Donde nacen los Cuentos de Hadas
Donde nacen los Cuentos de hadas.
Liz
Maldije mentalmente como un millón de veces ¿Por qué tenía que sonar mi celular? No pudieron elegir el mejor momento para interrumpir. Nótese mi enorme sarcasmo; Me separe de Alec a pesar de que me moría por probar sus labios, por averiguar como se sentiría ser rodeada por esos brazos, deseo hacerlo desde que lo vi por primera vez; cuando lo vi en el salón tal y como me ocurrió con Ulrich, me ocurrió con él fui testigo de cómo nos besábamos, de cómo nos amábamos y de alguna forma no fui capaz de saborear ninguna experiencia que me mostro y también me sentí como una… perra maldita, una autentica y no fingida como he hecho hasta ahora y a pesar de todos esos sentimientos encontrados vine a buscarlo.
Todo esto paso por mi mente en un segundo, el segundo que me tomo tomar el celular de la bolsa trasera de mis Jeans; al mirar la pantalla y averiguar quién me marcaba me sentí nerviosa y temerosa, fruncí el ceño porque deduje que estos sentimientos no eran míos y el hecho de que yo fuera capaz de percibir las emociones de Camille con tan solo una llamada, significaba que no era nada bueno.
-¿Qué pasa? –conteste con precaución.
Del otro lado escuche a Camille gritar algo imposible de entender ya que de fondo se escuchaban más gritos, como si ella se encontrara en medio de alguna pelea después solo fui capaz de descifrar dos cosas << Comedor>> <<Clare>> y como si eso no fuera poco escuche un grito de mi hermana.
-¿Clare? –no necesite más, colgué.
En ese momento me sentí como una veloz gacela, así que salte del escenario y corrí hasta la puerta, llegue a ella en tiempo record y a pesar de eso para salvar a mi hermanita me sentí bastante lenta. Corrí velozmente en dirección al comedor, por dentro rezaba porque no fuera otro de sus ataques o que algo malo le haya pasado ¡por favor que no sea nada grave!
Cruce las puertas del comedor y no me importo haber empujado a dos chicos, me derrape por el piso, por suerte no llegue a caerme porque me sostuve de una mesa; de inmediato busque a mi hermana y la escena con la que me encontré afortunadamente no fue la que me había imaginado, en lugar de que me llenara de pánico, el mirar a mi hermanita de esa manera me lleno de furia
Anne zarandeaba a mi hermana y le enterraba sus asquerosas uñas en los brazos, Clare no dejaba de llorar y gritar, Camille trataba de defenderla pero las Brujas, las arpías conocidas como amigas de Anne, no dejaban que se acercara, la furia tomo posesión de mi cuerpo entero y mi mente ¡nadie se mete con mi hermana!
Me abrí paso como si fuera una avalancha, empujando y golpeando a quien me impedía el paso, hasta que llegue a la barrera impenetrable creada por las amigas de Anne, fue ahí cuando Clare me vio.
-¡Liz! –su voz desesperada me partió el corazón.
Anne también me miro y sonrió maléficamente.
-¡suelta a mi hermana o no respondo! –la amenace
En lugar de eso Anne, cometió el peor error de su vida, empujo a Clare, ella perdió el equilibrio y se dio un buen sentón y entonces su cabeza estaba por golpear una de las sillas tiradas pero unas manos la sujetaron a tiempo, Alec la ayudaba a ponerse de pie, lo mire mandándole las gracias, no solo por evitar que se golpeara sino porque ahora que está a salvo con él yo podre concentrarme al máximo para aplastar a esa cucaracha.
Deje que Anne se acercara a mí, ella me miraba con esa sonrisa retadora y yo ya no la soportaba más, poso su sucia garra sobre mi pecho.
-te dije que te destruiría.
-¡por favor! Como si eso fuera tan fácil, no lograras hacerlo ni hoy ni en un millón de años.
Sin esperar nada más ni pensar con claridad le lance un golpe directo a la nariz, me dolió horrores pero valió la pena, la sangre ya comenzaba a salirle; entonces Anne como si fuera una gata enfurecida me agarro del cabello y fue cuando todos a nuestro alrededor comenzaron el grito de aliento ¡pelea! ¡Pelea! ¡Pelea! Se escuchaba por todos lados.
Siempre deje la fuerza bruta como mi última opción ya que mi ingenio me ayudaba a salir victoriosa, no eran necesarios lo golpes físicos para conseguir lo que quisiera pero Anne se había metido con Clare y por ello no saldrá limpia del ruedo.
Como si mi amor por mi hermana y la furia sin límite que me controlaba fueran mi amuleto de la suerte logre tumbarla en el piso, yo me coloque sobre ella y quería deshacerla en ese momento sin embargo unos fuertes brazos me lo impidieron, sentí los brazos de alguien rodearme por la cintura obligándome a ponerme de pie, me resistí lo más que pude, patee y me moví tratando de liberarme pero Alec me tenía bien sujeta y no sé cómo logro sujetar mi manos también, dejándome prisionera sin poder defenderme porque en cuanto Anne se vio libre y me vio más expuesta que nunca quiso echárseme encima y cuando ya sentía el golpe Alec se giró y fue él quien lo recibió en mi lugar y aunque no quería golpearlo a él siguió haciéndolo para lograr que me soltara y se quitara de en medio, yo también así lo quería además si él estaba aquí ¿Quién cuida de mi hermana?
-¿Qué esta pasando aquí? –se escuchó la voz autoritaria de la directora y todos guardaron silencio. –Anne, Lissette, Alexander a mi oficina, los demás encuentren algo útil que hacer si no quieren pasar el fin de semana en detención.
Como si nunca hubiesen estado ahí, todos desaparecieron, solo quedaron Camille y Clare, no era necesario pedirle a Camille que cuidara de mi hermana, sé que lo hará.
Alec me soltó pero sostuvo mi mano y así tomados de la mano llegamos hasta la oficina de la directora, ella abrió la puerta nos dejó pasar primero y ella fue la última, cerró la puerta y con suma lentitud se sentó en su lugar, yo muy cómodamente me senté en una de las sillas quería que Alec se sentara también pero fue caballero y dejo que Anne lo hiciera, Alec se quedó de pie detrás de mí, coloco su mano sobre mi hombro derecho en muestra de apoyo.
-explíquenme lo que paso –nos ordenó y sin esperar a ver quien hablaba primero tanto Anne como yo nos soltamos a parlotear los hechos – ¡guarden silencio! En vista de que el pelito es de las señoritas, Alexander, relata lo que paso.
Alec conto los hechos tal y como sucedieron, le conto desde que él y yo nos encontrábamos en el auditorio, hecho que a Anne hizo que se le revolviera el estómago y se llenara de bilis, no tardo más de dos minutos en contar todo, cuando termino la oficina se mantuvo en silencio.
-Alexander, puedes marcharte. –le dijo y antes de que lo hiciera, me miro preocupado yo le dije que estaba bien, que no pasaba nada –Anne ve a que te curen eso –se refería a su nariz.
-¡espere! –Dije – ¿no va a sancionarla por esto?
-no, tú fuiste quien comenzó con los golpes.
- ¿lo que le hizo a mi hermana no cuenta? –me levante de pura frustración
-Anne, déjanos.
Ella se levantó y me miro como si quisiera decirme ¡suerte para la próxima! Y la odie más que nunca y supe que no sería castigada por la enorme cantidad de dinero que su padre donaba a la escuela cada año y si así juega la directora, yo puedo hacerlo también y mejor, tengo un truco bajo la manga.
-como sabrás, este comportamiento tuyo merece una suspensión pero eres nueva así que no seré tan severa.
Volví a tomar asiento y me cruce de brazos y tome una actitud serena y despreocupada.
-me rehusó a tomar cualquier castigo que imponga si Anne no lo recibe conmigo, no es justo que solo yo sea castigada.
-no voy a discutir ese asunto contigo, harás lo que se te diga.
-¿o qué? ¿Va a expulsarme? Ambas sabemos que eso no le conviene, sin mí no podrá pagar la hipoteca de su casa este mes.
-¿disculpe?
-¿creyó que no sabía que mi padre paga más del doble por nuestra estadía aquí? –capte el nerviosismo en ella y lo aumente, logrando lo que pretendía.
-no te atrevas a hablarme de ese modo…
-y a donde para el dinero extra, obvio que a su bolsillo ¿me equivoco? -me levante para hacer más dramática la escena y tenerla más cerca para seguir manipulándola. –si no me trata con amabilidad en este momento le digo a mi padre que nos cambie de internado, no creo que este sea el único y no creo que usted sea la única que acepte ingresos extras.
-mira, niña si tu padre paga lo que paga es para deshacerse de ustedes, no le importas y no accederé a tus caprichos.
-¿quiere arriesgarse? ¡Llámale! Y veremos quién pierde más.
Utilice toda mi energía para lograr que este juego me saliera como yo quería, debo admitir que si no tuviera este poder no me saldría con la mía pero al verla a los ojos supe que me dejaría tranquila así como a Anne, con la mano me indico que me retirara. Con una sonrisa de triunfo la deje sumirse en sus miedos y dudas.
Al salir de ahí le llame a Camille, sé que mi hermana estará desolada y temerosa así que tenía una idea para levantarle el ánimo. Le pedí a Camille que llevara a Clare hasta el final del sendero, justo donde se encuentran los campos elíseos que descubrí anoche, estoy segura de que le encantaran y estará tranquila.
Iba caminando por el pasillo hacia la salida del edificio y los vi, Ulrich y Alec discutían, no es que se estuvieran gritando o golpeado pero la tensión entre ellos y sus caras los delataban, preferí no acercarme a ellos, no había salido de una discusión para méteme en otra, así que tome otro de los pasillo que me llevarían a la salida. Camine lo más rápido que pude las kilométricas distancias para llegar hasta donde había quedado y cuando llegue al final del sendero, Camille y mi hermana ya me estaban esperando, Clare corrió hasta a mí y me abrazo, tuve que agacharme para poder abrazarla bien.
-tranquila Clare, no pasó nada –nada que un poco de maquillaje no pueda ocultar, esa gatilla sí que me dejo unos cuantos rasguños aunque solo fueron leves, nada profundo y que fuera a dejar una cicatriz espantosa -¿Cómo estás tú? –Me oculto su carita tratado de pronunciar un llano y mentiroso bien, le tome la barbilla con delicadeza e hice que me mirara –no te preocupes ¿de acuerdo? yo estoy bien, y nadie nunca va a volver a ponerte una mano encima lo juro.
En respuesta me abrazo más fuerte, es tan frágil no entiendo porque alguien querría hacerle daño, si alguien quiere destruirme que no sea cobarde y se valga de mi hermana para hacerlo, pero bueno, ya encontrare una manera de cobrarle a Anne la factura.
-no estés triste, ¿adivina qué? Camille y yo –alce la mirada para buscar a mi amiga –te vamos a llevar a un lugar que te va a encantar, es ahí donde nacen los cuentos de hadas, donde viven las princesas de los cuentos.
-¿de verdad? –me pregunto ya con una sonrisa sincera, yo asentí con la cabeza, me puse de pie y me acerque de nuevo a la pared.
Puse mi mano en la pared para averiguar si aun podía hacerlo y creo que eso debí haberlo hecho antes de ilusionarla pero en cuanto me acerque mi mano la traspaso, tal y como ocurrió la noche anterior, mi hermana se paró a un lado de mi e hizo lo mismo y sorprendentemente ella también pudo atravesarla ¿Por qué Camille es la única que no? entonces el foco se me prendió y tuve una idea, tome a Camille y la abrace tal y como Ulrich y Alec estaban ayer solo que yo dejaría que su cara se aplastara contra la pared, será su espalda la que lo haga, Clare se rio.
-¿Qué hacen?
-En cuanto veas que Camille y yo cruzamos lo haces tú también ¿va? –mi hermanita asintió y Camille no quería hacerlo, la obligue a callar y comencé a empujar, puse mis manos a cada lado suyo y empuje, mis manos habían atravesado y con un empujoncito más Camille y yo logramos cruzar, enseguida mi hermana entro con nosotros y las tres nos quedamos boquiabiertas, si es verdad yo ya lo había visto pero de día, todo es diferente pero me gusta más de noche.
-¡era verdad! –gritaron Clare y Camille al mismo tiempo.
-por supuesto que era verdad, yo no miento.
La cara de felicidad de mi hermana, no tenía precio, comenzó a correr, a acostarse en el pasto, trepo a los árboles y agarro una de las frutas, tenía mi duda con respecto a que se las comiera así que solo le deja comerse la manzana y la naranja, fuimos bajando la pequeña colina hacia la laguna mientras conversaba con Camille, le agradecí que la información con respecto a la hipoteca de la directora me fue muy útil y que me mostrara un recibo de pago de su colegiatura, eso me dieron las armas necesarias para librarme del castigo, también le conté todo lo ocurrido con Alec en el auditorio.
-que inoportuna fui –me dijo algo apenada.
-no ni lo menciones, estuvo bien, nada es más importante que ella… -la busque con la mirada y no la encontré me asuste -¡Clare! -grite
-¡por aquí! –obtuve respuesta, Camille y yo nos miramos un segundo y después corrimos en su dirección
Ella se encontraba detrás de los arbustos donde yo me había escondido anoche, quería preguntarle que ocurría sin embargo no era necesario.
-Dios –grito Camille y de inmediato se agacho para ayudar a mi hermana a socorrer a ese extraño.
Un chico de cabello castaño estaba tumbado de lado por lo que no podía ver su rostro pero si su herida en el omoplato, su piel lucia enrojecida y parecía tener un hoyo, algo le había travesado, buscamos en la tierra, lo que fuese que lo hubiera herido sin encontrar nada, por su aspecto debería ya tener algún tiempo con esa herida, se le había infectado pero la pregunta es ¿Quién es?
Camille lo tomo por los hombros, al parecer tenía la misma pregunta que yo, con mucho cuidado lo giro para que pudiéramos verle el rostro y cuando, le quito el cabello mojado de sudor de la cara fue mi turno de sorprenderme.
-¡ay no! ¡No puede ser!
-¿lo conoces? –Las dos me preguntaron y yo no podía responder, esto no estaba pasando –porque yo no –concluyo Camille.
Me acerque más aun a él lo mire con sumo cuidado, en verdad era él, le abrí los ojos para saber de qué color eran, las dos me reprendieron por eso pero no me importo, supe que sus ojos eran verdes, eso no concordaba, este es el chico que me estuvo molestando en mi sueño esa noche, la noche anterior de venir a este internado pero su cabello era negro con rojo y sus ojos eran color cobre. Él comenzó a parlotear al parecer la fiebre lo estaba haciendo delirar.
-¿qué hacemos? -pregunto mi hermana –no podemos dejarlo aquí.
-tampoco podemos llevarlo a la enfermería –dijo Camille
-¿porque?
-porque no es del internado, creerán que lo hemos metido ¿Cómo les explicaremos donde lo encontramos?
-entonces ¿Qué sugieres? ¿Dejarlo morir aquí? –le conteste algo molesta, me sentía rara, algo en mi interior se removía preocupada y por otro lado me sentía asustada, soñar con el cuándo en mi vida lo había visto era una cosa pero tenerlo enfrente y descubrir que me provocaba sentimientos de afecto hacia él era mucho más que extraño porque no puedo dejar de mirar su rostro, no puedo dejar de sentir esto por el ¿Qué me pasa? ¡Yo no creo en el amor a primera vista!
-tengo una idea, llevémoslo con Jude, el estudio algo de medicina.
Quise contestarle que si pero justo en ese instante él medio abrió los ojos y me miro, alzo la mano y toco mi mejilla, nos miramos un momento.
-¿Satry, eres tú? – y con eso perdió el conocimiento de nuevo.
+++++++++++++++++++++++++++++
he tardado en subir capitulo de esta historia porque ya habia pensado en abandonarla, pero decidi que no, le tengo un cariño especial asi que siento que estos personajes no merecen ser olvidados no se que piensen ustedes...
Bersabelit te he dedicado el capi! porque te habia dicho que hay un catalogo de hombres y estos son unos cuantos mas!! tambien no estas obligada a leer que quede calro heeeee??? porque se que no se compara en nada al genialozo mundo de nuestra maestra sexy pero es una historia que habia empezado desde hace mucho asi que bueno.... jejeje si te gusta algun hombre tu solo pidelo y te lo envio con todo y moño de regalo ;)
espero les guste el capitulo, ya saben espero sus votos y comentarios.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro