Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 9

Último día que voy a pasar en esta cómoda cama antes de los juegos, hoy es el día de la entrevista y mañana ya estaré en la Arena luchando con los otros tributos por mi vida.

No pude dormir nada en la noche y seguro que Jazeera y Milos tendrán que pasar tiempo de más cubriendo mis ojeras para estar presentable para esta noche.

Mi mente no paraba de dar vueltas y de preguntarse cosas que obviamente no tengo la respuesta. ¿Cómo haré para matar personas? ¿Voy a sobrevivir? ¿Moriré en el baño de sangre? ¿La alianza funcionará?

Y no solo eso, sino también que estuve pensando en Wade, en cómo se habrá sentido en este departamento, en esta habitación, en los entrenamientos. Y eso me llevó a pensar en Gianira.

Mi hermana con mi padre.

Tengo que volver, necesito volver con ella y valerme por mi misma para apartarla de él. Sé que nunca le haría nada, pero yo también una vez creía eso y aquí estamos. En un principio todo lo que sentía por mi padre era odio, todavía sigo sintiendo algo de eso pero más atenuado. Pero ese odio se fue transformando en ira, decepción, lástima y por último en indiferencia.

No nos tratamos en casa y en el taller lo justo y necesario. Todos los comentarios que recibo de mi padre suelen ser de reproche o indirectas, como lo que me dijo luego de salir cosechada. Lo mismo que dió a entender Blake el día anterior.

¿Con quién te acostaste?

Esas cuatro palabras se siguen repitiendo en mi cabeza. Otra razón de por qué no pude dormir en la noche.

Blake escuchó los rumores en el distrito, asumo que Finnick nunca lo hizo porque rara vez sale de la villa de vencedores, o al menos de que yo lo haya visto. Pero él sabía que salía a nadar en las mañanas porque estaba ahí. Tal vez también evitaba a la gente.

Y aunque suene egoísta, estoy agradecida de eso. Prefiero que me recuerde como la chica que nadaba en la madrugada a la chica que era conocida por acostarse con personas. Aunque no fuera verdad, no del todo.

Suspiro. Me revuelvo en la cama sin querer salir de esta todavía. Pero tengo que hacerlo. Luego de un par de minutos, finalmente me levanto. Me estiro para distender los músculos, lavo mi cara y mis dientes y me encamino al comedor para el desayuno.

Estoy segura que Jazeera y Milos querrán lavar mi cuerpo y pelo, aunque no me agrada la idea de ellos nuevamente tocándome.

Mags es la única sentada cuando entro al comedor. No tengo idea donde estarán Darya y Blake, y sinceramente agradezco que no se encuentren en estos momentos, no creo que podría soportar otro comentario como el de ayer.

Finnick me dijo ,ayer en el balcón, que recién nos veríamos en la tarde para practicar la estrategia que voy a mostrar en la entrevista, por eso no está aquí.

—Buen día, Mags —saludo, al tomar asiento frente a ella.

Se limita a asentir y me regala una sonrisa cálida.

Tanto Finnick como Mags son los mentores del cuatro, pero el rubio se lleva toda la carga y estoy segura que es porque él lo quiere así y no porque Mags se lo haya pedido. A pesar de conocerlos poco, se nota que se quieren.

Siempre se muestra cómodo con ella y cada vez que tiene que retirarse de manera abrupta, Mags se muestra preocupada.

—¿Finnick y tú... —comienzo a hablar con duda—, se conocen mucho, no?

Levanto la vista de mi plato, ella sigue comiendo y hace un leve asentimiento con la cabeza.

—Me gustaría aprender lo que él hace —continúo insegura—. Con las manos, digo. Los gestos.

Ella deja los cubiertos, se levanta y toma asiento al lado mío. Acomoda un mechón de pelo detrás de mi oreja, baja su mano y entrelaza nuestros dedos. Su otra mano la lleva a la altura de su pecho, donde se encuentra su corazón, y todo lo que hace es sonreír y asentir en afirmación.

—Gracias —susurro.

No sé por qué. No sé si le agradezco por dejar que aprenda cómo comunicarme con ella, si le agradezco porque me hace recordar a mi madre y la extraño o si le agradezco porque no sé qué otra cosa decir.

Ella vuelve a su asiento y terminamos de desayunar en silencio. Luego me acompaña hasta mi habitación nuevamente y se retira.

—Niña —golpean la puerta—. ¿Vas a necesitar ayuda para practicar a caminar con tacones? —la voz de Darya suena irritada.

—No —miento.

Escucho sus pasos alejarse. Es obvio que no me quiere ayudar y también es obvio que no quiero su ayuda. En todo caso se la pediré a Jazeera o lo descubriré yo sola.

Paso las siguientes horas mirando el techo, tirada en la cama. No es hasta que Mags viene a buscarme que me entero que es la hora del almuerzo. Tengo el estómago cerrado pero me obligo a comer, Darya y Blake se unen en esta ocasión pero ninguno de los dos dice una palabra.

Al momento de retirarnos cada uno a nuestras habitaciones la mujer del Capitolio anuncia que en poco tiempo vendrán los estilistas a comenzar a prepararnos.

