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† Fresa voladora †

-¡Por fin tenemos a nuestra luna, Dam!

-Cierra la boca, ¿acaso no ves lo que es?-le espeto al estúpido lobo que llevo en mi interior, mientras sacudo el cuerpo inconsciente del chico que llevo en mi hombro.

-Un humano, ¿y qué?-me cuestiona él puto lobo, mientras escucho como se ríe al sentior mi enojo.

-Un maldito humano macho...-murmuro con los dientes apretados por la furia.

Me siento indignado y estafado, no quiero asumir que la Diosa Luna me puso como parejal al maldito idiota que llevo cargado. Ni loco, seré la maldita vergüenza de toda la maldita familia que tengo.

-Maldices mucho...

-¡Cierra tu maldita boca, Bestia!-grito en voz alta, callando al lobo y haciendo que Matt casi se caiga de culo al oír mi furia.

-Siempre es bueno volver a verte, Alfa.

-Tú también callate, Matthew.

Sonríe, mientras camina a mi lado con varios papeles en mano. Él murmura unas cuantas cosas sobre el viaje, pero poco escucho, ya que mi atención estaba sumamente clavada al hecho de que este estúpido beta anda mirando a mi luna demasiado tiempo.

Gruño sin poder evitarlo al notar que ni se molesta en ocultar su curiosidad.

-Deja de verlo, o te mato.

-Disculpa mi insolencia, Damián. Pero me intriga que la luna de nuestra manada sea "él" y no "ella"-me sonríe con nerviosismo a la vez que aparta por completo su vista del chico y da algunos pasos más para caminar a mi lado.

La mierda que llevo arriba de mis hombros pesa, por lo que tengo que andar acomodándolo cada cinco minutos, sin tomarme las molestias de hacerlo con cuidado.

Aún puedo recordar como hace cinco minutos intentó huir de mí y de mis subordinados, se puso a chillar e intentó golpearme y lo único que pude hacer es golpearlo en la nuca para desmayarlo y así hacer más fácil el trabajo de traerlo a la manada.

No puedo culpar a Matt por su curiosidad, ya que yo también me encontraba muy consternado con este tema. Estuve esperando siglos por este momento, aguantándome las ganas que tenía por encontrar a mi supuesta alma gemela, y cuando por fin la encuentre me doy cuenta que es un maldito bastardo humano que se deja coger por un asqueroso vampiro de baja categoría.

-Sí, es un humano. Pero debes de admitir que es bastante guapo.

-Poco me importa si es guapo o no. Yo no pienso meterme con un puto humano y mucho menos si es hombre. Además, ¿Por qué mierda la Diosa me mandó a esta cosa como pareja? no recuerdo haber hecho algo tan malo como para recibir tal castigo...

Matthew carraspeo, haciéndome volver a la realidad y haciéndome cortar el vínculo que tengo con Bestia para hablar.

-Disculpa, Damián. No es mi intención cortar tu charla con Bestia. Pero les recuerdo que ustedes dos fueron los encargados de aniquilar y llevar casi a la extinción a más de cincuenta especies los últimos doscientos años.

-Exagerado...-se defiende Bestia en mi mente.

-Da igual, no me parece justo que me vinculen con algo tan horrendo como esto.-señalo con mi dedo el culo del chico, el cual tengo casi pegado a mi cara debido que lo llevo como un saco de papas al hombro- Escucha, Matthew, quiero que investigues todo sobre este chico. Apenas llegue a la manada, quiero que me entregues un informe completo de quién mierda es este pedazo de basura. ¿Comprendes?

-Sí, mi Alfa.

-Llegamos a Sweet Waters, Alfa Damián.-una de las azafatas del avión me informa, por lo que empiezo a desabrochar mi cinturón para alzar nuevamente al chico que tengo a mi lado. El cual, a pesar de todos los empujones, golpes, y demás acciones que le hice con el propósito de despertarlo; sigue babeando sin abrir los ojos.

Suspiro ya cansado al mismo tiempo que lo alzo y bajo del avión para poder caminar a la casa Petrov.

-Quiero... simplemente, quiero sexo- balbucea semi dormido, haciendome enfurer y querer lanzarlo a la zanja para que los perros se lo coman vivo.

Estas mismas palabras balbuceó momentos antes de desmayarse en aquel lugar extraño en donde me lo encontré. Apenas salieron de su boca, tanto yo como Bestia perdimos el control, me destransformé, empecé a gritarle y zangolotear su casi muerto cuerpo; pidiendo una explicación mientras lo amenazaba de muerte.

De todas formas, pude calmarme, aunque por la furia que sentía dejé que la estúpida bestia que llevo en mi interioir tome el control; y el muy idiota aprovechó esto para lanzarse al chico y así poder morderlo.

No solo para curar su herida, sino para reclamarlo como mío. Sea o no un humano macho, me pertenecía; y no tengo intención de compartir lo que me pertenece.

Puedo recordar como su herida empezaba a sanarce, y junto a esta se empezaba a crear unas dos rosas de color rojo, con unas enredaderas a su alrededor con espinas; la cuales iniciaban al costado de su cuello y se iba alargando y entrelazando en su antebrazo.

Creo que nunca había visto una marca tan larga y llamativa, ya que los colores rojos y verdes eran resaltantes, más aún debido a la piel blanca que pude verle al joven humano.

Llegando a mi habitación, prosigo a recostarlo en la cama, sentándome junto a su cuerpo. Tomo su mentón con delicadeza, lo acaricio levemente y luego lo elevo para verlo con una mejor luz.

-Te lo dije, es guapo.

-Callate...-apenas logro pronunciar, ya que mi concentración es nula debido al rostro que estoy mirando ahora.

Toco su cabello, viendo que este chico aún permanece dormido, sin poder evitarlo, también empiezo a tocar su piel la cual noto es suave como la de un bebe, no noto ninguna imperfección en estas, sus pestañas son largas, y sus labios son tan..

-Ahg, me haces cosquillas...-murmura semidormido con sus ojos cerrados. Esto me hace sonreír de costado al notar que se ha olvidado del supuesto secuestro que proclamó horas atrás.-Scott, tengo hambre. Hazme el desayuno.

-¿Qué?-se me escapa confundido al oirle decir otro nombre que no es el mío.

-¿Qué?-incluso la bestia se quedó anonadado por el cambio de nombre.

-¿Eh?-el chico desconocido abre levemente sus ojos, aunque no termina de completar esta acción debido al grito que pego en su maldita cara.

-¡¿Quién mierda es Scott?!-le grito con todas mis fuerzas, haciéndolo espandar. Abre sus ojos, anonadado por mi repentina acción, mirándome algo confuso pero enojado.

-¡Tú!-me señala e intenta escapar de mis brazos, pero lo tomo y lo apretujo con fuerza para que esto no suceda-Suéltame. ¡¿Cómo te atreves a secuestrarme?!

-¡¿Quien mierda es el tal Scott?!

-¡¿En dónde mierda estoy?! ¡¿Quien mierda eres, maldito secuestrador causalmente sexy?!-sus chillidos son lo suficiente como para hartarme, así que lo libero de mi agarre y lo lanzo fuera de la cama.

Quedándome sentado en ésta, viendo como el chico lloriquea en el suelo.

Aprovecho esto para poder verlo de pies a cabeza. Su camisa está manchada de tierra y sangre seca, está rota, dejando ver gran parte de su pecho; además de mi marca. Sus pantalones están rasgados, pero le quedan apretados y marca sus delgadas piernas.

-Él tiene razón, eres algo lindo- pienso en voz alta mirándolo fijamente a los ojos. El marron de estos se ocurece de inmediato, casi volviendose negro.

Se levanta del suelo para gritar de nuevo, dejándome casi sordo.

-¿Como que algo? ¡Soy hermoso! ¡Soy la perfección misma!- aclara acercándose a mí con notorio enfado e indignación.

-Aja.

Puedo ver una vena en su frente, en verdad se estaba enojando. Pero unos golpes en la puerta de mi habitación me salvaron de la posible exposición de enojo que estaba por suceder.

-Mi Alfa, lamento por interrumpir, pero la información que pidió ya está lista-uno de los betas guardias entra y baja su cabeza, ya que está en una habitación privada, y no se le tiene permitido espiar estos lugares.

Pero puedo ver como eleva un poco los ojos, clavados en la figura de mi chico.

-¿Qué me miras, hombre?-pronuncia con tranquilidad.

«Este idiota tiene un claro problema de bipolaridad»

-Lo siento. Luna. No quise mirarlo....

-Mi nombre es Gabriel, no Luna. Y puedes verme todo lo que quieras.

Me levanto lo más rápido que puedo, para dar una sola zancada y llegar a donde está Gabriel, y así darle una golpe leve en su cabeza. Él se queja, mirándome enojado y dolido.

-Eres un maldito prostituto.-murmuro entre dientes, viendo como Gabriel soba su cabeza.

-Tu mamá.

El beta suelta un chillido al oír aquella falta de respeto hacia mi madre. Gabriel y yo compartimos miradas, luchando una batalla imaginaría; pero esos ojos marrones ponen mis pelos de punta, por lo que decido no castigarlo.

Suspiro harto-Vamos a desayunar, y tú llevas los papeles a mi despacho. Los leeré ahí más tarde.

Ordeno a la vez que tomo a Gabriel de la muñeca para arrastrarlo conmigo hacia la primera planta de la casa. Escuchando quejas por mi agarre, insultos infantiles y algunos comentarios sobre si soy un narcotraficante, ya que tengo una casa enorme.

-Oye, ¿en verdad esto no es un secuestro?

-Ya te dije que no.-la paciencia es una virtud, la cual no tengo y este chico me está poniendo al límite.

-A mí me parece un secuestro. Ósea, estoy en contra de mi voluntad y...

-Ósea, cierra tu maldita boca. Se me está pegando tu estupidez...-lo reprimo, pero también a mí por seguir con esta cansadora charla.

-Te advierto que si es un secuestro y lo que buscas es dinero, pues no tengo. Pero estoy seguro que mi ex novio puede tener...

-¡Te dije que no puedes tener otras parejas que no sean yo!-vuelvo a gritarle cerca de su cara. Este sigue tranquilo, mientras yo estoy explotando.

-Okey....- me ignora y sigue bajando las escaleras-Te explico, soy muy guapo y eso hace que muchos se obsesionan conmigo. Pero entiende que no te quiero, no soy yo, eres tú... La cosa no funciona.

-Ahg, cállate y siéntate en la puta silla. Lo único que puedes hacer es darme migrañas...

-Normalmente provoco erección, no estoy acostumbrado a eso.

Ambos nos sentamos uno al lado del otro, puedo notar como él empieza a devorar unas fresas frescas que le han traído. Observo con asco como mastica con la boca abierta, mientras babea e incluso jadear al sentir el sabor de la fruta.

-No sé si es posible, pero me das cierto asquito...-le digo pero soy ignorado. Supongo que primero está la comida.

-Muy buenos días, Alfa, Luna-Matt entra al living, dando una pequeña reverencia. También le di una sonrisa a Gabriel, lo cual no me gustó y no reprimo un gruñido.

-¿Alfa?, ¿alguien me puede decir qué mierda está ocurriendo aquí?-pronuncia Gabriel con su boca llena de fresas, lamiendo sus labios y limpiándose con una servilleta.

«Punto extra porque sabe usar una servilleta»

-Con el permiso de Damián. Te diré que tú eres su alma gemela, es por eso que estás aquí. Nosotros somos cambias formas, específicamente lobos, tu estas en la manada Eclipse en el Este de Miami.

Gabriel me da una mirada extraña, como si yo tuviera tres ojos, luego vuelve su vista a Matt, mientras toma una frena para admirarla en silencio.

-Okey...-susurra con la vista perdida-okey...

-Oh, mierda, creo que rompió su cerebro-me advierte Matthew con un claro miedo.

-Lo está procesando-aclaro seguro de mis palabras, aunque esta seguridad se desvanece al ver como Gabriel queda en silencio-O eso creo.

Lo seguimos observando, lo hacemos hasta que detecto como el cuerpo de Gabriel se mueve demasiado rápido, y al momento que coordino mis vista con sus movimientos; noto con confusión como la fresa que tenía en su mano es lanzada a mí, cayendo en mi ojo y haciéndome cerrarlos por el dolor.

-¡Malditos lunáticos!-grita, tira lo que hay en la mesa y corre en dirección opuesta de donde está la salida de la mansión.

-¡Matthew!

-Voy.

Él sale correindo en busca del idiota, dejándome solo y con ganas de suicidarme al darme cuenta que no hay nada que pueda hacer para romper mi vinculo con Gabriel.

«Va ser un día muy largo...»




















V̾O̾T̾A̾

C̾O̾M̾E̾N̾T̾A̾

S̾I̾G̾U̾E̾M̾E̾

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