Entre planes y entrenamientos extra se nos pasa el tiempo. Pasa una semana y los oscuros no dan una sola señal de pelea, parece como si no se hubieran dado cuenta de lo que pasó. Y Ayala tampoco ha regresado y me preocupa más de lo que creí.

Que Ayala no esté en casa ya es extraño, se ha tomado el rol de ser la niñera de todos los poderosos bajo su cuidado. Pero las cosas empeoran un poco más si tomamos en cuenta que un grupito de esos poderosos secuestraron al líder de los corruptos frente a sus narices y ahora lo tienen encerrado en el salón de entrenamientos, ese tipo de cosas te hacen preguntarte, ¿dónde está nuestro líder?

Kendra no está en su mejor momento, todo el asunto de sus padres y Ayala desaparecido la tiene muy mal, pero sin importar cuanto lo intente no me deja acercarme. Cuando creo que he avanzado un paso porque me aceptó una galleta después del desayuno, retrocedo dos cuando me cierra la puerta de su cuarto en la cara. Ya casi ni come, ni Samira logra que lo haga.

Ella y yo estamos de acuerdo en una cosa: si no hacemos algo por ella ahora, la perderemos.

La incertidumbre de no saber cuando podrían atacar es el peor peso que cargo sobre mis hombros. Si que fui tonto al creer que el inicio de la guerra oficial sería un alivio, era obvio que no iban a atacar rápido.

Estábamos mejor cuando ninguno de los dos bandos hacía algo lo suficientemente grande como para hacer estallar la guerra, pero ahora no hay vuelta atrás, ninguno de nosotros domina el tiempo a su voluntad.

No puedo evitar sentir que me estoy mintiendo cuando digo que ellos no habían hecho algo lo bastante malo como para que quisiéramos atacar, porque vamos, nos han jodido la vida desde antes de saber lo que somos, yo perdí a mi padre y Kendra todo, ¿eso no es suficiente? Vengan a decírmelo a mí.

Y lo que más culpable me hace sentir es que yo ataqué primero.

Tomanos turnos por las noches para vigilar la casa y sus alrededores. Rose habla seguido con las plantas para saber lo que pasa en el bosque y en la casa de los oscuros, pero nunca hay una respuesta concreta sobre sus planes ó movimientos, como si de verdad estuvieran viviendo una vida normal y no les importase nada que Jackson no esté.

Zack se mudó aquí junto con Megan, ya que ella insistió en no quedarse sola, necesitaba tener cerca a alguien en quien de verdad confíe. Aunque su cercanía con Simón es más que con el resto de nosotros, jamás va a compararse con Zack que fue su amigo desde que puso un pie en la escuela siendo la chica nueva.

Incluso él ha dejado de coquetear con Samira porque entiende que esto es serio y debemos estar concentrados, y hace guardias conmigo durante la noche. No será poderoso, pero es valiente y mi mejor amigo.

Toda esta situación te pone los pelos de punta, es capaz de volverte loco si no tienes los pies bien puestos sobre la tierra. Siendo un poderoso te sientes un poco más seguro, es como bien, estoy bien, puedo defenderme, ¿no? Claro, puedo hacerlo. Pero Zack es humano, todo lo que él tiene a su favor es a mí, y aún así parece estar más listo para correr a la batalla final que todos nosotros juntos. Debe ser increíble sentirse así, que tus ganas de defender a los que quieres sea más grande que el miedo que sientes, no sentirte inferior ni pequeño rodeado de tantas personas con habilidades que están fuera de tu rango de entendimiento, que todavía no acabes de entender pero no necesites hacerlo para decidir ayudar. A veces me gustaría ser un poco más como mi mejor amigo, porque yo sí estoy muy asustado y no consigo deshacerme de todas mis cargas.

Hace poco pude hablar con Morgan, no pude decirle lo que ocurre con Ayala porque al parecer si llegó a verla. Desapareció en el camino de regreso, y ni siquiera tengo una mínima idea de porqué salió ese día con tanta urgencia por verla. Algo pasó y no nos dimos cuenta porque estábamos más enfocados en Jackson.

Y él, su suerte no es la mejor. Lo alimento cuando quiero, está tan débil que no podría defenderse aunque lo intentara. Es un poco cobarde tenerlo así porque será fácil derrotarlo, pero prefiero ser cobarde a arriesgarme a que se escape, ya bastante me ha quitado como para dejar que se salga con la suya otra vez.

Sophie controla mejor su fuerza, pero con un apretón de manos me dejó claro que no necesita que yo la defienda. Mi pequeña hermana acabaría conmigo de un golpe si así lo quisiera.

Mi mamá, ella me evita. Cada vez que pongo un pie en la casa dice que está ocupada y se va ó se encierra en su habitación porque se siente enferma. Nunca ha actuado así, y por eso sé que me está escondiendo algo.

Debo ir un paso a la vez si quiero soportar todo lo que se me viene encima, y el paso de este día es Kendra. Y tengo ayuda para avanzar.

—Dinos lo que queremos oír y cenarás hoy—. Dice Samira, sonriéndole a Jackson—. Sabes que no vas a llegar a la batalla final si sigues sin comer nada.

—Me acusan de asesinar sin piedad y ustedes ni siquiera me dan de comer—. Tiene la boca seca, aunque agua si le doy—. No son diferentes a mí.

—No venimos a hablar sobre lo que es correcto ó no, no me hagas sacarte la información a la fuerza y dejarte morir de hambre aquí—. Amenazo—. Tú no mereces piedad de ningún tipo y menos la mía.

—Sin lugar a dudas eres mi sobrino—. Sonríe.

—Te he dicho cientos de veces que no me llames así, tú y yo no somos familia.

—Su conversación era entretenida al principio, pero ahora no hablan de otra cosa cada vez que se ven y es aburrido, entiende que te odia Jackson—. Rueda los ojos—. Habla sobre los padres de Kendra y te dejamos en paz.

—¿Los padres de la rubia?—. Asiento—. Ordené que se deshicieran de ellos hace años, no tengan falsas esperanzas.

Lo veo a los ojos, conteniendo el asco. Pero necesito saber si lo que dice es verdad y solo así puedo hacerlo.

—Estás mintiendo.

Él ríe.

—Para negarme me conoces demasiado bien.

—Dime donde están.

<<Bajo tierra>>

—¿A qué te refieres con bajo tierra?

—¿Qué?—. Samira frunce el ceño—. No ha dicho nada Luke.

—¿Dónde está Ayala?—. Continúo preguntando.

<<Un líder por un líder, sobrino>>

—Los oscuros tienen a Ayala—. Informo—. Ya no puede mentirme en nada.

—Estoy confundida, el maldito no ha dicho una sola palabra.

<<Ella no me escucha, solo tú puedes hacerlo. Bueno, tú y la niña rara de pelo verde>>

—¿No lo estás escuchando?

Samira contiene un grito, en sus ojos no veo otra cosa más que sorpresa.

—Tus ojos—. Señala, el dedo índice le tiembla un poco así que mejor vuelve a juntar sus dos manos.

Cuando logro salir de mi confusión, las piezas del rompecabezas se arman con facilidad. He descubierto un nuevo poder.

Alcanzo a verme en el reflejo de las paredes, mis ojos son de un color morado brillante.

—Ya sé cual es otro de mis poderes—. Me acerco a Jackson y lo sujeto del cuello—. Veamos todo lo que tienes que decirme.

Lo veo a los ojos, sintiendo que tengo frente a mí un libro abierto con todo lo que quiero saber, y nadie puede evitar que lo lea.

Escucho su voz y la de más personas, lamentos y súplicas. Recuerdos que no son míos pasan por mi mente, todos los secretos que los corruptos se empeñaron en guardar con su vida hoy están vulnerables ante a mis ojos. No importa lo que hagan, ya no van a poder esconderse de mí ni debajo de las piedras.

—Lees mentes—. Samira es una mezcla de sorpresa y emoción que nunca había visto en ella—. Acabo de ver a un súperpoderoso descubrir uno de sus poderes—. Murmura, casi encantada.

Suelto a Jackson y lo dejo tirado en el piso, ya tengo lo que necesito de él. El pobre me mira tan asustado desde abajo, sabe que ahora lo sé todo, y está intentando decidir si le conviene ser rescatado después de esto y morir en las crueles manos que él mismo entrenó, ó morir aquí lentamente.

—Sé donde están.

—¿Qué estamos esperando entonces?—. Toma mi mano—. Dime a donde debemos ir.

—Es muy arriesgado, expones tu vida.

—Siempre lo hago Luke, la seguridad es aburrida—. No hay una sola duda en ella, quiere a Kendra lo suficiente para dar su vida por ella—. Dime a donde hay que ir.

Busco en mi mente las imágenes que quiero que vea. Omito las muertes y los malos momentos, solo envío un recuerdo de una pareja de esposos siendo secuestrados a la mitad de la noche, su bebé llorando porque fue arrebatada de las manos de su propia madre, una bebé rubia hermosa. La pareja es llevada a un lugar alejado de la ciudad, no tienen idea de lo que está pasando y tampoco son poderosos, pero saben que su bebé no es como los demás. Llegan a una base corrupta oculta en una cueva, los meten en una especie de compuerta y los encierran ahí. Tienen órdenes de asesinarlos, pero creen que pueden ser útiles si de dos humanos normales ha nacido una súperpoderosa. Deciden dejarlos ahí bajo supervisión mientras son estudiados, buscando el motivo de su fuerza.

Después de eso Jackson no volvió a ir. Porque no fue él quien dio la orden como había dicho, fue alguien más. Alguien que no se detuvo a pensar en las consecuencias de alejar a una bebé de sus padres y en todo el dolor que iba a ocasionar.

Alguien a quien Samira no conoce, por fortuna mía. Pero en mi interior estoy librando una batalla más grande que cualquier pelea poderosa. La pelea entre la verdad y lo que elija creer. Porque así como Jackson no puede esconderse más de mí, él tampoco. Y por más que me duela, que me destruya, es tal vez la única vez que Jackson en verdad no me mintió.

Mi padre estaba de su lado.

Samira limpia una lagrima de su mejilla, lo que ha visto es muy fuerte aunque aún no termine de comprender todo. Sabe que la bebé es Kendra, acaba de ver la razón del sufrimiento de su mejor amiga, y los dos estamos tan afectados como podemos permitirnos.

<<Seré muchas cosas pero nunca intenté engañarme a mí mismo como hizo tu padre. Soy malo y lo acepto, no hay perdón para mí. Pero tu padre era peor que yo, y nunca lo reconoció>>

—¿Estás listo?—. Samira me hace volver a la realidad.

Asiento, cierro los ojos y dejo que me lleve al lugar donde mi padre tanto daño causó.