Valka
Hace semanas.
— ¡No es lo que tú crees! - Intentó convencerla Kai, consciente de que Tenebra no estaba en pleno uso de sus facultades mentales y por ende, él tenía que medir muy bien sus golpes para no hacerle daño de verdad.
— ¿Que no es lo que yo creo? ¿Qué es lo que creo? ¿Que te besaste con Niambi?
— Vale, quizá eso sí es cierto pero...
— ¡Cállate, infeliz! - Vociferó Tenebra, con el rímel corrido, manchándole el rostro.
Kai en serio no quería hacerle daño, pero mientras más tiempo pasaba sin contener a su casi-pareja, más imposible iba a resultar salir de ahí sin noquearla o algo por el estilo: si tan sólo pudiese hablar con Tenebra sin que ella intentase matarlo cada diez segundos, otra historia sería.
Tenebra sujetó una copa vacía y se la arrojó a Kai, estrellándose el vidrio a más de un metro de donde él se encontraba.
— ¿No recuerdas cuándo ocurrió eso? Niambi tenía novio en ese entonces, ¿recuerdas? Ella...
— ¡No me mientas, Kai! - Chilló Tenebra - Pronto te irás de aquí, así que... ¿qué más da abandonarme aquí, verdad? Noah fue bastante clara con lo que dijo: besaste a mi mejor amiga y te esforzaste en ocultarlo.
— Claro, porque si fue contra mi voluntad debería sentirme orgulloso - Espetó Kai, ofendido. De el grupo de amigas de Candy, Niambi era la que peor le caía y acciones como la que ocupaba el centro de la conversación actual eran la razón. Sin embargo, si se ponía a intentar explicárselo a Tenebra, difícilmente iba a cambiar en algo las cosas.
Tenebra luchaba por mantenerse erguida: Kai no sabía cuánto había bebido, pero sí que debió ser más de media botella en total, quizá un par de tragos más y ella ni siquiera estaría hablando bien.
— ¿Y a Noah qué le importa? - Inquirió él - ¿Ella qué pintaba aquí?
— Ella dice... cuando eran pareja, se ponía muy celosa de Amelia.
— Y eso lo hablamos en su momento, pero siempre se esmeraba en decirme que no pasaba nada. Me mentía. Poco o ningún derecho tiene a hablar, como si no hubiese causado que Caín se suicidase también.
Tenebra se esforzaba por seguirle el hilo a aquella conversación, pero estaba resultando demasiado cansino: con casi treinta centímetros menos que Kai en cuanto a estatura, la chica además tenía que alzar un poco la mirada para confrontar al chico, cosa que no le terminaba de hacer gracia.
— Todo lo que vivimos... ¿era falso? - Balbuceó ella.
— Patricia... - Pronunció Kai el nombre real de Tenebra - Lo que vivimos fue real. El día del asedio, cuando escapamos de la escuela para prepararnos también fue real. La muerte de mis padres fue real. Todo lo que hice...
— No me llames... no soy Patricia - Se quejó ella - Y no finjas que te importaba tu familia. ¡Los detestabas!
— Lo que vivimos fue real. Sin embargo, si te vuelves un estorbo para Alba Dorada o para mí... bueno, entonces quizá no deba seguir contigo.
— ¿Podrías ponerme a mí por encima de Alba Dorada? ¿Al menos una vez?
— ¿Así como pusiste primero a tu exnovio maltratador que a mí? - Reclamó Kai - Sí, seguro.
No esperaba tener que decir eso, pero se le estaban acabando las ideas. Ya la había descubierto tiempo atrás, pero al estar tan empeñado en estar para Tenebra, lo ignoró. Sabía que ella había estado recibiendo mensajes de ese sujeto y respondiéndolos cada cierto tiempo, que incluso lo llegó a ver un par de veces. No le dijo nada, pues ella le hacía creer que si le reclamaba en pleno proceso de superación, solo la estaría presionando.
Para ser honesto, sí tuvo algo de culpa, tratando de estar con alguien que aún no había soltado a su anterior pareja. Bien se lo solía decir Amelia: "no hagas cosas buenas que parezcan que estás idiota".
Ahora.
Valka les abrió la puerta apenas llegaron a Base Uno. Desde hacía días estaba residiendo en una de las habitaciones del cuartel general, mientras que Amelia todavía estaba terminando de mudarse, por lo que la mitad del tiempo dormía en el cuartel general y la otra mitad, en su casa del Distrito Serra.
Candy llegaría pronto: después de todo, ella ya estaba cursando la universidad, por lo que las reuniones tenían que ser en horas donde Candy no tuviese clases. Mientras tanto, las dos miembros restantes de Copa Escarlata empezaron a charlar, tratando de llenar el silencio incómodo en la sala común.
— Entonces... supongo que no has sabido nada de Kai, ¿verdad? - Se atrevió a preguntar Valka, ya que Amelia se había convertido en la persona más cercana a él desde hacía poco más de un año.
— Solo sé que en donde esté, está seguro - Admitió la chica, quitándose los lentes para limpiarlos - Además de eso, no mucho.
— Más le vale estar bien - Dijo Valka, más para sí misma que para su interlocutora - Después del desmadre de hace un mes...
La noche en la que Kai se marchó fue también en la que Tenebra, Niambi y Noah fueron expulsadas de Alba Dorada. Valka todavía no tenía consigo todos los detalles, pero sabía que las primeras dos, viejas amigas de secundaria, junto con Noah, habían atacado a Kai y, en mayor o menor grado, cometido traición. No pasó ni un día de diferencia para cuando el nuevo jefe, Ezra Saucedo, decidió expulsarlas, expresando además que no se les permitiría volver a ingresar, aunque tampoco se las encarcelaría por sus actos como último acto de buena fé.
Vaya mierda.
No era por nada, pero si Valka hubiese estado al mando, no le habría importado qué tan amigas fueron en el pasado, las habría mandado a encerrar a la Prisión Vertical.
Quizá por eso Kai no la eligió a ella como sucesora suya.
— A veces lo extraño bastante - Confesó Amelia, de cuya existencia Valka ya se había olvidado - No puedo creer que no tiene ni un mes que se fue, pero... eso.
— ¿Alguna vez él y tú... ya sabes, tuvieron algo?
— No - Respondió Amelia a secas.
— ¿Por qué? Muchos creímos que hacían linda pareja.
— Porque no quise, aunque propuestas suyas nunca faltaron.
— Ah.
Valka ni siquiera sabía por qué se esforzaba en sacarle conversación a una chica tan asocial como ella: quizá es que simplemente le incomodaba el silencio.
Alguien tocó el timbre en la entrada. Amelia decidió ir a asomarse: a estas horas, todos los demás residentes de la Base Uno estaban fuera. Ezra había ido a hacer quién sabe qué y el equipo al que Carol estaba asistiendo se encontraba de misión en ese momento, lo que las convertía en las únicas personas dentro de las instalaciones.
Ni un minuto pasó cuando Amelia había vuelto ya con Candy, quien lucía algo preocupada pese a sus esfuerzos por ocultarlo.
— ¿Cuál era la supermisión? - Fue lo primero que preguntó, esperanzada de haber sido informada erróneamente, aunque al ver el semblante de Valka, supo que no tendría tan buena suerte.
— Noah Nakamura, Patricia Tanaka y Niambi Shefet - Recitó en voz alta Valka, ofreciéndole la descripción de la misión que les habían asignado el día anterior - Buscar y capturar, vivas o muertas. Acusadas de traición contra Alba Dorada y crimen organizado, cuando menos.
Candy tomó asiento junto a la impasible Amelia, a quien parecía no importarle mucho lo que les ocurriese a sus excompañeras de equipo, quizá porque las había conocido por menos tiempo que Valka y Candy.
— Entonces... ¿aceptarán? - Quiso saber Candy, dudosa.
— Yo ya acepté - Respondió Amelia - Suena feo, pero necesito el dinero y sabemos que tarde o temprano irán por Kai, ¿no? Odio un poco andarle cuidando el culo, pero no deberíamos dejarlas ir a sus anchas.
— Además, un pelón al que le dicen "El Muerto" llegó ayer a la base, casi arrastrándose todo el camino desde la Zona 2 hasta aquí - Explicó Valka - Describió vagamente a las tres y dijo que le habían puesto la chinga de su vida.
— No he sabido nada de ellas durante semanas - Reconoció Candy - Es decir, igual he estado ocupada viendo mis papeles de admisión y eso, pero...
— ¿Ya estás estudiando? - Preguntó Valka, asombrada: era demasiado temprano en el año para volver a clases.
— No en realidad, pero no podía salir de casa así nada más, así que mentí diciendo que vendría al centro a checar a cuánto saldrían mis uniformes - Explicó ella.
— Quién lo diría - Sonrió Amelia, intentando animar el ambiente - Candy salvaje le mintió a sus padres.
Las tres chicas rieron un poco. Hacía bastante que no se juntaban las tres para hacer algo. Era una lástima que lo hicieran ahora para darle caza a sus viejas amigas. Sin embargo, Candy sabía que eso era necesario, así que pidió un bolígrafo y puso su firma justo entre la de Amelia y la de Valka, declarando así que iba a participar en la misión.
— ¿Qué hay que hacer? - Preguntó antes de que se desvaneciera su motivación.
Valka las llamó a la sala de juntas, donde un mapa holográfico flotaba sobre la mesa central de la sala, preparado horas antes de que Candy llegase. Cuando sus amigas estuvieron junto a ella, Valka señaló un punto refulgente color blanco ubicado en la Zona de comercio, en el extremo norte de La Ciudad.
— Queda cerca de donde vive Candy - Explicó Valka - Y de donde vivía yo.
Hizo una pausa antes de continuar: no hacía mucho que se había ido de casa, pero prefería no hablar al respecto por el momento.
— Hay un almacén ahí que deberíamos revisar: hace dos días, varias camionetas salidas de la Zona 2 empezaron a llegar y dejar cargamento al interior, pero ni idea de lo que estén dejando. No es mucho, pero podríamos dar una vuelta para averiguar. ¿Les parece bien? - Preguntó Valka.
Amelia y Candy asintieron. No había mucho más que discutir entonces.
— Saldremos en veinte minutos. Será algo rápido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro