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Capítulo 15: Búsqueda de refuerzos

Las heridas por usar el fuego en la llovizna ya han sanado, fueron unas pequeñas ampollas que me hicieron la vida miserable durante una semana, pero ya desaparecieron sin dejar rastro.

Adisson ha estado un poco extraña, la última vez que hablamos me dijo que ya no se sentía tan segura de sus sentimientos hacia Jake, por que él ya no era el chico del que ella se había enamorado. Tiene razón al estar confundida, fue más de un año de incertidumbre y él llegó a confirmarle que todo lo que le decíamos era verdad, que él nos había traicionado y que todos sus ideales habían cambiado. Ella lo está conociendo de nuevo, y tiene miedo de que no le guste esta versión.

Jake no habla mucho, es como si estuviera pero al mismo tiempo no. Tiene una fractura, como suponía. Debe traer una muleta para movilizarse, talvez por eso no se levanta mucho del sofá de Ayala.

Me gustaría que hablara un poco más, apenas y me observa cuando paso frente a él. No pretendo que seamos los mejores amigos, ese puesto ya está ocupado hace tiempo y Zack me asesinaría si me atrevo a hacer un cambio. Pero vamos, después de lo que pasamos juntos mínimo un saludo, ó que al menos me cuente que sucedió para que tomara la decisión de dejar a los oscuros, tuvo que haber sido algo realmente perverso como para abrirle los ojos de en lo que se estaba metiendo.

Yo simplemente me mantengo tranquilo en medio de todo el drama, he descubierto que me gusta mucho más ser el espectador que el actor principal en esta película de superhéroes caótica, aunque sé que mi papel me está esperando para que me decida.

Han sido muchas emociones, demasiadas verdades sacadas a la luz sin tacto alguno, todavía no comprendo como no me he vuelto loco. Mentiría descaradamente si digo que estoy bien con el hecho de que ahora sé quien asesinó a mi padre, pero tengo una fortaleza recién descubierta. No seré el villano vengativo de este filme que va acabando con el que se le pone enfrente para lograr eliminar a su mayor enemigo, que está blindado y respaldado por un montón de poderosos, ese no es mi estilo y mi padre tampoco lo querría así. Voy a darle donde más le duele sin necesidad de ensuciarme las manos como él, frustraré sus planes y salvaré a la humanidad, después me deleitaré en su ruina.

—Tu amigo está en la puerta—. Me avisa Samira. Está recostada en el umbral y trae una camiseta rosa que tiene una cabra blanca con bigote dibujada. Se ve un poco extraña, como si no fuera ella misma y le faltara ese toque de negro que es parte de su esencia.

—¿Porqué una cabra?—. Alzo una ceja.

—Deja de criticar mi guardarropa y ve con Zack, ya me tiene aburrida de tantas veces que intentó coquetear conmigo—. Arregla su camiseta—. Dile que fingir ahogarse con una vaso de agua para que le de respiración boca a boca no es buena táctica.

Río y salgo al patio a ver a Zack.

—Hola Romeo—. Me burlo.

—Vaya vaya, pero si es el señor flamitas—. Se cruza los brazos—. Te olvidas de tu mejor amigo, traidor.

Echo una mirada al interior de la casa. Veo a Ayala doblar el pasillo y entrar en la cocina. Cierro la puerta y termino de salir.

—Sabes que Ayala no te recibe en esta casa.

—Lo sé—. Rueda los ojos—. Todo por que no dejé que su estúpido león me partiera el cráneo, ese resentimiento va a hacerle daño y le van a salir un montón de arrugas por estar siempre enojado, ya verás que me sale lengua de profeta.

—Se llama Leo—. Agrego—. Y es una hojalata malvada, créeme que ya me debe varias.

—Como sea, no vine por eso—. Se pone serio, lo cual me pone nervioso por que es más fácil ver a un pez volando que a Zack Cooper serio—. Sucedió algo terrible y no sé que hacer, Megan está desaparecida.

—¿Qué?—. Frunzo el ceño—. ¿Desaparecida?

—Kenzie había quedado en salir con ella en la mañana y no se presentó—. Cuenta, dejando notar la angustia que siente—. Le llamó varias veces pero no contestó, fue a buscarla a su casa y la encontró desordenada y con marcas raras en las paredes. No había rastro de Megan y no hemos podido encontrarla.

Tomo asiento en las graditas frente a la puerta. Mi mente está hecha un lío, pero voy a tener que pensar en esto con claridad y la cabeza fría, y desde ya puedo ver que Zack tiene una teoría.

—Piensas que han sido los oscuros.

—Talvez ustedes puedan rescatarla con sus poderes y todo eso—. Me mira esperanzado—. Porfavor Luke, Megan no merece que le hagan daño, no ahora que estaba logrando hacer su vida fuera de los problemas, no a ella.

—Lo siento Zack, no habría motivos para que los oscuros se llevaran a Megan, ella no es poderosa.

—¿Intentas decirme que alguien más secuestró a Megan? ¿Eso es mejor ó peor?

Su animo decae, pero no parece perder la esperanza.

—Megan tiene muchos sueños—. Suspira—. Siempre me cuenta todo, la mayor parte del tiempo son locos y sin importancia—. Hace una pausa, voltea a verme directo a los ojos—. Pero hay otros que me ponen los pelos de punta de solo recordarlo. Ella sueña con peleas entre personas con poderes, y rara vez terminan en otra cosa que no sea destrucción y dolor.

Me quedo sin palabras, la expresión de Zack me confirma que la preocupación debe notarse en mi cara. La única que ha tenido sueños parecidos es Adela y tampoco tan seguido, es una habilidad inusual que ella no controla, la capacidad de ver la posibilidad del futuro es un arma letal y al mismo tiempo una esperanza. Por lo que cuenta Zack, Megan soñaba constantemente con estas cosas, y es obvio que las personas con poderes que mira somos nosotros, la sociedad de los poderosos y los oscuros. Si ella cae en sus manos estaremos perdidos, no podremos respirar sin que ellos sepan mucho antes que lo haremos, hasta Adela quedará indefensa ante ellos.

Debo avisarle a Ayala.

Entro a la casa jalando a Zack del brazo, con un poco de brusquedad por la prisa y la impaciencia. Llegamos a la cocina y nos topamos con que todos están reunidos ahí, nos observan de pies a cabeza y Ayala alza una ceja en dirección a Zack, que está dentro de la casa a pesar de tenerlo prohibido. Después de una repasada con la mirada a todos me fijo que Simón y Adela tienen la ropa sucia y varios golpes a la vista, que seguro hubiera notado antes si no estuvieran tan al fondo.

—¡Poderosa secuestrada!—. Aviso, con la impotencia corriendo en mis venas aumentando por verlos ahí tan tranquilos sin reaccionar, más que Kendra rodando los ojos con fastidio.

—Tienes que actualizarte un poco Luke.

—¿Qué?

—Si fuera por ti Luke—. Escucho la voz de Megan detrás de mí y doy un salto. Giro en esa dirección y la veo parada a un lado de la puerta, con la ropa sucia y marcas de sogas en los brazos—. Ya estaría muerta hace rato.

—¿Megan?—. Zack está aturdido.

—Otro que me deja morir.

Zack ignora su mala actitud y la presencia de los demás. Corre hacia ella y la abraza hasta que da saltos con ella en brazos.

—Me tenías preocupado, creí que te había perdido Meg.

Ayala se aclara la garganta.

—De acuerdo—. Señala a los dos poderosos sucios—. Ellos fueron por Megan, Adela tuvo una visión donde la veía a ella—. La señala—. Aún no sé si es poderosa, pero si los oscuros la querían, debe estar de nuestro lado.

Miramos a Megan, a la espectativa de su respuesta. Ella se encoge a un lado de Zack.

Debo admitir que me siento un poco molesto con ella, sé que viene de un mal momento pero nos trató como si hubiéramos estado sentados tranquilos mientras los demás la rescataban. Zack la buscó por todos lados y yo no lo sabía, tan pronto me enteré me preparé para hacer algo. Es injusto que nos meta en ese saco, pero Zack no parece tener resentimiento alguno por eso, dudo que siquiera le haya puesto importancia.

Adela se acerca a ella, le pide permiso con la mirada y toma su mano. Megan se ve nerviosa aunque no la aparta. El cabello de Adela empieza a brillar y Megan suelta un chillido de sorpresa, pero Zack la abraza para que se calme y deje que Adela haga lo suyo.

—Había todo un ejercito—. Cuenta, pero sigue concentrada en lo que hace con Megan—. Nos llevan por mucho, si no descubrimos más poderosos no tenemos oportunidad, apenas pudimos sacar a Megan de ahí.

—Eran al menos cincuenta—. Agrega Simón—. Y no sé por que algo me dice que no era ni la mitad de su ejercito en realidad, tienen demasiada gente de su lado.

—¿Cómo es que todos esos poderosos pueden ser tan ciegos?—. Alonso toma la mano de Valeria—. ¿Es que ninguno de ellos tiene a un ser amado que sea humano y que quieran salvar? Mis amigos no son poderosos, no puedo solo quedarme mirando como los asesinan y muchos colaborar para que lo hagan.

—La mayoría de ellos son como yo, por no decir todos—. Dice Kendra—. Les hicieron una mala jugada, no hay nada que amar para ellos. Y los oscuros son increíblemente buenos para hacerte creer que la extinción es la mejor opción, que lo merecen.

—Tú tienes una familia que te ama—. Le recuerdo—. Y amigos que daríamos la vida por ti sin pensarlo dos veces.

Todos asienten, incluso Megan y Zack. Mis propias palabras me sorprenden, salieron de mi boca sin que me diera cuenta y sin pizca de duda, en este momento soy consiente de que sí, daría mi vida por Kendra Ayala si fuera necesario, lo haría por cualquiera en esta sala sin pesar alguno.

Ella nos sonríe, una sonrisa sincera. Y me llena de alegría saber que también sonríe para mí.

—No todos han tenido mi suerte—. Continúa sonriendo.

—Podemos cambiar eso—. Habla Axel—. Solo hay que hacerlos sentir parte de la sociedad de los poderosos, que vean que somos una familia unida que se protege por que se quiere y no por que debe. Lo único que necesitan es esa oportunidad que la vida les negó antes, si todos son como Kendra entonces no hay verdadera maldad en su corazón.

—¿Pasar oscuros a nuestro lado?—. Valeria se estremece. Todavía mira con odio a Jake, que está sentado en una silla algo apartado y con sus muletas a un lado—. Eso sería peligroso.

Tiene razón y tiene derecho a sentir desconfianza.

—No es como que tengamos algo que perder—. Dice Simón—. Nos superan en diez por cada uno, tarde ó temprano nos van a matar.

—¡Viva el señor positivo!—. Adisson rueda los ojos—. Jake se cambió al lado correcto, creo que eso prueba que si pueden hacerlo.

—Jake volvió por ti—. Le recuerda Samira—. Los otros no tienen un motivo y mucho menos a alguien por quien luchar de nuestro lado.

—Muchos querían cambiarse—. Cuenta Jake—. Pero no encontraron oportunidad, supongo que mi partida les dio que pensar.

Sus palabras logran darnos un poco de esperanza a todos, y se nota.

—¿Entonces qué haremos?—. Pregunta Zack—. Por que Megan y yo nos unimos.

Ayala lo mira y maldice por lo bajo.

—Había olvidado que estabas ahí—. Saca un comunicador—. Leo ven aquí.

