Capítulo 31
Unos gritos y movimientos bruscos me despiertan. Enciendo rápido la lámpara y volteo hacia mi lado izquierdo, que es donde se encuentra Yuntae durmiendo. Él está sudando mucho y grita desesperado, parece asustado, balbucea cosas extrañas y no para de moverse con brusquedad.
—¡Yuntae! —Intento despertarlo de su pesadilla, pero él sigue—. ¡Yuntae! ¡Yuntae! —exclamo, pero él de repente sujeta con fuerza mi brazo izquierdo y lo aprieta.
Él continúa gritando, pero ahora entiendo lo que dice.
—¡No te vayas! ¡No, por favor, no me dejes! ¡Por qué no me dejas tocarte! ¡No me dejes! ¡No me dejes!
—¡Yuntae, despierta! —Intento soltar mi brazo, pero él lo aprieta aún más.
—¡No me dejes, Eunji! —grita de repente, descolocándome por completo. ¿Qué es lo que está soñando? ¿A qué le tiene tanto miedo?
—Yuntae, estoy aquí a tu lado. No te preocupes, yo estoy aquí contigo, y no pienso irme —susurro cerca de su oído.
Él se despierta agitado y con una aparente confusión. Se da cuenta que me está sujetando el brazo, así que me suelta y se sienta recostando su espalda sobre la cama. Comienza a pasarse las manos por el rostro.
—Eunji, ¿estás bien? ¿Te hice daño? —me pregunta preocupado.
—No, no me hiciste nada. Tranquilízate —le digo mirándolo fijo—. Yuntae, dime qué fue lo que soñaste, ¿por qué estabas tan asustado? —pregunto mientras deslizo una de mis manos por su pierna. Él me mira, pero no dice nada—. Escuché lo que decías. ¿Por qué tienes tanto miedo de que te deje? Si a cada rato piensas en matarme, eso no tiene sentido —murmuro y él suspira cerrando los ojos.
—Tengo miedo de que me dejes porque no sé qué haría sin ti. Te necesito, eso es todo —contesta seco y abre los ojos para mirarme.
—¿Y lo otro? —le pregunto y él se tensa.
—¿Qué cosa?
—Yuntae, sabes muy bien a lo que me refiero. Te escuché y además crees que no me daba cuenta de cómo te ponías cada vez que te decía que no me tocaras, tu actua...
—¡Basta! No quiero hablar sobre eso —me interrumpe fastidiado.
—¿Lo ves?, mira cómo te pones. Se nota que hay algo que te molesta cuando lo menciono —le digo seria y quito mi mano de su pierna.
Él solo se queda en silencio sin despegar su fría mirada de mí.
—¿No piensas decirme? Se supone que quieres comenzar una vida "normal" conmigo, pero ¿cómo quieres que esa vida funcione si no sé nada de ti, sobre tu pasado?
—¿Para qué quieres saberlo? Eso a ti no tiene por qué interesarte —gruñe molesto y se levanta de mala manera de la cama.
Se pone una camiseta y sale del cuarto. ¿Por qué es tan difícil hablar con él? Nunca podemos tener una conversación normal porque siempre terminamos peleando.
De repente, su celular, el cual está en la mesa de noche, se enciende; al parecer llegó un mensaje.
—Yun... —trato de llamarlo, pero me quedo callada al ver el nombre de la persona que envió el mensaje. Es el de una mujer: "Sog-Imsu".
Tomo el celular con la intención de abrir el mensaje, curiosa por saber de quién se trata, pero obvio él lo tiene bloqueado, así que solo puedo ver las notificaciones.
Sog-Imsu
¿Dónde estás? Estoy en la mansión porque la Jefa te está buscando, ella quiere que estés al frente de la nueva entrega.
Sog-Imsu
Descubrí algunas cosas sobre "Él" que te pueden interesar. Llámame
¿Quién será la jefa? No entiendo sobre quién está hablando y ¿por qué esta persona está en la casa de Yuntae? Me cuestiono interesada en saber quién es esa tal Sog-Imsu, cuando de repente escucho unos pasos. Él viene de regreso y no creo que le guste que este revisando sus mensajes.
Apago el celular y lo coloco de nuevo sobre la mesa, finjo estar dormida acomodándome de nuevo en la cama. Lo escucho entrar y luego siento un peso sobre la cama, él se acuesta y se gira hacia mí para abrazarme por detrás. Me da un beso en el hombro.
Decido abrir los ojos y me giro un poco para verlo.
—¿Dónde fuiste? —le pregunto.
