Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10: Adisson quiere que la escuchen

Ya comimos—. Anuncia Joshua—. Continúa—. Golpea la mesa con sus dedos.

Dejo el libro que estaba leyendo a un lado, los demás niños se acomodan alrededor del sofá.

—De acuerdo—. Asiento—. Continuemos...

Los días van de mal en peor en la casa de los Ayala y él le echa la culpa a Zack, a pesar de que el pobre no ha vuelto a poner un pie cerca por petición mía. No me voy a arriesgar a que Ayala desafíe a la corte de los poderosos y le borre la memoria.

Y la verdad es que sus problemas familiares no son ni serán cosa de Zack, pero cuando estamos enojados es fácil buscar culpables para todo aunque no tengan nada que ver. Y creo que en su caso es peor por que la gente espera solo lo mejor de él, y con tantas personas viviendo en su casa es imposible tener privacidad.

Kendra ya salió de su cuarto y ya habla tranquilamente con todos, claro que conmigo no, fuera de lo que hizo en la corte de los poderosos me sigue odiando. Estuvo encerrada varios días por otra pequeña pelea con Adisson, y es que ella parece decirse todas las mañanas frente al espejo vamos a joder a Kendra.

Me la imagino frente al espejo con el pelo alborotado, pensando en nuevas maneras para molestar a Kendra y planeando que va a decirle, por que parece que siempre tiene algo que decir y termina armando un escándalo por algo que no vale la pena. Estoy haciendo mi mayor esfuerzo para entenderla y no molestarme con ella, solo está pasando por un mal momento y seguro pronto volverá a ser la misma de siempre.

Ó al menos eso espero, por que nuestra tolerancia tiene un límite y ya lo estamos alcanzando. Yo no voy a permitir que siga pisoteando los sentimientos de los demás por que está triste, nadie más que Jake tiene la culpa de eso y es el que menos paga.

Adisson no ha salido, tampoco se ha disculpado con Kendra, de hecho la única vez que salió hizo todo lo contrario. Ya perdí la cuenta de los días que lleva evitándonos, como si nosotros fuéramos los malos en su cuento de hadas.

Pero me pongo en su lugar, realmente me esfuerzo por hacerlo. El chico que ama no resultó ser como ella pensaba y se pasó al lado contrario, quiere destruir el mundo y no se sabe si sería capaz de matarla. Sí, son muchos sentimientos encontrados y alborotados.

—Adisson—. Llamo a su puerta. Traigo conmigo un plato de tostadas con mantequilla, lleva dos días sin querer probar comida—. No me voy a ir, si quieres no abras la puerta, pero come algo.

Tengo presente que somos un equipo, sin importar lo difícil que sea la convivencia debemos apoyarnos y no dejar que nadie se caiga. No voy a rendirme con ella, sería horrible dejarla sola sabiendo que está sufriendo y que no sabe como controlar eso, intento ser como quisiera que fueran conmigo si estuviera pasando por algo así.

—Para tomar la comida debo abrir la puerta, fósforo tonto—. Contesta desde adentro.

Ella lo hace muy, muy difícil. Respiro profundo para no dejarme llevar por sus provocaciones.

—La única persona que puede burlarse de mi cabello es Kendra por que ya tenemos una guerra declarada—. Le contesto, naturalmente indignado—. Pero yo contigo no me llevo así.

—No me importa.

Pateo la pared. Aunque en las películas se ve que así se puede sacar la frustración, es pésima idea. Duele, duele mucho.

No hagan lo que ven en televisión.

—¡Auch!—. Dejo el plato en el piso y me siento. Acaricio mi pie hasta que el dolor se vuelve soportable.

La puerta del cuarto de Adisson se abre y me golpea la cabeza.

—¡No inventes!—. Llevo mis manos a mi cabeza y me tiro al suelo de lado—. Hoy no es mi día.

—No sabía que estabas ahí—. Se excusa. Pasa sobre mí de una zancada y toma el plato con las tostadas. Las mira como si fueran el último alimento que queda en el mundo—. No digas que acepté comer, Kendra se burlará.

Suspiro, dejo a un lado la sensación incómoda de los golpes y me pongo de pie.

—Sabes que no lo hará—. Ella me mira, tiene las mejillas infladas, supongo que por meterse a la boca una tostada entera—. Ella te considera su amiga.

—Ni siquiera lo entiendes Clide.

Entra a su cuarto, pero deja la puerta abierta.

Se sienta en la cama a comer las últimas tostadas. Yo me debato si entrar ó no, hasta que pienso que dejó la puerta abierta por una razón. Es una invitación, pudo haberla cerrado. Y si no es así, se aguanta, por que voy a resolver este problema hoy.

Entro y cierro la puerta a mis espaldas. La observo comer en silencio hasta que acaba y pone el plato en la mesita de noche.

Ella se queda viendo a un punto fijo y yo la veo a ella. Tiene el cabello enredado y los ojos rojos, como si hubiera estado llorando sin parar estos dos días. Está en pijama y su cama está desecha, no hay señales de la chica alegre que conocí en la corte de los poderosos e intentó grabarme para ganar seguidores.

Ahora que lo pienso, casi todos en esta casa me han utilizado para algo y todos en general lo harán cuando la guerra se desate. De ahora en adelante me presentaré como Luke Clide, el juguete oficial de la sociedad de los poderosos.

—¿Te vas a quedar ahí todo el día?

—Escucharé lo que quieras decir.

Trato de darle confianza. Me voltea a ver llorando, ni siquiera se molesta en ocultar que lo está haciendo.

Me acercaría a limpiar sus lagrimas, pero confieso que le tengo un poquito de miedo. Kendra da miedo y ella la desafía, mejor no meterse con ella.

Además es inestable, no sé como podría reaccionar si hago tal cosa. No quiero que las cosas empeoren, intento arreglar esta relación rota no terminar de sepultarla.

—He pasado un año diciéndome a mí misma que Jake es de los nuestros, negándome a la posibilidad de haber sido traicionada por la persona que prometió protegerme—. Juega con la sábana—. Pero solo me he estado mintiendo yo sola, no quería aceptar la realidad.

—Kendra solo hace lo que debe hacer, si no hubiera actuado ese día en el bosque Alonso y Valeria no estarían aquí con nosotros.

Es increíble pero la estoy defendiendo, y es la verdad, Kendra hizo lo que tenía que hacer y gracias a ella esa experiencia no pasó a mayores. No quiero ni pensar en lo que le habrían hecho a Valeria.

—Lo sé—. Suelta una risita amarga—. Pero es que esto es difícil para mí. Sé que Kendra ha sufrido mucho, pero ella tiene una ventaja—. Me mira—. Ella nunca ha amado a nadie, al menos no como yo a Jake, no sabe lo que estoy sintiendo y no intenta entender.

—Yo quiero entender y ella también, solo no sabemos como hacerlo y tú no nos das la oportunidad—. Avanzo con cautela. Ella palmea la cama a su lado, por lo que tomo confianza y me siento ahí—. Te escucho Adisson, no estás sola en esto y ninguno aquí es tu enemigo, déjanos ayudarte porfavor.

Al principio no sé si va a decirme algo ó a echarme de su habitación con una descarga eléctrica, pero después suspira y comienza a hablar:

—Jake siempre estaba ahí para mí—. Abre una gaveta de la mesita de noche y saca una foto. Me la pasa, en ella se ve a un Jake más joven abrazándola por la espalda—. Ahí teníamos doce años.

—Crecieron juntos.

—Así es, lo conozco más que nadie—. Sorbe por la nariz—. Ó al menos eso creía, por que el Jake de hace un año jamás se habría unido a los oscuros.

—Sonaré duro—. Dejo la foto a un lado—. Talvez me odies—. Me mira fijamente—. Pero debes olvidarlo. No por Kendra o los poderosos, por ti. Él te está usando para destruirnos emocionalmente, le está pegando a nuestra unión y no le importa llevarte a ti en el camino.

—La última vez que lo vi me dijo que me amaba—. Ríe de nuevo—. Ahora solo me pregunto que tantas mentiras me dijo—. Limpia una lágrima con la manga de su blusa—. Tienes que ayudarme Luke, en este momento eres el único en el que confío. Porfavor, no me dejes caer de nuevo.

Sus palabras me toman por sorpresa y no me esfuerzo para esconderlo.

—No quiero ser una presa fácil—. Continúa—. Lo amo, y no quiero que use mis sentimientos a su favor. Esta guerra la ganaremos los buenos, nosotros debemos ganarla sin importar qué.

—Ahora tienes las cosas claras—. Le sonrío—. Estarás bien Adisson, y si te sientes mal, prometo que estaré ahí.

—Gracias por escuchar—. Se limpia todas las lagrimas—. Solo necesitaba eso, que me escucharan.

—En defensa de todos, no dejabas que nadie hablara contigo.

—Nadie más que tú lo ha intentado.

—Y me lanzaste un plato de vidrio y me golpeaste con la puerta. Talvez los demás solo aprecian su vida.

Ella ríe, y esta vez es una risa auténtica y relajada. Me siento orgulloso de hacerla reír.

—Reconozco que soy difícil—. Rueda los ojos, sonriendo—. Pero ellos lo saben. Y el rojito que recién llega tiene más valor que ellos de enfrentarse a una chica con delirios teatrales.

—Digamos que los quiero mucho a todos. Quiero de vuelta a la chica alegre que se robó las galletas de mi casa.

Ella me mira y asiente.

—Prometo que a partir de ahora no habrá más ataques de ira—. Levanta la mano, como haciendo juramento—. Si no cumplo, golpéame con esto—. Saca de abajo de su cama un mazo de cavernícola inflable, hasta con puas falsas—. No me dolerá pero me lo recordará.

—¿Porqué tienes eso aquí?—. Lo tomo.

Un golpecito con esto no le caería mal cuando empieza a hablar con veneno.

—Se lo robé a mi primo—. Cuenta—. Me golpeó con el unas cien veces mientras lo llevaba en mi espalda. Decía que era un dinosaurio, y el dinosaurio le robo el mazo al cavernícola malcriado.

Río.

—Una cajita de sorpresas completa—. Golpeo mi cabeza con el mazo, solo para asegurarme de que no duela—. ¿De casualidad no tienes mi dignidad allá abajo?

—Esa se te perdió el día que Leo te cargó como a un costal de papas.

—Ese maldito león me las pagará.

—Buena suerte con eso—. Ríe—. Llevo diciendo eso desde los doce años y aún no he podido hacerle nada.

—¿A ti también te atrapó?

—La mayoría fuimos atrapados por él, tiene muchas cuentas pendientes, son pocos los suertudos que llegaron por su cuenta y no tienen esa experiencia. Todos queremos venganza.

—Yo le pegué un chicle—. Cuento, como si fuera la cosa más mala del mundo—. Creo que aún no se lo ha podido quitar.

—Que sanguinario Clide—. Ríe—. Eres de los míos.

Seguimos platicando el resto de la mañana. Hasta que llega la hora de el almuerzo y ella me hace esperarla mientras toma una ducha y se cambia.

Todos parecen sorprendidos cuando nos ven bajar juntos, seguro no esperaban que el nuevo pudiera hacer que Adisson saliera de su cuarto.

En su cara.

—Hola—. Saluda sonriendo—. Yo... quería disculparme por los problemas que he estado dando—. Mira a Kendra—. En especial contigo, sé que haces lo correcto. Jake no está más con nosotros, se ha pasado al equipo equivocado y debo aceptarlo. He sido injusta y espero que puedan perdonarme.

—Tonta—. Kendra la jala a la silla a su lado—. No estaba molesta contigo, somos amigas—. Se abrazan.

Los chicos aplauden y se ríen. Pronto todos estamos metidos en un gran abrazo grupal.

—Por cierto—. Habla Adisson—. Luke tiene ordenes de golpearme con el mazo de Raúl si hago alguna estupidez.

—Es mucho poder en tus manos—. Bromea Axel—. Golpéala bien duro hasta que se le pase.

Adisson se tira a la espalda de Axel y él gira cargándola.

—Me alegra que las cosas vuelvan a ser como antes—. Dice Simón—. Ya me estaba hartando el ambiente tenso.

—Prepárense poderosos—. Habla Samira. Todos la miramos esperando que diga algo serio—. Esto hay que celebrarlo—. Se teletransporta a algún lugar. Segundos después regresa con unas bolsas de gomitas—. ¡Gomitas para todos!

Reímos y tomamos las gomitas.

Me gusta que el grupo esté unido de nuevo.

Ustedes son los únicos que celebran con gomitas—. Joshua se ríe.

—Cuando mi hermano quiere celebrar él y sus amigos beben alcohol—. Cuenta Joel—. Y ustedes comen gomitas.

—Un montón de poderosos ebrios es igual a desastre—. Veo a Joshua—. Y las gomitas son ricas.

Mi hijo niega, pero sabe de que hablo cuando digo que un poderoso ebrio es más peligroso que Adisson estando enojada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro