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Capítulo 43

PUEDE MORIR


Las puertas se abren dejando ver los aposentos de Mehmet. Hay un velo blanco alrededor de su cama. Los médicos llevan máscaras, guantes y protección. Aún no me han dado noticias sobre su estado. Hoy en cuanto me enteré de lo sucedido partí a Bursa sin pensarlo.

-Sultana- hacen reverencia Nermin y Suheyla.

-Suheyla nadie me dice que sucedió con mi hijo, vamos dime.

-Mi sultana el príncipe pasó la noche con una mujer del harem pero... esta murió. En la mañana tuvimos que proceder en los aposentos porque el príncipe no respondía ni daba señales, al entrar la mujer estaba en la cama empapada en sudor y muerta, el príncipe estaba en el suelo, al parecer se levantó en la noche y cayó inconsciente.

-Suheyla...¡Cómo pasa esto!. Esa mujer pudo haber enfermado a nuestro príncipe, si le pasa algo la culpa será tuya por no cuidarlo.

Esta se retira dejándome sola con Nermin quien carga a mi nieto en brazos. Lo tomo abrazándolo hasta que duerme en mi pecho, es tan hermoso, se parece mucho a su padre.

-Mi sultana- el doctor sale retirándose la máscara. -Hay noticias sobre nuestro príncipe, el... al parecer padece de una grave enfermedad, la mujer a su lado también la tenía eso nos da a pensar que ella lo contagió debido a que estaba más grave y murió. En unas horas le daremos un mejor diagnóstico.

No puedo dejarlo solo, es mi hijo, mi pequeño Mehmet, mi principe. Ya perdí a un hijo y fue el dolor más profundo y doloroso del mundo no permitiré que algo así pase nuevamente.

Mukerrem Sultan

Tantos años en esta prisión, tantos años de desespero, tristeza, dolor y miedo. La cárcel más grande no está hecha de enormes paredes o barrotes, es aquella llena de recuerdos y pensamientos. Durante años he estado comiendo las mejores comidas del mundo, pero aquí solo un poco de puré, pan y agua me dan. Cómo tratan a una sultana así, a aquella que solo ha querido luchar por el bienestar de su imperio.

La puerta de la prisión da paso a Hamza Efendi, mi fiel soldado que a pesar de los años no ha dejado de visitarme e informarme de todo lo sucedido. Esta vez regresa para acatar mis planes, esta vez es ojo x ojo. Me vengaré de todos y cada uno de los que me impidan la ascensión del trono de mi favorito.

-Sultana me alegra verla. ¿Qué orden quiere que acate esta vez?.

-Como sabes Mahfiruze y Ayshe están en una gran guerra desde años atrás. Esto nos beneficia, así que procederemos a apoyar a Mahfiruze para que nadie se atraviese en el trono de mi Osman. Quiero que protejas a Osman con tu vida y elimines todo tipo de amenazas, como ya sabes Mehmet pronto no será un problema para mi león.

-¿Quiere que hable con la sultana Mahfiruze?.

-No. Primero lo primero, irás a Manisa, enviarás un ataque a Osman, que sea creíble y que parezca provocado, así Mahfiruze se dará cuenta de que tiene que proteger muy bien a sus príncipes. Luego ahí estarás tú, le brindarás ayuda y confianza.

-Como ordene mi sultana. También quería hablarle de su nieto el sultán como ya sabe está muy enfermo, debemos actuar demasiado rápido con respecto pero la sultana Ayshe siempre está ahí como un escudo.

-De ella también te encargas lo más pronto que puedas, quiero que la secuestren, y le den su merecido, que entienda que no hay mujer más poderosa que yo.

Ayshe Sultan

Las horas pasan y el doctor no aparece, mi paciencia se agota , con mi hijo así pueden tomar ventajas nuestros enemigos. Mis ojos comienzan a cerrarse pero el sonido de la puerta se abre, poniéndome alerta. El doctor se acerca, su rostro parece pálido.

-¿Mehmet?

-Yo... Lo siento sultana, no hay cura, en unas horas la enfermedad llegará al corazón. Lo que provocará que deje de latir, no hay remedio.

Caigo inconsciente al suelo, el dolor del pecho se comprime, mis lágrimas brotan solas fuera de mis ojos. Mi pequeño Mehmet, aún no. Juro por allah que haré todo lo necesario por ti, tú no morirás, no lo permitiré.

La luz del sol de Bursa se posa en mi rostro, llevo mis manos a mi cabeza, me duele mucho y no puedo moverme. Los recuerdos llegan a mi cabeza, la noticias del doctor viene a mis recuerdos y mi corazón se comprime nuevamente.

-Sultana por allah, están bien. Se desmayó y tuvimos que traerla de inmediato a sus aposentos, nos asustó mucho.

-Mi...MI hijo Mehmet?- preguntó con la esperanza de que solo sea un sueño las malas noticias.

-Sultana.. No se deje preocupar, debe evitar cualquier problema o tristeza. Está embarazada.- La criada sonríe pero yo no, esa noticia solo ronda en mi cabeza con el miedo de perder otro hijo. Caigo nuevamente inconsciente alejándome de la realidad.

Vuelvo a la realidad horas más tarde gracias al sonido de las aves. Estoy tumbada en mi carruaje, frente a mi yacen Gulfem y otra mujer. Cuando notan que desperté ordenan parar el carruaje, me ayudan a bajar intentando coger aire.

-¿A dónde vamos? ¿Dónde está mi Mehmet? - le pregunto a Gulfem.

-El sultán envió la orden de llevarla a Estambul, usted no despertaba así que no ordeno cargarla en el carruaje y llevarla así.

-¡Quiero volver! ¡Ya!

-No es posible sultana, el sultán dió la orden.

No hago caso a sus palabras, conozco este camino se que puedo volver. Comienzo a correr intentando llegar al palacio. Los aghas, guardias y criadas corren tras de mí. SIn pensarlo acelero mi paso, estoy bien entrada para correr el mundo si hace falta. Corro durante unos minutos adentrándome en el bosque para cortar camino y no dejarme ver. Una cuesta abajo está frente a mis ojos, es la única manera de llegar antes, a lo lejos puedo ver el palacio.

No lo pienso, solo comienzo a bajar la cuesta, volteo a ver si me siguen persiguiendo, pero mi cabeza no da tiempo a voltearse y... ruedo cuesta abajo tropezando con palos y pegándome en la frente con unas rocas.

Príncipe Osman

El caballo corre veloz mientras lo guió, los guardias ya no están los dejé atrás. El viento en mi rostro me da paz, el sol cálido me hace sudar pero vale la pena. Cierro los ojos dejando que me lleve el viento... algo punzante se clava en mi brazo haciéndome perder el equilibrio. Caigo del caballo rodando haciendo que este objeto se clave más en mi brazo. Miro de reojo y puedo ver una gran flecha en mi hombro, este solo sabe sangrar.

-Príncipe- gritan a lo lejos mis guardias.

Estos se apresuran llevándome de regreso al palacio, mientras camino más me retuerzo del dolor punzante que siento. Ordeno que mi madre no se entere de lo sucedido es solo una flecha. Envío guardias a investigar sobre lo sucedido quiero un culpable YA!.

-Alteza la herida está vendada, gracias a Allah no hay veneno y se curará rápido. Si siente dolor tome esto y si es muy grave no dude en llamarme.

Las puertas se abren dando paso a un guardia al cual no recuerdo haber llamado. Este hace una reverencia, está pálido al parecer es algo grave.

-¿Cómo entras así? ¿Qué sucede?

-Majestad perdóneme pero es importante. Nos acaban de informar, la sultana Ayshe estaba regresando a Estambul desde Bursa cuando escapó de su carruaje. Intentaron buscarla pero no hay respuestas, quizás la hayan secuestrado.

Madre ... Repite mi cabeza una y otra vez. No puedo dejarla, es mi madre, quien me cuidó desde bebe, quien me alimentó y me crió como un hijo. Ella no, ella no puede desaparecer.

Me levanto furioso, salgo de mis aposentos corriendo, Mahfiruze estaba afuera al verme corriendo sale tras de mí pero no me alcanza. Salgo del palacio montado en mi caballo con un ejército de guardias en busca de mi madre la sultana.

La noche es muy fría, ya la nieve se ha ido y el sol está escondido. Nos adentramos a las tierras de bursa donde me encuentro con varios guardias y aghas por todo el bosque.

-Principe - hace reverencia - Soy el jefe de guardias de Bursa.

-Que saben de mi madre?

-Alteza, la sultana lleva perdida casi 2 días aún no hay rastro. Tememos lo peor.

-Llevame al camino donde se perdió.

Buscamos durante horas, por todas las aldeas y cuevas de los alrededores, hasta debajo de las piedras pero no hay un solo rastro. Me duele saber que a pesar de todo mi hermano Mehmet está luchando por su vida.

Comenzamos la búsqueda la mañana siguiente junto al sultán quien se nos une. Este no emite palabra, solo me mira enfadado, se que por salir de mi provincia sin permiso merezco un castigo pero ahora no es el momento.Nos dividimos, voy junto a 4 guardias tras las enormes colinas de Bursa. Es muy difícil encontrarla.

Ayshe Sultan

No sé qué día es hoy solo sé que no recuerdo nada. Me desmayo a cada rato y ni siquiera sé la razón, me tienen atada como un perro. No se que daño les hice a estos hombres, para que me tengan aquí. Desde que llegué, me han golpeado muy seguido. Un dolor se cierne en mi pecho que me deja sin aire, es como si buscara algo que me falta, pero no...no recuerdo nada.

-¡Vamos mujerzuela!- me toma el hombre por los pelos desatándome. Intento zafarme pero me pega una bofetada que me deja en el suelo.

Me saca del sitio donde estamos, una cabaña vieja fea y fría, llena de mugre y moho. Caminamos durante varios minutos por el bosque, no se a donde voy solo que tengo que ceder.

Veo a lo lejos un joven de cabello ondulado, me mira fijamente con los ojos como platos. Algo me hace querer detenerme y tirarme al suelo. Los hombres corren hacia mi a patearme para levantarme pero aquel chico no se los permite , se abalanza con un grupo de hombres sobre ellos.

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