—Bajé a la cocina, necesitaba calmarme. La verdad no quería hablar de eso y tú no dejabas de preguntarme —responde y ruedo los ojos.
—Entonces creo que deberías dormir en la sala, ya que aún tengo curiosidad —inquiero y le doy un pequeño empujoncito para alejarlo de mí.
Sujeto la sábana y me cubro de pies a cabeza. De repente siento como él se coloca encima de mí, sentándose levemente sobre mis caderas y apoyando sus brazos sobre la cama.
—Eunji, no quiero dormir en la sala. Quiero dormir aquí, a tu lado —dice con voz chillona y eso hace que mi corazón explote.
Desde que descubrí su verdadero ser, él no suele comportarse cariñoso, solo lo hace cuando estamos en la universidad y obvio sé que cuando hay muchas personas a nuestro alrededor es pura actuación; pero ahora estamos solos, ¿será posible que no esté actuando?
—Cariño, sabes que no me gusta que me ignores, por favor, mírame.
¿Cariño? ¡OMG! Es la primera vez que me dice así. Estoy segura de que está haciendo puchero, ah, cuánto deseo verlo. Pero no, tengo que mantenerme firme.
—Mira cómo es tu mami, a ella le gusta hacerme sufrir. —¡Wow! Le está hablando al bebé. Sonrío como una tonta—. Bebé, ya que tu mami no quiere hablar conmigo, ¿puedes tu decirle algo de mi parte? Dile que ella es lo más importante que tengo. Tú y ella son lo más hermoso que hay en mi vida, que son mi presente y futuro. Aunque no entiendo por qué ella insiste en conocer mi pasado. —Deja escapar un suspiro pesado—. Dile que está bien, se lo diré. —Termina y yo me quito las sábanas del rostro y lo miro.
—Casi me haces llorar —bromeo y él sonríe—. No sabes, Yuntae, cuánto amo esa sonrisa —murmuro y él me besa con ternura.
Se separa y se levanta de encima de mí para luego sentarse a mi lado. Tomo asiento también y lo miro expectante.
—Para serte sincero, no recuerdo mucho, solo fragmentos, esos fragmentos son los que me atormentan cuando duermo. Después de que me llevaron a la academia, recuerdo que lloraba todas las noches, era como si me sintiera culpable, no lo sé. Lloraba tanto que esos tipos se enojaron conmigo al punto de encerrarme en un cuarto oscuro y me dejaron por días ahí.
» En el interior de ese del cuarto, en un rincón estaba la foto de mi mamá, yo al verla corría hacia ella, pero cuando llegaba un hombre aparecía, cubriendo su rostro con una máscara roja con marcas negras, y me daba latigazos en las manos cada vez que yo intentaba tocar la foto de mi mamá. Yo lloraba mucho y aunque me dolía, siempre le rogaba que me dejara tocarla, pero eso solo aumentaba los golpes. Hicieron eso durante varias semanas con el propósito de castigarme, hasta que dejara de extrañarla, hasta que lo olvidara. Después de años de tortura, ahora le tengo pánico a las palabras «no me toques», ya que él siempre me decía eso cada vez que me daba los latigazos. Aún sigo pensando que cada vez que escucho esas palabras, ese hombre va a aparecer para castigarme. Odio esas palabras porque me recuerdan ese momento, me recuerdan a mi madre y a esa parte débil que aún llevo en mi interior.
Termina de contarme parte de lo que le pasó y se queda en silencio con la mirada fija en mí, su expresión facial no me muestra nada, es demasiado vacía como para saber sus sentimientos.
Yo mientras tanto limpio con mis nudillos las lágrimas que están mojando mi rostro. Él frunce el ceño y sacude el cabello deslizando sus dedos en este.
—¿Por qué lloras?
—Lo siento, es que estoy muy sensible. Es por el embarazo.
—Eso me hace pensar que no debí contarte nada —dice serio.
—No. Es bueno que me lo hayas contado, ahora sé que no puedo decirte más esas palabras. Yo no tenía idea de lo mucho que te hacían sufrir, lo siento.
—Okey, ya deja de llorar —me ordena con suavidad.
—Yuntae, ¿sabes? Yo todo este tiempo he pensado que tú has vivido en una agonía, como si estuvieras muerto, y yo quiero traerte de nuevo a la vida, que salgas de esa oscuridad y traerte de nuevo a la luz —murmuro y él me da una sonrisa burlona que casi daña el momento.
—¿A qué te refieres? —pregunta riendo.
—Mira. Tú eres un ángel y cuando mataron a tu mamá caíste en la oscuridad. Pero yo te voy a ayudar a que salgas de ella —inquiero esperanzada.
—Y ¿cómo es eso posible, Eunji? —cuestiona ya más serio.
—Bueno, solo te vas a liberar cuando perdones a los que te hicieron daño. Yo tengo la esperanza de que todo el dolor que sientes cambie y se transforme en perdón. Así vamos a poder vivir una vida sin fantasmas, sin enemigos. Así tú puedes salir de la oscuridad siguiendo la luz, que, en este caso, sería el amor que yo te ofrezco —murmuro con ilusión mientras acaricio mi vientre.
Él de nuevo se queda en silencio y con una expresión extraña en el rostro, como sí aún no me contara todo, o al menos eso es lo que yo creo.
—¿Perdonar? Eso suena tan sencillo —murmura fríamente con esa mirada de "yo no perdono a nadie, yo mejor los mato".
Intento seguir con la conversación, pero me veo interrumpida por una llamada, la cual contesta de inmediato.
—¿Qué? —pregunta seco. Luego se queda un rato en silencio escuchando—. ¿Cómo que se perdió toda la mercancía? —gruñe y sus venas se inflan, su bello rostro se torna duro y muy rojo.
¿Escuché bien?, ¿mercancía? ¿En qué está metido?
—Encárgate de esos malditos, voy en camino —ordena y cuelga la llamada. Se levanta de la cama enseguida.
—¿Qué pasa? —pregunto confundida y muy curiosa.
—Me tengo que ir, duerme. Aún es muy temprano para que estés despierta —me ordena con un tono de voz dulce. Cosa que me descoloca, ya que hace tan solo unos segundos estaba gruñendo a la persona que estaba en la llamada.
Se termina de vestir y Me da un beso rápido en la frente. Hacemos un leve contacto visual y noto que su mirada no es la misma que tenía hace un rato, algo ha cambiado, sus ojos son del todo oscuros y con un brillo rojo extraño. Esto me confirma qué es lo que va a hacer, él mismo me lo dijo: matar es lo único que le da emoción.
Él hace lo mismo de siempre, desaparece, y yo me quedo completamente sola. Aunque eso pronto cambiará, ya que cuando nazca mi hijo, no volveré a estar sola nunca más.
***
Estoy en la universidad y acabo de salir del baño, tengo unas náuseas horribles y ganas de orinar. Para colmo, tengo dolor de cabeza, ya que todo el día he estado imaginándome a un niño totalmente asustado llorando, una foto de una mujer, un látigo y un hombre con una máscara roja y negra.
Camino hacia el salón y tomo asiento en mi lugar mientras bebo agua de una botella.
—Ya no estás tan pálida. Me hubieras dejado acompañarte al baño —me reclama Yoona muy preocupada.
—Ya estoy mejor, Yoona. Además, no era necesario que me acompañaras.
—Debes tener más cuidado con lo que comes, o si no, un día de estos vas a morir por intoxicación —espeta con seriedad, yo asiento en señal de obediencia mientras ella sigue regañándome.
Recibo un mensaje.
Loco
¿Luces mal?
Yo
¿A qué te refieres? Me veo fea y ya no te atraigo, ¿es eso?
Loco
Me refiero a tu semblante.
Sí, claro, cómo no, seguro me veo horrible y le estoy dejando de atraer, ya que eso es lo único que soy para él. Un simple agujero en el que entra cada vez que quiere. No lo vi durante tres días y lo primero que me dice es eso. Idiota, quién sabe si ahora que estuvo fuera de Seúl no se acostó con otra mujer.
—Eunji, dime una cosa ¿tú tienes algún familiar hombre, muy guapo, que me puedas presentar? —me pregunta Yoona captando mi atención.
—No, no creo, mis padres son hijos únicos —murmuro y ella se entristece—. Pero ¿por qué quieres que te presente a un chico? —pregunto curiosa.
—Es porque le dije a Seowoo que estaba saliendo con un chico muy guapo y él quiere comprobar que sí le estoy diciendo la verdad.
—¿Por qué le dijiste eso? —Me río.
—Es que él se la pasa detrás de mí todo el tiempo, pidiéndome que acepte salir con él —musita haciendo una mueca de desagrado.
—¿Qué?, ¿eso no es bueno?
—No, claro que no, yo tengo orgullo y no voy a ser su pañuelo de lágrimas nunca más. Es por eso por lo que quiero que crea que me gusta alguien más —dice y luego ambas nos reímos.
Después de tener una larga conversación con Yoona e ignorar un rato a Yuntae, y como el profesor ha salido por unos minutos, decido buscar nuevas noticias para ver si hay asesinatos. Encuentro una, lo publicaron esta mañana. Al parecer un importante político fue asesinado mientras dormía en su casa. Causas desconocidas. La frase que encontraron fue: "Cómo puedes salvar a un ángel caído en la oscuridad, si fue él mismo quien se lanzó".
No entiendo, ¿qué quiere decir? ¿Cómo que fue él mismo quien se lanzó?
Estoy de regreso en mi casa y me encuentro frente al espejo de mi cuarto. Abro mi camisa y observo que ya se me está notando el embarazo, mi abdomen está un poquito hinchado y creo que también se me están hinchado las mejillas, así que mi cara está redonda. ¿Cómo voy a hacer cuando ya no pueda ocultarlo más?, seguro Yoona lo primero que me va a preguntar es quién es el papá. No sabría qué responder ante esa pregunta. Aunque él lo niegue, sé que mi cuerpo está cambiando, ya no seré atractiva para él. ¿Y qué pasa si le vuelven a dar esos arrebatos de querer matarme porque ya no le soy útil?
De repente, Yuntae entra al cuarto y se queda mirando como hago un esfuerzo inútil por cubrir mi cuerpo.
—¿Qué haces? —me pregunta acercándose por detrás y luego sujeta mis manos, logrando con esto que mi camisa se abra otra vez.
—¿Por qué te estás comportando de esta manera? ¿Por qué ahora me cubres tu cuerpo? ¿Qué no sabes que me encanta verte desnuda, solo para mí? —pregunta mirándome a través del espejo.
—Ya se me está notando el embarazo y me preguntaba si cuando empiece a engordar vas a cambiar de opinión acerca de esta relación y sobre todo de mí —murmuro incapaz de mirarlo a los ojos.
A aquellos ojos que me arrastran al infierno cada vez que los miro.
—¿Por qué piensas eso? —susurra en mi oído con sensualidad, pegando mi trasero a su cuerpo.
—No lo sé, quizás ya no te parezca atractiva, y cuando ya no podamos tener sexo vas a buscar placer con otras y vendrás a matarme —murmuro temerosa ante el pensamiento.
Pero mis pensamientos son interrumpidos por los besos húmedos que está dejando en mi cuello. Puedo sentir su enorme y dura erección rozando con ansias mi trasero.
—No te atormentes más con eso. Ya no sé cómo hacerte entender que eres la única mujer en mi vida, y sé muy bien que habrá un tiempo que no vamos a poder tener sexo, pero no creas que por eso me voy a alejar de ti. Y aunque subas de peso, aun así, eres la mujer más hermosa del mundo y la única que hace que me venga de una manera extraordinaria —dice mordiendo el lóbulo de mi oreja y yo me río.
—Eres tan romántico —exclamo riendo y él me besa el cuello.
Luego comienza a quitarme la camisa para después seguir con mi pantalón, mientras va dejando besos húmedos por todo mi cuerpo; los mismos me producen espasmos en mi zona íntima. Me da vuelta y estampa sus labios sobre los míos, devorando con pasión mi boca.
—Me encantas, con tan solo tocar tu suave piel me pongo duro —susurra en mis labios.
Me carga y pone con suavidad sobre la cama, nuestras bocas se conectan a la perfección, mientras el deseo que tenemos nos lleva al mismo infierno.
—Eres tan deliciosa, Eunji. Me muero por estar dentro de ti —dice mordiendo mi labio y luego se empieza a quitar la ropa.
Admiro sus grandes pectorales y los delineo con mis dedos mientras me muerdo el labio.
—Parece que me extrañaste mucho —murmuro agitada.
—Por supuesto, estos últimos días fueron un infierno. Te extrañé demasiado, preciosa —confiesa y me penetra lento mientras su cara de satisfacción lo dice todo; disfruta estar dentro de mí, llenando cada espacio.
Se mueve lento, pero con profundidad, mientras me besa de forma salvaje va aumentando el ritmo. Me fascina cuando es así, ya que me hace creer que hay una posibilidad de que él me ame.
Amo a este hombre con todo mí ser.
—Te amo.
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Nota de la autora
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Holaaa.
Este capítulo es un regalito de mi parte. espero lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice.
Comenten qué opinan de el pasado de Yuntae. y no se les olvide dejar su voto.
Chaíto, se les quiere.
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