Se levanta muy temprano al Servicio Médico Legal. Va acompañada de Emilia, por si necesita apoyo (lo que es muy probable). Llega hasta el lugar y entra a identificar el cuerpo, rogando que no sea él.

Al entrar, ve a un hombre joven, de pelo oscuro que comúnmente llevaba hacia atrás (aunque ahora está desordenado), con los ojos oscuros y pequeños cerrados, y de gran altura. Es él, lo reconoce. Tiene la cara casi destrozada, pero sabe que es él. Distingue sus rasgos.

-¿Es él? -le pregunta uno de los hombres ahí.

-Sí -contesta ella en un hilito de voz.

La dejan salir mientras las lágrimas caen. Emilia, al verla, no le pregunta nada, solo corre a consolarla. No necesita preguntar nada. Ya sabe qué pasó, su cara lo dice todo.

Salen del lugar, sin disimular la tristeza. Caminan hasta la funeraria más cercana, en la que compran el ataúd. Y pensar que ayer a esta misma hora estaba con él.

***

Va al lado del cajón. Es la única con Emilia que están ahí. Avisó a la mamá de Rodrigo, pero ella dijo que no le importa.

Avanzan con lentitud a través de las calles del cementerio. Llegan hasta un lugar en que hay un agujero profundo y rectangular en la tierra, junto a un toldo encima.

-Amados hermanos, hoy lloramos la partida de Rodrigo, un gran hombre -se diría que no sabe quién era-. Era tímido y callado, pero hizo mucho más que otros. Hizo a una mujer muy feliz -dice mirando a Romina. Ella da una ligera sonrisa, aunque se sigue sintiendo desgraciada.

Observa el cajón en que está quien pudo ser su esposo. Tiene muchas ganas de verlo, pero en el estado en que está no fue posible poner el cristal.

Toman el cajón y lo bajan con cuidado por ese agujero oscuro. Ella llora al ver cómo el hombre que amó se vuelve parte de la tierra. Ya no lo volverá a abrazar, ni a hablar, ni volverá a ir a su casa a ayudarlo con el proyecto. Y pensar que pidió el trabajo en ese lugar solo por él, para estar cerca suyo siempre. Y que antes comenzó a ayudarlo con Noweb solo por el porcentaje de dinero, lo que con el tiempo se fue volviendo algo más...

Ahora se volverá tierra. Eso es él, tierra. Tierra eres, tierra serás. Ahora solo le quedará el recuerdo.

Terminada la sepultura, Emilia trata de que se vaya, pero ella no quiere hacerlo. Quiere estar con él un poco más.

-¿Querías que fuera tu esposa? Lo hubiera sido, habría aceptado encantada. Sería un honor estar a tu lado toda la vida. Ojalá, ojalá... -rompe en llanto. Emilia la abraza y logra sacarla de ahí.

La lleva a las comidas rápidas, haciendo intentos por animarla. Ella no hace más que mirar parejas felices, imaginando que son ellos.

Todo le recuerda a él.

***

Pasa el tiempo, y ella parece ir superándolo. Menos cosas le recuerdan a él, pero aún llora cuando alguien se lo nombra. Su madre también sintió pena al saberlo porque lo consideraba un buen muchacho, aunque lo vio muy pocas veces.

***

Aprovecha de subir la aplicación de Rodrigo a R&R, la cuenta de ambos...

En este último tiempo, ha tenido síntomas raros como vómitos y que no le baja.

-¿Será?

-¿Qué cosa? -pregunta Emilia, desconcertada. Estaba viendo la televisión en el momento en que Romina le hizo la pregunta, y no le había nombrado el tema como para que entendiera. Apaga la televisión para prestarle más atención a su hermana. Ella se lo agradece.

-Quizás... esté embarazada de él -dice ella ahogando una sonrisa.

-Insisto en que puedes tener hepatitis

-No creo que sea hepatitis. Estaría peor -le contesta insegura.

-Si fuera tú, me haría una prueba de embarazo, para salir de dudas -le contesta Emilia, relajada.

¿Será buena idea? No está preparada para eso, tan joven y embarazada de un hombre muerto. Sería fatal. Aun así, quiere salir de la duda.

-Compraré una prueba de embarazo -dice Romina, segura de sí misma.

-Si quieres te acompaño. Por cómo has estado este tiempo, necesitas compañía

Sale con Emilia rumbo a la farmacia. Llegan al lugar y piden la prueba de embarazo. Al llegar, Romina va, con mucho miedo de lo que pueda salir, a hacerse la prueba.

Al salir del baño, Emilia la ve con cara petrificada. Sin hablar, le muestra la prueba de embarazo. Está en negativo.

-Ves, te dije que es hepatitis -dice Emilia, sonando como una mamá.

-¿Será? De verdad creí que estaba embarazada -dice Romina, botando la prueba de embarazo.

-Ve al médico. Que él te diga lo que tienes -le recomienda Emilia.

-Eso haré -dice Romina, haciendo grandes intentos de hacer una sonrisa. Pero no puede, es imposible fingir así.

***

Va al médico, acompañada de Emilia y de su madre. Necesita mucha compañía en este momento. Lleva una foto de carné de Rodrigo, para tener esperanza en la vida y poder sonreír.

Ya en la sala de espera, recuerda que fue aquí donde Rodrigo le pidió ser novios. Aún escucha en su memoria, como si estuviera pasando ahora, su voz temblorosa y que apenas se escuchaba al pedírselo.

El médico la llama, sacándola de súbito de sus pensamientos. Ella entra a la consulta, junto a los deseos de suerte de parte de sus acompañantes.

Al cabo de unos minutos, la ven salir.

-¿Y? ¿Qué tal? -pregunta su mamá, con ansias.

-Me mandó a sacar un examen de sangre -dice Romina mostrando la orden.

-¿Para cuándo? -pregunta Emilia.

-Para hoy, aunque quedan pocos minutos para que cierren

Va al lugar en que sacan sangre. Aceptan sacársela hoy.

-Debo ir mañana por los resultados y luego entregárselo al doctor para que los interprete. Me ha dejado un sobrecupo para mañana en la mañana -informa Romina y entra a que le saquen sangre.

Siente el gran pinchazo en el brazo, pero no le importa. Solo quiere saber si Rodrigo le dejó algo de él o no.

Sale del lugar, con la incertidumbre presente. Su madre no para de hacerle preguntas de los síntomas.

-Mamá, basta. La pondrás más nerviosa de lo que ya está, y con eso ya es suficiente -dice Emilia mirando con enojo a su madre, la que calla en el acto.

***

Al día siguiente, van a primera hora a retirar el examen, pero no abre el sobre. Prefiere que el médico le diga todo.

Va a sacar el bono y espera. En unos minutos, la llaman. Las constantes preguntas de su madre la tienen al borde de los nervios. Camina temblorosa hasta la consulta.

-Hola, Romina. Veo que ya te entregaron los resultados. Bueno, vamos a echarle un vistazo -Romina le pasa el sobre. Él saca el papel con los resultados y los lee en voz alta. Ella está en lo peor de nervios y ansiedad. No deja de temblar y agudizar el oído. Siente sus latidos cerca, en su mismo oído, mientras un calor sube a su cara, la que seguramente está enrojecida.

Sale de la consulta sujetando con fuerza el sobre, dejando escapar algunas lágrimas que no pudo soportar. Llega hasta el asiento en que está su madre y su hermana. Ellas se levantan del asiento al verla llegar, y no dejan de preguntarle qué tal le fue y qué tiene.

-Estoy embarazada -dice Romina.

Emilia ahoga un grito de felicidad y la abraza. Su madre hace lo mismo, mientras las tres lloran de felicidad.

-Felicidades, futura mamá -la felicita su madre.

Rodrigo le dejó una parte de él, y con eso es feliz.

Salen del lugar, celebrando por lo bajo. En el auto, Emilia maneja. Deja a su mamá en su casa y luego van a la de Emilia, la del frente.

-Saldré a casa de Esteban para terminar un artículo. Volveré mañana por la mañana -avisa Emilia y sale sin esperar respuesta de su hermana.

Romina revisa la cantidad de descargas de Noweb. Son muchísimas, y tiene calificación 4.8, con muchos comentarios positivos. Ojalá hubiera estado Rodrigo para ver esto.

Deja de lado el celular y se sienta en la cama con el sobre al lado. Toma una de las fotos que tiene de Rodrigo, enmarcada, y se la lleva al pecho mientras muchas lágrimas caen al recordarlo.

Abre los ojos y ve su sombra al frente, alargada, y otra sombra al lado suyo, como la que formaba Rodrigo, abrazándola.

Nota: la foto de arriba es el "ícono" de Noweb :)