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07

Se reencontraron en el restaurante de sushi en el cual habían tenido su primera cita, en la misma mesa, y Tzuyu, de nuevo, pidió por ella.

Aun así, a pesar de que la situación era similar, Tzuyu lucía casi incomoda en aquel lugar donde todos ponían su atención en ella. Sana podía notarlo debido a su mirada baja y los brazos cruzados sobre su pecho, además de su pierna moviéndose nerviosamente de un lado a otro.

─ Podemos cambiar de lugar si quieres.

─ Me gusta este lugar, Shasha.

Y, al contrario de las otras veces en las que la había llamado de esta forma, en ese momento Sana realmente pudo apreciarlo.

─ Me gusta que me llames así.

─ Lo sé ─ Afirmó con una sonrisa. Y era una sonrisa real, como la de un niño al que su madre acaba de decirle que su dibujo es hermoso-. También te gusta que te toque cuando no te lo esperas, y mis ojos. También mis pechos, pero ese es otro tema...

Sana se sonrojó de inmediato y rio nerviosamente.

Tzuyu tenía razón. Le encantaba todo eso de ella, y tal vez mucho más.

Le gustaba la forma en la que sus labios pintados con labial oscuro formaban hermosas sonrisas. Le gustaban sus palabras. Le gustaba su sentido del humor, y también la manera en la que podía hacerla feliz con solo mirarla. Le gustaba la manera en la que apreciaba el cielo nocturno, y la devoción con la que comía todo tipo de alimentos.

Le gustaba Chou Tzuyu.

En medio de sus pensamientos el mesero de la vez anterior llevó las bandejas de sushi a las chicas y se retiró antes de que Tzuyu pudiera decirle algo.

Sana la miró, y fue así como se dio cuenta de que Tzuyu no le habría dicho nada al pobre chico. No esa vez.

─ Perdón por no responder tus mensajes─ Se disculpó aunque no tenía que hacerlo─ La muerte de Haeun me ha deprimido bastante... En realidad, solo he salido de la cama hoy porque sabía que serías tu quien me tatuaría, y de alguna forma tú siempre logras subirme el ánimo.

No le gustaba verla así. No le gustaba verla tan rota.

Tampoco le gustaba saber que ella le subía el ánimo. No quería que Tzuyu necesitara que le subieran el ánimo.

─ Lamento lo de Katherine.─ Murmuró extendiendo su mano sobre la mesa para acariciar la de Tzuyu, quien miró aquel gesto de la misma forma en la que había admirado sus caricias durante la noche de la fiesta de Alexa.

Al contrario de esa vez, Tzuyu no se alejó.

─ Yo también...

Y se hizo silencio.

─ ¿Cómo te sientes, Tzuyu? ─ Preguntó con preocupación.

Necesitaba escuchar la respuesta. Necesitaba comprobar que estaba bien... o, al menos, lo más cercano a la palabra "bien" que se puede estar luego de haber perdido una abuela, un hermano y una sobrina.

─ Contigo acá estoy de maravilla ─ Contestó con una sonrisa, y claramente no mentía─ Así que no te extrañes si comienzo a visitarte todos los días. Me gusta esto de sentirme maravillosamente viva.

Sana simplemente sonrió con cierta timidez y bajó la mirada hacia sus manos unidas, dándose cuenta en ese mágico momento la razón por la cual la pintora miraba ese gesto con tanta adoración.

Sus manos encajaban a la perfección, y el que lo hicieran la hacían sentir de maravilla.

─ ¿Quieres que hablemos de algo?

Quería escucharla hablar. Le encantaba. Incluso podría haber escuchado el reporte del clima salir de sus labios y no se habría aburrido ni un solo segundo.

─ De tu novia, tal vez.─ Sugirió interesada mientras se llevaba un rollo de sushi a la boca. Seguía masticando como si aquel alimento fuera el cielo puro, y sus ojos seguían cerrándose con un sentimiento de en éxtasis.

Sana no la comprendía.

Para ella el éxtasis celestial no estaba en los simples rollos de sushi que el camarero había traído. Para ella Chou Tzuyu era su cielo.

─ Tzuyu, no tengo novia ─ Aclaró con diversión ante aquella pregunta para nada sutil.

-¡Qué bien! Una cosa menos por la cual preocuparme mientras intento conquistarte

La tatuadora rio nerviosamente y su mano tembló contra la de Tzuyu. En su pecho, su corazón dio un brinco.

─ ¿Le dices esto a todas?

Tzuyu la miró y le sonrió dulcemente antes de contestar.

─ No.─ Dijo con firmeza, y esperó unos cuantos segundos antes de continuar.─ Siempre que quiero llevarme a alguien a la cama se me hace bastante fácil ─ Sana comenzó a preocuparse. ¿Acaso llevársela a la cama era lo único que quería?.─ Es extraño, porque contigo me estoy esforzando más del doble y llevarte a la cama no es uno de mis principales propósitos.

─ ¿No lo es? ─ Solo quería asegurarse.

─ Shasha, desde los quince años he disfrutado de sexo libre. Estuve con quien quise y me negué a quien no deseaba... Conocí lo que es tener sexo por lo más cercano al amor que he llegado a sentir, y también descubrí lo que es despertar junto a un desconocido sin saber lo que sucedió la noche anterior.─ Narró con lentitud mientras observaba el cuadro del panda que estaba tras la tatuadora─ Pero me di cuenta de que nunca en todos estos años supe lo que es tener una verdadera cita. No sabía lo que era tener celos ni conocía la satisfacción de hacer reír a alguien. No sabía lo que era anhelar un mensaje, una llamada, suspirar por un abrazo y ser feliz con un par de palabras. No entendía lo grande que podía ser un beso en la mejilla o sujetar una mano... Sabía lo que era llevarme a alguien a la cama, Shasha, pero no conocía lo increíble que podía ser enamorarme.

No sabía cómo, pero, cada vez que hablaba, Chou Tzuyu encontraba formas para gustarle más.

─ ¿Por qué hablas en pasado? ¿Acaso estás enamorada de alguien?.

Buscaba que aquello fuera solo una leve burla, pero la pintora se lo tomó muy en serio.

─ Sí.─ Asintió al mirarla fijamente a los ojos.─ Y de ti.

Y, en cuanto estas palabras salieron de los labios de la pintora, tres cosas sucedieron al mismo tiempo.

La primera fue que el corazón de Sana comenzó a latir tan rápidamente que podría haberse desmayado allí mismo.

La segunda fue que sus manos se separaron.

La tercera es que Tzuyu se marchó.

⸝⸝⸝ ♡︎ ⸝⸝⸝

─ Tzuyu, por favor, llámame.

Era el quinto mensaje que dejaba en su buzón de voz. Era la quinta llamada que Tzuyu no contestaba.

No sabía por qué Tzuyu se había marchado luego de confesarle que estaba enamorada de ella, pero allí, mientras se comía las uñas de los nervios en el borde de su cama, intentaba encontrarle una explicación a esto.

Llamó a su estudio. Llamó a su número personal.

Nada.

"Soy Tzuyu. No dejes tu mensaje después del tono"

Estaba cansada de eso.

─ Tzuyu, por favor, quiero hablar contigo...

No quería perderla.

Quería hablar con ella sobre cosas sin sentido hasta altas horas de la madrugada. Quería comer sushi junto a ella. Quería que su corazón siguiera palpitando dolorosamente cada vez que la miraba.

La quería a ella.

⸝⸝⸝ ♡︎ ⸝⸝⸝

─ Bien, repasemos las posibilidades...

Luego de contarle su pequeño problema con Tzuyu a Nayeon, Jennie y Minju, la tatuadora dio cuenta de que había sido una muy mala idea. Ahora sus hermanas estaban haciendo montones de suposiciones locas, y ella realmente solo quería que se callaran de una vez.

─ Tal vez está tan enamorada de ti que fue a pintarse desnuda a sí misma para después regalarte su obra...─ Esa era Nayeon.

─ Tal vez quería ir al baño, pero como odia los baños públicos, prefirió ir al de su departamento...─ Siguió Jennie, quien pensaba que su idea era increíble.

─ Tal vez solo dejó las galletas en el horno y lo recordó justo en ese momento.─ Comentó Minju.

─ Me gusta esa idea.

─ Sí, a mí también. Tiene lógica.

─ Aún así ─ Agregó Nayeon─ Sea lo que sea que haya sucedido, Tzuyu es una idiota por irse así. ¡Pudo al menos pagar la cuenta!

Y fue gracias a esa conversación sin final que Sana dejó la habitación.

Tenía suficiente con Tzuyu ignorando sus llamadas. No quería más dolores de cabeza.

⸝⸝⸝ ♡︎ ⸝⸝⸝

Esa noche, recostada sobre el sofá y lejos del caos que sus hermanas habían creado, Sana sintió una tierna mano que se aferró naturalmente a la suya. Era la mano de Momo, quien la miraba con cierta confusión.

─ ¿Por qué has estado triste todo el día, Saki? ─ Le preguntó con un susurro.─ Hoy no me saludaste siquiera.

Se sintió mal al escucharla. No quería tratar así a su única hermana biológica. No quería que todos se vieran afectados por su estúpido corazón roto.

Ellos no eran culpables de lo muy vulnerable que podía ser frente a Chou Tzuyu.

─ ¿Tzuyu te hizo llorar?.

Era impresionante que incluso aquella pequeña niña lo supiera.

Asintió ante su pregunta. No quería ocultarle nada a su pequeña hermana.

─ ¿Qué te hizo?

─ Dijo que estaba enamorada de mí, y luego simplemente se marchó.─ Le explicó con tristeza. Estaba segura de que cada vez que lo contaba dolía más.─ Ahora tampoco quiere hablar conmigo, pero no entiendo el por qué.

Momo se rio levemente antes de recostarse a su lado y abrazarla. Planeaba dormir junto a ella.

─ ¿Qué es tan gracioso, Momo?

─ Eso suena como a todas esas veces en las que me escondo de mamá porque hice algo malo.

─ ¿Algo malo? ¿Crees que enamorarse de mi es algo malo?.─ Le preguntó con indignación.

Su pequeña hermana negó con la cabeza varias veces antes de volver a hablar.

─ ¿Qué pasa si ella cree que lo es?.

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