Contrato.
Contrato.
Avalon
Merlín
Frontera oeste.
Para el magnífico maestro Merlín no le fue tan complicado atravesar las regiones de Avalon y llegar hasta el límite, hasta el enorme lago que separaba las dos reinos de Avalon, la oscura y la iluminada, ante sus pies yacía el portal oficial para cruzar hacia el mundo humano sin embargo, él no deseaba visitar a los mortales, le interesaba ir mas allá, hasta los dominios de Stellan el príncipe de las tinieblas; sobre su hombro permanecía de pie Cessare el Pixie preguntándose porque no hablo con Stellan por medio del reflejo del agua tal y como Caleb hacía.
Ambos se subieron a una barca que el mago Merlín había creado con su magia, en silencio y rodeados por la noche ocultos de los ojos curiosos de los demás llegaron justo en medio del lago, justo donde la puerta al otro mundo se abría; Merlín tomo al Pixie.
-ve a buscar a Caleb.-sujeto al Pixie, con firmeza.
-¿Qué? ¿Yo porque?
-porque te lo estoy ordenando ¿Qué te parece? –después de eso, arrojo al Pixie al agua, se hundió por un momento y al siguiente salió a flote, escupiendo agua y queriendo levantar vuelo sin éxito, Merlín se alejó un poco, no quería ser tragado por el portal al mismo tiempo que Cessare, cuando el reflejo de la luna toco al Pixie, el portal se abrió, tragándoselo y transportándolo al mundo humano.
Una vez que el Pixie desapareció, Merlín continúo con su camino. Al cruzar la frontera del reino oscuro, noto de inmediato el cambio; el ambiente se volvió más pesado, se le dificulta el respirar, el aire helado y siniestro le atrofiaba los músculos, eso le recordó por qué no visitaba tan a menudo este lugar, Merlín en contadas ocasiones piso este lugar, le avergonzaba admitir que permanecer en ese lado lo pone nervioso y aun así no puede retroceder, es necesario que hable con Stellan en persona únicamente de esa manera podrá asegurarse de que le dé su palabra y realice el juramento solo así se sentirá tranquilo y sabrá que no intentara adjudicarse el trono que por derecho le corresponde a Caleb.
Al desembarcar, se aseguró de no ser visto por nadie, así oculto entre las sombras llegó hasta el punto de reunión: El bosque Oriental; a Merlín le preocupaba un poco tener que esperar al príncipe negro sin embargo sus dudas y preocupaciones desaparecieron al darse cuenta de que Stellan ya lo aguardaba.
Stellan, haciendo uso de su magia, congelaba el piso y patinaba sobre el hielo, hizo una especie de disco de hielo, arranco una rama y con ella comenzó a mover el disco; el mago sonrió ante tal forma de distracción, por un momento lo miro en silencio intentando descubrir el misterio que Stellan representa.
Tanto Caleb como él eran tan parecidos, además de la obvia apariencia física, ambos compartían cualidades que nunca debían existir, amables, respetuosos, cumpliendo con su deber e intentando complacer a todos a su alrededor, además de ser tan caballerosos y cumpliendo con su palabra, para Merlín es obvio que estas coincidencias existen por algún motivo, aun así prefiere no confiarse ya que Stellan también posee esa aura de maldad y peligro característica de su reino, sin embargo lo necesitaban desesperadamente, las regiones enteras caerían presas del pánico si descubren que Caleb ha desaparecido y Velkan tiene el camino libre para apoderarse del trono y purgar Avalon de los Mestizos, solo unos días, fingiendo ser el príncipe Caleb, sería suficiente para ahogar las esperanzas de los rebeldes, obteniendo tiempo valioso.
Stellan, golpeó el disco de hielo con el que había estado jugando y pasó por en medio de las piernas de Merlín, levantando su túnica un poco, esto hizo que Stellan estallara en risas y el mago respirara profundo para evitar gritarle y soltar su furia ¡qué falta de respeto! Cerró los ojos un segundo al siguiente miro al irrespetuoso, este mostraba una postura relajada, había cruzado los pies y todo su peso lo sostenía la vara con la que había estado jugando, Stellan lo miraba directo a los ojos con una media sonrisa que hizo que el alma se le congelara, lo que a Merlín le recordó a una pantera: hermosa, delicada y elegante y al mismo tiempo peligrosa y letal.
-no me gusta que me miren como a un mono de circo. –su voz era suave y firme al mismo tiempo. -¿Qué lo trae por aquí? ¿Por qué la urgencia?
Merlín decidió acercarse un poco más, a lo que Stellan reaccionó incorporándose y entrecerrando los ojos en estado de alerta y colocando una máscara de seriedad en su rostro.
Una vez más uso su magia, esta vez , al hielo le dio forma de dos sillas y una especie de mesa redonda, Stellan de inmediato tomo asiento y Merlín lo siguió, soportando el frio que esto le provoco se acercó un poco para poder hablar en susurros y el fuera capaz de escucharlo.
-solicitamos tu ayuda.
-¿Quiénes? –Stellan sonrió divertido, Merlín deseaba que dejara el sarcasmo y las bromas por un momento.
-me imagino que estas al tanto de la situación del príncipe Caleb.
-¿el despojo? Todo el mundo lo sabe –Stellan coloco el codo en la mesa de hielo y sostuvo su mentón con la mano, dándole a entender que ya se había aburrido.
-no juegues conmigo –Merlín comenzaba a enfadarse –hablo de la desaparición.
-¿desaparición? –Stellan se irguió sorprendido -¿de qué habla?
Por alguna extraña razón, Merlín, le creyó su falta de conocimiento sobre el asunto, al igual que su preocupación sincera hacia el príncipe una vez más comprobó que no se trataba de una idea del todo mala, peligrosa si pero mientras Stellan cumpliera con su parte del trato y no tuviera intenciones ocultas, todo saldría bien.
-El príncipe Caleb, fue raptado por el líder rebelde, Velkan –Merlín se dedicó a relatarle los hechos, tanto del rapto y la desaparición del príncipe al igual que la visita de Vanya, llegando así al favor que pretendía pedirle.
-¿Qué le hace pensar que tal idea funcionara? –Stellan cuestionaba con interés –la protección exagerada que custodia al Rey, delataría mi identidad de inmediato, además, mi ausencia en mi reino sería bastante obvia.
-Stellan, te las ingenias para evadir tus responsabilidades reales, posees el talento para desaparecer, se perfectamente que nadie notara tu ausencia si así lo quieres.
-me ha investigado bien, sí, soy un maestro de la desaparición, pero aun así, no lo suficiente para evadir la seguridad del rey.
-te repito que la reina está autorizándote, con ella, no tendrás ningún problema, además recuerda que es solo por unos días mientras localizamos al príncipe, únicamente necesitamos que tu rostro y acciones calmen a las regiones y así no decidan apoyar a Velkan.
-correcto pero dígame ¿yo que gano con ayudarlos? –Merlín sabía que esta pregunta llegaría tarde o temprano, no estaba seguro de lo que pediría a cambio y eso lo ponía nervioso.
-riquezas, todo lo que seas capaz de cargar –Merlín contesto con seguridad y Stellan sonrió, acto que a Merlín le congelo la sangre, supo cuál sería la demanda.
-no me interesa su oro, no me es útil en mi reino, lo que exijo a cambio de que suplante temporalmente a Caleb es un favor suyo, sin importar cuál sea.
-no puedo darte eso
-entonces suerte contra la rebelión –Stellan se puso de pie, dirigiéndose a su palacio, sabiendo de antemano que Merlín lo detendría antes de que se alejara demasiado.
-hecho –pronuncio Merlín temiendo que sería lo que Stellan le pediría después. –te deberé un favor pero tendrá condiciones.
-puedo negociar –Stellan regreso a su asiento esperando las condiciones.
-no le arrebatare la vida a nadie, no le hare ningún mal a nada ni a nadie y sobre todo, no hare nada que traiga como consecuencia la caída del reino de Titus, no podrás realizar absolutamente nada para ese propósito ¿me entiendes?
Stellan en respuesta estiro su mano derecha, Merlín la miro un segundo, aun podía echarse para atrás, una vez que sus manos se estrecharan, el trato no podrá disolverse, el pago por su ayuda tampoco podría cambiarse.
Después de un momento de vacilación, Merlín estiro su mano y estrecho la de Stellan, sintió como en la palma de su mano un ardor lo molestaba, un ardor que Stellan también sufría y en cuanto se soltaron pudieron ver lo que les había ocurrido, el contrato se había escrito sobre sus palmas, brillo un momento para después poco a poco desvanecerse, oculto a la vista de todos pero siempre estaría ahí hasta que las dos partes cumplieran con su parte del trato.
-bien, mueve tu varita que debe parecer que corre fuego por mis venas. –Stellan alzo las cejas y sonriendo traviesamente.
Liz
Por un segundo contuve la respiración y mi corazón dejo de latir y falto poco para que dejara caer al piso todo lo que yo había tomado para Jude, justo cuando comenzaba a ponerme morada por la falta de oxigenación, la luz del pasillo que inundaba la habitación y me impedía reconocer el rostro de aquel que me había descubierto, desapareció en cuanto cerraron la puerta, fue ahí que reconocí quien casi me mata del susto. Ulrich ¿Qué hace aquí?
Sin decir nada se acercó a mí con su caminar seguro y arrogante, uno que no sé porque hoy me molestó cuando antes no, dejo una distancia considerable entre nosotros, una que me alivio ya que no violaba mi espacio personal y me hacía más sencillo evadir sus emociones que por cierto cada día me vuelvo mejor controlando mi sentido extra.
-encantadora flor –me dijo y mi cerebro me decía que ya había escuchado eso antes solo que no lograba procesarlo y decirme en dónde –me imagino e imagino pero no logro hacerlo correctamente y saber ¿Qué haces aquí?
-yo… -robo material para curar a un extraño mal herido que creo me acosa en sueños, pensé decirle, en lugar de eso me defendí -¿más bien, Qué haces tú aquí?
-pregunte primero –se cruzó de brazos, los cuales llevaba al descubierto y me intrigo que no llevara los tatuajes que le vi la otra noche.
Por inercia levante mi mano queriendo tocar sus brazos y dibujar los tatuajes que se suponía yo había visto, pero hubo algo en mi mente como un grito ahogado que me impidió hacerlo.
-yo, vine por unas cosas para curar a mi hermanita porque, Anne le… -dije rápidamente inventando la mentira y de inmediato note que no tenía por qué darle explicaciones -¿Qué te importa?
Me aleje de él dirigiéndome a la puerta de salida, necesitaba huir antes de que la enfermera o alguien más atravesaran esa puerta y me descubriera con todo lo que había tomado.
-me importa, porque se que estas mintiendo. –me pare en seco, ¿este idiota como sabía que mentía?
-no tengo porque explicarte nada –abrí la puerta, sin verificar que no había nadie que pudiera verme, Salí de ahí, sin mirar a Ulrich el cual escuche, me venía siguiendo hasta que llegamos a la mitad del pasillo, ahí se detuvo.
-Precisamente por eso sé que estas mintiendo, Lissette, no da explicaciones nunca y no es lo único que se de ella.
Lo ignore, lo ignore a pesar de querer regresar y encararlo, me había molestado en lo profundo, ¿Quién se cree que es? No me conoce, unas cuantas veces que nos hemos visto y ya piensa que nos conocemos pues se equivoca.
Camine con la cabeza agachada y refunfuñando, hablando por lo bajo y no me di cuenta en que momento llegue hasta la habitación de Jude, cuando menos lo pensé ya estaba tocando la puerta, en menos de un segundo esta se abrió, Camille me miro con alivio.
-te tardaste, creí que… -con la mano hice un movimiento para restarle importancia.
Clare se mantenía en la cama junto al chico, le acariciaba el cabello, se lo retiraba de la cara que tenía la frente llena de sudor, parecía que la fiebre no le había pasado, incluso se veía peor que cuando me fui, en el fondo, al igual que cuando quise tocar a Ulrich algo dentro de mí me grito que no lo hiciera ahora, ese mismo algo me pedía que me acercara al chico, que lo cuidara y viera que estuviera bien.
