captulo 3
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**Eros**
Nunca había sentido una atracción tan intensa como la que experimenté cuando la vi. Esos ojos no salen de mi cabeza y aquí estoy, pensando en ella, ideando maneras de que sea mía.
— Señor Wolf —dicen detrás de mí.
— Más vale que sea importante —respondo, con un tono que mezcla impaciencia y curiosidad.
— Sí, señor. Investigamos a la chica que usted pidió y créame, le va a sorprender.
— Dispara, antes de que me reviente la cabeza.
— Recuerda el apodo "Snow Princess".
— ¿Cómo olvidarlo? Esa chica estuvo a punto de hundir a uno de los mejores mafiosos del país, y por ella es que está en la ruina.
— Bingo, señor. Ella es la princesa sin corazón de la que todos se enamoran, pero ella no siente nada.
— Increíble, la princesa sin corazón.
— Por cierto, jefe, la señorita Anabelle está afuera.
— Dile que se vaya. Tengo que salir a enamorar a una princesa sin corazón.
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**Jessie**
Fría y manipuladora, esos eran algunos de los apodos que me atribuían. Pero jamás, Ángel. ¿Qué le pasaba a ese hombre? Yo era todo menos un ángel.
— ¿En qué piensas, enana? —me pregunta Jack.
— Hoy conocí a alguien, y por alguna razón, me siento atraída hacia él.
— Joder, ¿la princesa se está derritiendo? ¿Qué tiene eso de malo?
— Sabes que eso no pasará. No después de Logan.
— Logan es un imbécil, cariño. Y sabes que si este chico te atrae, inténtalo. Quizás sea el indicado para que seas feliz.
— No, eso no puede suceder. Lo prometí. No puedo tener una relación con él.
— ¿Quién dijo que tuvieras que tener una relación? Para tener sexo no hace falta ser pareja. Además, ¿qué tienes que perder?
— Tienes razón, es solo que siento que no puedo. No después de lo de Logan.
— Jess, no todos los hombres son Logan. Es cierto que se dice que solo te enamoras una vez, pero quizás Logan no era el indicado.
— Lucecita, tienes visita —grita Jackson desde el salón.
Jack se pone de pie, me toma de la mano y ambos nos dirigimos al salón. Allí está Logan, el imbécil.
— ¿Qué haces aquí, Logan? —dice mi hermano.
— Intenté que se fuera, pero se niega a salir de aquí.
— Fuera, Logan. No quiero verte.
— Vamos, princesa, tenemos que hablar.
— Ella no tiene nada que hablar contigo —interrumpe Jack.
— Nadie te habló a ti, perro.
— Mira, imbécil, te dije que te fueras.
— No me iré a ninguna parte hasta hablar con ella.
— Yo no quiero hablar, vete.
— Buenas tardes, ¿interrumpo algo? —dice Eros, parado en la puerta.
"¿Qué hace él aquí?"
— No, ese imbécil ya se iba —responde Jack por mí, con una sonrisa.
— Oh, ya veo —me mira—. Ángel, ¿te pasa algo?
— Ángel, ¿quién es él? ¿Tu nuevo novio? No me imaginé que tuvieras tan mal gusto.
— No es tu problema, Logan. Además, si es mi novio —doy un paso hacia Eros, rezando para que me siga el juego.
— Exacto, soy su novio —me toma de la cintura y me acerca a él—. Mi hermosa novia.
Madre del amor hermoso, ¿dónde carajos me estaba metiendo?
— Ya ves, Logan, no eres el único hombre que existe.
— Pues como ya no pintas nada, largo —gruñe Jackson.
— Espera, antes de irme quiero que se besen. Jessie ama que la besen, pero no los he visto besándose.
Mierda, era cierto. Desde que comenzamos a salir, Logan nunca había visto nuestros besos. Miro a Eros y él sonríe, acercándose más a mí.
— Pues tienes razón. No nos has visto. Pensé que por respeto no debería besarla, pero si es lo que quieres, lo haré.
Eros se inclina y captura mis labios en un beso lleno de deseo. Mi lengua se abre paso en su boca, robándole un gemido. Sus manos se aferran a mi cuello para no caer. Un carraspeo a nuestras espaldas nos hace detenernos.
— Bien, Logan, ya comprobaste que somos pareja. Y si no recuerdo mal, este beso fue mucho más largo de los que te he dado a ti —dice Jessie, sonriendo.
— Tienes razón. Por esta vez ganaron, pero algo me dice que todo esto es falso.
— Logan, ¿no te aburres de hacer el ridículo? Supéralo. Jessie es mi mujer ahora, así que largo.
Logan salió de la casa hecho una furia, dejándonos solos.
— Lo siento por todo esto.
— No tienes por qué, Ángel. Me alegra haber ayudado.
— Chicos, muy linda conversación, pero todos sabemos que él no se rinde tan fácil. Buscará la forma de demostrar que ustedes no son pareja.
— Jackson tiene razón. Eros, lo siento de verdad. Tú debes tener tu propia pareja y ahora esto significaría fingir ser mi novio delante de todos.
— Ángel, en primer lugar, no tengo novia. Demasiados problemas. Y en segundo lugar, para mí es un honor ser tu novio falso. Quién sabe, tal vez se vuelva real.
— Ni en tus sueños, niño bonito.
— Ummm, no es con ser tu novio con lo que sueño, pero apuesto a que te enamoras de mí.
— Interesante, pero yo creo que tú te enamoras de mí.
— Apostamos.
— Apostamos.
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