El sol se estaba poniendo sobre el Bosque Verde, proyectando sombras largas y doradas sobre el camino serpenteante. Sarah, una joven entrenadora Pokémon con cabello castaño y ojos llenos de determinación, caminaba con su fiel Pikachu a su lado. Estaba en su primer gran viaje, ansiosa por enfrentarse a los desafíos y descubrir nuevos Pokémon.

"Vamos, Pikachu," dijo Sarah, con una sonrisa. "El próximo gimnasio está en la ciudad de Celadon. No puedo esperar para enfrentarme a Erika y sus Pokémon de tipo Planta."

"Pika-pi!" respondió Pikachu, saltando alegremente.

De repente, el ambiente cambió. Un grupo de Beedrill enfurecidos apareció de entre los árboles, volando hacia Sarah y Pikachu con sus aguijones amenazantes.

"¡Oh no! ¡Pikachu, usa Impactrueno!" gritó Sarah, intentando mantener la calma.

Pikachu lanzó un rayo eléctrico, pero los Beedrill eran demasiados y se acercaban rápidamente. Justo cuando Sarah estaba a punto de ser alcanzada, una sombra oscura se movió entre los árboles.

"Umbreon, usa Pulso Umbrío," ordenó una voz fría y controlada.

Un Pokémon de pelaje negro y anillos luminosos emergió de las sombras, disparando un oscuro rayo de energía que dispersó a los Beedrill. Sarah miró a su salvador, un joven de cabello rubio y ojos azules intensos. Había algo en su mirada que la hacía sentir incómoda, pero al mismo tiempo, no podía apartar la vista.

"Gracias por salvarnos," dijo Sarah, tratando de sonar relajada. "Soy Sarah, y este es mi Pikachu."

El joven asintió ligeramente. "Adrian Schwarz," respondió. "Tu Pikachu es valiente, pero parece que todavía necesita entrenar más para enfrentar estos peligros."

Sarah se sintió un poco avergonzada. "Sí, estamos trabajando en ello. ¿Eres un entrenador Pokémon también?"

Adrian esbozó una leve sonrisa, casi imperceptible. "Algo así. Mis Pokémon y yo viajamos mucho. Nos gusta mantenernos en las sombras y observar."

Sarah sintió un escalofrío, pero la curiosidad era más fuerte. "¿Podrías mostrarme más de tus Pokémon? Ese Umbreon fue increíble."

Adrian miró a Sarah durante unos segundos, evaluándola. "Quizás en otra ocasión. Por ahora, deberías seguir tu camino. El bosque puede ser peligroso por la noche."

Antes de que Sarah pudiera responder, Adrian y su Umbreon se desvanecieron entre los árboles, dejando a Sarah con más preguntas que respuestas. Decidió seguir su consejo y apresurarse hacia la salida del bosque.

Esa noche, mientras acampaba bajo las estrellas, no pudo evitar pensar en Adrian. Había algo inquietante en él, algo que no podía entender. Pikachu se acurrucó a su lado, compartiendo el calor de la fogata.

"¿Qué piensas, Pikachu?" preguntó Sarah, mirando las llamas. "¿Crees que volveremos a ver a Adrian?"

"Pika..." respondió Pikachu, mirando también hacia las sombras del bosque.

Con esos pensamientos en mente, Sarah se quedó dormida, sin saber que su encuentro con Adrian Schwarz era solo el comienzo de una serie de eventos que cambiarían su vida y la región para siempre.