Capítulo 7
🔞 ADVERTENCIA🔞
Mis suplicas se ahogan entre el llanto ocasionando que lo que diga salga casi en un susurro, pero sé que me escucha. Él va a hacia la cama, agarra la bolsa y vuelve para ponerla frente a mí.
—¡No te mereces esto, así que me lo voy a llevar! —espeta furioso, niego llorando, esa ropa me la gané, ni siquiera me la he probado y él ya me la quiere quitar.
—¡No! ¡Haré lo que quieras, pero por favor no me pegues y no te lleves la ropa! —lloriqueo, asustada y temblorosa. Él inclina su cabeza de forma ligera y deja caer la bolsa al suelo.
—¿Lo que yo quiera, sin rechistar? —cuestiona mirando el cinturón en su mano.
—Sí. —Asiento con la cabeza algo ansiosa, y él afloja el cinturón, dejándolo caer al suelo.
—Muy bien, desnúdate —ordena y lo hago de inmediato.
Ya totalmente desnuda, él se quita el suéter negro que lleva puesto
—Arrodíllate y dame placer. Si lo haces bien, no te castigaré. —Sin dudarlo me arrodillo y con prisa desabrocho el cierre de sus jeans.
Sé que no debería ser tan sumisa, pero tengo tanto miedo que ya no me importa, libero su erección y la llevo a mi boca. Cierro los ojos mientras succiono, chupo y deslizo mi lengua en su miembro. Sus jadeos se escuchan profundos, como si no quisiera demostrar que lo está disfrutando, él muy desgraciado es orgulloso.
Meto todo su miembro en mi boca y aunque siento que voy a vomitar, cuando lo saco, a él parece que le gusta, así que continúo haciéndolo con más intensidad, sin dejar de rozar mis dientes, aunque la verdad quiero morderlo hasta sacar sangre. Borro ese pensamiento porque no quiero más golpes. Sus gemidos y jadeos resuenan por todo el cuarto, indicándome que lo estoy haciendo bien. Perfecto, no se llevará la ropa.
De repente siento sus manos en mi cabeza, y sin previo aviso comienza a empujar mi cabeza hacia su erección, acción que hace que entre y salga de mi boca. Lo hace tan rápido que no me da tiempo de respirar. ¿Acaso me quiere ahogar?
Logro sacarlo de mi boca y tomo una bocanada de aire, pero no logro ni siquiera sentir el aire en mis pulmones cuando una vez más hace que meta su miembro en mi boca. La acción se repite hasta tal punto que siento que me voy a desmayar.
Por fin, cuando pensé que no podía más, suelta mi cabeza y yo me aparto en busca de aire, inhalo fuerte y al mismo tiempo toso; de verdad me estaba ahogando. Levanto la mirada al sentir un líquido caliente en mi espalda, él se vino, pero gracias a Dios me aparté o si no su semen hubiese caído en mi cara.
Él termina y su erección sigue ahí presente. Me sujeta del brazo, obligándome a ponerme, de pie y me dirige hacia la cama. Noto que aún sigue molesto, así que no pongo objeción alguna. Me tumba sobre la cama y se quita rápido el jean, dirijo mi mirada hacia el techo. Cuando siento como él separa mis piernas y me penetra de golpe, suelto un grito de dolor y me retuerzo. Él, aunque está demasiado excitado, se da cuenta que no estoy dilatando y sale de mí.
Va por su suéter y cuando regresa lo arroja sobre mi cara, esto no me permite ver lo que hace. No hago ningún intento por quitar el suéter de mi rostro y me quedo quieta. Es mejor tener la cara cubierta, porque así podré llorar sin que él me lo reproche.
Siento sus dedos en mi vagina, pero están calientes y babosos, ahora él resbala con facilidad sus dedos dentro de mí y después de sacarlos, siento como vuelve a penetrarme. Esta vez no duele tanto, aprieto las sábanas ante la frustración que siento por ser tan débil. Desearía que nada de esto fuera real, solo una simple pesadilla, pero con cada estocada que él me da, mis esperanzas de que sea una pesadilla desaparecen.
Sale de mi interior y yo solo me quedo quieta, llorando. Él quita el suéter de mi cara y veo como se lo pone. Tomo asiento sobre la cama sin dejar de llorar.
—Eres muy llorona, te la pasas llorando todo el tiempo —espeta con fastidio y yo limpio las lágrimas con mis nudillos. ¿Cómo quiere que no llore si estoy encerrada y siendo violada por un asesino? ¿Acaso quiere que esté feliz? —. Si no quieres estar aquí, solo acepta mi propuesta de ser mi amante —dice como si estuviera leyendo mis pensamientos, lo miro de reojo y lo veo salir del cuarto. Tomo la bolsa del suelo y voy directo al baño.
Ya adentro saco las prendas y veo que trajo dos camisetas, una negra y la otra gris, dos faldas y, sobre todo, lo que yo más he anhelado, ropa interior, dos pares. Cuando veo los pantis me doy cuenta de que son estilo traje de baño, de esas que se amarran a los lados; claro, es obvio, si hubiese comprado las normales con esta cadena jamás podría ponérmelas. Qué considerado de tu parte, desgraciado.
Salgo del baño ya con la nueva ropa puesta, ¡es tan cómodo usar ropainterior, sonrío y me acomodo sobre la cama. No pensé que él me iba a traer ropa. Eso fue algo inesperado, aunque la verdad no sé qué esperar de él. No lo conozco, no sé cómo es su carácter o forma de ser, lo único que sé es que se enoja con mucha facilidad y que todo lo arregla a golpes, tiene mal sentido del humor y es un psicópata.
Otro día más aquí, dando vueltas y vueltas, sin saber qué hacer o cómo entretenerme; es frustrante estar aquí solo esperando a que él venga a violarme. Siento que las horas pasan mientras estoy aquí sentada en un rincón, mirando a la nada y recordando el ultimo día que vi a mis padres.
INICIO FLASHBACK
Mientras el chófer de mi abuela pone mis maletas en un lujoso auto negro, yo me despido de mamá con un fuerte abrazo. Papá está a unos pasos de nosotras, lo miro triste.
—¿Papá no se va a despedir de mí? —digo triste. Él se da la vuelta con un semblante serio y comienza a caminar hacia el restaurante.
—¡Papá! Su hija se va y quizás no la verá durante mucho tiempo.
—Yo —murmura sin mirarme—, yo no tengo ninguna hija, ella ya mu... murió, murió desde que decidió irse con esa mujer —dice y continúa caminando hasta entrar y desaparecer de mi vista, intento seguirlo, pero mamá me detiene...
FIN FLASH BACK
Las duras palabras de mi amado padre ahora solo me torturan. No debí desobedecerlo, si no hubiera insistido en estudiar aquí, en Seúl, jamás me hubiera pasado esto.
Hoy he sentido mi cuerpo algo extraño, mis senos duelen y estoy un poco de mal genio. Si es lo que estoy pensando, no puedo quedarme un día más aquí, eso sería horrible, tener el periodo en estas condiciones, no puedo ni siquiera pensarlo.
Él sale de mí interior y se acomoda a mi lado con la respiración agitada. Yo estoy cansada y mis piernas no paran de temblar. Me levanto de la cama con un poco de dolor en la zona baja de mi espalda, sé que no es solo por lo que acaba de pasar, sino que este dolor se debe más bien al periodo.
Voy a al baño y abro la regadera. El agua cae sobre mi cuerpo y me relajo un poco. Cuando pensé que estaba empezando a tranquilizarme, veo como la puerta del baño se abre y deja ver a mi verdugo. Este se acerca a mí y sin pedir permiso, se coloca bajo la regadera. Me hago a un lado por instinto y me quedo inmóvil, viendo cómo el agua cae sobre su cuerpo. Nunca se quita esa máscara cuando está aquí, supongo que su rostro, al igual que su identidad, es un horrendo secreto.
Él toma el jabón y luego sujeta mis manos. Me lo da y coloca una de mis manos sobre su pecho.
—¡Enjabóname! —ordena y muerta de miedo lo hago, deslizo mis manos llenas de jabón por todo su cuerpo y este solo me observa.
Termino de enjabonarlo y mi sorpresa es grande cuando siento sus manos ahora llenas de jabón en mi cuerpo. No puedo evitar tensarme ante su tacto, es extraño y para nada agradable, así que solo me quedo inmóvil. Él termina de manosear todo mi cuerpo y me sorprendo cuando me apega con fuerza a su cuerpo. El agua cae, enjabonándonos a ambos.
Estoy poniéndome la ropa. No lo niego, por un momento pensé que él me iba a volver a coger en el baño, pero no, no lo hizo. Él está a punto de salir del cuarto cuando decido hablar.
—Pensé en tu propuesta —murmuro sentada sobre la cama.
Él me da una mirada rápida y sale. Creí que me escucharía, después de todo es él quien vive preguntándome si lo pensé. Este tipo es demasiado raro.
Llevo un rato sentada con la frente pegada a la mesa, sí, pensando en lo que voy a hacer. Mi periodo está a punto de llegar y no aguanto estar un día más aquí, necesito salir. Si es como él me dijo aquella vez, solo tendré que acostarme con él en las noches, pero al menos estaré afuera. ¿Qué debo hacer? ¿Aceptar? No sé.
El sonido de la puerta me indica que él está aquí. No me giro para verlo, pero sé que está a unos pocos pasos detrás de mí, siento su presencia maligna.
—¿Qué fue lo que decidiste? —pregunta y levanto la cabeza.
—¿Cuáles son las condiciones y qué gano si acepto ser tu amante? —cuestiono sin voltear.
—Te las recuerdo —dice algo fastidiado, creo—: Uno, esto será solo sexo, nada más. Dos, no puedes tener ningún tipo de relación amorosa con otro hombre, solo serás mía. Tres, no puedes denunciarme o contarle a alguien sobre mí. Eso es todo... Y lo que ganas, no lo sé, pero si aceptas saldrás de inmediato de aquí, podrás volver a tu universidad, convivir con tus amigos y hacer todo lo que quieras durante el día. Tener una vida normal. Pero en las noches me recibirás con mucho gusto en tu cama.
Dejo salir un suspiro, analizado cada una de sus palabras. Salir de inmediato de este cuarto, regresar a la universidad, eso me suena. Aunque lo que quiero es irme con mis padres, no podré, y tampoco quiero que los mate. Vuelvo a suspirar con frustración.
—Está bien, acepto.
—¿Segura? Recuerda que no puedes huir de mí, porque si lo haces, mataré a tus padres —advierte serio y me tenso.
—Sí, lo estoy. ¿Cuándo me vas a dejar libre? —cuestiono resignada.
—Cuando quieras.
Una chispa de emoción se enciende en mi interior.
—Entonces, ya quiero sal... —No logro terminar de hablar cuando siento que algo me pica en el cuello.
Me giro asustada y veo que él tiene una jeringa en su mano. Me levanto, pero de inmediato la vista se me nubla y pierdo fuerzas.
Cierro los ojos y lo único que siento es como mi cuerpo es atrapado por sus brazos.
—Nos volveremos a ver muy pronto, Eunji. —Es lo último que escucho antes de caer en un profundo sueño.
• • • • • • • • • • • • • • •
Nota de la autora
• • • • • • • • • • • • • • •
hola.
si les gustó no se olviden de dejar su voto y comentar, plis.
chaíto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro