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Capítulo 42

UNA ENEMISTAD, UN PRINCIPE, UNA ENFERMEDAD...


-Alteza , Alteza- grita Ahmed Agha del otro lado de la puerta.

Mis sentidos no están en orden , aún tengo sueño, además estoy un poco borracho. La noche junto a Hurrem fue maravillosa.

-¿Qué sucede Ahmed?- este me hace una reverencia. Puedo ver como está temblando algo muy común en el.

-El sultán Murad lo está esperando , está muy enfurecido , ya es muy tarde y aun usted no ha llegado- rápidamente recuerdo la comida con mi padre. Comienzo a prepararme como un águila ¡Allah mi padre me matara! susurro.

Estoy ante las puertas del sultán, mientras se abren puedo ver al sultán y a mi hermano, ambos de pie y enojados. No se que me pasó, perdí la cabeza con esa mujer, tanto así que me olvidé de la cena con el sultán.

-Mehmet, explica esto de inmediato- me riñe. Solo puedo bajar la cabeza ante su enojo, tiene derecho a estarlo.

-Padre, estuve ocupado. Yo...-intento seguir hablando pero alza la mano para que me calle.

-Mehmet, se que hacías. ¿Cómo? ¿¡Cómo te atreves!?- veo su furia, en este instante me gustaría ser comido por los perros antes de verlo así.- Siéntate de inmediato.

El ambiente es tenso, nadie mueve ni siquiera un músculo ante el sultán. Todos conocen la furia que puede llegar a desatar y le temen aún así son capaces de jugar con el. Los minutos pasan hasta que Osman se atreve a hablar.

-Padre, quería darle la noticia de que allah mediante será abuelo nuevamente

-Felicitaciones hijo, allah mediante nos des un príncipe- este se alegra pero su molestia llega nuevamente cuando gira la cabeza hacia mí.- Mehmet y tu cuando me darás un nieto?- su pregunta me llegó de sorpresa a pesar de la ley aun no quiero ser padre, quizás soy el único que no lo desea.

-Pronto padre, es lo que más deseo - le miento.

-Los reuní para dejar está disputa entre hermanos antes que llegue a algo peor. No quiero ser injusto pero mi decisión será así. Si me entero nuevamente una disputa entre ambos, Osman dejará Manisa y Mehmet no tendrá derecho al trono así Mahmut o Selim serán los que den buen ejemplo al imperio ya que mis príncipes no lo hacen.

Ayshe Sultan

Camino de un lado al otro esperando noticias sobre mis principes. Tengo miedo de lo que pueda pasar y como lo puedan tomar nuestros enemigos. Las horas pasan y van dos, las cuales pasan a ritmo lento sin dejar noticias.

-Hijos- digo al ver a mis príncipes salir de los aposentos de su padre no muy felices. En sus ojos puedo ver que algo los impactó y me pregunto que será.- ¿Sucedió algo?

Ambos se miran fijamente el uno al otro. ¿Odio? ¿Amor? ¿Ira? ¿Venganza? ¿Dolor?. Sin decir una sola palabra ambos voltean sus espaldas en dirección contraria del otro y se dirigen a quien sabe donde.

Voy tras Mehmet quien parece cargado de rabia pero se niega a hablar sobre los recientes acontecimientos.

-Madre ¡Ya basta!- me grita haciéndome dar un paso atrás.- Esto ¡Esto es lo que sucede cuando intentas durante años criar a el hijo de otras! Y como si fuera poco no cuidas uno, si no dos...

-¡Basta!- sus palabras me llegan sin sentido alguno.

-El sultán creó un nuevo decreto el cual me sentenció a muerte. Si volvemos a pelear Osman y yo, ¡Se acabo! El imperio ...trono. todo. Escúchame madre, escucha bien, esto- señala el palacio que se asoma ante nosotros.- Traerá mi muerte , ya veras...

Se aleja dejándome con las palabras atascadas. No se que quiso decir y temo que le pase algo a causa de los impulsos de Osman o de él, necesito hablar con Osman ya.

Repaso cada esquina de los aposentos de mi hijo mayor mientras espero su llegada. Las puertas se abren dejando ver a mi león, lleva ropa de lucha, su cabello oscuro caen sobre la piel de su frente untandose con el sudor.

-Madre.

-Mi león, necesito hablar contigo, es necesario.- tomo asiento junto a el.

-Mehmet cierto?.

-Osman...eres el hermano mayor y te entiendo, pero esto no puede seguir así. Mehmet y tu son mis hijos, los que me hicieron amar la vida una vez más. No defenderé a ninguno, sin embargo sé que tienes malos impulsos y....

-Bien lo entiendo, tu hijo si tiene buenos impulsos, el gran Mehmet ¿no?.- se levanta de mi lado furioso.- Ya estoy cansado de que siempre serán ellos los elegidos, los más queridos, los favoritos y yo no. Soy el príncipe de la corona, merezco más, mucho más.

-No se trata de eso Osman.

-No?, y de qué se trata. Durante años he odiado a mi madre por dejarme, he vivido con el dolor de no tenerla cerca a mi verdadera madre, y te agradezco todo lo que haces por mí porque me cuidastes pero ambos sabemos que al final del día no soy tu hijo y que si algún día te ponen a elegir entre ellos y yo siempre serán ellos.

-Osman...- no me deja terminar de hablar, cuando se larga de sus aposentos.

Regreso a mis aposentos necesito pensar en lo sucedido mis hijos no puedo permitir que los enemigos nos derroten, eso es lo que quieren. Al entrar me encuentro con Hatice quien me mira preocupada.

-Madre qué sucedió. Mi hermano Osman partió de un momento a otro a Manisa. Estoy preocupada, no me hablo sobre lo ocurrido con padre.

-Tu padre decidió que si ocurría nuevamente entre ellos otra disputa, Mahmut pasaría como heredero al trono y ni Osman ni Mehmet tendrían derecho al trono jamás.

-Ya lo entiendo cuando dijo que nunca será de nuestro beneficio.

-Tenemos que juntarlos, que no peleen más o esto será un gran caos.


Príncipe Osman

La nieve cae sin parar, a pesar de las grandes tormentas pude llegar al palacio. Mi madre me recibe junto a mi favorita Neshliha.

-Sultana- beso la mano de mi madre y procedo a besar la frente de mi favorita.

-Hijo gracias a allah regresaste bien.- me observa detenidamente y ve mi rostro de ira, que a pesar de las horas no cesa.- Sucedió algo? Te veo mal.

-Mi padre... Advirtió que si nuevamente nos peleabamos mi hermano Mehmet y yo, no tendríamos derecho al trono, así Mahmut y Selim lo heredarán.- la cara de mi madre se desfigura, puedo ver su cambio de preocupación a rabia. Ambos sabemos lo mucho que nos beneficia el trono.

-No lo permitiré, ese trono es tuyo por ley y nadie lo impedirá. Alejate de Mehmet será lo mejor para tí- toma mi rostro acariciando mi mejilla.- No podemos permitirnos esto.

-Retirense, quiero descansar, el viaje fue largo.

Mahfiruze Sultan

-Sultana hay que hacer algo.- dice Neshliha a mi lado. Ni siquiera se que le preocupa si no tiene un príncipe.

-Es mi asunto ya me encargaré, solo preocúpate de mi nieta.

En mis aposentos me reuno con Kanfeda, hay que hallar una solución.

-Entonces qué tiene en mente mi sultana.

-Hay que acabar con Mehmet, así no habrá peleas y habrá trono. Mi hijo asumirá ese trono aunque sea lo último y yo lo guiaré aunque sea lo último que haga.- suspiro para dar la orden.- Halla la manera de adentrarnos al harem del príncipe, quiero que envíes una mujer enferma que tenga alguna enfermedad contagiosa y se la transmita, tiene que morir antes de que haya otra pelea.

-Segura sultana.

-Kanfeda es una orden!

Es un peligro necesario, es esto o permitirme ver como muere mi hijo. Durante años he intentado todo para recuperar a mi hijo, no solo porque lo quiero sino también porque alejarme sería la victoria de Ayshe.

Dos días han pasado desde que mi hijo regresó de la capital. Aún nieva sin parar, el pueblo necesita a Osman y él los ayuda, sabe que es lo mejor para su ascensión al trono.

Las noticias llegan a mí, esta misma noche la criada enferma se reunió con Mehmet. Solo deseo que esto funcione, luego de Mehmet, Mahmut, Selim y todos los hijos del sultán que se interpongan en mis planes.

Príncipe Mehmet

Me preparo para la noche, Suheyla me preparó una criada y me convenció de que no me decepcionara. Abotono mi ropa mientras detrás las criadas preparan mis cálidos aposentos, a pesar del frío de Bursa mipalcio es muy cálido, por eso me gusta pasar tiempo leyendo durante horas.

Las puertas se abren dejando ver a la hermosa chica que entra vestida de rojo y lleva en su cara un velo que la tapa. Se acerca a mí haciendo una reverencia besando mi vestido, tomó su mentón y la alzó a mi altura. Retiró su velo dejando ver la otra mitad de su rostro. La acercó más hasta la altura de mi boca, procedo a besarla y....

-¡Majestad! Majestad!- gritan desde afuera de mis aposentos.

Me separo de la criada y abro la puerta furioso. El agha baja la cabeza como si quisiera que la tierra lo tragara.

-La sultana Nermin está dando a luz.

Me apresuro hasta los aposentos de Nermin pero las doctoras no me dejan entrar. Es mi primer hijo y no se como hacerlo, aún no estoy preparado lo sé.

Pasan las horas y no hay noticias, según las doctoras el bebé está al salir pero es complicado. Minutos más tarde el chillido del bebé se alza, sin pensarlo entro a la habitación viendo como su madre lo lleva en brazos.

-Mehmet..- me dedica una sonrisa mi favorita.

-Felicidades su majestad, a pesar de los problemas del parto debido al adelanto del parto su hijo el príncipe nació sano y fuerte.

<<Un príncipe>>

-Querido príncipe, has dado alegría a mi vida en este tiempo tan duro.

-Soy testigo de que no hay más dios que allah...- comienzo a darle su nombre a mi príncipe y Nermin me mira extrañada.- Soy testigo de que no hay más dios que allah. Soy testigo de que Mahoma es el mensajero... Tu nombre es Kasim. Tu nombre es Kasim...- repito nuevamente susurrando en su frente.- Allah que sea bueno con sus padres, devoto y creyente firme del islam. Allah que sea un hombre honrado, Allah protégelo y apoyalo, Allah que sea espada y escudo del imperio.

Termino la ceremonia pasándoselo a su madre, después de unos veinte minutos al lado de estos regresó a mis aposentos. La chica está en mi cama aun pero esta vez duerme como una princesa, me acomodo a su lado cuidando no despertarla. Se mueve y abre los ojos, me observa por unos minutos y se acerca a besar mis labios con un leve beso de dos segundos. Cuando intenta alejarse la tomo por la nuca atrayéndola en un beso largo.

Hijo mío, ven, aun no...

Fue culpa de Mehmet, él lo hizo.

Te dije que me mires.

Su esclava y servidora fiel mi principe.

Recuerdos invaden mi sueño en medio de la noche. Mi pecho sube y baja sin control, me falta el aire, estoy sudando lo siento. Me levanto de la cama y me miro en el espejo, mi cabello rizo está sobre mi frente mojado, posó unos dedos en ella y siento mi elevada temperatura. El aire me falta, volteo en busca de agua que está al otro lado de la habitación. Llegó con dificultad pero cuando coloco mi mano sobre la jarra, caigo con ella quedando inconsciente en el suelo de mis aposentos.







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