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16

El segundo mes Sana conoció a los padres de Tzuyu.

No fue algo planeado ni esperado. En realidad, fue como esas cosas que solo suceden por obra del destino.

El inicio del día no fue color rosa. No había terminado de desayunar cuando su familia comenzó a discutir, algo que sinceramente ella odiaba.

─ ¡No puedes irte a vivir con ese idiota, Minju! ─ Exclamó Nayeon con frustración al recibir la nueva noticia de su hermana mayor. Era la única en toda la familia que no terminaba de aceptar esa relación, y también era la razón por la cual Minju aún no se atrevía a presentarlo ante la familia.

─ No necesito tu permiso, Nayeon.

─ ¡Mierda, Minju! ¡Hyunjin y tú terminaron por su culpa!

─ No fue su culpa. Fue mía. Era yo quien estaba en una relación.

─ ¡Pero no puedes irte con él!

Sana de inmediato se metió en aquella discusión. Odiaba las peleas, y mucho más si sucedían tan temprano en la mañana.

─ ¿No crees que es muy pronto, Minju? No han estado juntos ni un año.

─ Lo sé, pero quiero hacerlo. Estoy enamorada de Chaewon, y estoy muy segura de esto.

─ ¡Estuviste dos años con Hyunjin y nunca pensaron en algo así!.─ Se desesperó Nayeon. Su odio hacia Chaewon era casi tangible.

─ ¡Ya basta! ─ La detuvo Jennie con furia. Con el pasar del tiempo había aceptado la nueva relación de su hermana, pues la sonrisa que solía llevar todo el tiempo impresa en el rostro era lo único que necesitaba. Era quien más la apoyaba.─ Chaewon no es Hyunjin. Sé que lo quisiste mucho, todos lo quisimos y aun lo hacemos, pero si Minju no es feliz con él no puedes forzarla.

─ Púdrete, Jennie.

Hyuna dio un golpe a la mesa. Todos callaron, pues sabían que no era seguro molestarla al estar enojada.

─ ¿Realmente estás segura de querer irte con Chaewon? ─ Preguntó a su hija.

─ Muy segura.─ Contestó sin titubear.

─ Entonces ve. No puedo detenerte.

⸝⸝⸝ ♡︎ ⸝⸝⸝

Ese día Tzuyu no fue a dibujarla. Le escribió varios mensajes para comprobar su estado, pero ella no contestó ninguno.

Aun así, en medio de todos los tatuajes que hizo ese día, no tuvo tiempo para preocuparse demasiado y volverse paranoica.

La pintora llegó a la tienda cuando Sana terminó de guardar sus cosas. La muñeca le dolía, también la espalda, pero cuando ella llegó a abrazarla y la besó, tal vez con demasiada efusividad, nada de eso importó.

Cuando se alejó la notó nerviosa, inquieta. Era extraño verla así, pues sus movimientos siempre desbordaban gracia y seguridad.

─ ¿Te has fumado algo antes de venir, Tzuyu? ─ Preguntó con delicadeza─ No te ves bien.

─ Mierda, no. No he fumado nada, Shasha.

La frustración acompañaba sus palabras.

─ ¿Estás bien, Tzuyu?.─ Preguntó entonces mientras buscaba sujetar sus manos para tranquilizarla.

Fue ante el contacto que Tzuyu dio un salto hacia atrás, una mueca de dolor acompañándola. Sana había tocado su muñeca por error.

La herida que la pintora se había hecho al terminar de pintar a Minjeong habría cerrado tiempo atrás, pero ella insistía en mantenerla abierta.

Siempre prometía pedir ayuda, pero nunca cumplía. Sana se enfadaba, la aconsejaba, le suplicaba y ofrecía su apoyo, pero Tzuyu parecía ignorar sus palabras.

Su herida se abría cada vez que el odio la dominaba. Un hombre golpeando a su esposa, una mujer maltratando a sus hijos, un joven delincuente cometiendo su primer delito... Todo esto hería a Chou Tzuyu, quien decía con indiferencia que el dolor la distraía.

Sana sabía que no estaba bien. Sabía que necesitaba ayuda, incluso aunque ella se negara a recibirla, pero también sabía que no podía presionarla.

Si la hacía frustrar ella se iría, y no quería imaginar qué sucedería con sus heridas si la dejaba sola.

─ Mis padres vinieron a visitarme.─ Comenzó a hablar, y sus palabras salían tan rápidamente de sus labios que la tatuadora batalló por entenderlas.─ Estaba masturbándome cuando llegaron, y no me mires así, tú también lo haces. Salí en ropa interior porque nací desnuda, pero, al verme, mis padres intuyeron que estaba con una chica... Corrieron hasta mi habitación. Querían saber si esa supuesta chica estaba bien, pues ellos creen que soy una mala influencia.

Sana intentaba no reír con la historia, y se preguntaba con una sonrisa en el rostro como había sido capaz de enamorarse de esa demente.

─ ¿Una mala influencia?.

─ ¿Recuerdas a la monja pecadora?.─ La tatuadora asintió─ Puede que yo tuviera la culpa.

Sana sonrió ante su confesión. Tzuyu era increíble.

─ ¿Había alguna chica allí? ─ Preguntó mientras alzaba una de sus cejas.

─ No.─ Se negó rápidamente─ No te molestes, pero encontraron tu desnudo y un par de dibujos que hice de ti con la ayuda de mi imaginación.

─ ¿Te masturbas con mis dibujos?.

─ No me juzgues, por favor. Es solo que me gustas mucho.─ Se veía adorable mientras lo decía, así que no iba a quejarse.─ Me preguntaron quien eras, así que les dije la verdad para que se fueran.─ Hablaba rápido, como si de esta forma pudiera acelerar el tiempo.─ Estaba muy cerca ─ Murmuró al morderse el labio.

─ ¡Concéntrate, Tzuyu!

─ Está bien, lo siento.─ Se disculpó mientras tomaba una gran bocanada de aire.─ Mis padres quieren conocerte. Ya sabes, eres mi primera relación seria ─ Le informó con rapidez. Sus manos se movían bruscamente a sus lados, clara señal de frustración.─ Por favor, Shasha, en serio necesito terminar con esto.

Y Sana sabía a lo que se refería con "esto".

─ Está bien. Iré.─ Aceptó─ Pero antes usarás el baño. No quiero que tu calentura provoque un accidente en la vía.

⸝⸝⸝ ♡︎ ⸝⸝⸝

Llegaron al departamento de Tzuyu poco después.

Durante todo el trayecto hacia allí Sana no se había dado la oportunidad de sentir miedo, pero en cuanto llegaron a la puerta del lugar sus manos comenzaron a sudar.

¿Y si ella no era lo que esperaban? ¿Y si era demasiado pequeña? ¿Demasiado delgada? ¿Demasiado sonriente? ¿Demasiado Sana?

─ Todo está bien.─ Aseguró Tzuyu al sujetar su mano.─ Jamás saldría con una chica menos increíble que yo, así que eso dice mucho de ti.

─ ¿Crees que soy increíble? ─ Había brillo en sus ojos.

─ No te presentaría ante mis padres si no lo fueras.

Y, con un tierno beso, Sana se permitió creerlo.

Cuando entraron al departamento tomadas de las manos los padres de Tzuyu ya estaban frente a la puerta, inspeccionando a la pareja con detenimiento.

─ Mamá, papá, ella es mi...

─ ¡Tienes una novia adorable, Tzuyu! ─ Exclamó su madre con felicidad. Se acercó para besar sus mejillas y estrechar su mano, acto que la dejó sorprendida.─ Soy Mei, la madre de Tzuyu.

─ Es un gusto. Tzuyu me ha contado mucho sobre ustedes.

─ Miente. Existen temas más interesantes entre nosotras que ustedes.─ La contradijo Tzuyu sin vergüenza alguna─ ¿No vas a presentarte, papá?

El hombre, quien hasta ese momento había estado de brazos cruzados junto a su esposa, estrechó la mano de Sana con rapidez y la miró con una expresión neutra que se asemejaba a la de su hija.

─ Soy Junjie. Mis amigos me dicen Jun, pero tú debes llamarme Junjie o señor Chou.

─ No te dejes intimidar, Shasha. Llámalo Jun. Solo está intentando asustarte.

En ese momento deseó estrellarse la cabeza contra la pared. Había predicho que aquella no iba a ser una experiencia increíble, pero no se esperaba tal tortura.

─ Bien. Ya la han conocido. Pueden irse.─ Estaba claro que Lauren no los quería allí.

─ ¿Irnos? ─ Jun se rio en su cara.─ Tu madre y yo hemos preparado la cena, Tzuyu. Comeremos juntos.

Aquello no se veía bien.

⸝⸝⸝ ♡︎ ⸝⸝⸝

El ambiente estaba tenso, tal vez demasiado, y es por esto que la pierna de Sana se movía nerviosamente bajo la mesa.

Tzuyu sujetó su mano al ver su reacción, cosa que la tranquilizó solo un poco.

─ Sana, cuéntanos un poco de ti.─ Mei estaba muy interesada en ella, tal vez demasiado. Jun, por otra parte, casi parecía querer irse de allí.─ ¿Vas a la universidad?.

─ No. Soy tatuadora.─ Respondió sin un toque de vergüenza.

─ ¿Tatuadora?─ Mei no parecía feliz.

─ Sí, mamá. Son esas personas que hacen tatuajes.

─ Lo sé, Tzuyu. Lo sé.─ No se veía feliz con la actitud de su hija, pero no decía nada ante esto.─ ¿Cómo se conocieron?

─ Es algo que no recuerdo bien. Tzuyu fue a...

─ Nos conocimos en una fiesta, mamá.─ La interrumpió la pintora.─ Ella se veía perfecta, yo también, así que nos gustamos de inmediato.

Era una historia convincente, pero no era real. Algo le decía a Sana que Tzuyu prefería no hablar de sus tatuajes.

─ Sana, mi hija nunca ha tenido una relación como esta...

─ Mamá, no empieces con tu charla emotiva.

─ Es difícil de entender y complicada de tratar. A veces incluso llega a ser un poco molesta con su ego. Pero la conozco, Sana, y cuando alguien realmente le importa es capaz de dar su vida por esa persona.─ La miraba a los ojos fijamente, intentando así que ella comprendiera sus palabras.─ Te quiere, Sana, lo sé porque te ha estado viendo como idiota toda la cena.

─ ¡Mamá!

─ Solo intenta entenderla, Sana, y llévale la contraria de vez en cuando. Le gusta creer que tiene que razón.

Debió haberse tomado sus peticiones más a pecho.

⸝⸝⸝ ♡︎ ⸝⸝⸝

Junjie estaba sentado junto a Sana en el sofá de aquel lugar mientras Mei observaba las obras de Tzuyu en el estudio, quien la acompañaba para que ninguna de sus obras se arruinara. Al parecer, habían vivido una mala experiencia con el desnudo de un marinero.

─ ¿Realmente la quieres? ─ La voz de Jun era intimidante, tanto como la de Tzuyu.

─ ¿Cómo podría no hacerlo? ─ Cuestionó mientras un suspiro escapaba de sus labios.

─ Mi hija es una chica frágil, Sana.─ Ahora su tono se había suavizado, también su postura. Ahora ya no se veía como un padre intimidante, sino como uno preocupado.─ No es fácil verlo, pero lo es. No temo que tú le hagas daño, sé que no lo harías, pero temo que en algún momento ella necesite ayuda y se niegue a recibirla.─ Un pequeño dolor se apoderó de su pecho. Tal vez era eso lo que sucedía.─ Digamos que Tzuyu es algo orgullosa y testaruda.

Lo era.

─ ¿Ella está bien, Sana?.

Y habría logrado responder su pregunta de no ser por Tzuyu, quien en ese momento llegó al lugar mientras gruñía.

─ ¿Hablaban de algo importante?.

Junjie se levantó del sillón y miró a su hija fijamente. Nuevamente volvía a ser el hombre intimidante.

─ Estaba hablando con Sana sobre preservativos.─ Su voz demostraba un leve pánico.

Sana se golpeó la frente ante tal explicación. Jun no era muy ingenioso inventándolas.

─ Papá, somos chicas. No los necesitamos.

─ Tienes razón, hija. Lo siento.

Tzuyu rodó los ojos. Mei, quien estaba detrás de ella, hizo lo mismo.

─ Creo que ya deberían irse. Es tarde y ya han arruinado mi día lo suficiente.

Mei de nuevo ignoró su comentario y abrazó a su hija con demasiado cariño, gesto ante el cual la pintora se alejó.

─ ¿Irnos? Nos quedaremos esta noche, Tzuyu.

─ Los hoteles existen, mamá. Pueden tener sexo allí.─ No cabía duda de que, realmente, no los quería allí.

─ No me hagas reír, Tzuyu.─ Su madre no iba a ceder.

Y fue allí cuando la pintora tuvo una idea que definitivamente los espantaría.

─ Está bien. Pueden quedarse.─ Sana la miró extrañada. Su voz se había vuelto sutil, dulce. Algo no estaba bien.─ ¿Puedes venir conmigo un momento, Shasha?.

Ella aceptó. Quería saber que era lo que estaba planeando.

De inmediato se arrepintió. En el momento en el que Tzuyu tomó su mano la arrastró hacia el sofá, lugar donde se sentó y obligó a la tatuadora a colocarse sobre su regazo.

Sin siquiera poder reaccionar, Tzuyu comenzó a besarla de una forma que Sana habría preferido lo hiciera solo en privado. Aun así, no luchó para separarse.

Tal vez fue su lengua haciendo magia dentro de su boca, el ritmo pasional de sus labios, los pechos que pedían atención bajo sus manos o el fuerte agarre de la pintora en su trasero, pero no quería hacer nada más que besarla.

La puerta no tardó en escucharse. Jun y Mei no se despidieron siquiera.

─ Pensé que nunca se irían.─ Jadeó Tzuyu contra sus labios.

Las manos de Sana ejercieron presión sobre sus pechos, a lo que la pintora respondió con un leve gruñido de satisfacción. No quería escucharla en ese momento.

─ ¿Vas a seguir besándome o quieres que me enoje por lo que acabas de hacer frente a tus padres?.─ Preguntó. Aquella era una clara amenaza.

─ A ti te besaría toda la vida.

Pero los besos no ayudan a sobrevivir.

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