¿De verdad eres tú?

-¿y que dijo? –pregunte todo desesperado, por supuesto que Ulrich lo noto.

- que venia de inmediato para acá, en la madrugada estará aquí, esta algo preocupada así como tu –sonrió maliciosamente –ya  cumplí con avisarte, sabes donde nos encontraremos –se marchaba y yo me sentía un poco mas aliviado pero se regreso -¡ah! Una cosa más, mi madre me dijo que no te le acercaras hasta después de la reunión.

Ulrich se fue.

¿Qué no me acerque a ella? ¿Cómo se supone que hare eso? Pensé

Me cambie el vestuario de la obra rápido, se me hacia tarde para mi clase de literatura.

Llegue a los pasillos y se encontraban vacíos, eso significaba que era mas tarde de lo que creí corrí mas rápido, agitándome un poco por los nervios y por el esfuerzo.

Llegando al salón, me asome por la pequeña ventana que la puerta tiene y me enfade por descubrir que la corredera no era necesaria, la profesora aun no ha llegado y eso se me hizo extraño.

Entre sin hacer ruido lo cual no era necesario puesto que todos le prestaban atención a una discusión que se llevaba en la mitad del aula.

Deje mis libros en la tercera banca pegada a la pared del lado izquierdo, me acerque un poco para saber de que iba la cosa.

Anne y todo su sequito de borregas rodeaban a una chica la cual no pude ver y con eso me hice una idea de lo que ocurría, alguien se había sentado en el lugar favorito de Anne ¡a veces es tan estúpida y superficial! Solo Ulrich la soporta ¡existen muchos lugares libres!

-¡No voy a volver  a repetirlo! –Anne amenazo.

Rose se movió un poco y dejo un espacio libre que me permitió ver de quien se trataba; era una chica de cabello largo y suave del color de la caoba.

-es la nueva –alguien me susurro al oído pero no era necesario, yo se perfectamente bien quien es ella y como sonara su voz antes de escucharla, una tonada dulce.

Avance hacia ellas para detener la discusión.

Liz en ese momento se levanto y azoto un cuaderno en la banca con tanta fuerza y rabia que me quede estático ¿Liz?

-Yo ya te dije que no obedezco ordenes de alguien como ¡tu!  Y si quieres que me quite vas a tener que obligarme.

Ambas se miraron por un largo rato. Anne se moría del coraje se le notaba a miles de kilómetros pero era demasiado cobarde como para pelearse con alguien, mientras Liz la miraba desafiante y con un poco de diversión, algo que Ulrich suele hacer y detesto; ella no hablaba enserio con respecto a los golpes pero eso Anne no lo veía y claro no se arriesgaría a averiguarlo.

-¿sucede algo? –la profesora  Rosedale entro.

-no, nada – Anne miro a la profesora con esa sonrisa hipócrita que a todos les gusta para después sentarse en el lugar del frente.

Los demás tomaron asiento, Liz fue la ultima en hacerlo con una sonrisilla triunfante en los labios

Tome asiento pero no deje de mirarla aun no puedo creerlo que he visto.

Me pregunte si en realidad Ulrich se equivoco después de todo; no, es ella; en el exterior es exactamente igual: el mismo cabello, la misma piel blanca de rosadas mejillas, los mismos ojos azules la misma sonrisa dulce y cálida mientras que en el interior es totalmente distinta, no es ni dulce ni amable y mucho menos insegura.

Ya no la reconozco, se ha convertido en una mujer fría y calculadora, vanidosa y segura de si misma  y arrogante.

Todo lo note por la manera de moverse, en la postura de sus hombros, en su mirada y lo dejo bien claro hace apenas un minuto  ¿Cómo fue que se convirtió en alguien tan superficial?

Anjana, Ulrich y yo tenemos que averiguar porque ha cambiado.

Yo no dejaba de mirarla y ella sintió mi mirada, antes de que me sorprendiera mirándola dirigí la vista al libro que abrí distraídamente.

Pude sentir el peso de su minuciosa mirada y pude sentir las ganas inmensas de mirarla directamente a los ojos también, mirar ese azul que siempre me robo el aliento pero si la mirara, no seré capaz de alejarme de ella tal como Anjana ordeno, correría al refugio de sus brazos y ahí…

-¡Alec!

Alce la mirada hacia la profesora, ella lucia un poco irritada, comprendí que no es la primera vez que me llama.

-lo siento –dije y la profesora soltó un enorme suspiro de irritación.

-me preguntaron si aun hay cupo en la obra de teatro y ya que tu eres el presidente del club de teatro me encantaría que te pusieras de acuerdo con ellos.

-por supuesto, será un placer –dije con una sonrisa iluminadora.

-¿si señorita West?

Lissette mantenía la mano levantada yo no quise mirarla.

-¿Cuál es la obra?

-Sueño de una noche de verano de Shakespeare

-entonces definitivamente tendré que hablar con… ¿Alec? –fingió no conocer mi nombre era obvio que lo sabia de sobra y ella me miro con una insinuación clara en los ojos yo desvié la mirada cuando m di cuenta que la veía.

-claro señorita por ahora comencemos la clase.

No pude prestarle atención a nada que no fuera ella para mi suerte tuve todo el tiempo del mundo anteriormente para leer y aprender todo lo que el programa establecía  y afortunadamente gracias a eso pude contestar las preguntas que la profesora me hacia para saber si estaba poniendo atención.

Todo el tiempo lo dedique a analizar cada movimiento de Liz queriendo encontrar a aquella mujer que conocí hace mucho tiempo, no encontré ni rastro de ella.

Sus movimientos era gráciles, delicados y peligrosos como los de un tigre y elegantes como los de una pantera  y por mas que extrañaba los movimientos traviesos y juguetones esta transformación de un felino me cautivo, era extraño lo confundido que me sentía, extraño y añoro a mi delicada flor pero deseo conocer a este gatito que se encuentra a escasos metros de mi.

Cincuenta minutos pasaron lentamente y finalmente sonó la campana, tome mis libros rápidamente y prácticamente Salí corriendo al pasillo.

-¡Alec espera! –nunca odie tanto tener que ser amable con alguien como ahora.

Me detuve y espere a que Johnny se acercara a mi, el me saludo con entusiasmo.

-oye ¿Qué crees? –Se acercó mas a mi para evitar que alguien escuchara –en la noche habrá fiesta, ya sabes como hoy es viernes.

-¿a que hora? –pregunte con emoción, una noticia de lujo, con la fiesta podre escabullirme a la laguna, toda la atención estará puesta en  el viejo gimnasio.

-a las 9

-perfecto solo dime que debo de…

-¿Alec? –reconocí la voz al instante.

Cerré los ojos un instante para obtener fuerza y poder evadirla, Johnny la miro y le dedico una sonrisa para después marcharse, él es de los pocos que no se toman muy enserio eso de las diferencias sociales en el internado, una de las razones por la que me cae bien pero justo ahora lo odie por dejarme solo con ella.

Encontré a una Liz radiante, su sonrisa iluminaba más que los rayos del sol y sus ojos brillaban más que las estrellas y me quede sin habla ¿Por qué tiene que ocurrir esto siempre que la veo por primera vez?

-¡Soy Liz! –me dijo acercándose a mi y plantándome un beso en la mejilla y yo me detuve a tiempo de poner mi mano justo donde ella me acaba de besar y mirarla como lelo. –realmente quiero hablar contigo con respecto a la obra ¿puedes venir conmigo y darme algo de tu tiempo?

-lo siento Liz –dije mordiéndome la lengua y a pesar de eso mi voz no sonó muy convincente cualquiera podría darse cuenta que de verdad quiero estar con ella.  –tengo algo de prisa yo te busco después ¿si?

-no pareces muy apurado que digamos –su voz no mostraba irritación pero sus ojos flameaban estaba mas que enojada.

-ese es el truco –solté una risa y le sonreí de lado a lado y eso pareció irritarla mas –te veo luego

No espere respuesta pase junto a ella asegurándome de no tocarla por nada del mundo para no activar su poder y Salí corriendo de ahí alejándome de ella por el resto del día deseando que la reunión se lleve acabo lo antes posible.