—¿Se puede?

Escucho la voz de Finnick del otro lado de la puerta.

—Adelante.

—Guau —es lo primero que dice cuando me ve—. ¿Estás muy emocionada, verdad?

Volví a mi estado de ver el techo y sobrepensar las cosas.

—Muy emocionada —respondo con sarcasmo.

Se sienta en el borde de la cama y yo me acomodo mejor, quedando a varios centímetros de él.

—Creo que no es muy necesario tener esta conversación —inquiero—. Es obvio que mi atuendo será revelador y tendré que parecer deseable a los ojos de todos, ¿o me equivoco? —comento—. No es como si fuera a jugar el papel de niña inocente.

El rubio baja la mirada y traga saliva tenso. Sabe que tengo razón.

—Escucha, Venus —se acomoda mejor en la cama y se gira un poco para verme derecho—. Esa puede ser que sea la estrategia, pero eso lo supusieron ellos —comenta—. No te conocen, no conocen lo que tú quieres mostrar.

—Fue muy parecido a lo que hice en la sesión privada —menciono en voz baja.

—Eso fue a los Vigilantes —replica—. Hoy te verá el público del Capitolio, de todos los distritos, de todo Panem. Y no es para que tengas presión...

—No ayuda que digas eso.

—Puedes ser esa mujer deseable a la vista de todos —me ignora—. Pero también les puedes mostrar que eres inteligente y que quieres ganar los juegos para volver a casa.

—Gia...

—Exacto, tienes una hermana, vuelve con ella —sentencia.

✦✦✦

—¡Venus! —grita—. ¡Esas ojeras!

Sabía que se iban a enfadar por eso.

—Parece que tienes trabajo por hacer —comenta Milos antes de retirarse.

Miro confundida hacia Jazeera.

—Se encargará de preparar el otro tributo.

Blake, el otro tributo se llama Blake, aunque en estos momentos no sea de mi agrado.

La estilista me acompaña, tal como el día del desfile, al baño. Lava mi pelo y mi cuerpo, le agrega demasiadas cremas a este e infinidad de productos y aceites para el cabello.

Nuevamente no deja que mire hasta el resultado final, así que solo siento lo que aplica en mi rostro y los mechones que tira de mi pelo. Puedo ver que aplica perlas a un costado de mis ojos y brillo pero no más que eso.

Cuando llega el momento de la ropa, hace que cierre los ojos. Una vez que termina, los vuelvo a abrir y giro hacia el espejo para verme.

A diferencia del día del desfile, no me sorprende demasiado lo que llevo puesto. Creo porque sabía que iba a ser revelador, como le dije a Finnick. El maquillaje es más sencillo, solo sombra celeste con esas diminutas perlas al costado de cada ojo y un color tornasol en mis labios.

En mi mano derecha, desde la muñeca hasta el pulgar, maquilló escamas. Mi pelo está suelto, con ondas suaves y una diadema hecha de perlas y estrellas de mar decora mi cabeza.

Mi piel brilla, pero no de una manera que indica sudor o cuando está mojada por salir a nadar, sino que pequeños brillos que simulan cristales cubren mi clavícula, mis piernas y mis pechos.

Sabía que iba a ser revelador, pero el escote llega hasta casi mi ombligo. Es un vestido celeste, casi blanco. Simula un traje de baño, el short llega hasta arriba de mis muslos, es de manga larga y el escote es en uve. Pero la tela parece una red...brillante y transparente. Una falda cubre mis piernas, dejando una al descubierto por medio de un tajo que llega muy profundo, y una cola genera movimiento por detrás.

Es hermoso, pero sé lo que va a causar.

Jazeera no dice nada, en cambio se limita a secarse las lágrimas inexistentes de sus ojos y me acompaña hasta el lugar donde se hará la entrevista. Una vez que llegamos veo a Blake a lo lejos, con un traje de un color muy parecido a mi vestido.

—Te olvidaste esto —menciona la estilista.

Aparto mi vista del castaño y la llevo hacia la mujer. Me tiende una bolsita que simula una caracola de mar.

—No creo que me sirva mucho allá arriba —respondo amable—. No tengo nada que guardar.

—Abrelo.

Hago lo que me pide, cuando saco lo que hay dentro me llevo los dedos a mi cuello.

—Mi collar...

—Olvidaste volver a ponértelo luego de bañarte.

—Gracias —digo sincera.

Es el único recuerdo que me queda de mamá.

—Bueno, tenías razón. Es revelador.

Golpeo el brazo de Finnick cuando este llega donde nos encontramos, él solo se limita a reír. Jazeera se retira regalándome una sonrisa satisfecha.

—Te ves hermosa también —susurra coqueto—. Si eso es lo que quieres escuchar.

Lo vuelvo a golpear y levanta las manos en señal de rendición.

Escucho como el público grita, las entrevistas deben de haber comenzado. Encajo mis uñas en las palmas para calmar los nervios.

—Tranquila, lo harás bien —el rubio dice esta vez serio—. Mírame a mí en el público, será como charlar entre los dos, como en el balcón, ¿si?

