Prólogo
A veces hasta la persona más buena que conoces puede ser muy cruel.
Se encontraba sollozando en un rincón, las lágrimas caían una tras otra, sin detenerse. Su vista estaba fija en la persona frente a él, que se reía de su desgracia sin parar. Se sobaba con la mano derecha su mejilla derecha, justamente donde había sido abofeteado unos minutos atrás.
--- ¿En serio creíste que me podías gustar? ¡Pero qué asco! --- Se burló un peli-verde frente a él, ante esa burla el peli-azul bajó la cabeza sin dejar de llorar. Al ver esto, se acuclilló y lo obligó a verlo tomándolo del mentón --- Dime ¿Qué crees que me atraería de ti? Eres un idiota, un torpe y un completo raro ¡Mírate! Eres patético en todo sentido. No creo que nadie, jamás, llegue a enamorarse de ti. Todos sólo te usan. Admítelo, eres la perra de todos, siempre haciendo lo que te dicen ¿Qué tan ingenuo puedes ser? ---
El peli-verde se levantó, todavía mirando de manera despectiva al otro chico.
--- Me das asco. Nunca vuelvas a acercarte a mí otra vez, rarito. --- Y dicho esto se fue, dejando a un destrozado Splendid atrás.
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7 años después
Si le preguntarás a Splendid cómo ha sido su vida te diría que no tiene de qué quejarse. Sus padres lo quieren, tiene amigos y un título en ciencias de la comunicación y periodismo de una de las mejores universidades que hay.
Consiguió trabajo rápido y vive en una linda casa con un gran jardín.
Sin duda la vida ha sido buena con él... o al menos casi.
Ya hacía unos días había puesto un anuncio en el periódico de que rentaba un cuarto, no lo puso tan caro pues en realidad sólo quería un poco de dinero extra.
Un amigo suyo lo llamó diciendo que había alguien interesado y que lo conocía, le aseguro que no debía de preocuparse.
Al final, y después de muchas insistencias de su amigo, decidió cerrar el trato con esa persona.
Como se arrepentiría...
Cuando abrió la puerta casi la cierra de nuevo al verse cara a cara con la persona que lo había rechazado de manera tan cruel años atrás. El otro chico parecía también sorprendido, aunque... se notaba que no de la misma forma que Splendid. El chico de ojos color esmeralda y cabello del mismo color parecía... Feliz.
--- Cuanto tiempo sin vernos... ¿No lo crees? --- Dijo el chico dando un paso dentro de la vivienda, Splendid ni se dio cuenta.
--- ¿Qué... qué haces aquí, Flippy? --- El peli-verde pareció sorprendido y rápidamente soltó una risa.
--- ¿Cómo que qué hago aquí? Soy el inquilino que va a vivir aquí de ahora en adelante. ¿Me dejas pasar ahora? --- Splendid, completamente mudo, se hizo a un lado dejando a Flippy entrar.
Ocho meses después
Ya era invierno y la nieve tapizaba todas las calles y prácticamente todo lugar en el que pudiera posar.
--- Splendid... yo... --- Lo voz de Flippy sonaba confundida, frente a él estaba un peli-azul riendo sin parar. Eso después de confesarse.
Cuando Splendid se pudo calmar un poco lo miró con odio puro.
--- ¿Enserio creíste que diría que sí? ¿Enserio eres tan idiota? ¡Pero que estúpido! --- Splendid se limpió las lágrimas que la risa le causó y se acercó un poco más a Flippy --- Si pudiera te echaría ahora mismo de mi casa. Yo te odio... enserio te odio. --- Habiendo dicho eso se fue a su habitación, dejando a Flippy en la sala.
Este se propuso conseguir que Splendid se volviera a enamorar de él, no importaba qué.
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