Esa mañana los príncipes, Kai, Bruno, Leonart y Licht estaban reunidos en el despacho de su padre, el rey Vicktor, junto con su tutor real Heine, para revisar su progreso en sus estudios como normalmente se hacía y recibir un aviso, todos se preguntaban cuál sería, no querían verse desesperados pero tampoco podían aguantar la curiosidad que los carcomía por dentro, después de todo, esa parte de ellos fue heredado de su padre y por la historia que habían escuchado de su padre en su época de conocer a Heine, era mejor mantenerse a raya.

Para cuando su padre por fin había terminado de revisar sus progresos en sus estudios, Heine se dispuso a dar su aviso:

Heine- Príncipes, les informo que un protegido mío va a llegar a el palacio para recibir mis cuidados y pueda educarse al igual que ustedes príncipes

Leonhard- ¿Protegido? ¿A qué se refiere con eso, Heine-sensei?

Heine- Me refiero a que vendrá un estudiante mío a quedarse por unos días en el castillo, para terminar sus estudios, pero no estudiará con ustedes príncipes, tendrá clases privadas y no permito ningún contacto directo con mi protegido a menos que ambos estemos de acuerdo

Bruno- ¿Porqué razón no podemos tener contacto con su protegido, maes... Profesor?

Heine- Eso es una cuestión que no puedo puedo discutir por ahora con ustedes príncipes, mi protegido será quien les diga cuando tenga la confianza suficiente en ustedes, ¿entendido príncipes?

Kai, Bruno, Licht, Leo- Hai sensei

Heine- Muy bien, llegará en 3 días, solo se presentará a la servidumbre que se encargue de sus cuidados y a su majestad, al igual que con los guardias que estarán a su servicio

Licht- Oh, ¿guardias?, ¿Acaso es alguien importante?

Heine- Eso no importa por ahora príncipe Licht, es solo por su seguridad, además de que no quiero que lo acosen ni lo hagan sentir incómodo

Leo- Nosotros no hacemos eso, Heine-sensei ... ¿Qué es acosar?

Bruno- Es cuando una persona está muy al pendiente de todo lo que hace otra persona sin conocerla, seguirla con la mirada o tocarla sin su permiso, es muy común que les suceda a las mujeres pero también es posible con los hombres

Leo- ¡¡¡Que horrible!!! Personas así deben ser aterradoras

Heine- Está en lo correcto príncipe Leonhard, pero estas personas son maestras en la manipulación y comúnmente las víctimas no hablan por miedo o vergüenza

Leo: ¿Porqué se avergonzarían, Heine-sensei?

Heine: Porqué creen que tienen parte de la culpa, ya sea porque permiten que pase o porque creen que ellos lo provocaron por su actitud o su apariencia cuando en realidad nunca es el caso

Leo: Hum, pobres

Heine: Bueno, ya aclarado todo, nos retiramos, majestad

Vicktor: Hai, sigan con sus estudios hijos míos

Kai, Bruno, Leo, Licht: Hai, padre

Los príncipes estaban emocionados por la pronta visita, todos querían saber del visitante, apariencia y gustos, incluso Adele sabía del nuevo residente de su hogar, sacaban conclusiones de como sería, más bien, lo imaginaban según sus gustos, Bruno imaginaba a alguien como su maestro, admirable y con grandes conocimientos; Kai solo pensaba en cosas suaves, esperaba que tuviera algo suave, como Shadow o Heine-sensei, también esperaba que pudiera hablar con él y talvez compartir algunas clases juntos; Licht quería que fuera una linda señorita, pero si ese no fuera el caso le gustaría molestarlo un poco y descubrir cosas interesantes de su sensei, pues no le era suficiente lo que sabía; Leo pensaba si le gustaban los dulces o que podría ser tan estricto como su sensei; Adele quería que jugará con esa persona como con sus hermanos en pocas ocasiones, aunque le gustaría que fuera una chica con la que ser su amiga, los sirvientes y guardias esperaban que no fuera alguien exigente e incluso el rey Vicktor tenía curiosidad, pues este secreto lo era para él.

En cambio, Heine se alegraba y preocupaba de volver a ver a su protegido, en el tiempo que estuvo en la iglesia le recibió junto con otros niños, en ese tiempo se volvieron muy cercanos hasta que fue acogida por una familia numerosa, se comunicaban de vez en cuando, pero las últimas cartas que le dieron no les pareció un buen presagio de la integridad de este alumno, pues según las cartas, a vivido demasiado para su corta edad.

Después de tres días.

En el amanecer de ese día, el cual iluminaba las calles, personas y negocios salían para preparar su día, se aproximaba un carruaje con dirección al Palacio Real, ahí viajaba uno de los antiguos alumnos de Heine a retomar sus estudios, esta persona estaba cubierta con una capa con capucha y mangas largas negra, resaltando como una prenda femenina, está persona tenía su cabeza girada a la ventana, viendo los hilos de luz que entraban y pasaba sus dedos con entretenimiento como un niño descubriendo la belleza de esta misma, hipnotizada e ignorante del mundo exterior, centrándose en su propio mundo, que creo para ser feliz pero también para torturar su mente de manera inconsciente, pues le era imposible.

Mientras Heine se arreglaba para recibir a su alumna, pensando mil cosas en las que tendría que considerar para trabajar en sus clases, tendría que volver a conocerla a su parecer.

Al llegar a la entrada, le esperaba Heine con 3 guardias, los que custodiaban la entrada y otro que lo acompañaba. Al parar y abrir la puerta, la joven salió con tensión y nervios, ayudada por el tercer guardia, quien ofreció su mano y ella la puso con delicadeza y bajo de la misma manera, rebelando sus peculiares zapatos negros con metal como decoración y sus manos pequeñas y pálidas, sorprendiendo a los guardias con su vestimenta haciendo que especularán y teorisaran en sus mentes.

???- Buenos días tutor real, me alegra volver a verlo y que haya hecho este favor por mi educación- mostrando delicadeza en su voz dando los mismos aires de realeza con su reverencia, sorprendiendo a los presentes a excepción de Heine.

Heine- Buenos días, bienvenida, también me alegra verte, pero no hace falta que seas formal conmigo, vamos, te presentarás al Rey, después te instalaras y descansarás, mañana será tu primera lección.

???- Hai Heine-sensei.

Mientras se dirigían a la gran puerta, el guardia recogía la maleta mostrando sorpresa al sentir la ligera carga y pocas maletas que llevaba, ¡Eran apenas 2! Y la segunda era pequeña. Siendo de clase media, normalmente tendrían mínimo 3 o 4 maletas, aunque fueran pequeñas.

Profesor y alumna se encaminaron al despacho del Rey, la joven estaba muy tensa y curiosa, el que los acompañará la incomodaba, y el que entrara por primera vez al palacio le interesaba y emocionaba, por desgracia no podía disimularlo, provocando que al guardia le diera gracia su comportamiento, avergonzando a la chica por su actitud al notar su reacción a lo que hacia. Al llegar les dieron el acceso inmediatamente.

Vicktor- Vaya, buenos días Heine-sensei, bienvenida señorita

Perla- Gracias su majestad, me es un honor conocerlo, le agradezco que me reciba como huésped en su hogar para que siga con mis estudios, mi nombre es Perla de Marín- asiendo una reverencia.

Vicktor- Oh, pero que sorpresa, el tutor real no me informo de tu linaje noble.

Perla- Si me permite preguntar ¿Porqué ha de pensar eso, majestad?

Vicktor- Es lo que veo en ti, esa manera de expresarse es propia de nobleza y realeza.

Perla-, Lamento contradecir sus palabras su majestad, pertenezco a la clase media.

Vicktor- Entonces he de suponer que tus padres pertenecían a esta clase.

Perla- Supone mal de nuevo majestad, ellos pertenecían a la clase baja, al igual que mis abuelos.

Viktor- Que sorpresa, si no es mucha molestia, ¿me permitiría ver su rostro?

Perla- Yo.. este...- viendo indecisa a su profesor- claro, majestad- dando una respiración profunda, dirigió sus manos temblorosas a los bordes de la capucha, al tomar la capucha, apretó los bordes y cuando estuvo por quitárselo fue interrumpida

Vicktor- No hace falta si no quieres, puedes retirarte, espero que no te abrume mi hogar, hablaré con el tutor real un momento.

Perla- suspirando de alivio- Gracias y no se preocupe, que tenga buen día- saliendo- ¡¿Pero que hice?!- cubriéndose la cara dejando ver parte de sus mejillas rojas.

Con Vicktor y Heine

Vicktor- ¿Porqué de ese comportamiento de tu alumna, Heine?

Heine- Ella se volvió así por las circunstancias que vivió, aunque no lo sé todo, solo hasta que dejó el orfanato, las cartas que me envió no dicen mucho de su tiempo en su hogar

Vicktor- Ya veo, cambiando de tema, dime del progreso de mis hijos por favor

Tiempo después, al terminar con su tarea, Heine salió del despacho

Heine- Ya podemos irnos, no te preocupes, te llevaré a tu habitación

Perla- Gracias- obstruyendo su voz con las manos, saco un abanico dando aire a su rostro, aún se sentía humillada por su actuar frente a los guardias de la puerta, a quienes olvidó por un momento en su momento de pánico.

Ambos se dirigieron a su nueva habitación, dándole el alivio a la chica de dejar atrás a los guardias y al Rey.

Continuará.