Capítulo 30
Han Yuntae es una de esas personas que jamás en tu vida quisieras conocer o cruzarte en su camino, tiene un aura demasiado oscura y es capaz de provocarte mucho dolor con tan solo una sonrisa. Su atractivo físico es como una trampa, una muy peligrosa trampa donde caes y ya no encuentras escapatoria.
La única salida que te queda es la muerte, pero ¿estarías dispuesto a acabar con tu propia vida antes de que él decida terminar con tu existencia de la forma más cruel e inhumana posible?
Yuntae toma mi mano y coloca la cajita sobre esta, trago grueso y lo miro buscando un rastro o señal en su rostro que me ayude a saber lo que está pensando. Pero nada, no hay nada, es como un témpano de hielo y lo que más me preocupa es lo que pasará si confirma que estoy embarazada.
—Hazte la prueba, Eunji —espeta con frialdad y yo río con nerviosismo.
—¿Para qué quieres que me la haga si sabes que estoy en...?
—¡No me digas mentiras y hazte la jodida prueba! —exclama y toma mi rostro, provocando que de un respingo de sorpresa—. Y no quiero nada de trucos.
El desprecio en su voz es claro, él no quiere que tener hijos y yo de ilusa pensando cómo sería él con un hijo. Él me suelta de mala manera y como no me queda más opción, me dirijo al baño y ya a dentro cierro la puerta tras de mí.
Hecha un manojo de nervios miro la prueba en mis manos y por mi mente cruzan miles de ideas para evitar hacerme la prueba, pero sus palabras amenazantes me recuerdan que es mejor enfrentar las cosas ahora, porque no podré ocultarle mi embarazo por mucho tiempo.
Llevo varios minutos encerrada en el baño, observando en una especie de trance las dos líneas rojas que me confirman que estoy embarazada.
Voy a tener un hijo, voy a ser mamá. Por Dios, tendré un hijo. Una sonrisa se escapa de mis labios ante el lindo pensamiento. Tengo que contárselo a mis padres, pero ahora ellos están enojados conmigo, quizás si espero que se les pase el enojo, de seguro se pondrán muy felices de saber que van a ser abuelos.
Cubro mi rostro con mis manos y luego las deslizo por mi cabello tratando de pensar qué hacer. Estoy demasiado angustiada por su reacción, pero no puedo quedarme escondida toda la vida aquí en el baño, así que es mejor que salga de una vez.
Salgo empuñando la prueba en mi mano derecha tratando de normalizar mi ritmo cardíaco. Él está de pie junto a la ventana concentrado en su celular. Camino hacia él y puedo sentir como mis piernas flaquean, al mismo tiempo que siento un ardor en la boca del estómago. No me siento muy bien, creo que me falta el aire y quiero desmayarme a cada paso que doy.
Él se gira hacia mí con una mirada que me deja sin aliento, y por primera vez creo ver un rastro de decepción en su mirada.
—Estás embarazada, ¿verdad? —cuestiona guardando su celular en los bolsillos traseros de su pantalón.
Asiento despacio y él de inmediato su expresión se endurece.
—Estoy embarazada. Tengo cuatro semanas —murmuro. Él se acerca a mí y me sujeta por los hombros.
—¡Te dije que te cuidaras! ¡Te lo dije muchas veces, maldita sea, que las pastillas no son un método seguro! —me grita con ira mientras me sacude de manera brusca.
Asustada trato de alejarme de él y de un manotazo logro que él me suelte los hombros.
—No fue mi culpa, Yuntae. Yo me estaba tomando las pastillas todos los días, pero hubo unos días que no lo hice —inquiero temblando.
—¿Cuáles? —pregunta con la mandíbula apretada y sus venas a punto de reventar.
—Creo que fue cuando mataste a Susi, mi mente estaba en otro lugar, eso fue demasiado para mí y no pude recordar tomármelas. Además, lo que me lo recordaba todas las mañanas era mi antiguo celular —digo midiendo cada palabra para evitar que esto se salga de control y él solo me mira frio.
—¿Qué vas a hacer ahora? —pregunta.
—¿Qué me quieres decir? ¿Quieres que aborte?
—Sí.
—Estás loco.
—¿Qué más puedes hacer? Sabes muy bien que no soy una persona que pueda llevar una vida normal con hijos. ¡Soy un asesino! Yo he matado a muchos niños sin piedad, y ahora tú me estás diciendo que esperas que crie uno. —Al escuchar sus palabras, mis lágrimas salen y soy incapaz de hablar—. Eunji, si tienes ese bebé todo cambiará, yo no estoy preparado para ser padre y no creo que lo esté nunca —murmura tratando de convencerme.
—¡Yo tampoco lo estoy, Yuntae! —exclamo con un nudo en mi garganta—. Pero voy a tenerlo, contigo o sin ti.
Limpio mis lágrimas de mala manera y me doy la vuelta comenzando a caminar furiosa hacia la puerta y así alejarme de él. Necesito aire, siento que me asfixio.
—¿Qué es lo que quieres decir? ¿Vas a dejarme por ese bebé? —dice con un tono de ironía, como si para él lo que lo que dije solo fuera algo absurdo.
Detengo mis pasos.
—No te necesito. Este bebé es mi única familia y es lo único que necesito —digo sin mirarlo y continúo mi camino.
—Eunji, no me obligues a hacerte daño. ¡Eunji! —grita, pero lo ignoro.
Continúo mi camino, pero antes de poder si quiera llegar a la puerta, siento como él me sujeta del brazo, impidiéndome seguir.
—¿Qué quieres? —pregunto tratando de liberarme de su agarre, pero se me hace imposible, ya que él lo aprieta cada vez más.
—¿En serio quieres tener ese bebé?
—Sí. Es mi hijo —digo decidida y él me libera. Sus ojos negros como la noche se ven más oscuros e intranquilos de lo normal—. Y también es tuyo, Yuntae, y por eso lo amo.
—Eunji, yo te quiero a ti, no a ese bebé —dice serio.
—¿Por qué no lo quieres?
—Sabes muy bien que, desde el principio, yo solo quería acostarme contigo y él solo viene a complicar más las cosas entre nosotros dos, no lo quiero. No quiero que lo tengas, no estoy dispuesto a compartirte —sentencia y yo lo miro sorprendida por lo que acaba de decir. La sangre fluye por mi cuerpo calentando cada parte de mí.
—Entonces ese es el problema. ¿Vas a obligarme? —cuestiono furiosa.
—Si es necesario, sí —masculla frío y pone su típica pose dominante para hacer que me sienta insignificante.
—No puedo creer lo que estás diciendo. ¡Es tu hijo! —le reclamo empuñando mis manos hasta el punto que mis nudillos se tornan blancos—. ¿Pero qué puedo esperar de un monstruo como tú? —suelto con desprecio.
—¡Cállate! —me ordena con los dientes apretados y empuñando sus manos.
—¿Qué vas a hacer? ¿Vas a golpearme hasta que pierda el bebé?
—Eunji, no sigas —advierte y sé que eso es lo que va a pasar, pero a este punto ya estoy demasiado cansada para seguir.
—Desde el principio has callado todos mis lamentos con brutalidad. Yo dejé todo por convertirme en tu muñeca y te di el control para que jugaras conmigo. Así que, supongo que esta vez también lo harás, ¿cierto?
Mis lágrimas recorren con libertad mis mejillas, esa libertad que yo no tengo. El silencio de su parte es desgarrador.
—Yo tenía razón antes. ¡Eres un maldito bastardo! —bufo con desprecio y él estampa la palma de su mano en mi mejilla, tan fuerte que caigo al suelo un poco desorientada.
Levanto mi cabeza y aparto mi cabello del rostro. Siento un fuerte ardor en la mejilla, deslizo mis dedos por mis labios y veo sangre. Una carcajada de persona no muy cuerda sale de mí al recordar lo que me dijo: "Tengo miedo de volver a hacerte daño".
Eres una idiota, Eunji, ¿cómo puedes creerle a alguien como él? Elevo mi mirada y lo veo observarme con los ojos llenos de oscuridad, rabia y mucho odio.
—¿Lo ves, Yuntae? ¿Qué más puedo esperar de un imbécil loco como tú? —digo sarcástica y él se coloca sobre mí.
Pone sus manos en mi cuello y comienza a asfixiarme. Forcejeo para que me suelte, mientras él aprieta mi cuello cada mes más fuerte. En un movimiento desesperado elevo mi rodilla y lo golpeo en sus genitales, esto hace que él me suelte y, por ende, caiga al suelo.
Me levanto del piso y bajo a toda prisa las escaleras, pero noto que él me sigue. Llego a la cocina y tomo rápido un cuchillo que encuentro sobre un mesón. Él también llega a la cocina y trata de acercarse a mí, así que levanto el cuchillo contra él.
—¿Eso es lo que quieres? ¿Que juguemos a que tú corres y yo te persigo?, porque si es así estoy dispuesto a perseguirte hasta que te canses de huir de mí, Eunji.
—Puedes hacer lo que quieras conmigo, Yuntae. Pero a mi bebé no le harás daño, ¡no lo permitiré! —le digo amenazándolo con el cuchillo, pero sé que esto no logrará nada—. O mejor término de una vez con todo esto —propongo resignada y volteo la punta del cuchillo hacia mí, dispuesta a acabar con mi vida.
—¡Para este espectáculo, Eunji! No eres capaz de hacer nada, así que deja ese cuchillo de una vez —espeta frío y su mirada es oscura.
—¿En serio crees que no lo puedo hacer?
—No, lo supe cuando empezamos, tuviste muchas oportunidades para acabar con tu vida, pero no lo hiciste, le tienes miedo a la muerte.
—Suenas muy seguro, Yuntae.
—Lo estoy, sé que no te quitarás la vida porque me amas y no puedes vivir sin mí. —Se cruza de brazos y muestra una postura más relajada.
—Wow, te molesta no tener el control, estás furioso porque no hago lo que me dices. Sé lo que hiciste con esas chicas y la profesora, las manipulaste para que se suicidaran. Pero ahora como soy yo la que quiere morir sin que tú me lo ordenes, te molesta, ¿verdad? —Me río y finjo sorpresa.
—Tienes razón, yo soy el dueño de tu vida. Tú mueres cuando yo así lo desee —asegura con tranquilidad.
—Tú no quieres que este bebé viva, así que te puedo asegurar que no lo hará. Si yo muero, ya no tendrás que compartirme con nadie —digo con resignación.
Lentamente pongo la punta del cuchillo sobre mi pecho junto a mi corazón y ejerzo presión. La carne empieza a cederle paso al filo del cuchillo y sangre no tarda en salir.
—Eunji —advierte y veo una chispa de inseguridad en su mirada. Mis ojos se nublan por las lágrimas.
—No sabes cuánto desearía que entendieras, así sea tan solo un segundo, todo mi sufrimiento, Yuntae. Pero a partir de ahora, mis lágrimas te recodarán lo mucho que te amé, pero que no eres quien decidió mi muerte, fui yo quien lo hizo —murmuro llorando.
Para hacer esto más rápido, quito el cuchillo de mi pecho y enseguida me corto en la muñeca izquierda. Miro a Yuntae fijamente mientras trato de soportar el dolor después de haberme cortado la vena.
Él se sorprende al ver que estoy hablando en serio. La desesperación y la frustración lo invade, dando paso a sus lágrimas, lagrimas que sé muy bien que no son reales.
Cambio de mano el cuchillo para cortarme la otra muñeca, decidida lo hago y veo como la piel y carne de mis muñecas se abren, dando paso a un fuerte torrente color carmesí.
—¡Está bien! —me grita desesperado—. ¿Quieres tener al bebé? ¡Está bien, tenlo! Te prometo que no intentaré hacer que lo pierdas.
—Es muy tarde para mí, Yuntae —murmuro sintiendo el flujo de la sangre saliendo de mis muñecas.
Doy un suspiro profundo y arrojo el cuchillo al piso. Este cae junto a grandes gotas de sangre que se toman la libertad de manchar el piso.
Mi cuerpo se debilita y caigo al piso sin fuerzas para poder levantarme y Yuntae me sostiene la cabeza y trata de detener el sangrado. Mi visión llena de lágrimas es borrosa y solo alcanzo a ver el espeso líquido que cubre mis manos. Por fin todo esto acabará, mi tormento ha llegado a su fin. Seré libre...
—¡Eunji! —Escucho a Yuntae gritando mi nombre muy desesperado, pero ahora veo todo negro y sus gritos se escuchan tan lejos.
Jamás pensé que iba a morir de este modo, por un suicidio desesperado, y mucho menos estando embarazada, pero al menos ahora puedo sonreír libremente, ya que logré escapar.
Logré escapar de ti, mi monstruo.
*
Escucho unas voces murmurando. ¿Pero qué pasó? ¿Por qué estoy escuchando la voz de Yuntae si se supone que he muerto?, ¿o acaso no? Me cuesta mucho abrir los ojos, pero al final lo consigo. Veo todo borroso, pero sé que estoy acostada en mi cama y logro ver un poco borroso a Yuntae hablando con otro chico de cabello rubio. No le veo el rostro porque está de espaldas y ellos no se dan cuenta de que estoy despierta.
—No importa. Pero dime, ¿qué vas a hacer?
—No lo sé, ya lo pensaré, por ahora deshazte del doctor, no quiero más problemas.
Cierro los ojos porque tengo mareos y dejo de escucharlos...
Despierto y miro a mi alrededor con dificultad debido a la luz solar que entra por la ventana. Noto que tengo una destroza en el brazo y unas vendas en las muñecas. Me quito la destroza algo desorientada. Necesito ir al doctor, tengo que saber que mi bebé está bien.
Me levanto de la cama despacio y con mucho cuidado bajo las escaleras. Llego a la sala y me llevo una gran sorpresa al ver a Yuntae cocinando mientras escucha música.
—¿Qué haces? —le pregunto acercándome a él. Este se sorprende al verme levantada.
—Eunji, ¿por qué estás levantada? Deberías estar descansando —dice sonando muy preocupado.
—Yo te pregunté primero. Y además me siento bien —digo tomando asiento en el comedor.
—Estoy cocinando para ti —murmura observando las vendas en mis muñecas.
—Hmm, y ¿quién era ese chico?
—¿Cuál chico? —pregunta volviendo a lo que estaba haciendo.
—El que estaba anoche aquí, tenía el cabello rubio.
—Él es Sneil —dice tranquilo, trayendo a la mesa unos platos con comida. Observo con recelo el desayuno frente a mí. Él toma asiento a mi lado, disponiéndose a comer.
—Esperas que coma esto, pero ¿cómo sé que no le pusiste algo para que aborte el bebé? Claro, si es que ya no lo hiciste mientras estaba inconsciente —pregunto con desconfianza y él me mira con los ojos entrecerrados.
—Te lo prometí anoche —murmura serio.
—Sí, pero lo hiciste porque estaba a punto de morir. ¿Cómo esperas que confíe en ti después de todo lo que me has hecho?
—No lo hagas, no confíes en mí. Lo único que puedo asegurarte es que no permitiré que me dejes —asegura con voz intimidante y profunda.
El silencio se hace presente, solo me dedico a observarlo, quizás tratando de descubrir si es verdad que por lo menos esta vez sí puedo confiar en él.
Me levanto de la silla y me siento sobre sus piernas, quedando entre él y la mesa. Él levanta mi mamo izquierda y observa la cortada detenidamente.
—Desearía que no tuvieras esto, ni esto —murmura refiriéndose a las heridas en mis muñecas y pecho.
Elevo mi mano izquierda soltándome de su agarre y la deslizo por su cabello. Coloco mi cabeza sobre la suya y me permito aspirar su olor.
—No vuelvas a intentar cortarte las venas o hacerte daño —dice serio y asiento con mi frente pegado a la suya—. Eunji, no sé cómo esperas que esto funcione. No soy una buena persona, mira lo que te hice anoche —murmura con un tono ahogado que parece sincero.
—Lo sé, Yuntae, somos desastrosos y muy complicados, pero nos amamos —murmuro tratando de aliviar su conciencia.
—Sí, y también somos muy malos el uno para el otro. Te olvidaste de esa parte. Yo soy un maldito loco asesino, pero tú estás aún más loca por querer estar conmigo a pesar de que aún tengo la necesidad de matarte —dice mirándome a los ojos. Coloco mi mano sobre su mejilla y la acaricio.
—Lo sé, pero aun así te necesito en mi vida, Yuntae. Te amo y sé que tú muy en el fondo también me amas —murmuro y le doy un corto beso en la mejilla.
Él sonríe tierno y con su dedo me indica que lo bese en los labios. Me río y le doy un beso, el cual él profundiza. Me separo y giro un poco mi cuerpo. Como de su plato y de vez en cuando lo alimento a él.
—Eunji —Lo miro mientras termino mi último bocado—. Estuve pensando toda la noche y luego de creer que ibas a morir, he llegado a una conclusión.
—¿Sobre qué? —pregunto confundida mientras envuelvo mis brazos alrededor de su cuello.
—Quiero dejar de ser un asesino —dice sonando muy decidido y mis ojos se abren como platos.
—¿Qué? —digo sin poder creer lo que acabo de escuchar.
—Quiero abandonar esta vida, crear una nueva contigo y con mi hijo.
—¿Es en serio?
—Sí. Solo necesito un poco de tiempo para encontrar a los asesinos de mi madre y también tengo que hablar con mi jefe. Quizás todo eso tarde, pero solo te pido que me tengas paciencia y estés a mi lado hasta que podamos llevar una vida normal —dice y yo sonrío como una tonta mientras lo abrazo.
No puedo creer lo que acaba de decirme, mi corazón revolotea tanto que siento como si se me fuera a salir del pecho. Estoy tan feliz que no me importa cuánto tiempo tenga que esperar. Solo puedo imaginar mi futuro con él y nuestro hijo....
Quizás las cosas empiecen a mejorar o solo se vuelvan más tormentosas.
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Nota de la autora
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Holaaa mis perver@s.
Se está acabando el año y también está historia. solo quería decirles que se preparen Por que el final de esta historia les va a reventar la cabeza.
No se olviden de votar y comentar que les pareció este capítulo.
Por aqui les dejo un dibujito que me hicieron de Eunji, gracias a @vikyss2603 por su bellísima recreación de nuestra prota.
ahhj esperen que creen que sea el bebé de Eunji, niño o niña.
ahora sí, bye.
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