—De acuerdo.

Sonríe y luego se va. Quedo sola entre medio de los demás tributos.

Enfoco mi vista hacia una pantalla donde están transmitiendo la entrevista en vivo. Es el turno del chico del uno.

—Pero si es la Sirenita del Capitolio —me estremezco cuando el apodo me hace acordar a Dennis—. Debo decir que te ves muy bien, aunque apuesto que te verías mejor sin ese vestido —comenta una voz masculina.

Giro para quedar de frente. Einar me recibe con una sonrisa arrogante en todo su rostro y un claro brillo de deseo cubre sus ojos cuando pasa su mirada desde mi cabeza a mis pies, deteniéndose un poco más en mi escote.

—¿Sabes? —se acerca hacia mí y yo retrocedo unos pasos—. Sería una lástima que el recuerdo de nosotros dos fuera de la Arena, si quieres podemos pasar un rato juntos...en la noche —levanta las cejas en modo sugerente.

Encajo más fuerte las uñas en mis palmas, cuando estoy a punto de contestarle que se puede ir a la mierda, la voz de una chica me frena.

—Vamos, Einar —lo toma del brazo—. Comienza nuestro turno.

Se retiran, él mirándome con deseo y ella con una mueca de asco.

Suspiro.

Veo las entrevistas del distrito dos y tres sin prestar mucha atención, cuando me hacen avanzar hacia la entrada del escenario a medida que se acerca mi turno me estremezco.

—¡Ahora la chica que todo Panem estaba esperando! —comienza Caesar Flickerman—. O al menos la que yo estaba esperando —baja un poco la voz y el público ríe—. ¡Se la conoce como la Sirena del Capitolio! ¡la hermosa Venus Harkin! —grita.

Camino hacia el escenario, las luces me ciegan un poco y los gritos del público hacen que quiera taparme los oídos y salir corriendo, pero enderezo mi cuerpo y sigo los consejos de Jazeera para caminar con tacones.

Una vez que llego donde se encuentra Caesar, busco con la mirada a Finnick en el público y cuando lo encuentro sonrio.

Caesar toma mi mano y aparto la vista del rubio para llevarla a él.

—¡Bienvenida, bienvenida! —dice emocionado.

—Gracias, Caesar.

Me ayuda a tomar asiento, acomodo mi vestido y juego con un mechón de pelo mientras no dejo de sonreír coquetamente hacia el entrevistador.

—¡Me encanta, me encanta! —comenta hacia el público—. Tendrían que estar aquí arriba para sentir la presencia que desprende esta mujer.

—Basta, Caesar —respondo juguetona—. Harás que me sonroje.

El público ríe y el aludido me guiña un ojo.

—Ahora, Venus —se acomoda mejor en el sillón—. ¿Podemos hablar de tu entrada en el desfile? Fue muy impresionante.

—Oh, todo fue gracias a mis estilistas —busco a Finnick con la mirada—. Hicieron un gran trabajo.

—Pues tuvieron una asombrosa modelo también, no seas modesta.

—Eso lo dices tú, no yo —respondo y escucho cómo el público suelta pequeñas carcajadas.

—No debería decir esto —se acerca un poco más a mí y yo hago lo mismo—. Pero eres mi favorita.

—Bueno Caesar, eso solo me genera más presión —respondo coqueta—. Voy a tener que ganar para que no llores.

—¡Me encanta! —dirige su mirada al público y luego vuelve a mí—. Ahora, estoy muy intrigado, ¿Cómo obtuviste una puntuación de doce en tu prueba?

—No debo revelar mis tácticas, ¿no crees? —miro a Finnick y este asiente con la cabeza—. Pero te puedo contar un secreto.

—Por supuesto —guiña hacia el público y este ríe.

—No solo manejo armas filosas —arqueo las cejas y aparto mi pelo que cae sobre el escote.

Caesar suelta una carcajada y el público lo sigue.

—Solo tengo una pregunta más —dice con expresión seria—. Es verdad lo que dijiste hace unos instantes, ¿vas a ganar?

Aparto unos segundo mis ojos de él para mirar a la audiencia y de paso buscar al rubio. Dijo que también les podía mostrar a la verdadera yo. Veo como me guiña el ojo sin que el resto se de cuenta.

—Lamento decirte que si voy a ganar —digo segura—. Pero no porque si no lo hago estarías llorando —juego —. Sino porque tengo alguien en casa que me está esperando.

—Hermoso, Venus —agarra mi mano y me ayuda a levantarme—. Como tú.

Me dirige hasta el centro del escenario y me hace girar logrando que revele la pierna por detrás del tajo.

El público grita eufórico.

—¡Venus Harkin, damas y caballeros, del distrito cuatro!

Sonrio.

—¡La Sirena del Capitolio! 



✦✦✦

Holaa, ¿cómo andan? 

Ayer no pude subir capítulo :( pero acá lo tienen

¿Les está gustando? Me ayudan mucho votando y comentando 

Nos leemos la próxima 

~Luly

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro