Hay momentos en los cuales nuestra mente está cansada de la rutina diaria y no puede evitar desconectarse por unos instantes del mundo real para mantenerse completamente cuerda.
Días en los que pensamos que nosotros no hemos sido hechos para el mundo real, ya que por más que vivimos el día a día, nos toca la peor parte.

"Solo olvidamos las cosas que debemos olvidar. Lo hacemos sin percatarnos, pero las que queremos olvidar se quedan en nuestra memoria, porque mientras más pensamos en querer olvidarlas, más se fortalecen los recuerdos."

Un mundo ideal es vivir fuera de la realidad, un mundo de sueños donde todo es maravilloso, pero hay que recordar que solo es una ilusión... una fabulosa ilusión.

"La vida no tiene sentido, se lo das tú, con lo que hagas, con lo que te apasiones y con tus ilusiones. Tú construyes el universo a tu medida."

Yo hé vivido en mi mundo ideal desde el momento en que nací, los ideales eran mi aire y las ideas eran mi pan. Estuve viviendo en mi enorme castillo de marfil, forjado con mi poderosa convicción, indiferente de la confusión del mundo real y de la integridad del absurdo mundo material.

También llegué a la conclusión de que el grado de severidad de nuestros problemas, es el mismo que el grado de atención que les dedicamos.
Solo los dejamos pasar sin preocuparnos de las consecuencias. Por ello, simplemente varios se rinden ante todo, dejan de luchar por lo que estuvieron construyendo toda su vida. 
Es una tontería abandonar el camino que hemos ido planificando día a día, solo el cobarde es el único que tira la toalla, el valiente sigue hacia adelante a pesar de las adversidades.