Capítulo 14
Me sorprendo y abro los ojos tanto como puedo. No me esperaba esto, estoy paralizada, sin embargo, no hago nada por detenerlo y respondo al beso. Cierro los ojos dejándome llevar por el momento, es algo que estaba deseando tanto y no puedo creer que esté pasando. Nuestros labios se mueven en perfecta sincronía como si ya se conocieran, sus besos son algo así como comerse un algodón de azúcar, es una sensación fantástica.
De repente, siento un cosquilleo en mi estómago: «No debes amar o salir con nadie más», reacciono al recordar aquellas amenazas. Abro mis ojos y me separo de Yuntae, él me mira.
—Mmm, yo me... me tengo que ir —le digo nerviosa y me alejo rápido sin poder creer esto. Llego a casa y me acuesto en la cama pensando en lo que acaba de pasar con Yuntae.
***
Salgo del baño y me pongo un camisón largo hasta los muslos, es amarillo y tiene unos cuadros negros, también lleva un amarre en la cintura, y me puse un short por debajo.
Llego a la universidad y en uno de los pasillos me encuentro a Yuntae. Sí, sé que lo que pasó anoche solo fue porque él estaba muy ebrio, pero eso no me impide seguir ilusionada con este hombre.
—¡Oh! Hola, Yuntae —lo saludo avergonzada, pero a la vez emocionada. Él no me responde, así que lo miro con atención.—. ¿Qué te pasó? —pregunto preocupada al notar que tiene un morado en el pómulo y el labio roto, sin contar los que trata de ocultar en su cuello y brazos.
—Mmm. Anoche, cuando llegué a mi casa, un hombre me golpeó —me responde serio. ¡No puede ser! ¿Será que él le hizo eso?
—¿Qué? ¿Y sabes quién era ese hombre?, ¿viste su rostro? —le pregunto alterada y muy nerviosa.
—No, no logré verlo. Él tenía puesto una gorra y un tapabocas.
—Pero ¿por qué? —insisto.
—Él me advirtió que no me volviera acercar a ti, o la próxima vez me mataría. Eunji, ¿tú sabes quién es ese tipo?
—Mmm, sí, él es solo un loco que está obsesionado conmigo, pero te aseguro que no tengo nada que ver con él —explico nerviosa e intento que no sospeche nada, pues obviamente fue él quien golpeo a Yuntae.
—Bueno, de todas formas, discúlpame por besarte anoche —murmura serio y trata de irse. Lo detengo sosteniendo su brazo. Él se libera de mi agarre y noto que está molesto, pero aun así su comportamiento no es agresivo.
—¿Qué te pasa? —pregunto ante su comportamiento.
—Pensé que entre nosotros dos estaba pasando algo, Eunji, pero ayer me lo dejaste muy claro. No te gustó, ¿verdad? —dice molesto y yo me quedo en silencio, confundida—. Respóndeme, no te quedes callada.
—No sé de qué estás hablando, yo no... —trato de hablar, pero él me interrumpe.
—¿Yo te gusto? —suelta, dejándome boquiabierta. No esperaba que él me reclamara por rechazar su beso, lo hice porque me acordé del asesino, no porque él no me guste. Sí, lo amo, pero ¿cómo se lo explico?
Él se desespera otra vez ante mi silencio y de repente me toma por los hombros, acerca su rostro al mío y junta sus labios con los míos. No alcanzo a sentir su sabor cuando por impulso y miedo lo empujo lejos de mí.
Él se sorprende y me mira triste. Obvio no esperaba que lo volviera a rechazar, pero ni yo sé por qué lo hice, quizás es porque tengo mucho miedo.
—¿Lo ves?, no sientes nada por mí, me hiciste lo mismo que a Sooho. Aunque a mí me dejaste que me ilusionara mucho más —recrimina, y la mirada que tiene me rompe el corazón.
Sus bellos ojos ahora reflejan decepción y tristeza, y no puedo hacer nada para evitar que me odie. Las lágrimas amenazan con salir, pero las retengo, no quiero llorar. Lo veo alejarse por los pasillos, totalmente derrotado y desilusionado.
Ahora sí, me permito llorar.
Entro al salón sintiéndome la peor de las personas y tomo asiento en mi lugar. ¿Cómo pudo él enterarse que me besé con Yuntae? ¿Será que aún me está siguiendo?, aun así, eso no explica por qué tuvo que golpear de esa manera a Yuntae y dañar su hermoso rostro. ¡Es un...! ¡Ah!
Llego a casa y subo la escalera furiosa. Entro al cuarto y como de costumbre él está aquí de pie junto al armario. Arrojo mis cosas al suelo y sin pensarlo me abalanzo contra él y comienzo a golpearlo con mis manos en el pecho. Él no hace nada.
—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué lo golpeaste? —le grito molesta y continúo golpeándolo. Hasta que él me detiene, sujetándome los brazos con fuerza.
—¡Escúchame! —Me grita—. Eso fue solo una advertencia. No quiero que otro hombre te vuelva a tocar, ¿me entendiste? —amenaza.
—¿Qué? —murmuro confundida y él me suelta de mala manera.
—¿Qué?, ¿crees que no lo sé?, yo lo vi, ese idiota te besó. —Abro los ojos sorprendida. Es lo que me temía, él nos vio—. Ya te lo dije, eso fue una advertencia. Si él se te vuelve acercar, lo voy a matar.
—¿Aún me estás siguiendo?
—¡Sí, y lo seguiré haciendo!
—¿Por qué?
—Porque eres mía —gruñe y se da la vuelta, va hacia la ventana y se arroja por ella. Desaparece como siempre.
Él aún me está siguiendo, sabe todo lo que hago, será mejor que tenga más cuidado, no quiero que él le haga daño a nadie. Pobre Yuntae.
Es un nuevo día y Yuntae ha estado distante conmigo toda la mañana. Cuando nos encontramos, me ignora. Los chicos me preguntaron qué pasaba y no supe qué decirles; ya sé que el chico que me gusta me odia porque lo rechacé. Es extraño no ver su hermosa sonrisa.
Regreso a casa después de un día tranquilo, más bien aburrido. Entro a mi cuarto y está vacío, enciendo las luces y me siento sobre la cama mirando mi celular que está sobre la mesa de noche, dejo salir un suspiro.
—¿Qué significa ese suspiro? —pregunta una voz gruesa y lúgubre. Me volteo al escucharlo. Él está sentado en el sofá de la ventana, mirándome. Me levanto de la cama y me acerco a él.
—Pensé que no ibas a venir.
—¿Por qué? ¿Estabas esperándome? No me digas que me extrañaste. —Escucho un poco de humor en su voz. ¿Ya no está enojado? Sonrío ante la posibilidad.
—¿Qué pasa si te digo que sí? —murmuro para después morder mi labio inferior.
—Pensaría que estás demente.
—Eso no es lo que esperaba que me dijeras.
—¿Qué esperabas?
—No lo sé, el experto en control mental aquí eres tú, así que tú dime.
—Ya sé, creo que estás necesitada de atención.
—Tal vez, ¿qué vas a hacer al respecto? —le pregunto con falsa timidez. Él se queda en silencio y me señala con su dedo hacia la mesa donde está el antifaz, la miro y voy a buscarlo, regreso donde él y me pongo el antifaz.
—Quítate la blusa —me ordena y lo hago—. Ahora el jean. —Me lo quito y me quedo en ropa interior frente a él. Siento sus dedos recorrer mi cuerpo, me erizo.
—Te estás cuidando, ¿verdad?
—Sí —contesto disfrutando de su tacto.
—¿Con qué?
—Pastillas.
—Eso no, es muy arriesgado, se te puede olvidar tomártelas.
—Mmm... puse un recordatorio en mi celular, eso me lo recordará —digo gimiendo al sentir sus manos en mis senos y luego los aprieta.
Me sigue tocando y sé que lo hace para mostrarme quién manda, que él es el dueño de mi cuerpo, se está vengando por lo que pasó con Yuntae.
—¿Te puedo hacer una pregunta?
—No —me responde seco. Decido ignorar su respuesta.
—En estos últimos días, aparte de mí, ¿te has acostado con otra mujer? —le pregunto esperando ansiosa su respuesta, aunque no sé por qué. Por idiota.
—No creo que te guste saber la respuesta —me contesta y mete sus dedos en mi intimidad. Jadeo, mientras arqueo mi espalda.
—Eso significa que sí.
—Te pondrás celosa, Eunji. Déjame informarte que yo no soy de nadie, y puedo acostarme con quien se me dé la gana. Así que no pierdas tu tiempo sintiendo celos.
—Okey, solo preguntaba porque no quiero que me contagies con alguna enfermedad.
—Eso fue inesperado. Cada vez me interesas más, Eunji. —Él no se detiene y sigue tocándome por un buen tiempo, hasta que ya no lo soporto.
—Por favor —suplico sin respiración.
—Dímelo, Eunji. —Su voz suena muy agitada y sensual.
—¿Qué cosa?
—Que quieres que te haga mía, que me necesitas.
—Te necesito, por favor —Jadeo. Él saca sus dedos y me jala hacia él, esto hace que me siente sobre sus piernas.
*
Despierto al sentir un movimiento en la cama y me quito el antifaz, no sé qué hora es, aún está oscuro. Mi cuarto solo tiene la tenue iluminación que proporciona mi pequeña lámpara.
Lo veo a él de pie frente a la cama poniéndose la ropa. Miro la alarma, son las dos y treinta de la madrugada. Cubro mi desnudo cuerpo con las sábanas de la cama. Él se da cuenta que estoy despierta y me observa.
—Deberías seguir durmiendo —me sugiere serio.
—¿Cuándo se va a acabar todo esto? —espeto con un poco de duda.
Él deja de mirarme y sigue con la que estaba haciendo. Pero noto que su cuerpo se tensó.
—Cuando yo quiera —responde frío y de inmediato me levanto de la cama. Camino con decisión hacia él.
—¿Por qué? Ya te di lo que querías, me entregué a ti, sin oponerme. Incluso finjo que me gusta esta mierda. ¡Ahora déjame en paz, por favor! —Mi angustia y enojo salen a flote en mi voz. Él se posiciona frente a mí, aunque lleva puesta la máscara, puedo notar las venas rojas en su cuello y brazos.
—Escúchame muy bien, niña estúpida. —Me toma de la nuca con tanta fuerza que mi pequeño cuerpo se estremece—. ¡Eres mía, toda tú me perteneces ahora, y te dejaré en paz cuando me dé la gana! —grita muy furioso el monstruo frente a mí. Se me había olvidado con quién estoy tratando. Él me sujeta con brusquedad del cuello y me estremezco—. No te vas a deshacer de mí tan fácil, Eunji —ruge mientras me estruja. Me da media vuelta y me aprieta por atrás; mientras me atrapa el cuello con su antebrazo derecho y con el otro me apega firmemente a su cuerpo—. ¿Entonces fingiste que disfrutabas acostarte conmigo?
—Sí, porque sabía que un psicópata como tú jamás iba a aceptar que lo desprecio con todo mi ser —espeto, pero siento una extraña punzada en mi pecho débil.
—¿Me desprecias?
Es obvio que no le gustó lo que acabo de decirle.
—Sí, ¿qué esperabas?, ¿que estuviera feliz después de que un asesino me violó? —le contesto aparentando firmeza, pero mis piernas tiemblan.
Él me arranca la sábana que me cubría, lleva una de sus manos hasta mi feminidad y comienza a estimularme, los espasmos no demoran en aparecer y un gemido se me escapa cuando introduce su dedo en mi interior; lo introduce y saca de una manera tan deliciosa que me hace querer más, introduce otro dedo más y yo me retuerzo de placer. Él saca sus dedos y me lleva hasta el borde de la cama.
—Te voy a demostrar que esto te gusta. —Me obliga a inclinarme. Apoyo mis manos sobre esta y escucho el cierre de su pantalón.
Me quedo inmóvil, pues sé que está demasiado furioso ahora y lo que menos quiero es que me dé una paliza. Suelto un jadeo cuando él me penetra sin piedad, sus embestidas son fuertes y profundas, aunque extrañamente no me duelen, al contrario, me gusta mucho...
***
—Yoona, ¿cómo se me ve? —pregunto mientras me pruebo un vestido blanco. Ella asiente sonriendo—. Okey, entonces me lo llevaré. —Me lo quito y salgo del vestidor—. Al fin encontré un vestido que te agrade, Yoona —le digo bromeando. Una señora nos da una caja donde está el vestido...
Salimos del lugar y nos sentamos en un restaurante para comernos unos helados.
—Esta noche será increíble —murmura Yoona.
—Sí, lo será...
Paso toda la tarde con ella hasta que regreso a casa para vestirme.
Miro mi reflejo en el espejo, veo una chica con un hermoso vestido blanco ajustado. Es un poco corto, me llega hasta los muslos, tiene un bello escote de corazón y cuenta con un solo tirante en mi brazo izquierdo; por último, tiene una pequeña abertura a un lado de mi muslo izquierdo. Es muy lindo y elegante. Yoona dice que se ajusta a mi cuerpo a la perfección; la tela es suave y cómoda, también llevo puestos unos tacones blancos muy altos, el cabello suelto con ondas y uso un sujetador de cabello muy brillante y con forma de plumas, en el centro de mi cabeza.
Me maquillo y salgo de mi casa para ir a una fiesta muy elegante, ya que es el compromiso de la profesora de psicología. Creo que se va a casar con un hombre muy rico, es por eso que ella quiere darse el lujo de casarse a lo grande y nos invitaron a los más populares de la universidad.
Admito que eso fue extraño, ya que no tiene sentido que vayamos a su fiesta de compromiso, pero esa fiesta puede ser una buena fuente de distracción para mí. Supongo que Seowoo no irá.
Me subo a un taxi y luego de varios minutos llego al lugar, que es uno de los mejores restaurantes de Seúl, y entro. Camino siguiendo a unas personas muy elegantes que entran. Es hermoso y está muy bien decorado con grandes candelabros y flores por todas partes, y eso que solo es el compromiso.
Al entrar, todos los invitados me quedan mirando, es muy incómodo, ya que no conozco a nadie. Veo a Yoona y voy casi corriendo avergonzada, seguro que me veo ridícula. Yoona lleva un vestido negro largo y ajustado, con un pequeño escote en la espalda. Me sonríe emocionada.
—Estás muy hermosa, Eunji. Todos quedaron asombrados cuando entraste, creo que opacaste a Susi —dice riendo mientras sostiene una copa de vino en su mano.
—¡Ya! No creo que eso sea cierto —digo apenada.
—Sí, lo es, mírala, está furiosa porque tú viniste —me dice señalándola, la miro. Vaya, se ve muy elegante con el cabello recogido y su vestido rojo tratando de acaparar toda la atención de los presentes, aunque eso debería hacerlo la prometida. Decido cambiar de tema.
—¿Y Seowoo vino? —le pregunto y ella casi se atraganta con el vino.
—No, no lo he visto, seguro está en un bar tomando —murmura desanimada.
—¿Y Sooho?
—Tampoco, dijo que estaba ocupado en una reunión familiar.
La celebración transcurre y ahora todos están bailando, un chico sacó a bailar a Yoona, así que estoy sola, sentada en la mesa tomando una copa de champagne. Mi amigo Sooho, quien siempre me hace reír, no está aquí para hacerme compañía, así que estoy sola y muy aburrida.
Tomo un sorbo de mi copa y mi persona favorita, Yuntae, aparece frente a mí. Lleva un esmoquin negro y el cabello peinado hacia atrás, descubriendo un poco su frente, claro, con unos mechones sueltos que caen con sutileza sobre su frente. Parece un príncipe vestido así.
—Eunji, ¿quieres bailar? —me pregunta extendiéndome su mano. Observo unos segundos su mano frente a mí.
—Sí, claro —digo sorprendida. Coloco la copa de champagne sobre la mesa y le doy la mano. Me levanto y él me sonríe. Caminamos hacia la pista de baile.
Al llegar doy un respingo cuando siento sus manos en mi cintura. con gentileza me atrae a su cuerpo y pongo mis manos sobre sus hombros, nerviosa.
Su olor invade totalmente mis fosas nasales, es un aroma dulce pero varonil. Es extraño, ya que sé muy bien que él no usa perfume, pero aun así me gusta el olor que emana de él.
Nuestros cuerpos se mueven al compás de la música, observo cada facción de su rostro; sus cejas, su nariz respingada, sus apetecibles labios y, por último, sus ojos, esos donde me pierdo cada vez que los veo.
La mirada que tiene Yuntae me pone más nerviosa, tiene una mirada tan profunda y su sonrisa hace que algo muy dentro de mí se remueva.
—Pensé que no me volverías a hablar, después de lo que pasó —murmuro sin mirarlo y rompiendo el silencio que había.
—Perdón por las cosas que te dije y por cómo te traté, ese día no era yo. Además, ya entendí que no fue tu culpa, yo te malinterpreté. Tú y yo somos amigos, ¿no es así? —dice sonriendo y asiento.
—Entonces, olvidemos eso. —Sonrío aliviada. Muy por dentro me alegro de que Yuntae aún quiera ser mi amigo, pero me entristece que él crea que yo no tengo sentimientos por él.
—¿Qué pasó con ese tipo? ¿El que me golpeó? —La curiosidad en su voz.
—Mmm, bueno, verás... —¿Qué le digo?, mi cerebro no está funcionando bien, porque no puedo explicarle—. Hablé con él y le aclaré las cosas, sobre todo le pedí que no se te volviera a acercar —logro balbucear sin poder ocultar mi nerviosismo.
—Entiendo, aun así, creo que deberías alejarte de él, podría ser muy peligroso —dice más serio, pero su mirada es cálida y lo entiendo, él solo está preocupado por mí, no quiere que me pase algo malo.
—Lo haré, no te preocupes. —Le doy una sonrisa de labios cerrados y continuamos bailando mientras siento como si el mundo se detuviera; veo como todos quedan inmóviles, él y yo flotamos en medio de la pista de baile y mi confundido corazón olvida todas mis preocupaciones. Quizás este sea uno de los momentos más hermosos y felices de mi vida.
Han pasado un par de horas y me dirijo con prisa al baño. Al salir del baño mi celular suena y lo contesto.
—¿Aló?
—Quiero verte.
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Nota de la autora
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Hola.
Spoiler, se viene una escena muy Interesante perooooo
mañana no podré actualizar,
ya que ando enfermita pero les prometo que actualizaré pronto, apenas mejore.
Gracias por sus votos y comentarios me divierto mucho leyendolos.
nos vemos.
Chaíto.
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