Zack salta a esconderse detrás de Megan.

—Ayala—. Regaño—. Creí que ya habíamos pasado la etapa de mandar un león mascota sanguinario a deshacerse de mi mejor amigo.

—Está bien—. Rueda los ojos—. No vengas Leo—. Se escucha un rujido del otro lado de la línea. Zack suspira—. Todavía—. Se esconde más atrás de Megan.

—Puede ayudar—. Interviene Megan—. Es muy persuasivo, podría convencer a los oscuros de ayudarnos.

Zack sale de atrás de ella, se aclara la garganta y levanta la barbilla con orgullo.

Le pongo cara de súplica.

—Los humanos nunca han ayudado a los poderosos.

—Siempre hay una primera vez—. Dice Kendra—. Necesitamos toda la ayuda posible.

Sigo poniendo cara de súplica.

—Está bien, pero que uno de ustedes vaya siempre con él, no queremos explicarle a su mamá que misteriosamente murió después de estar con nosotros—. Mira a Zack—. Por que podrían matarte.

Zack traga saliva.

—No intente asustarme—. Se hace el valiente—. No me da miedo—. Se le quiebra la voz.

—¿Sabemos dónde buscar?—. Pregunta Alonso.

—Hay muchos que llevan una vida normal, solo se unirán en la batalla final—. Dice Jake. Adisson le ayuda a ponerse de pie y se apoya en la muleta—. Son como una especie de refuerzo. Sé donde encontrarlos.

—¿Y no les echas tu humito azul?—. Valeria lo mira mal—. Por que a mí me pareció que te gusta mucho hacer eso.

—Lo siento—. Jake hace una mueca—. No estaba pensando bien.

Valeria señala sus lentes.

—Hasta con miopía veo que estabas bien consiente y disfrutándolo.

—No me vas a perdonar, ¿verdad?

—Soy resentida.

—Danos las ubicaciones—. Ordena Ayala—. Vayan en parejas, no solos. Solos son blanco fácil.

Jake toma una página blanca de un montón de papeles que Ayala tiene en la mesa, escribe unas cosas en ella y después corta los pedacitos. Adisson los dobla en cuatro partes.

—Tomen uno—. Dice—. Ahí están anotados nuestros nombres, el nombre que salga será con quien van a trabajar.

—¿No podría salirnos un nombre diferente a todos?—. Pregunta Alonso.

—Es por eso que solo algunos de ustedes tomarán un papelito, como el jefe de equipo.

Señala a Samira, Alonso, Megan, Adela, él y yo.

Kendra rueda los ojos, seguro molesta por que no le tocó ser jefa de equipo. Creo que Jake también sigue resentido por la súper patada.

Nos acercamos en rueda y tomamos un papelito. Lo van desdoblando poco a poco.

—Amor, vamos juntos—. Le dice Alonso a Valeria, pero yo lo vi cambiando papelitos con Jake.

—Y nosotros—. Le dice Jake a Adisson. Yo sabía que habían hecho trampa.

—Voy con Simón—. Megan mira a todos, él levanta la mano.

Creo que entre peleas no se habían presentado. Poco a poco irá conociéndolos a todos.

—Zack—. Dice Samira—. No hagas que nos maten—. Cogea hacia él y mi amigo la sostiene. Había olvidado decir que Samira se cayó de las escaleras hace unos días y se lastimó el tobillo.

—Axel—. Adela levanta el papelito—. Escapemos un rato para ir a Jummy Cream.

—¡Sí!—. Axel la abraza.

Todos me miran esperando que diga quien me tocó. Pero bien saben quien fue, solo queda ella.

Ella me mira, seria. El momento bonito de hace rato ya pasó, ahora nos odiamos otra vez.

—Kendra—. Murmuro entre dientes.

—Mátenme—. Dice ella.

—Esto va a ser muy divertido—. Ríe Axel.

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