo están? Espero que bien, el día de hoy les traigo el segundo capítulo de este fanfic. Espero de todo corazón que les haya gustado. No olviden comentar, dejar su voto y compartir la historia si les está gustando. ^^
Ya se saben la tradición, tengo que hacerles unas preguntitas antes de que se vayan, Lobeznos, y aquí están:
☆¿Quién creen que era el desconocido del final?☆ 👀👉
☆¿Qué les pareció?☆ 👀👉
Bueno, Wolves. Eso fue todo por mi parte, ahora sí, sin más que decir, ¡adiós!
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