Jude, de inmediato me quito lo que había traído, se puso a trabajar, le pidió a Clare que le diera un poco de espacio, ella obedeció y se acercó a mí, de inmediato la abrace por los hombros, sin apartar la vista del chico.
-será mejor que se den una vuelta, regresen después –Jude nos pedía.
Camille fue la primera en dirigirse a la puerta, Clare se fue con ella, espero en la puerta a que yo las acompañara y aun así me rehusé, negué con la cabeza, Camille me miro suplicando, ella definitivamente no quería quedarse ahí, ver como lo curaban.
- Clare ve, con Camille, me quedare a ver si puedo ayudar un poco –Mire a Jude, este alzo la mirada evaluando si sería buena idea que yo permaneciera junto a él.
A Camille no tuvieron que decírselo dos veces, salió de ahí llevándose a mi hermana con ella, se que cuidara bien de Clare mientras yo trato de asistir a Jude, el cual me pidió cosas sencillas, como pasarle más gasas, o le retirara el sudor al chico de la frente con paños mojados, cosas en las que supo que no fallaría, mientras que él, lavo, dreno, desinfecto y comenzó a coserle la herida y sabe dios qué tanto más.
Para cuando termino, me dijo que me quedara con él, que necesitaba buscar una cosa más, algo que olvido apuntar en la lista y por supuesto que yo no fui lo suficientemente precavida para traerlo.
Me senté a lado del chico, imite a Clare, le acaricie su cabello castaño, tiernamente, me sorprendí pues no soy capaz de eso si no es con mi hermana, no entiendo porque él me inspira esa confianza para que me porte de este modo. Lo único que si se es que es un desconocido y no debería sentirme así.
En algún momento, debió regresar de la inconciencia o de lo que sea que Jude le administro para que no sintiera dolor a la hora de curarlo, creí que me volvería a llamar Satry pero no lo hizo, en lugar de eso se quedó mirándome, inspeccionándome como si se tratara de una criatura exótica la cual no tienen idea de dónde ha salido, un acto irritante que decidí dejar pasar.
Mirar para otro lado y evitar mirarlo, su mirada me incomodaba aun así no deje de acariciar su cabello después me pensé mejor las cosas ¿Qué me pasa? ¿Desde cuando le rehuyó a algo o a alguien? Fue cuando volví a fijarme en él pero este ya se había desvanecido nuevamente fue entonces cuando yo de puro aburrimiento comencé a cabecear, tenía mucho sueño y entonces no supe en que momento me quede dormida.
Frente a mis ojos, a pesar de que sabía perfectamente que estaba soñando, veía a un chico de cabello negro y rojo, sonriendo, sus ojos como el cobre flameaban, se reía de mi seguro se reía de mí, eso me enfadaba, comencé a corretearlo, quería estrangularlo por burlarse de mí, corría lejos de mi muy rápido, yo lo seguía hasta que de repente lo perdí, me quede completamente sola, perdida entre la nada, entre la oscuridad.
Abrí los ojos, no me sentí alterada, solo extraña pero sí que me asuste al notar que la cama solo la ocupaba yo ¿Dónde está el chico?
Inspeccione la habitación, Jude permanecía acostado en su sofá, dormido profundamente, lo supe por sus ronquidos.
Me levante revise en el baño, en caso de que estuviera ahí, pero no lo estaba así que queriendo despertar a Jude, lo agite sin consideración, este se agito y soltó manotazos del susto, estuve cerca de recibir un golpe.
-¿Qué ocurre? –me pregunto aun asustado
-el chico, no está.
-¿Qué?
Le dio un vistazo a la cama, entonces abrió la puerta y salió disparado al pasillo, yo lo seguí, el recorría los pasillos, buscándolo desesperadamente. Salimos al patio, corrió un poco y entonces a la mitad y a todo pulmón, grito.
-¡Caleb! -una y otra vez.
-¿Cómo sabes su nombre?
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seriamente pido disculpas! ya en verdad juro solemnemente tratar de publicar mas seguido! en verdad q sip un saludo enorme pra todos! y rx x leer y x sus votos enserio grax! :D
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