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Capítulo 13

Me despierto al escuchar la alarma sonar, ¿él aún estará aquí? Deslizo mi mano sobre la cama y lo busco, pero mis manos no lo encuentran. ¿Cómo puedo ser tan estúpida? Es obvio que él no se iba a quedar durmiendo toda la noche conmigo, para él soy como una prostituta con la cual tiene sexo un rato en la noche y luego se va. Me quito el antifaz y miro a mi alrededor.

—¿A qué hora se habrá ido? —murmuro tapando mi desnudo cuerpo con las sábanas rojas de mi cama, y mordiendo mi labio al recordar lo que pasó anoche, pero a la vez sintiendo un amargo sabor en mi garganta. Jamás me imaginé que iba a terminar gustándome esto de ser una cualquiera que se acuesta con un hombre que no conoce, que, además, es un asesino.

Salgo del baño, ya cambiada con el vestido rojo ajustado en la cintura que me puse para "salir" con Sooho, pero ahora la combiné con la chaqueta negra que me regaló Yoona.

Después de salir de la universidad, nosotras dos vinimos a una galería de arte que está ofreciendo un amigo de Yoona. El lugar es enorme y hay que subir varios pisos para llegar. Está muy bien decorado y las obras de arte son hermosas, las dos estamos cautivadas por todo.

—¿Les gusta? —pregunta el amigo de Yoona caminando junto a nosotras.

—Sí, Nick, todo es hermoso —le contesta Yoona. Él parece unos años mayor que nosotras y no tengo la menor idea de cómo se conoce con Yoona. Pero como ella es muy sociable, eso no debe sorprenderme.

—¡Nick! —grita una chica y él se despide de nosotras para ir a hablar con ella...

Han pasado unos minutos y estamos viendo un cuadro, cuando de repente escuchamos un alboroto. Las personas comienzan a caminar hacia un lugar en específico.

—¿Qué sucede? —murmura Yoona curiosa y seguimos a la multitud. En el lugar hay un círculo de personas mirando algo en el piso. Nos escabullimos entre la gente para ver qué es.

Logramos pasar y me sorprendo al ver un hombre como de treinta años, tirado en el suelo con una cortada en el cuello. ¡Por Dios! Es una horrible escena llena de sangre, el hombre tiene cortadas por todo el cuerpo.

¿Qué es esto? ¿Quién mató a este hombre? Y, sobre todo, ¿por qué? Luego de unos minutos de pánico y gente tomando fotos y grabando, la policía llega y rodea al muerto tratando de alejar a las personas.

—¡Miren, allí hay algo escrito! —anuncia una señora, y todos miramos a una de las paredes del lugar.

"No pongas tu vida en manos de alguien que solo quiere robártela. Soy un terrible cuento de hadas".

La frase está escrita con sangre sobre la pared blanca y su aspecto es escalofriante.

De repente, un sonido extraño suena del cuerpo del hombre muerto y este explota, salpicándonos de sangre a todos y las gotas de ese líquido espeso recorren mi rostro. Aún no puedo creer lo que ha pasado. Miro a todos a mí alrededor y el horror en sus caras es opacado por las manchas de sangre, miro a Yoona y su vestido azul ahora tiene grandes manchas rojas.

Los encargados del lugar nos dan unas toallas para que nos limpiemos y nos indican que vayamos al baño. Puedo ver a Nick, él está de pie con la mirada en blanco mientras habla con los oficiales, el color azul turquesa de su elegante traje pasa a un segundo plano gracias a enormes machas de un rojo carmesí.

Supongo que debe estar muy triste por lo que pasó, la mayoría de sus cuadros están arruinados y, además, esto quizás dañe su imagen. Entramos al baño para limpiarnos la sangre de la piel y la ropa, como mi vestido es rojo no se nota mucho. Limpio mi rostro y cabello, Yoona hace lo mismo.

Salimos del baño y ahora casi no hay personas, supongo que se han ido ya. Yoona se despide de su frustrado amigo, mientras yo miro el cuerpo del hombre muerto; está cubierto por una sábana blanca y los policías no dejan que nadie se acerque, por eso pusieron una cinta amarilla.

Nos dirigimos a la salida. Cruzamos una puerta y llegamos a un pasillo, en él hay un hombre que lleva una capucha gris, está agachado amarrándose los cordones de los zapatos, no le doy mucha importancia.

—Si Nick no fuera tan orgulloso, él seguro estaría llorando —murmura Yoona frustrada.

—Sí, lo que pasó fue horrible, no creo que pueda dormir esta noche. —Conversamos mientras caminamos por el pasillo y pasamos al lado del hombre de la capucha.

Siento un escalofrío muy familiar recorrer todo mi cuerpo, la piel se me eriza y hay un cosquilleo en mi estómago. Yoona sigue hablando, pero no puedo escuchar lo que dice, mi atención está totalmente en esa persona. Esto es lo que siento cada vez que lo veo, no estoy segura, pero creo que es él.

El asesino.

Aún caminando volteo mi cabeza hacia atrás por el lado izquierdo y no alcanzo a ver su rostro, pues él se encuentra de lado y la capucha cubre gran parte de su cara, solo puedo ver su cabello negro y la punta de su nariz.

Él deja de mirarme y se levanta. Voltea dándome la espalda empezando a caminar y abre una puerta por la cual entra desapareciendo de mi vista.

Giro mi cabeza hacia el frente, doy dos pasos y luego giramos a la derecha por otro pasillo para así llegar al ascensor. ¿Será él? Un oficial está frente al ascensor, nos inclinamos al verlo.

—Bajan, ¿verdad? —nos pregunta y asentimos—. Veo que vienen de la exposición del señor Nick, será mejor que las acompañe hasta la salida —nos dice presionando un botón y el ascensor se abre.

—¿Por qué? —pregunta Yoona.

—Nos han informado que el explosivo fue accionado desde el interior del edificio —dice mientras ingresamos al ascensor.

—¿Y cómo es que el asesino logró ingresar a un lugar público con el cadáver de ese hombre? —Las palabras dejan mi boca sin darme cuenta.

—No, señorita, creemos que la víctima se encontraba viendo la exposición antes de que fuese decapitado —me aclara y me sorprendo.

—Eso quiere decir que el asesino aún está aquí —dice Yoona y el oficial presiona el primer piso.

—¿Está bien, señorita? —me pregunta mirándome. Estoy en shock, ahora estoy segura de que era él. ¿Debería decirle al oficial que el asesino que están buscando está allá dentro y lleva puesta una capucha gris?

—Yo...Yo vi...Yo vi a ese hombre estallar, así que estoy muy nerviosa —contesto un poco insegura y él asiente.

Luego de un rato las puertas se abren y salimos del ascensor. Me voy a casa...

*

Me encuentro en el baño vomitando, aún tengo en mi mente la imagen de ese hombre estallando, fue horroroso.

Me ducho para quitarme la sangre, ya que la culpa de que quizás yo sabía dónde estaba el asesino de ese hombre y no decirlo, no puedo quitármela con agua.

Salgo del baño. Sé muy bien que él no va a venir ya que está ocupado, así que me duermo.

—Sí, lo que pasó fue horrible, no creo que pueda dormir está noche. —Conversamos mientras caminamos por el pasillo y pasamos al lado del hombre de la capucha. Siento un escalofrío muy familiar recorrer todo mi cuerpo, la piel se me eriza y hay un cosquilleo en mi estómago.

Yoona sigue hablando, pero no puedo escuchar lo que dice, mi atención esa totalmente en esa persona. Esto es lo que siento cada vez que lo veo, no estoy segura, pero creo que es él. Aún caminando volteo mi cabeza hacia atrás por el lado izquierdo y lo miro.

No alcanzo a ver su rostro, pues él se encuentra de lado y la capucha cubre gran parte de su cara, solo puedo ver su cabello negro y la punta de su nariz.

De repente, él gira su cabeza hacia mí, pero ahora tiene la máscara puesta. Levanta su mano derecha y pone su dedo índice sobre su boca, indicándome que no diga nada. Él deja de mirarme y se levanta. Voltea dándome la espalda empezando a caminar y abre una puerta por la cual entra desapareciendo de mi vista.

Giro mi cabeza hacia el frente, doy dos pasos y luego giramos a la derecha por otro pasillo para así llegar al ascensor. Si tiene la máscara puesta, entonces si es él. Vemos a un oficial frente al ascensor, al acercarnos nos inclinamos.

—Bajan, ¿verdad? —nos pregunta y asentimos—. Veo que vienen de la exposición del señor Nick, será mejor que las acompañe a la salida —nos dice presionando un botón y el ascensor se abre.

—¿Por qué? —pregunta Yoona.

—Nos han informado que el explosivo fue accionado desde el interior del edificio —dice mientras entramos al ascensor.

—¿Y cómo es que el asesino logró ingresar a un lugar público con el cadáver de ese hombre? —Las palabras dejan mi boca sin darme cuenta.

—No, señorita, creemos que la víctima se encontraba viendo la exposición antes de que fuera decapitado —me aclara y me sorprendo.

—¿Eso quiere decir que él asesino aún está aquí? —dice Yoona y el oficial presiona el primer piso.

—¿Está bien, señorita? —me pregunta mirándome. Estoy en shock. Ahora estoy segura de que era él. ¿Debería decirle al oficial que el asesino que están buscando está allá dentro vestido con una capucha gris?

—Yo... Yo vi... Yo vi al asesino —suelto en un hilo de voz, Yoona y el oficial se sorprenden.

—¿Estás segura? ¿Dónde? —me pregunta ansioso y saca su arma.

—Él acaba de entrar a la galería de Nick, lleva una capucha gris —digo nerviosa.

El oficial presiona un botón y las puertas se abren nuevamente. Sale corriendo mientras les avisa a los otros policías por su radio.

Las puertas del ascensor se cierran...

Escucho disparos y las luces del ascensor se apagan y encienden una y otra vez. Me asusto cuando veo que las puertas se abren y frente a mi aparece el tipo de la máscara, cubierta esta por unas manchas rojas. Me apunta con su arma, temblando miro hacia donde está Yoona. La veo tirada en el suelo con una herida de bala en la cabeza, la sangre cubre todo su rostro. Las lágrimas caen por mi rostro al verla.

—¡Yoona! ¡Yoona! —grito y vuelvo a mirarlo sin dejar de temblar.

—Me traicionaste, ¿por qué lo hiciste? —me grita y lloro aún más. Mis piernas no resisten más y caigo al suelo.

—Lo siento, me equivoqué, ¡perdón! —suplico temblando. Él inclina su cabeza hacia atrás irritado y luego me mira, aún apuntado su arma contra mí.

—¡No! Tú me traicionaste. Yo confié en ti, pero me fallaste. Ahora tendrás que pagar el precio.

Presiona el gatillo.


—¡No! —me despierto gritando asustada, sudando y temblando

Camino como si fuera una zombi por los pasillos de la universidad hasta que choco con alguien.

—Lo siento —se disculpa Yuntae, antes de notar que soy yo con quien chocó—. Eunji, ¿estás bien? Yoona me comentó lo que pasó ayer en la galería, debes estar muy asustada —me dice preocupado.

—Mmm, sobre eso, estoy bien. Creo que puedo superarlo, pero gracias por preocuparte —murmuro desanimada y le doy una sonrisa forzada—. Hablamos después —me despido cortante y continúo con mi camino, dejándolo muy confundido. Creo que es la primera vez lo trato un poco indiferente.

Llego al salón y me siento en mi lugar. Hoy no tuve ni ganas de vestirme, solo me puse lo primero que vi: un short, una camisa blanca y también me recogí el cabello. Yoona llega y se asienta a mi lado, se ve igual de mal que yo.

—¿Pudiste dormir? —le pregunto y ella niega, sus ojeras ocultas debajo de unos lentes rosas.

—No, tuve pesadillas toda la noche.

—Yo también —murmuro soñolienta— ¡Hmm, Yoona! ¿Tú le contaste a Yuntae lo que nos pasó ayer? —le pregunto y ella me da una mirada cansada.

—Eunji, acabo de llegar y ni siquiera me he encontrado con él, obvio que no le he dicho nada —me aclara y rueda los ojos.

—Pero, él... —Me interrumpe el profesor, quien comienza a dar la clase haciendo que el tema se me olvide.

Después de un par de clases muy estresantes salgo por un poco de aire, camino hasta subir a la azotea del edificio de ingeniería. Es un lugar amplio y muy popular así que agradezco que esté vacío. Me asomo a la baranda para apreciar la vista por un buen rato hasta que escucho una voz conocida. Me giro y veo pasando a un grupo de estudiantes, entre ellos alcanzo a distinguir al Superior Seowoo. Ignoro lo sucedido y continúo observando.

**

Tengo un fuerte dolor de cabeza, así que solo quiero descansar. Subo a mi cuarto y al entrar, lo veo a él sentado en el pequeño sofá de la ventana. Enciendo las luces y luego me acerco con cuidado hasta posicionarme frente a él.

—Eras tú, ¿verdad?, ayer en la galería —le pregunto y él asiente. No dice ni una sola palabra, solo me mira con esos ojos que me hipnotizan, tal como lo hacen las serpientes a sus presas—. ¿Sabías que yo estaba en ese lugar? —Asiente una vez más—. ¿Me seguiste? —Niega con la cabeza. Entonces no estaba ahí por mí, eso me deja un poco más tranquila—. ¿Por qué no me hablas?

—Simple, no tenemos de qué hablar —murmura con una voz profunda.

Solo estaba ahí haciendo su trabajo, y seguro ya lo tenía planeado desde antes. ¡Ah, Eunji, deja de pensar que todo gira alrededor de ti!, suspiro y me tiro en la cama cansada.

Se levanta de la ventana y se coloca al pie de la cama, me quita los zapatos con gentileza, los deja en el suelo, yo por mi parte me inclino un poco hacia arriba y me apoyo en mis codos. Lo veo abriendo un cajón, saca el antifaz y me lo arroja, lo tomo y sonrío, pues sé qué es lo que va a pasar. Me lo pongo.

—Recuesta tu cabeza sobre la cama —me ordena con su voz sexy, lo hago. Mi corazón late rápido, puedo sentirlo gateando por encima de mi cuerpo, se asienta sobre mi pelvis, pero sin dejar caer todo su peso.

Elevo mis manos para poder tocarlo, siento su inmenso pecho desnudo y deslizo mis manos hasta su espalda. Aunque parezca increíble se me ha quitado el dolor de cabeza y el cansancio. Él me besa y mientras abre los botones de mi camisa, termina de abrirla y deja de besar mis labios para besar mi cuello. Saboreo cada toque de sus labios en mi piel, deslizo una de mis manos hasta llegar a su cabeza y enredo mis dedos en su cabello.

—A partir de ahora tendrás que cuidarte —me susurra, y luego muerde el lóbulo de mi oreja.

—¿Qué? —logro balbucear totalmente excitada.

—Antes yo me venía afuera o usaba preservativo, pero no me gusta usarlo, así que tendrás que usar otro método —me explica mientras doy gemidos, ya que el metió sus dedos en mi vagina—. ¿Me entendiste? —pregunta moviendo sus dedos.

—Sí. —Gimo y el continúa besando mis senos, baja dejando un camino de besos, hasta llegar a mi pelvis...

—Eunji, hoy estás más animada —dice Yoona mientras come.

—¿Eso crees? —pregunto y ella asiente.

—Sí, dime, ¿acaso te pasó algo bueno? —me pregunta curiosa y yo solo me río. Si supieras Yoona que en realidad me pasó algo malo, pero que se siente muy bien...

—Te sonrojaste, Eunji, dime qué te pasó.

—No me pasó nada, de verdad. —Nos reímos.

Después de las clases todos decidimos ir a divertirnos a un karaoke. La mayoría de mis compañeros están aquí, algunos cantando, bailando, y otros están bebiendo.

Sooho está cantando una muy animada canción. Él canta muy bien. Lo veo riendo de oreja a oreja mientras bebo un trago de jugo.

—¿Por qué no bebes, Eunji? —me dice Sora.

—No, no soy muy buena tomando, es mejor que no lo haga —digo tratando de disuadirlos de que tome cerveza, pero todos, ya bastante tomados, comienzan a alentarme para que beba... Ella me sirve un vaso y me lo da.

No quiero hacerlo, la última vez me sentí horrible. Todos siguen alentando, incluso Yoona, quien hace un rato estaba bailando como loca.

—Okey, lo haré —digo para que dejen de molestarme. Antes de llevarme el vaso a la boca, Yuntae me lo quita y se lo bebe él. Me sorprendo, ¿por qué hizo eso? Todos comienzan a reírse.

—¡Wow! Eunji, tienes un caballero —murmura borracha Yoona. Miro a Yuntae, quien está sentado a mi lado.

—De ahora en adelante, los beberé todos por ti, Eunji —dice mirándome y luego me guiña un ojo, eso hace que me sonroje.

—No es necesario que lo hagas, Yuntae —murmuro y él me ignora.

Hyeji vuelve a llenar todos los vasos y Yuntae, después de beberse su vaso, se toma el mío. Es así como de un momento para otro toda la atención está sobre nosotros dos y todos empiezan a cantar «Salgan juntos»

Ya es tarde y todos se suben a un taxi muy borrachos: Sooho y Seowoo juntos y las chicas en otro taxi.

—¿Quieres que pida un taxi para ti? —le pregunto a Yuntae, él no me contesta nada, está muy borracho.

—No, un taxi no, ¡un avión! Yo tengo uno, ¿quieres que te lleve? —dice muy energético, parece un niño.

—Sí, ajá, ¿por qué mejor no maduras? —Río a carcajadas, mientras lo veo levantar los brazos como símbolo de rendición.

—¿Qué quieres que haga, Eunji?, apenas tengo veintiún años —balbucea riendo. Me encanta verlo así, tan alegre, mostrando sus bellos dientes. De repente su semblante cambia y me mira fijo.—. Eunji, ¿por qué eres tan hermosa? ¿Por qué haces que pierda la razón? —murmura con la mirada perdida.

—¿Qué? Creo que estás demasiado borracho —le digo riendo y él pone sus manos en mis mejillas, tomándome por sorpresa—. ¿Qué haces? —le digo divertida. Él se acerca a mi rostro y me besa.


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