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Capítulo 15: Una luz de esperanza.

El famoso día de regresar a clases tras las vacaciones llegó. Como de costumbre, entré al salón de clases muy temprano y me tumbé sobre mi pupitre para descansar un rato, era mucho el ocio tanto como el nerviosismo, que tomé la decisión de ir a la sala de profesores y pregunté por la profe Petra para charlar con ella. No quería toparme con la tonta esa que me molesta, mejor preocuparme de que debo exámenes.

- ¡Polly! Veo que ya te recuperaste -dijo tras saludarme, teniendo una cálida sonrisa en su rostro.

- Emm... -titubeé algo nerviosa- ¿Cuándo tengo que dar el examen que le debo?

- ¿El de nivel? -pensó un poco- No te preocupes, la próxima semana se dan todos los exámenes en biblioteca después de clases.

- Ah, vale... gracias -murmuré, retirándome lentamente del lugar y correr hasta el salón.

Sin darme cuenta, choqué con alguien.

- ¡Oye! -bufé- Fíjate por dond... -me quedé a medias al notar que era Armin- Ahh... ¡lo siento, Armin!

- Um, no importa -sonrió y tomó asiento en su puesto, yo fui al mío que quedaba atrás-... ¿Ya te sientes mejor?

- ¿Ah? -dudé, haciendo el esfuerzo de no ponerme a temblar.

- De la varicela...

- ¡Oh, sí, sí! -contesté apresurada.

- Que bien -sonrió y me dio la espalda.

En mi estómago hay mínimo dos conciertos de Exodus, en el Wall of Death antes de Strike of the Beast en Wacken 2010*.

CASI. ME. MUERO.

Tomé mi tiempo para alcanzar la calma bueno, traté.

- ¡AYYYY, HOLAAA! -gritó Stacy, golpeando la mesa, creyendo que dormía, cuando realmente iba recostada no más.

- Hola.

- ¡Qué pesada eres! ¿Qué chucha te pasó, estúpida?

- Ando cansada, eso es todo.

- ¡Ahh, ya! -reprochó, tomando asiento a mi lado, no dije nada al respecto.

Al poco rato, empezó la clase y un inspector vino con una alumna nueva que se me hacía muy familiar de cara, proveniente de España, llamada Nayara De La Torre... ¡Oh, Dios mío, era ella!

Me ahorré el chillido de felicidad, de hecho, estoy segura de que ella iba igual. ¡Por fin alguna amiga con la que pueda hablar y no hayan prohibiciones! 

Como los puestos iban de a tres y aquí sólo íbamos de a dos con Stacy, con agresividad, corrí para al lado a la pesada y coloqué un puesto al centro para que Nayara se sentara allí, estando yo al costado y todavía atrás de Armin. Muy estratégico todo, eh. El inspector se fue y Nayara tomó asiento a mi lado, apenas se presentó. Varios de mis compañeros sabían de mi amistad con ella porque en clases le hablo por Whatsapp.

Nos abrazamos muy contentas, claro, el resto cuchicheando, ¿y qué?

- ¿Sorprendida? -asentí- Tía, no te dije para que fuera una sorpresa, mi papa consiguió trabajo aquí y me guardé el hype hasta hoy.

- ¡Fueron como dos semanas que no supe nada de ti, weona! -dije muy emocionada- Si quieres te presto todos los cuadernos y eso, ¡lo vamos a pasar tan bien! -parecía que exageraba, es cierto, pero... tras tanto tiempo con miedo, Stacy tendría que aprender que no quiero ser su amiga.

- Ya que insistes -contestó sonriente.

- Así que tú eres la famosa Nayi de la que esta tonta siempre habla -bufó la otra.

- ¿Eh? Sí -contestó algo dudosa-, ¿eres Stacy? -asintió.

- La mejor amiga de Polly.

- Ajá -y dio la vuelta. Me susurró despacio-. Creí que ya no eran amigas.

- ¡No me deja tranquila! ¿Vale? -respondí insegura.

- ¡Oye, me traje Hush Hush para leer! -gritó Stacy- ¡Podemos ir con Armin a la biblioteca, Polly!

- Genial -dije, aparentando desinterés.

- Yo no traje nada para leer hoy -interceptó el rubio-. Quizás otro día.

Nayara rió en voz baja por eso, yo también, sin dejar de sentir el pánico.

- ¡Adoro este libro! ¡Patch es tan sexyyy!

- ¿Lo lees por la trama o por el personaje buenorro?

- Joder, qué pesada tu amiga, Polly, ¡igual que tú! -al mismo tiempo rodamos los ojos- ¡Obvio que por la historia! ¡Si el romance de Patch y Nora es tan perfecto! Pero me da rabia que siempre estén a punto de follar y no lo hagan ¡qué rabia!

- Oh, un libro erótico, entiendo.

- ¡No, tonta eshpañola! ¡Es de ángeles caídos!

- Ehmm... ¿vale? -hizo una mueca, se le veía incómoda.

- Stacy, deje de conversar -dijo la profesora..

- ¡Yo no soy, son ellas! -nos señaló, yo hice un gesto del tipo "¿me estás jodiendo, estúpida?"- Pero si quiere me cambio de puesto para que ellas no me desconcentren, profe.

Y de la nada, se cambió de puesto al frente de la profe, lógico que el curso entero la mirara raro. La docente se lo tomó como algo "normal" y siguió la clase. No soy de las que conversan a cada rato, sin embargo, cuando se dio la instancia...

- Tía, no me imaginaba que fuera tan putamente pesada -se quejó Nayara-. ¿Cómo es que la soportaste por tanto tiempo si ni un segundo puedo hacerlo?

- Ni puta idea, Nayi -suspiré.

- Es que es la típica que se jura "única y original", ¿se ha leído otros libros?

- Se cree culta por leer "El código de Da Vinci" el cual ni siquiera entendió, yo se lo tuve que explicar.

- Vale, eso me lo deja en claro. Pero... ¿cómo la soportas?

- Paciencia sobrenatural, supongo -suspiré.

- ¿Todavía te gusta el rubiecito éste?

- Lamentablemente, sí -reí un poco-. Pero... ¿qué le voy a hacer? Los sentimientos son así.

- En fin, que bueno que aún no me enamoro.

Y eso duró hasta que llegó la clase de matemáticas, donde Nayara de inmediato se enamoró del profe Levi.

- Ah... si quieres te mando una foto de su culo que tengo -sugerí-. Si quieres tapas la cara de Armin y la mía, que el culo es lo esencial.

- ¡Joder, tía! ¿Y por qué tomas esas fotos?

- ¡Era un momento épico! ¿Vale? -reímos las dos.

El profe después de castigar a varios, comenzó entregar comunicaciones escritas sobre un castigo que dará todas las semanas, donde se reforzará matemáticas por una hora, con la intención de mejorar las calificaciones. Él se acercó a mí para entregarme el papel que mi madre debía firmar sobre el tema del castigo.

- Tsk, especialmente a usted, señorita Harrison, la quiero el jueves y con ganas de trabajar.

Asentí con miedo.

- Si no haces tareas, te castiga limpiando o haciendo ejercicio -le dije a mi amiga cuando el profe acabó de entregar los papeles.

- Yo creí que exagerabas... -confesó, puesto que antes fue testigo de varios que hicieron flexiones de brazos.

- ¡PROFE, YO TAMBIÉN QUIERO IR AL CASTIGO! -chilló Stacy.

- Tsk, sólo es para los que les va mal.

- ¿Y CÓMO ARMIN? ¡ÉL ES UN NERD!

- Pero decayó en los exámenes finales y necesita reforzar -y con eso, el rubio se ocultó en su pupitre, algo avergonzado-. Bueno, si quieres puedes venir, anda, pero no te quejes si alguien excepto tú le cuesta aprender, no por algo cité a los que les costaba y no a los flojos.

- ¡OHHH! -gritaron varios, estaba que me meaba de risa, mordí mi labio inferior, haciéndome la tonta.

- Profesor -llamó Nayara, alzando la mano-... yo que soy nueva y me iba más o menos en mi país, ¿puedo ir? 

- Claro, así te adaptas mejor.

Ella hizo un leve chillido de emoción, a lo que el profesor prosiguió a hacer su clase.

- ¿Te metiste sólo por el profe?

- Por eso, porque se me da fatal, y porque no vas a estar concentrada con la chavala esa y con el tontico que te gusta.

Reí.

- Vale, entiendo.

En los recreos estuvimos juntas, Stacy aveces se entrometía con frases tontas, mientras leía su libro, paseando con nosotras por zonas pobladas, aveces nos gritaba pidiendo que nos calláramos porque no se concentraba al leer.

- Hostia, ¿y no hay una biblioteca aquí?

- Sí, Nayi, está al fondo del colegio. Pero sigamos paseando, si Stacy quiere leer, que vaya para allá pero yo no quiero ir y si no quiero, no iré -declaré-. ¿Tú quieres ir a la biblioteca?

- Ehh... no, quiero seguir conociendo el colegio y no sólo una habitación.

- ¡Pesadas de mierda!

- Anda, lee tu librito en un lugar más calmado, mejor, que aquí hay mucho ruido por naturaleza.

Picada, la tonta se fue.

No saben lo contenta que me sentía por poder estar con alguien que me cayera bien, espero poder juntarme con Selena también, sin que Stacy se entrometa.

A la distancia, vi a Armin cargando un libro -¿no que no trajo nada? Uy, parece que alguien mintió para no estar con Stacy...-, saliendo de la biblioteca porque ya iba a finalizar el recreo, chocó junto a un par de chicos como de nuestra edad que nunca había visto antes; una chica de cabello negro y rasgos asiáticos, con una bufanda de color burdeo, y un muchacho de cabello negro y ojos claros. El chico, al chocar con el que me gustaba, cayó al suelo.

- ¡Eren! ¿Estás bien? -dijo la chica, muy preocupada. Le prestó la mano para que se levantara.

- Sí, estoy bien -contestó, sin aceptar la ayuda. Colocándose de pie por su cuenta.

- ¡Lo siento mucho! -murmuró Armin- N-no te vi y...

- No es nada -dijo-, no más fíjate por dónde vas.

- Sí -aceptó y salió corriendo, cruzando la cancha principal, entretanto, mis compañeros no dejaban de mirarlo.

Um, quiero saber quiénes son esos dos, deben ser nuevos. Ahora que voy a estar más tranquila tras tanta mierda, el tiempo para el chisme y el stalkeo me sobra.

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